Partida Rol por web

Me preparaba para la noche del miércoles, aunque la lluvia torrencial podía arruinar mis planes. Tenía la intención de empezar a buscar a los caitiff de La Boca, para intentar entablar una relación con ellos y usarlos de alguna forma. Algo debían de poder ofrecer.

Fe entonces cuando sonó el timbre. Sorprendido, fuí hasta el portero electrico para preguntar quién era.

El ruido de la lluvia contra el empedrado era casi ensordecedor y así se oía por el portero eléctrico, sin embargo entre todo el ruido general y el de unos autos pasando por la calle escuchaste bien claro un: "Abre, Amador, maldito bastardo... Por el amor de Caín, ¿Quieres que te ruegue?", la voz parecía exaltada, ¿Estaba sollozando? Luego una sarta de palabras inentendibles, un timbre de voz... conocido. Dolorosamente conocido. "Sé que me estás escuchando... no me hagas esto".

Era Lucas. Tu ex ghoul, tu exhermano, tu ex. Se oía realmente desesperado...
 

Al escuchar a Lucas me llevé las manos a la sien, molesto. No planeaba verlo hasta que tuviese una gran ventaja sobre su persona, hasta que no pudiese hundirlo lo más posible y después dejarlo para que se lo coman los peces.

-¿Qué pasa? Sabés que no sos bienvenido en mi casa. - Pregunté, en parte para darme tiempo de recolectar mis pensamientos, y en parte porque no me molestaba demasiado que Lucas me ruegue por el portero desde la lluvia torrencial.

Solloza patéticamente mientras pronuncia unas palabras inaudibles, luego, como notando que eres hostil (claro, cómo no serlo) intenta componerse y dice -Se han llevado a Isabel -su ghoul, una muchacha prometedora en el ámbito de la escultura, solo la habías visto una vez en casa de Marie -No sé quiénes... No sé por dónde empezar... -hay dolor verdadero en su voz, lo cual te da una sensación de placer inmediata -Te he traído los papeles del negocio, quiero... Voy a darte la parte de Marie si me ayudas, quiero hacer un trato, tú tienes más contactos que yo... Conoces más vástagos, alguien tiene que haber visto algo -hay un breve silencio -Por favor Amador... -otro silencio aún más largo -¿Es que nunca vas a perdonarme?
 

Me extrañan mucho sus palabras. ¿Alguien se había llevado a su ghoul? Qie extraño, y de paso, ¡maldito ese que se me adelantó! Sin embargo, puedo escuchar el sonido de "cash in" en mis oidos cuando me ofrece los papeles de Marie.

-Ya, ya, subí. - Dije finalmente, tocando el botón del portero eléctrico para que la puerta de abajo se abra. Mientras Lucas subía, fuí hasta la cocina y agarré un cuchillo para carne, el cual escondí bajo mi remera y el pantalón, por las dudas.

Sus pasos por la escalera de madera se escuchan claramente, como si subiera dudando. Es obvio que está desesperado ya que de otra manera no hubiera recurrido a ti y eso se nota inclusive en su manera de andar, o será la culpa que lo aprisiona por dentro tornándolo doblemente prisionero de su cuerpo y de sus actos.

Cuando le abres la puerta que da al recibidor lo ves empapado de pies a cabeza, la ropa que lleva debajo de la campera de cuero está tan mojada como la campera misma y las gotas de lluvia le caen desde los rizos inmortales tornándolo dolorosamente bello, después de todo ¿No era eso lo primero que te había llamado la atención de él? Él pareció tener la misma terrible y punzante sensación porque contuvo el aliento al verte y aunque sus ojos alcanzaron los tuyos de manera directa los apartó al instante, quizás los recuerdos habían comenzado a llenar su mente al igual que la tuya y lo que parecía soportable de primera mano no lo era en absoluto.

Allí, con su presencia llenando el vacío que solía rodearte fue imposible evitar que tu mente volviera sobre sus pasos a aquella noche fatídica en la que todo había terminado entre ustedes, y por culpa tuya, no lo olvidabas. Tu voluntad se balanceaba entre la melancolía y una rabia injustificada que te daba la compostura que necesitabas, sin embargo con su presencia en esa habitación y sin la sire de ambos en medio todo se tornaba más difuso y los límites se presentaban menos definidos.

Tenía un morral de cuero también del que no se separó en el que supusiste que estaban los papeles que te había mencionado. Dio un giro en reconocimiento del lugar y lo recorrió con solo un vistazo, todavía tenía esa mirada de perrito asustado que lo tornaba algo inocentón y encantador, a las chicas les encantaba y a ti también hasta que la adoración fue reemplazada por el odio y el rencor. -Ni siquiera conversamos después de que sucediera la Noche de los Aullidos, sé que estabas al tanto de que Marie había desaparecido, ¿Pensaste que yo también había muerto? -inquirió alzando el mentón con una mezcla de despecho y dolor que no supiste cómo tomar.

Invité a Lucas a pasar, sin saber qué podía salir de eso. Ya había olvidado cómo lucía cuando estaba más sensible, nuestras peleas nos habían distanciado de tal forma que generalmente solo podíamos ofrecer el uno al otro una gélida mirada.

Me habló con una voz lastimosa que casi me hace sentir culpable, pero no podía echarme para atrás en ninguna de mis decisiones, no olvidaría nunca como él me sacó a mi sire. -Marie era lo que nos unía. Una vez muerta, no me pareció correcto seguir con todo este teatro. - Dije. En parte era verdad. Recordaba que cuando supe de la desaparición de Marie me sentí liberado por un lado y totalmente perdido por la otra. Mis esfuerzos se habían basado todo este tiempo en superar a mis rivales vástagos, ¿qué iba a hacer ahora que se había ido la más grande que nunca había tenido? Eventualmente tomé la decisión de que al menos me quedaría con todo lo que ella había creado.

Cuando pronunciaste tus palabras entrecerró los ojos como si lo hubieras acuchillado y estuviera aguantando -Marie era lo único que nos unía... -amainó una pequeña risa, una risa por lo bajo que no llegó a ser tal, murió en sus labios que dibujaron un rictus -Claro -dijo como si nada, te maravillaste de lo bien que podía esconder sus emociones cuando lo deseaba, de eso o del autocontrol del que estaba haciendo gala. -¿Todo este teatro? -preguntó con una pizca de ironía, abrió los brazos y luego los bajó, parecía estarse aguantando las ganas de vomitarte en la cara lo que pensaba hasta que no pudo más -Por si tu mente de vástago te falla antes de Marie, éramos tú y yo. ¿O vino un tremere y te borró la memoria con taumaturgia? -había un amargor en sus palabras difícil de eludir, sin embargo no se detuvo en él y con un gesto de la mano dio por entendido que no quería que le contestaras -Voy a cederte el 51% del negocio, he estado hablando con un abogado sobre cómo hacerlo, solo te pido dos cosas a cambio: la primera es que me des protección porque no sé qué otra cosa pueda ocurrir en este ciudad del demonio y la segunda: quiero que me ayudes a encontrar a Isabel. Al contrario de ti yo sí puedo saber lo que es el amor todavía y eso es lo que siento por ella, la quiero de vuelta conmigo.

Estaba tratando de herirte de la misma manera en que tú lo herías con tu frialdad. A veces entre lo tortuoso de las pasiones de los vástagos y su duración inasequible lo efímero del amor humano cobraba nuevo valor.

Fruncí el seño al escuchar las palabras de mi ex ghoul. Nunca había habido un antes de Marie, sin ella no habría podido convertir en sirviente a Lucas. Desearía poder volver a los días en que él se limitaba a seguir mi sombra.

- ¿Protección? ¿De qué?- Pregunté luego de escuchar lo que pedía. - ¿Acaso sabes quién se llevó a Isabel? ¿Qué es lo que pasó exactamente? - Le pregunté. Estaba en deseos de poner mis manos sobre su oferta, pero no podía evktar tener ciertas dudas. No solo no sabía si Lucas me traicionaría al final, sino que además este trato estaba lejos de lo que yo quería con mi ex ghoul. ¿Qué venganza era si él me ofrecía la rendición antes de empezar?

Te miró como solo se miran las oportunidades perdidas. Un breve rapto de furia se dibujó en su rostro unos segundos y luego volvió a desaparecer. Si solo supieras cuán importante eras para él, nunca habías dejado de serlo en verdad... Nunca había terminado de comprender del todo por qué en vez de pelearte por él con tu Sire lo habías abandonado a su suerte bajo su yugo cruel y despiadado pero ahora la revelación caía en su mente como un balde de agua fría: nunca lo habías amado, solo existía Marie para ti y nunca había dejado de existir, inclusive ahora que ella no estaba su sombra se proyectaba sobre ustedes dos... Qué iluso había sido en pensar que ahora todo sería diferente.

Había tantas cosas que ignorabas que le daban ganas de golpearte por tu ceguera, sin embargo permaneció impertérrito en su lugar analizando la situación: si había algo que le había enseñado esa puta de Marie era a tener la cabeza fría. Pudiste ver cómo su ansiedad bajó al nivel de parecer calmado, la calma que precede a la tempestad sin dudas.

-No vi qué o quién se la llevó, no -siseó y luego esbozó una sonrisa amarga -Fui a buscarla a su departamento y era evidente que hacía al menos un día que no había vuelto. Luego esos días fueron estirándose, hoy hace dos semanas que no sé de ella -explicó. -Quiero protección porque la Noche de los Aullidos yo estaba allí cuando sucedió y vi... -sus ojos se abrieron como platos -Vi a dos seres monstruosos trabándose en combate mientras todo a su alrededor era reducido a escombros y muerte -solo en ese momento se te cruzó por la cabeza que quizás Lucas no había quedado muy bien de esa visión aterradora -Ahora que vas a ser primogénito necesito alguien importante cubriéndome las espaldas -deslizó.

Solté un hondo suspiro, meditando en las palabras de Lucas. Sin duda, lo que me contaba era importante. Si era cierto que él había estado en la Noche de los Aullidos, era posible que alguien se las tuviese contra él. Sin embargo, estaba casi seguro que el asunto no pasaba por ahí. Alguien con el poder del Matusalem que mató a los vástagos de Buenos Aires no se andaba con chiquitas, eso ya lo había demostrado. No secuestraría a la amante de un vampiro de menos de un par de décadas de antigüedad en lugar de matarlo y listo. No, ahí había algo más. Sin embargo no se lo dije a Lucas. Si él creía que se trataba de algo grande, aumentaba mis chances de sacarle jugo al trato.

Acto seguido invité, finalmente, a mi ex ghoul a sentarse a mi mesa, mientras pensaba en lo que me contó. La escena era extraña, una que nunca había pensado que se repetiría, yo y Lucas juntos, hablando civilizadamente, sacándolo de un problema, como cuando lo consideraba alguien importante en mi vida. — ¿Cómo sabes que hacía más de un día que no aparecía? — Le pregunté, aún pensando en que tal vez Lucas se había inventado una historia demasiado conveniente para intentar engañarme. — ¿Y en ningún momento nadie intentó comunicarse contigo para chantajearte o algo así? Es muy raro. ¿Por qué alguien querría secuestrar a tu ghoul? ¿Tienes alguna idea? —

Tomó asiento algo receloso, no eras el único que desconfiaba, evidentemente. -Ella tenía clases de restauración la noche anterior y su portafolios de trabajo estaba en su departamento. La comida en los platos de la pileta de la cocina de su departamento llevaba varios días sin lavarse... -dijo con detenimiento -Habíamos quedado en vernos esa noche, ella no hubiera faltado por nada del mundo, créeme -sostuvo dándote una mirada de escrutinio -Nadie llamó pidiendo rescate ni nada por el estilo, el celular... No lo atendió pero llamaba, hasta que supongo que se le habrá terminado la batería -contestó a tu pregunta -No entiendo qué ha ocurrido -dijo finalmente confundido. -Su vecina me dijo que la última vez que la vio fue dos días antes de que yo fuera a su departamento, es todo cuanto pude averiguar -musitó no sin desasosiego.

Escuché calmado el relato de Amador. ¿Qué es lo que podía haber pasado? Me pregunté si mi contacto, el detective privado que contraté, sabía algo de todo eso. Lo llamaría luego. —Eso es muy raro. — Dije, pensando. Al parecer lo único que había logrado esta desaparición había sido causarle daño a Lucas, por lo que seguramente había sido una venganza personal... o quizá... —¿Fuiste a la policía? A lo mejor Isabel tuvo un accidente y no volvió nunca. Lo más probable es que, si no te chantajearon, y no se te ocurre alguien en específico que le haya hecho algo para dañarte, es que haya tenido algún tipo de accidente o percance en la calle y esté desaparecida. —

El rostro de Lucas se ensombreció ante tus palabras -La policía no sabe nada -dijo pensativo -Pero no me fijé en los hospitales, ahora que lo mencionás... -se estremeció levemente, ¿Y si estaba como N.N. perdida en algún lugar, maltrecha? ¿Y si estaba muerta? Caín no lo permitiera... -Tienes que ayudarme a encontrarla, no puede simplemente haber desaparecido -se quejó casi al borde de la exasperación. Se puso de pie y comenzó a dar vueltas por el lugar como un gato enjaulado -¿No tienes a alguien que pueda buscarla durante el día?

Observo cómo Lucas empieza a caminar nervioso, pensando en qué hacer. La verdad era que yo estaba tan perdido como él. Por lo que me había contado, no creía que este fuese un ataque a él para nada, por lo que buscar culpables era inútil en esos momentos. Seguramente la ghoul tuvo algún tipo de percance en su vida y, simplemente, murió. Solté un suspiro. —A alguien debo tener... — Empecé, como si no se me ocurriese nadie. —A lo mejor puedo mover algunos hilos... cobrar algún favor, o dominar algún mortal para que lo haga. — Por supuesto lo más seguro era que le pague al investigador privado para que haga todo, pero así parecía que usaba recursos importantes para conseguir la información. Después de todo, hacía todo aquello por el premio.

-Te agradecería mucho que hicieras eso, Amador -se para en seco y se lleva una mano al pecho espontáneamente, luego mira hacia otra estancia -Significaría mucho para mí -agrega -Se llama Isabel Flores -saca de su morral una tarjeta de presentación suya y una lapicera y escribe los datos de la muchacha.

Mira en derredor y replica -Ahí tienes sus datos y mi teléfono, como comprenderás no puedo darte los papeles del negocio ahora, tú desconfías de mí tanto como yo de ti así que primero quiero resultados -objeta y se echa el cabello hacia atrás. -Buenas noches, hermano -hay un tinte melancólico en su voz, también de enojo. Emprende el camino de salida hacia la calle sin mediar palabra.

Al escuchar las palabras de despedida de mi ex ghoul levanto una ceja. —Un momento, Lucas. ¿Así que desconfías de mi palabra? — Pregunté un poco molesto, cambiando de posición en la silla. Claro que él tenía todas las razones para desconfiar, pero no iba a dejarlo ir sin más. —Cada ladrón juzga a los demás por su condición. Si tu vas a desconfiar así de mi, ¿por qué debería dejarte ir a menos que señes de alguna manera mis esfuerzos? Por lo que sé, podrías estar planeando en no darme ni un mísero centavo por mis acciones. — Dije de forma un poco hipócrita, antes de esbozar una sonrisa. Ahora de más estaba decir que si se iba en ese momento, todo lo que hablamos habría sido en vano.

Alzó una ceja y volvió un poco sobre sus pasos -Es irónico que me pidas que confíe en vos cuando fuiste el que me apuñaló -ladeó un poco la cabeza y bajó la vista, evidentemente herido. Hizo un rictus con la boca y trató de sobreponerse. Pensó una solución y volvió a enfrentar tu rostro -Te dejo los papeles, para que los leas -abrió el morral y sacó una carpeta de plástico fina y transparente, te la lanzó para que la agarraras en el aire -No los voy a firmar ahora, no estoy loco -se atajó y su lenguaje corporal mostró una mano alzada en defensiva -No se me ocurre qué otra seña podrías querer, quizás tengas algo en mente. Vamos, habla.

Satisfecho con eso, agarro los papeles al vuelo y empiezo a hojearlos.

Cuando ve que estás entretenido con los papeles y que ya has perdido el interés en él Lucas decide retirarse no sin antes dejar salir un bufido por lo bajo de disconformidad.