Partida Rol por web

Melissa tras recobrar la compostura casi por completo escucha atentamente a Ameko.

- No joven caballero, soy yo quien os pide disculpas si os he ocasionado molestias. Inclina la cabeza mientras toma asiento en el borde de la cama recuperando una postura más digna. - Lo cierto es que unos rufianes salieron de la nada y me atacaron. De alguna forma logré zafarme de ellos pero como no sabía donde meterme trepé y me colé por la primera ventana que ví abierta. Tras eso sí, me asustasteis, pero mi desvanecimiento fue debido a la tensión y el agotamiento. Te dedica una ligera sonrisa. - Ahora me encuentro mucho mejor gracias. Parece dudar durante un instante. - ¡ Ah ! Lamentablemente tengo poco tiempo, pero me gustaría compensaros de algún modo por vuestra ayuda, ¿ aceptaríais esta moneda de oro ?. Dice mientras os ofrece su moneda y continúa. - Mas, ¿ podriais decirme cómo han acabado mis pocos bienes desperdigados en la cama ?.

El astro rey se alza ahora muy por encima de las cordilleras del horizonte, su calor por fin comienza a templar este hermoso 4 de Diciembre. El camino es apacible y los viajeros intercambian cordiales saludos mientras se acercan a la gran urbe. A cada lado del mismo, una bucólica pradera que evoca la imagen de un océano esmeralda mecido suavemente por la brisa. A mediodía, un hayedo salpica de tonos cobrizos la monotonía del verde que os viene acompañando. Al final de este trayecto las gigantescas cordilleras, que parecían tan lejanas hace apenas unas horas, se alzan amenazantes ante vosotros creando el paso natural en cuyo centro se encuentra Hécate.

Al entrar en el paso, el camino se torna en calzada y el tránsito es mucho más numeroso. Pronto dejáis atrás la primera y la segunda de las tres grandes murallas que defienden este enclave. La tercera es la que marca el comienzo de la ciudad propiamente dicho.

Y así, cuando pasa apenas una hora de mediodía Hécate se alza ante vosotros. Una ciudad como ninguna otra; el paso es estrecho, así que la mayoría de las edificaciones son muy altas para aprovechar el espacio. Las paredes de piedra del mismo están repletas de casas y hogares construidas excavadas en la piedra o bien aprovechando repechos. A lo largo de la ciudad se ven pasarelas de cuerda y madera que cruzan de un lado a otro comunicando así las edificaciones. La ciudad se extiende por kilómetros. Y dominando el paraje ya de por sí peculiar, una enorme construcción: una torre alta, esbelta y de un brillante mármol blanco, casi más el trabajo de un orfebre que de un constructor y cuya cúpula está rematada por la estatua de una mujer que extiende los brazos al cielo.

Golpeas con la palma de tu mano a Mandarb para tranquilizarle. No puedes evitar detenerte durante un momento al atravesar los muros de la ciudad debido al espectáculo que esta supone y a que sus estrechas calles están atestadas de gente a estas horas.

Un tipo que no te trasmite confianza te saca momentáneamente de tus pensamientos al tropezar con tu caballo. Le miras, esperando una disculpa. Él sin decir nada, tan sólo te devuelve la mirada con un sólo ojo, pues una larga cicatriz le surca la cara incluyéndole el otro. Después sigue comentando algo de "el hayedo", a sus compañeros de aspecto también turbio mientras se alejan. Enseguida se pierden de vista entre la gente.

---Nah, no ha sido nada- digo sonriendo- y las pertenencias....bueno....las encontré por casualidad cuando te dejamos en la cama, miré si habia alguna referencia para poder pedir ayuda a algun familiar y esas cosas ^^

Justo al terminar de hablar Wander digo a manera de reproche ---Si es cierto al amable y altruista joven, solo se le resbalaron las manos hacia tus ropajes por pura casualidad. Después de decir eso digo con una voz algo mas baja pero claramente entendible para todos dirigiendome a Melissa ---Tranquila es lo que tienen los jóvenes y sus hormonas. Pero por otro lado, no parece tampoco mal chico.

---¿Hormonas?¿Que Hormonas? ¡Yo no tengo ninguna!- digo mirando a la chica- ¿ Son algun tipo de pulga o de piojo, tio Capri?

Revolví mi pelo pensando que quizás así despertara de aquella pesadilla en la que me veía envuelto. ¿En serio estaba pasando todo eso?¿Esas personas realmente viajaban solas sin la compañía de un adulto?¿Por qué aquella chica misteriosa (que por cierto también se había interesado por lo que tenía la desmayada) que se hacía llamar Shiba odiaba tanto a los chicos?¿Malos amores?

Bufé molesto con la situación que no podía cambiar. Decidí que no podía soportar más mentiras y esquivas a la que estaban sometiendo a una chica al parecer indefensa y desorientada.

- Bueno, si la dama está bien como parece - corté la conversación en ese punto - Y desea compartir algo, estaré abajo terminando mi desayuno - seguí diciendo - Al parecer mi trabajo aquí ha acabado - añadí a modo de finalización.

- Tendré que pedir que me lo calienten de nuevo... mierda - pensaba enfadado conmigo mismo por haber perdido el tiempo en lo que parecía "un acto de heroicidad".

El resto del viaje transcurrio en una relativa paz lo cual fue en parte gracias al transito del camino que le permitia distraer su mente de la experiencia del dia anterior mientras conversaba con las diferentes personas que se dirigian hacia hecate, por lo que escuchaba la ciudad era todo un hervidero de actividad y ahora con la eleccion del virrey las cosas se habian puesto incluso mas populosas por lo que debia preparse para el tumulto que le esperaria una vez llegara alli.

Sin embargo ni todas las historias y consejos del mundo podrian haberlo preparado para el espectaculo que era la ciudad de hecate que pareceia como si hubiera sido literalmente excavada en las paredes de piedra que la rodeaban, mientras continuaba su camino intentando  no parecer un campechano con la boca abierta por la gran ciudad no podia evitar sentirse maravillado ante la peculiar arquitectura del lugar. Caminaban practicamente a paso de hombre en medio del tumulto de gente y cuando se cruzo con un sujeto mal encarado no pudo evitar llevarse la mano hacia su bolsa como un acto reflejo para asegurarse que no le faltara nada,tal vez habia vivido toda su vida en una zona rural pero le habian contado suficientes historias sobre los carteristas de la gran ciudad como para estar precavido ante esos empujones accidentales, haciendo lo posible por mantener el ritmo empezo a buscar alguna posada que tuviera buena pinta porque por lo que veia tendria que apresurarse si queria encontrar algun lugar donde descansar aquella noche.

- Lo lamento señor, desconocozco qué son las hormonas. Y os recuerdo que mi nombre de pila es Traian. Comenta Traian.

Melissa dirige una mirada a Wander mientras enarca una ceja. - ¿ He de entender que mi salvador es un pequeño héroe pervertido ? Su tono parece jovial. A continuación se levanta y os dedica una pequeña reverencia a todos. - Nuevamente gracias por vuestros cuidados. Lamento no poder ofreceros más que mi gratitud y esa moneda de oro. Parece acariciarse el costado. - ¡ Ah ! Y gracias por atender mi herida, se ve que era menos de lo que creía. Si me lo permitís ahora debo retirarme, tengo que denunciar a esos rufianes y volver a mi trabajo a tiempo. Melissa os saluda de nuevo y sale de la habitación rumbo a la salida de la posada.

Invisible como estaba me puse a sobrevolar la ciudad, siguiendo de cerca a Cau-kun para ver a dónde iba.

Ver toda la muchedumbre, tantos murmullos, ruidos, era algo incómodo a lo que nunca me he podido acostumbrar. -Todavía no sé por qué hago esto... Qué tiene este chico que me llama tanto la atención?- Pienso mientras me sigo preguntando lo mismo. -Qué rayos estoy haciendo aquí?-

Cuando veo a Cau-kun llevarse por delante a las personas río por lo bajo, me causa gracia verlo tan torpe y disculpándose. Es algo adorable.
Inclino la cabeza a un lado cuando veo que se detiene y comienza a mirar en todas direcciones, -Qué estará buscando?- Suavemente desciendo, aterrizo junto a él y le susurro al oído para que solo él me escuche. -Te has perdido?-

---MMmmmm.... ¡Será algun plato exótico o alguna gerga extranjera!- digo pensativo y luego avanzo  levantando la mano- ¡ Yo soy el pequewño héroe! Yo cure su herida...no creo que sea seguro ir sola, podrian volver a atacarla...

En su camino a la salida ella te dedica una última mirada.

- ¡ Tranquilo mi pequeño gran héroe ! Dice mientras sonríe. - Ya los había perdido antes de entrar en esta posada, además voy a ir directa a la guardia. Quedaos aquí y gastaos esa moneda en un pequeño festín con vuestros compañeros rescatadores. Te guiña un ojo y finalmente sale de la habitación.
 

Compruebas rápidamente que tus pertenencias están intactas. Y te vas adentrando en la ciudad buscando una posada que tenga habitaciones libres. En las dos primeras no tienes suerte así que montas y oteas en busca de la siguiente. Es entonces cuando una voz que reconoces y que dirías que casi te esta susurrando al oído te habla. (El post anterior de Mare)

Una vez estuvo seguro de que todas sus cosas continuaban en su persona Mat finalmente reanudo el paso en busqueda de una posada donde pasar su estancia en Hecate,teniendo en cuenta lo que habia venido a hacer necesitaba que fuera un lugar conspicuo desde donde pudiera moverse con facilidad hasta donde necesitara ir pero que al mismo tiempo fuera un lugar que no llamara la atencion de manera que no fuera el primer lugar donde lo buscarian si algo salia mal. Mientras oteaba la ciudad buscando un lugar que cumpliera con esas caracteristicas escucho la voz de la chica misteriosa de la noche anterio susurrandole como si la tuviera a su lado aun cuando sabia que ella no se encontraba alli-no solo estoy buscando una posada otra vez-dijo el en voz baja no muy seguro si aquello realmente lo habia escuchado con sus oidos o se suponia que debia decirlo mentalmente pues suponia que era asi como ella se estaba comunicando.

Intentando no pensar en las ramificaciones de que una hechicera con aspecto de niña lo estuviera espiando para su propia diversion continuo su busqueda de un lugar donde pudiera alojarse antes de que todos se llenaran con la gente que habia llegado alli para participar en la eleccion del virrey-acaso me estas siguiendo? Cuanto honor que un shinigami se interese por el simple mi-continuo con una pequeña risita viendo si por fin podia sacarle al menos un nombre a la chica

-No te estoy siguiendo, te estoy estudiando.- Respondo con displicencia mientras continúo caminando junto a él, es gracioso ver cómo pierde el rumbo entre la multitud. Es tan adorable que decido ayudarle, levanto vuelo nuevamente y desde arriba comienzo a otear en busca de una posada pero... Qué es una posada? Me da vergüenza preguntarle, pero en fin... Desciendo nuevamente y le jalo la manga. -Cau-kun... Qué es una posada?- Me ruborizo un poco, pero no me preocupo ya que sé que él no me puede ver.

Tras la pregunta de Mare la pequeña se hace visible para Mat, que la encuentra flotando a su lado mientras el resto de las personas parece ignorarle. Ya os habéis adentrado bastante en la urbe cuando una nueva posada con un cartel que reza "El cuervo rojo" aparece ante vosotros.