Partida Rol por web

Las iglesias de estos pueblos son bajas, puedo subir al campanario y tocar las campanas.

Enara estalló en una risa.

Mira, de veras, que si quieres hacer de Quasimodo allá tú. Bajas, bajas, bajas...  Lo primero, es que estamos ante una iglesia  románica, si no me equivoco, por favor, ''Vero'', corrígeme que eres tú la experta. A ver como coño te vas a subir, Jorge de la Jungla, que es sillería lo que tiene y columnas o muros adosados, aunque también contrafuertes, PERO, bajo ningún concepto, puedes agarrarte a ellos. ¿Y las ventanas? Con bordes pequeños, a ver, listo.

Aquello le ponía enferma. Definitivamente, no servía para cooperar en equipo cuando había una pareja tan... caramelada. Se resignó y resopló.

Decidme el por qué mi nota depende de todo esto, decidme que no estamos dentro de una película de ciencia ficción. Por el amor de Budas, parad a Quasimodo antes de que se lastime. No me hago responsable de nada, seguid, seguid.

Jorge y Ash no paraban de besarse tras cada intervención-A ver tortolitos, no sé si os habréis dado cuenta...hemos viajado en el tiempo, una bruja nos putea y tenemos una mano casi muerta, CREO que el besuqueo se puede dejar para luego ¿No creéis?-les miré de forma sería, desde luego a mí también me encantaría estar morreándome, pero no ahora que pendía nuestra vida de esa bruja.

-Eso también es verdad, no sabemos lo que puede durar éste juicio y puede que para cuando estemos disfrazados hayan acabado. Jorge, ya que eres bombero, ¿no puedes crear un fuego ahí fuera?- miré al exterior.

-Sé verán obligados a apagarlo y tendrán que salir, quizás así podamos cogerla..-

Sabia desde un principio que la idea de Jorge no nos iba a llevar a ningun sitio pero cuando Enara explico todo lo de las construcciones de aquella epoca mi confirmacion de que debia seguir con mi plan de quemar el pueblo cada vez iba cogiendo mas fuerza. No escuche las siguientes palabras de Parker, estaba demasiado centrada en no despegarme de aquel pedazo de hombre y que no corriera ningun peligro pero en algun momento debiamos despegarnos sino queriamos correr el riesgo de no poder separarnos y cuando Parker se remitio a mi idea inicial sabia que habia ganado.

Cita:

Y ahora quien es el cabezota?? le dije jadeante mientras le miraba inquisitivamente No perdamos mas el tiempo y hagamos lo que queria hacer en un inicio le dije estirando de él como ya habia hecho en un momento anterior Vosotros estad preparados no se cuanto tiempo tendreis en cuanto todo esto empiece a arder y aunque dentro de mi todo estaba ya ardiendo y hasta que Jorge no fuera mio no se apagaria, no era precisamente a aquel fuego al que me referia.

Asintió con la cabeza ante los conocimientos de Enara sobre arquitectura. 

-A ver a ver a ver- todos habían comenzado a hablar de manera descontrolada, uno diciendo de subirse al campanario, otro con idea de quemar el pueblo... -¿Por qué no esperamos un minuto?- esperó a que todos le prestaran atención, aunque sabía que en esos momentos eso era más bien complicado por lo que comenzó a carraspear con fuerza. -No llamo mucho la atención (creo), puedo intentar entrar y quedarme apartada. Si entramos todos es evidente que llamaremos la atención. Vosotros podéis vigilar desde las ventanas, y si la cosa va mal prender fuego o lo que queráis. Al menos de esa forma sabremos a quién de todos los que están dentro están acusando, si es que realmente es un juicio.

Todavía pendiente de la respuesta de los demás, volvió a echar un vistazo a través de la venta, deseando no llevar puesta su ropa del siglo XXI sino una prenda más acorde a lo que llevaban las mujeres que se encontraban allí dentro.

Finalmente, Ashley se acercó a un pequeño grupo de arbustos, encendió una cerilla y les prendió fuego. Poco a poco la llama se transformó en una hoguera y esta amenazó con extenderse a los arbustos vecinos.

En el interior, seguían desarrollándose los acontecimientos. El grupo que parecía ser el de los jueces y el fiscal, acusaba con agresividad a dos mujeres, que permanecían cabizbajas, de pie, en mitad de la sala. Muchas mujeres que estaban sentadas se levantaban con el puño en alto y parecían gritar, mientras que otras lloraban.

Los hombres estaban más tranquilos, pero también parecían expresarse con enfado o ira.

Me acerco a unos arbustos y les prendo fuego esperando que se avive la llama y en breve empiecen a tocar la alarma en el pueblo para que todo el mundo vaya a apagarlo, mientras corro a esconderme esperando ver si realmente mi distraccion causa efecto.

En el furor y la excitacion del momento recuerdo que estoy atada a Jorge con lo que en nuestro nuevo escondite no puedo evitar pegar mi cuerpo al suyo mientras respiro aceleradamente debido a la carrera del momento y tenerle alli tan cerca, esta tan increible bajo la luz de las llamas que mientras olvido por completo vigilar a los del pueblo solo puedo centrarme en los dibujos que las sombras de las llamas dibujan en su piel mientras las sigo con mis dedos.

El fuego no tarda demasiado en alcanzar cierta altura, y eso parece llamar la atención de todos los que están en el interior, que empiezan a levantarse y a señalar hacia fuera, sorprendidos y también asustados. 

-¡Chicos, hay que moverse! El fuego ya ha llamado su atención, no podemos quedarnos aquí o nos verán- comenzó a caminar hacia uno de los laterales del edificio, quedando fuera de la vista de quien saliera por la puerta.

No sabía muy bien qué hacer a continuación, ¿secuestrar a las mujeres condenadas? ¿Saldrían también o las dejarían dentro de la Iglesia?

Ya que no se puede.... eso lo dicen ellas que no se puede escalar.... pero ya es tarde porque Ash se marcha a prender fuego.

La cabezona eres tu... escóndete cuando lo enciendas. Después me escondí en un lateral para entrar en la iglesia cuando la gente salga y preparado por si alguien se queda en el interior como guardián de las condenadas poder noquearlos cuando entre a rescatarlas.

La gente empezó a revolverse dentro de la iglesia y unos segundos más tarde, muchos de ellos salían por las grandes puertas de entrada para ver qué era ese fuego extraño que había aparecido allí fuera.

-¿Qué es eso? ¡Es un fuego!

-¿De dónde ha salido?

-¡Estamos condenados! ¡El señor nos está castigando!

-¡Es una señal!

Los hombres y mujeres que observaban el fuego y miraban a su alrededor, intercambiaban posibles explicaciones, pero sobre todo, parecían estar asustados.