Partida Rol por web

El frio calaba profundo en los huesos y la bruma temprana anunciaban el último día del año. Aquel día marcaba el cierre de otro ciclo más en la vida de cada chico perteneciente al Caring Homes for Orphaned Children Place, Orfanato dedicado al cuidad de jovenes oriundos y a pequeños traidos de Haití.

La diferencia racial era algo que marcaba e incidia con fuerza en las uniones, y así como en algunos paises desarollados existia el predomino por la exclusion de la raza negra, en este Orfanato sucedia todo lo contrario. Los jovenes de Haiti aprovechaban su mayoria en numero y su propia comunicación de idioma para aislar a los muchachos caucasicos.

El sacerdote Peter, encargado del turno mañana, les había dejado descansar hasta entrado un buen horario del día para que las tareas hogareñas fueran más sencillas y además como premio ante el fin de año. Aun así la campana no tardo en sonar y cada chico acudio rapidamente para recibir su tarea, dejando Cory a solas en la pieza.

Cory tras escuchar la campana y ver la velocidad con la que sus compañeros se iban a por las tareas se quedó durante un momento quieto mirando a lo lejos y pensando para si mismo si por ser el último día del año en el orfanato, este sería más especial. Pudo apreciar que mientras sus compañeros se iban, lo hacían en pequeños grupos, grupos de los cuales el no formaba parte.

También pensó en cuando sería su momento para marcharse de allí, ya que entre los distintos abusos de los jóvenes de Haiti y la indiferencia que los demás compañeros mostraban hacía el, su vacío interno iba aumentando constantemente y provocando un malestar emocional.

Cuando quiso reaccionar ya habían pasado aproximadamente 5 minutos desde que sonara la campana, por lo que se dirigió a por la tarea con una expresión de preocupación ante la posible riña del sacerdote Peter por retrasarse ante la llamada.

Nada más salir de la habitación, sintió como era empujado con fuerza contra el marco de la pared, uno de los chicos haitianos, Wilkens, le había empujado.

- Quítate niño bonito, tsk, no vuelvas a meterte en mi camino – Comentó despectivamente el muchacho, para luego alejarse por los pasillos.

Sin darle tiempo al chico a reaccionar, una voz familiar llego a sus oídos.

- ¿Estás bien?

Kensia, una chica llegada hacia pocas semanas desde Haití, de alguna manera siempre le hablaba y buscaba conversación con Cory.

Cory quedó sorprendido tras el repentino empujón de Wilkens y la rápida intervención de Kensia.

- Si, estoy bien - Respondió Cory a la pregunta de Kensia, mientras pensaba para sus adentros el porque ella se preocupaba por el y era tan amable pese a mostrarse soez ante las personas que lo rodeaban.

Rápidamente retomó el camino a por sus tareas mientras su cabeza solo pensaba en las amables palabras de aquella chica y en la cantidad de veces que ella mostró interese por él. Cory quería conocer más íntimamente a Kensia, ya que ella se mostraba muy amigable y receptiva , pero en fondo no quería entablar relación con nadie ya que tenía como objetivo abandonar el orfanato de un momento a otro, por lo que perder otra amistad solo causaría un vacío interior más profundo del que ya tenía.

Cory había decido retomar su camino rumbo a buscar sus tareas sumergido en sus pensamiento sin tomar nota de aquello que pasaba a su alrededor. Los pasos ligeros y hábiles lo seguían, y no tardo en volver a pronunciar su voz.

- Y bueno ¿Sabes que tarea te asignaron?- pregunto Kensia ignorando la demora del muchacho, estando ahora a la par mientras saboreaba una paleta de fresa que humedecia y dotaban de un ligero color rojo los labios de la muchacha.

La cabellera voluptuosa de Kensia se movia al compas de sus pasos que marcaban un marcha ritmica, mientras tarareaba una canción. Los dotes artisticos de la joven eran increibles y tanto por el alago de los encargados o la envidia de algunos niños, estaba en boca de varios.

Cada tanto cruzaba la mirada con Cory y le dedicaba una sonrisa tierna, esperando escuchar las voz de muchacho para saber aquella preguntaba que le había dado.

Habían continuado por los pasillos, amplios y lleno de puertas, donde cada una antecedia a otros cuartos y baños. Se podía ver cada tanto algunas puertas abiertas y a un conjunto de chicos limpiando de un lado a otro, ya que aquello era su tarea hogareña. La planta alta finalizaba en un hermoso pequeño balcón interno dando vista al gran living.

Simpre arreglado, con sillones amplios retapizados, el piano de cola donde solia el padre Peter tocar y enseñar a todo aquel que poseía una buena habilidad, tal como había sido el primer encuentro de Kensia con Cory mientras ellas hacía sus primeras notas. Algunos adornos decoraban el lugar, muchos eran regalos de antiguos chicos huerfanos que enviaban presentes desde sus nuevos hogares, la imponente chimenea que alimentaba el calor de la sala, con el cuadro de la Señora Norris, fundadora del hogar; y decorada  finalmente la sala, por una gran araña de hierro que iluminaba todos los rincones de ellas. Aquel lugar era el centro de distribución del imponente orfanato,  allí solían darse la mayoría de los primeros encuentros de los niños con posibles futuros padres, las presentaciones de bienvenida a los niños nuevos y los comunicados más importantes por parte de los encargados hacia los niños.

En medio de la sala con un porte recto los esperaba la figura del padre Peter que observaba detenidamente a la espera de su encuentro.

- No, todavía no se que tareas que tengo que hacer - contestó Cory - ¿Tu ya sabes cuales son las tuyas? 

Mientras mantenían una conversación de camino por los pasillos del orfanato, de manera involuntaria, Cory no había dejado de mirar el alborotado pelo de Kensia y el color de sus labios rojos que cada poco soltaban una preciosa sonrisa. El se sentía bastante cómodo a su lado ya que ella le trasmitía una sensación de seguridad y amabilidad que pocas veces había sentido.

Cuando se quiso dar cuenta, Cory ya había recorrido todo el pasillo y se hallaba en los alto del balcón interno con Kensia, desde donde podía ver las escaleras. A menudo se sentaba en estas mientras Kensia tocaba el piano ya que ella conseguía que a través de las notas musicales, Cory olvidara de todo lo que lo rodeaba y entrara en un estado de relajación absoluta.

Cory, bajó las escaleras acompañado y se dirigió hacia el padre Peter con intención de preguntar sobre sus tareas.

- Lo siento, me retrase un poco de camino aquí. ¿Que tareas son las que debo hacer? - Pregunto Cory, con voz preocupada ante la posible riña que lo podía caer por su impuntualidad.

Le dedico una sonrisa cuando Cory le contestaba, ella podía sentir la gama de notas que poseía aquel muchacho en su voz dignas y con potencial a explotar como cantante. Y no tardo un segundo en empezar a tararear otra melodía , una que utilizaba las intensidades de la voz del muchacho.

- Pues me habían dedicado limpiar adornos, el piano y otros muebles con cera. Pero como suelen darme siempre lo mismo aproveche desde temprano en realizar mis tareas y así tener la tarde libre para practicar que mañana tengo la prueba de conservatorio - comento con ganas y con unos leves nervios. La muchacha además de tener un don natural, poseía una gran disciplina y aquello era la ventana a un futuro mejor, y a la chance de una beca.

Había acompañado durante el trayecto a su compañero y no pudo evitar cruzar mirada cuando estaban en la terraza interior mientras observaban al sacerdote. - Uuups...perdón - comento por lo bajo mientras mordía su labio y se sonrojaba de vergüenza, ya que ella había sido quien atrasa el andar del muchacho y por ende llegar tarde a las tareas.

El padre Peter se encontraba en la sala con una mirada dura y penetrante, vestía sus típicas ropas para aquellos momentos fuera de misa. Había supervisado y entregado las tareas; por lo que había notado la falta de Cory al momento de la asignación.

- Veo por que la tardaza - comentó al muchacho mientras miraba a la joven intentado entender aquella relación. Allí los mandatos religiosos y las reglas de convivencia se cumplían sin protesta por que el castigo debía ser por igual.

- Van a ir a traer y alimentar todas las chimeneas y los hogares del Orfanato. Y cuando terminen deberán abastecer nuevamente la despensa. Así tengan que ir a buscar al galpón o cortarlas ustedes mismos....Y es una tarea para los dos - les dio su tarea y castigo con determinación.

El crecimiento de los jóvenes y la entrada al ser adultos era un camino duro, y cuanto más presentes debían estar. Suponía que aquella junta incidía en una charla pendiente con los que en el Orfanato tenían mayor edad. - Luego, tendremos una charla con ustedes - terminó para luego girar sobre su eje, caminar unos pasos y entrar en la oficina en la cual los directores de turno trabajaban ya sea en la contabilidad y papeleo de posibles adoptantes y los chicos.

Tras recibir las tareas y el padre Peter haber entrada a la oficina, Cory rápidamente se giró a mirar a Kensia

 -No te preocupes por las tareas, yo solo las haré por los dos, ahora tu máxima preocupación es practicar para la prueba que tienes mañana del conservatorio. Además mañana quiero ir a ver como lo consigues y dejas a todo el mundo fascinado - Dijo Cory sin darle tiempo a reaccionar a su compañera, mientras empezaba andar dirección a las escaleras para ir a la habitación y ponerse una ropa que no le importara manchar o romper.

Cuando ya estaba en lo alto de las escaleras, nuevamente volvió a mirar a Kensia y de manera involuntaria le sonrió antes de comenzar a recorrer el pasillo. Cory sabía que si el suceso hubiera sido al revés, ella hubiera hecho lo mismo por lo que no se arrepintió de su decisión.

Por una parte de Cory quería que Kensia pasara las pruebas y pudiera obtener la beca de la que le había hablado para conseguir sus propósitos, pero otra parte, quería totalmente lo contrario, ya que el sabía que si obtenía la beca, las posibilidades de que se fuera del orfanato serían muchas y quizás nunca la volvería a ver.

Tras acabar de ponerse Cory su viejo chándal, salió de la habitación y se dirigió rápidamente a las despensas para alimentar las chimeneas. Sus pasos eran rápidos y ligeros y su cabeza no paraba de pensar en acabar todo hoy para mañana poder ver la prueba de Kensia.

Había dejado sin tiempo a opinar a Kensia, para tomar la responsabilidad y salir a gran velocidad de aquel living. Ahora con su ropa de trabajo, un poco más gastada había caminado por la casa en dirección al amplió sotano que servía de despensa parael orfanato.

La puerta estaba abierta y tras pasar el umbral amplias y altas estanterías delimitaban una cantidad importante de pasillos recordando al aspecto de un supermercado. Todo estaba inventariado y sectorizado, donde la contabilidad eran llevada en planillas ubicadas al inicio de cada estantería

Cory sabía perfectamente donde estaba el sótano pero nunca antes había entrado en el. Tras ver la puerta abierta se adentró en el y sin perder vista de todos los detalles fue fijándose a ver si encontraba el lugar de la madera.

Allí en la dispensa se podían observar la cantidad y variedad de productos que había para consumir. Se podían notar todas las formas y empaquetados, desde productos comestibles hasta los de limpieza; todo allí tenía un orden exacto y se podían clasificar sin problema las estanterías.
Cory caminaba tranquilo buscando la leña, aquella que se esperaba al final de todo; una ligera ráfaga de viento hizo rechinar la puerta y arremolinar el polvo y la suciedad del lugar.
Un envoltorio golpeo los tenis de Cory dejando unas leves manchas marrones, que rápidamente llegaba a pisar.

Al tomarlo se podía sentir el aroma intenso del chocolate. Los ojos Cory se posaron sobre el pasillo de su lado notando un sin fin de dulces y golosinas.Al adentrarte en aquellas estanterías podiste notar una de las cajas forzada y restos de cartón en el suelo dando indicidos de que algo o alguien había estado allí.
Un sonido metalizado resonó en el sotano proveniente del otro extremo en el cual se encontraba el muchacho, sin dudas debía rodear toda la estructura y verificar si deseaba investigar.

Cory se estremeció ante el sonido metálico que acaba de escuchar. No se esperaba que allí abajo hubiese alguien más aparte de el por lo que decidió agarrar una escoba que había a mano por si las moscas.

Se dirigió lo más sigiloso que pudo y en todo momento estando alerta por lo que pudiera ser.

Cory camino lo más tranquilo y ligeramente posible que podía en aquella circunstancia, ayudado por aquella habilidad ganada con los años para evitar el bulling y el pasar desapercibido. Había recorrida nuevamente casi todo el ancho del gran sótano, pasando por las estanterías con diferentes productos nuevamente.

Su recorrido lo llevo hasta el lugar donde se había originado el ruido, una reja ubicada sobre una de las paredes, donde la humedad, la poca delicadeza cuando fue colocada y la pintura saltada daban un aspecto un poco terrorificos. En aquella reja se podía notar una puerta envuelta con cadenas a la cual la adornaba un candado que se notaba visiblemente abierto.

Durante un momento por la cabeza de Cory pasaron diferentes ideas, desde irse hasta entrar. Tras una rápida decisión Cory, con sumo cuidado, entró de manera cuidadosa para intentar averiguar que era lo causante del ruido escuchado anteriormente.

Cory se había acercado a la puerta para observar detenidamente las escaleras que bajaban por detrás de la reja. Tras unos segundos dubitativos el muchacho tomo el valor de bajar para investigar el asunto detrás de ello. Abrió la puerta, sin poder evitar el ruido al correr las cadenas junto el candado para poder pasar y el rechinar del oxido de los pernos que la sostenían en la pared húmeda.

El pasillo corto dio lugar a un cuarto donde el olor a encierro era pronunciado, junto a la humedad y la escasa luz provista de un foco mal colocado, al cual aun se le observaba el empalme de los cables. La bodega, con forma de L, se veía aglomerada por estanterías con cajas y vinos, adornados  junto al polvo acumulado por los años y, agua y humedad  que habían estropeado algunas de las cajas y las estanterías de madera.

Un murmullo llamo tu atención, y en aquella zona difícil de observar debido a la arquitectura pudiste notar la presencia de unos de jóvenes, de menor edad, acompañados por unas copas sucias y usadas con vino. Aquellos miraban detenidamente cual hipnotizados la pared a la cual Cory parecía no tener acceso desde su posición.

Todo eso que Cory estaba presenciando, causaba demasiada intriga en el por lo que con ayuda de su valor y movido por su curiosidad decidió dar unos pasos lo más sigilosos posibles. Su objetivo era ponerse en un mejor lugar para poder ver así aquello que causaba que ese grupo de jóvenes se quedará mirando algo de manera tan hipnótica.