Partida Rol por web

Veronica y Flavia se habían lanzado a tal velocidad que todo lo demás no importaba. Daba igual los arañazos, tragar ramas y hojas y tropezar con troncos y rocas. Cada vez que mirabais detrás había una horda de zombies que os perseguía gruñendo, abriendo la boca, sangrando y, en definitiva, con ganas de daros un "abrazo cariñoso". Por el momento, no erais capaces de dejarlos atrás, así que tendríais que seguir corriendo.

Todos los que sigáis corriendo, TIRADA + ATLETISMO - 2 por cansancio 

Sentía las piernas torpes y exigiéndole parar, el pecho le iba a explotar... Pero un vistazo a lo que les seguía le empujaba a seguir corriendo pasara lo que pasara.

Aun así, no podía evitar echar un vistazo a la desesperada a los árboles y entre ellos, buscando alguna vía de escape. Algo donde subirse y esquivarlos o alguna zona escarpada que poder escalar. Los zombies no podrían escalar, ¿verdad?

Flavia y Verónica seguían corriendo, con los zombies detrás de ellas, y aguantando el esfuerzo como podían, pero ya notaban los efectos del cansancio. A Flavia, los muslos se le estaban empezando a agarrotar.

¿Por qué no habría ido más al gimnasio?

A su lado, a esa chica parecía que ya le estaba faltando el aire, así que sin duda, el tiempo corría en contra suya porque dudaba mucho que esas criaturas fueran a dejar de perseguirlas.

-Tenemos... que... escondernos -logró decir sin dejar de correr.

Que frustrarte es que todo salga mal, cuando creía que avanzamos todos Ash y Luna se retrasan. En español expreso mi malestar esperando que nadie lo entienda. !La puta madre! es lo que expreso antes de volver hasta Luna y Ash para ayudar a esta ultima para que Luna llegue fuera del alcance de esas cosas.

Enara espera a que lleguemos y no escapemos juntos. Se que no lo va hacer, su naturaleza parece tirar para delante sin buscar la mínima seguridad, pero debo intentarlo.

Las últimas palabras que escuché de boca de Enara se convirtieron en una orden que seguí a rajatabla. Eché a correr como si fuera el mismísimo Flash, la imagen de aquel zombi me había congelado la sangre en las venas y no iba a permitir que aquella cosa me alcanzase. Me sentía como Usain Bolt volando sobre la pista de atletismo, solo que el suelo se había convertido en tierra blanda y en lugar de espectadores había, árboles hasta hartarse. Arrollé ramas y arbustos como una apisonadora hasta que pasados unos instantes tuve el suficiente valor para mirar atrás y entonces...nada.

No había zombis, mis compañeros habían desaparecido...-¿Enara? ¿Flash?- pregunté al aire sin obtener respuesta. La adrenalina y el miedo me había hecho correr como un loco sin tener en cuenta nada más-Joder...¿Dónde coño estoy?-di una vuelta de 360 grados y no conseguí ver a nadie. No debía demorarme, así que decidí intentar regresar sobre mis pasos y volver con el grupo aún a riesgo de encontrarme con una de esas monstruosidades-Vamos tío, respira hondo y concéntrate-me repetí mentalmente, el tiempo comenzaba a pasar y por nada del mundo quería pasar otra noche allí y menos todavía, solo.

Luna hizo lo que pudo. Tras recuperarse del tropezón, logró correr con ayuda de Ashley y de Jorge, que esperó a que les alcanzara. Eso le permitió reunirse con él, aunque la otra chica, Enara, estaba todavía lejos.

-Gra...cias...por...esperar... nos -logró decirle a Jorge, mientras echaba un vistazo hacia atrás para ver si les seguían esas cosas.

Jadeando agotado y arrastrando los pies siguió corriendo hasta donde pudo y en determinado momento se cruzó a Alma, entonces aprovechó para frenar y exhaló profundo llevándose las manos a sus rodillas. Sin dudas era pésimo en el atletismo y estaba aturdido de tantas cosas sobrenaturales, pero la chica no parecía entenderlo y en cuanto recibió el manotazo decidió erguirse.
—¿Eh? —preguntó jadeante.

A continuación desvió la vista encima de su hombro tratando de verificar la ausencia del fantasma y cuando la confirmó volvió a ver a la morena enloquecida.
—¿Qué te pasa? —añadió carifruncido.

Percibiendo cómo la fémina perdía la calma prefirió cogerla de ambos hombros.
—Re... ah... ah... relájate, estamos todos igual de asustados —afirmó serio y agitado.
Tras esto intentó guiarla atrás de algún árbol en dirección contraria al zombi.
—Ven... vamos a escondernos... Cuando esto pase un poco, buscaremos a los demás y... y nos vamos —sentenció.

Para empezar, Enara iba más lenta detrás. Si bien le preguntase a ella, la joven respondería que le gustaba ir detrás de las personas dado una estampida como esa, por la simple razón de que al primero siempre le ocurrían cosas muuuuy abstractas.

Gadot no sabía si se debía de fiar de aquellos a los que acababa de conocer; más que nada, porque no se habían presentado ( o ella no lo recordaba) y como no lo recordaba, NO habría pasado y, como no había PASADO, no debía de fiarse de aquellos a los que había conocido. Porque claro... ¿Quienes irrumpen en el bosque con un grupo bastante denso que decían venir de la misma universidad que ella?

A ver, por pasos. Estaba claro que en la universidad había muchas sillas con personas a las que no conocía. Era obvio, como también lo era que aquel segundo grupo; pues bien entendía que aquellos energúmenos eran víctimas del doctor West ( lo eran porque una de las rubias lo había dicho, no porque ella hubiera intuido tal aspecto) y, casualmente, le ocurrían lo mismo que a ella. Se refería a ellos como segundo, por el motivo crucial de que ellos , según Enara, habían llegado primero; y como tal, siempre debe haber un primero y un segundo y más... para diferenciarse de aquellos que no se fiaba.

En un lapsus, observó a Parker, quien al igual que ella se había quedado parado al ver tal semejante, y lo llamó:

¡Parker! -más que nada, porque sentía que, junto a Green, era con los únicos (dado que era un campo de nabos) que podía fiarse. Lo llamó, no porque sintiese cariño por aquel ''hombre araña'', sino porque necesitaba a sus compañeros al lado; y para que su ego (el de Parker, claro) aumentase, también llamó a Green-.

Lo primero, bueno, lo segundo de la cuestión es que una emocha arrastraba a su compañera de piso como si fuera un cuerpo viviente, cuando el cuerpo viviente era realmente lo que les perseguía y... claro, a nadie se le había ocurrido plantarle clara, porque claro... Mucho jugar a la Xbox, pero nadie tenía los santos cojones de encararse.

Enara espera a que lleguemos y no escapemos juntos. 

Sí, detestaba las órdenes de sus no- conocidos, pero por su carácter, Enara avanzó hasta el dúo dinámico de Zippi y Zappe y se quedó allí, corriendo ,algo cansada, pero lo hacía. 

Jodidos gemelos, se me van a sobrecargar.

Y es que, en el fondo, todo aquel que no se presentase, pudiera tratarse de una ilusión. 

Me di cuenta de que todo lo que me rodeaba era exactamente igual, árboles a saco y no había manera de orientarse-Cojonudo....- mascullé pensando en que camino tomar

Verónica y Flavia seguían corriendo, pero lo peor era que al volverse, vieron las figuras de sus perseguidores, a quienes no lograban perder. Todavía no los tenían encima, pero sin duda, tarde o temprano las alcanzarían, aunque fuese solo por el cansancio. Claro que siempre podían intentar despistarlos, dejándolos atrás. Eran dos propuestas igual de arriesgadas, pero no podían perder tiempo decidiendo. Tenían que actuar.