Partida Rol por web

No pude deternerlo, es que no quería hacerlo. Era increíble cómo mi cuerpo podía reaccionar a sus labios, a sus besos, y me gustaba tanto que aunque no hubiera parado, quizás no hubiera podido detenerlo. Sus labios en mi cuello hicieron que todo mi cuerpo se excitara, que incluso mi piel se erizada porque lo hubiera hecho y me puse rojísima cuando vi que se separaba de mí ues había conseguido hasta sonsacarme un pequeño y muy tímido jadeo.

Negué con la cabeza.

- No te preocupes.. no.. No tienes que preocuparte ¿ vale? Pero deja algo para la noche de bodas.. - Sonreía mirándole dentro de mi vergüenza.

- Sería triste tener que perder mi virginidad en un sueño..

Jonathan sonrio avergonzado con tus palabras y se mondio el labio intentnado contener todo lo que le hacias sentir ahora mismo - Norah... no creo que me llegue una sola noche de bodas para poder saciar todo lo que he contenido estos años... - Te dice de forma sincera y puedes ver en sus ojos que no miente, que no es solo lo que el siente por ti, si no tambien lo que su cuerpo siente por el tuyo y no sabes cual de los dos es mas fuerte.

Tenía un problema en aquel momento y eran sentimientos enfrentados dentro de mi cabeza. Por un lado, todas las hormonas que sabía que en realidad no estaban allí presentes, querían probar lo que era estar con él, lo que era sentir a un hombre amándote, pero por otro lado, estaba el hecho de saber que aquello no era real, que todo aquello no estaba sucediendo..

- Me estoy volviendo loca de verdad.. - Me dije a mi misma, mientras mi cuerpo reaccionaba a aquello.

Me levanté un poco y volví a buscar sus labios, sabiendo que aquello provocaría que seguramente el joven no pudiera volver a detenerse.

Cuando te incorporas oyescomo el muchacho comienza a decir - Norah yo... - Pero no termina su frase tus labios llegan a los suyos y el no puede contenerse mas, vuelve a recostaros sobre aquella manta que ahbiais usado de mantel y esta vez si deja caer su cuerpo sobre el tuyo, era la primera vez que tenias asi a un hombre y la primera vez que notabas aquel abultamiento bajo sus pantalones.

Sus besos eran ardiente y vuestras respiraciones comenzaron agitarse comenzando hacerte bastante incomodo aquel corsete que llevabas sobre el vestido, pues hacia que te costara aun mas respirar.

No sabía qué era lo que debía hacer, pero ya había tomado la decisión de dejarme llevar y notarlo tran cerca, notar todo lo que mi cuerpo se alteraba, me hacía pensar aún con menos claridad, pero más segura de que quería probar aquello y eso que mi cara ardía a pesar de que tniéndolo tan cerca no podría darse cuenta.

Ahora mis manos sí que movieron y aunque tan sólo se posaron en su espalda, eso hizo que me sintiera como si estuviera aún más cerca de él. También tuve que acordarme sin poder evitarlo de aquel corsé que me había tenido que poner y que ahora mismo me estaba oprimiendo hasta la médula, pero claro, que no me iba a parar a quitarme, eso ni se me había pasado por la cabeza y apenas tenía teoría sobre cómo iban estas cosas, pues a una señorita no se le explican..

Los labios de Jonathan volvieron a tu cuello y sus manos esta vez te incorporaron en su regazo y comenzaron a desabrochar el corset, parecia que el joven se habia dado cuenta de lo incomodo que tenia que ser para ti ahroa mismo aquello.

Cuadno finalmente te desprendio de el la comodidad fue enorme y sus manos se paseaban por tus costados temerosas, sin saber muy bien si acercarse a tus pechos pues aun estaba confuso y no sabia hasta donde querias llegar con todo aquello y lo ultimo que queria hacer era molestarte.

Dejé que fueran sus manos las que me desprendieran de la molesta prenda y pude apreciar claramente como dudaba, pero yo misma estaba dudando en aquellos momentos y no sabía si quería que continuara o no quería. Era una situación bastante difícil como para decidir algo, pero sus manos acariciando mis costados me resultaron tremendamente agradables, de eso no había ninguna duda.

Ese terminaría siendo uno de esos momentos en los que me quedaría parada sin saber que hacer, aunque mis manos tomaron su propia iniciativa y comezaron a recorrer su espalda, buscando el contacto de su cuerpo. Por lo demás me quedé quieta, observándole, sin negarle nada y a la vez sin proporcionárselo, tremendamente nerviosa.

- Norah... si en algun momento queires que pare... o te incomodo... dimelo... - Te susurra antes d evolver a buscar tus labios, ante de que sus manos subieran a tus hombros y te bajaran un poco las asas del vestido para despues seguir el recorrido por tus claviculas hasta llegar a tus pechos, los acariocio sobre la tela y notarte como solo con aquello ya habia hasta dejado salir un leve gemido de sus labios mientras te besaba...

Poco a poco bajo tambien esa parte se tu vestido dejandolos a la visto y mirandolos un segundo - Dios... eres mas bella de lo que habia imaginado... - Murmiro antes de llevar de nuevo sus labios a tu cuello mientras masajeaba tus senos y comenzaba a jugar con tus pezones entre sus dedos...

Apenas me moví mientras me acariciaba, aunque había asentido a eso de que si me molestaba se lo dijera, pues así lo haría. Su boca, volvió a mi cuello y volvió a hacerme estremecer, mientras que sus manos se posaban en mis pechos, sobre mi vestido, haciendo que dejara escapar el aire de mis pulmones con un suave gemido, pues había notado una increíble sensación, aunque no fue en mi pecho, lugar que acariciaba, sino entre mis piernas y en la base de la espalda.

Cuando dejó mis pechos al descubierto me puse tan roja como no me había puesto nunca y aunque deseaba que siguiera, sentía una tremendísima vergüenza. Sus manos se volvieron a posar en mi cuerpo y de nuevo dejé escapar un gemido, mientras descubría cómo mi espalda se arqueaba sola, suavemente, como queriendo ayudar a sus manos.

Su cuerpo ardia y notaste como sus pantalones estaban apunto de estallar por la presion que ejercia su miembro contra ellos. Sus labios como supusiste seguian bajando por tu cuerpo hasta ser esta vez sus labios los que comenzaron a jugar con tus pezones, nunca habia pensado que seria algo tan increiblemente placentero....

Sus manos siguieron el recorrido de tu cuerpo hasta elevar poco a poco tu vestido al acariciar tus piernas hasta dejarlas completamente al aire.

- Dios.. - Fue todo lo que articulé al sentir sus labios sobre mi pecho y volví a gemir, sin poder evitarlo, sin querer hacerlo, mientras mis manos iban a su nuca, acariciaban su pelo y pasaban a su cara, queriendo decir que aquello me estaba encantando.

Al notar cómo sus manos se metían bajo mi vestido di un pequeño respingo y mis manos comenzaron a desabrochar su camisa, pues yo también quería descubrir lo que el hombre escondía bajo su ropa.

- Jamás pensé que se pudiera sentir todo esto.. y eso que tiene entre las piernas..Ufff.... - Pensar aquello me daba alguna clase de morbosa vergüenza.

El muchacho siguio un buen taro en tus pechos mientras te desprendia de tu ropa interior, mientras sus manos te dejaban solo con aquel fino vestido y su cabeza volvio a bajar metiendose esta vez entre tur piernas.

Su lengua hizo un recorrido total por tu sexo de forma curiosa mientras mis manos subian a volver a jugar con tus pechos. El muchacho no sabia muy bien que tenia que hacer pero la teoria la tenia clara por lo cual comenzo a mover su lengua por tu sexo, viendo en que zonas parecia gustarte mas, buscando tu placer...

Levanté la cabeza cuando vi que bajaba la suya y se acercaba a mi sexo, lo que provocaba que éste palpitara aún más, como llevaba haciendo desde que había comenzado todo aquello, pero me sentía tan sumamente avergonzada que volví a apoyar la cabeza en el suelo por no verlo.

De todas formas, aquella vergüenza tampoco duró demasiado tiempo, ya que cuando noté su lengua gemí de manera más alta y mis piernas temblaron incluso apoyadas en el suelo, haciendo que prácticamente me retorciera por todo lo que me gustaba aquello.

Mis manos, casi por inercia, como si me fuera a caer se agarraron al mantel y se cerraron con fuerza sobre él mientras que poco a poco me olvidaba de toda aquella vergüenza y comenzaba a querer más y más de eso, mientras que mis gemidos se hacían más sonoros dependiendo de por qué zona pasara su lengua.

El muchacho parecio prestar suma atencion a como reaccionabas a cada cosa que te hacia y cuando quisiste reaccionar su lengua de posaba en ese punto esacto que mas te gustaba, dandole todas las atenciones necesarias mientras sus manos seguian jugando con tus pechos, apretandose de vez en cuando incuso mas de lo normal pero solia coincidir con tus gemidos mas fuertes cosa que te hizo pensar que quizas oirte le estaba gustando muchisimo.

Parecía que le gustaba escuchar cómo me ponía a gemir, pero la verdad era que no podía dejar de hacerlo aunque quisiera pues aquello era algo maravilloso que jamás había sentido y me estaba volviendo tan loca que pensaba que me ahogaría por no poder llenar mis pulmones de aire.

Cada vez las sensaciones eran más fuertes y a pesar de que no llevaba mucho tiempo entre mis piernas, sabía que pronto alcanzaría el placer que en alguna ocasión, había investigado en mí misma, pero que no era ni por asomo parecido a aquello.

- Jonathan esto es.. - pero mis palabras se quedaron ahí puesto que tuve que volver a ponerme a gemir como una loca.

Aunque no lo veias casi podias notar como Jonathan sonreia ante tus palabras y su ritmo aumento bastante haciendote llegar a las cotas mas altas del pacer, haciendote sentir algo que ni podias imaginarte, no de esa manera, no tan fuerte...

Todo tu cuerpo fue recorrido por una cosquilleo increible, unos dulces espasmos te invadieron y una ola de calor paso desde la pinta de tus pies hasta tu cabeza...

Aquella sensación me comenzó a dejar sin aire, pero cuando ya sentí toda aquella oleada de placer gemí con fuerza y me retorcí literalmente sobre aquella manta, gimiendo de forma que seguro que si pasara alguien cerca iba a escucharme bien claro.

Me quedé sin aire todalmente y al intentar cogerlo de nuevo hasta me costaba, pues mi cuerpo sentía pequeñas convulsiones, maravillosas, mientras podía notar toda la humedad que había ahora entre mis piernas.

Al cabo de un poco de tiempo, levanté la cabeza y miré a Jonathan con una enorme sonrisa dibujada en mis labios y me incorporé para hacer que se tumbara él mientras buscaba sus labios para besarle con tal intensidad que incluso yo me quedé sin resuello.

- Ha sido lo más increíble que he sentido.. - Terminé diciéndole. - Y aunque no sé exactamente cómo lo tengo que hacer, quiero que tú también te sientas así..

Comencé a desabrochar su camisa, mientras mi otra mano bajaba al enorme bulto de sus pantalones. Sería la primera vez que le tocara su " cosa " a un hombre.

Notas lo satisfecho que se queda al ver tu manera de reaccionar y de disfrutar ocn lo que ha conseguido, pero en el momento que coges tu la iniciativa lo ves a el en tu lugar...

A cada paso de tus manos, a cada camino que recorre tu boca su piel se eriza y al muchacho comienza alterarsele la respiracion sin poder apartar su vista de ti, como no queriendo perder ni un detalle de lo que le estabas haciendo - Solo de pensarlo ya me estremezco Norah..

Ya se me había olvidado que aquello no era nada más que un sueño, pero era tan real, que me dejé llevar por todas aquellas sensaciones nuevas para mí y que tan agradables me resultaras.

Tras sus palabras levanté mi boca de su piel lo justo para susurrarle.

- Entonces tendré que hacer que dejes de pensar en ello..

Mis manos terminaron de desabrochar su camisa y mi lengua se perdió por la suavidad de su vientre, descubriendo lo bien que sabía su piel, mientras mi mano, esa que hasta ahora acariciaba su entrepierna, pasaba a desabrochar sus pantalones y dejar al descubierto aquello que escondía en ellos.

Me quedé un momento observándole, mordiendo mi labio suavemente y luego volví a hablar, queriendo hacerle saber de nuevo que aquello era algo que nunca había hecho.

- Oriéntame, por favor, sólo quiero que sientas lo que me has hecho sentir a mí..

Mi mano comenzó a acariciar su miembro suavemente, mirando su rostro y tratando de averiguar cómo le gustaba que lo hiciera, y luego bajé mi lengua para juguetear son la punta de aquel erecto miembro.

La vengüenza ya había quedado relegada al olvido.

El joven al ver el camino que seguias, lo que tenias pensado hacer parecio estremecerse solo con pensarlo, con imaginarselo, peor en el momento que tu mano y tu lengua llegaron a su miembro un sonoro jadeo escapo de su boca haciendole entrecerrar los ojos un segundo - Yo... tampoco se mucho... solo...oh... dios... solo dejate llevar... - Te pide como diciendote que eso es l que habia echo el contigo, dejarse llevar por lo que sentia y por tus reacciones.