Partida Rol por web

-"Tranquilo, Rene. Espero que tengamos tiempo para conversar, no te quitaremos mucho tiempo."

Podía sentir el nerviosismo del joven, no pude evitar sentir su palpitar rápido y unas pequeñas gotitas de sudor que empezaban a aparecer en su frente, brillaba.

-"¿Estás dispuesto a hablar con nosotros?

No quería levantar posibles sospechas, al parecer el restaurante no era el lugar mas seguro para preguntar sobre los Rousellot.

La sonrisa de Dante no titubeo ni un instante cuando Rene se acerco, confirmando su conocimiento de la Sheriff (y aparentemente, de su naturaleza). De hecho, casi imperceptiblemente, crecio un poco cuando este se mostro dispuesto a compartir informacion.

La pregunta de Victoria le parecio sensible y correcta, y se limito a esperar una respuesta, por mas minima que sea la señal que diera Rene. No queria comprometer a uno de los contactos de su nueva jefa, no seria empezar con el pie derecho.

-Tengo unas sugerencias interesantes sobre el menú para hacerles -dice asintiendo, -Pero primero acompáñenme a la mesa del otro lado, esta se encuentra muy cerca del baño y no es agradable para comer.

Los mueve de mesa pidiéndoles disculpas por las molestias, asegurándoles que esta mesa no les va a causar problemas porque está del lado contrario al que se abren las puertas del baño, también pueden observar que es más difícil verlos allí si entran desde la calle. René le pide al mozo que les traiga pan y unos dips como tentenpié mientras esperan sus platos, todo por apariencias. Una vez ubicados comienza a hablar nuevamente por lo bajo -Mañana por noche va a haber una reunión de los Rousellot en el almacén 5 de la calle Sarmiento 560 cerca de las 00:30. Deberían ir a "chequearla" -dice murmurando por lo bajo como quien no quiere la cosa.

Rene se mostraba muy cooperativo con nosotros. Por unos segundos me traté de imaginar el trato que había tenido con nuestra especie, dentro de mis pensamientos lo imaginaba disfrutando de los placeres que sólo nosotros podíamos otorgar a los humanos, imágenes que me hicieron sonreír en cuanto nuevamente nos dirige la palabra. 

La información al fin llegó, memoricé la dirección que nos había proporcionado y observé de reojo a Dante para saber su reacción.

"-Te agradezco mucho lo que has hecho acá, ciertamente estamos mas cómodos que en aquella mesa, ahora podremos disfrutar de lo que nos ofrece el menú del restaurante. Si, aquella persona que me recomendó el lugar se llevará nuestras felicitaciones"

Un hombre de unos 30 años entra al local acompañado de otro muchacho de piel negra que caminaba ligeramente detrás como hacen los guardaespaldas, se dirigen directamente hacia los privados. René gira apenas la cabeza y luego vuelve a mirarte, cuando constata que lo has visto espera a que se marchen detrás de las cortinas y susurra -Ese es Felipe del Sabbat, últimamente viene mucho a ver a Miguel Rousellot -inmediatamente agrega, ya en voz más normal: -Me alegra oír eso señora, los dejo con el mesero si ya no necesitan nada más de mí.

Mis ojos se posaron en aquel hombre cuando Rene nos indicó quien era. Recordé las palabras de la sheriff y me mantuve cauta y sin ánimos de llamar la atención.

Le agradecí a Rene lo que había hecho por nosotros. Sostuve la mirada con Dante y le dije:

"-Que suerte hemos tenido. Tan escurridizo lo tenían y aquí está. Mis impulsos me dicen que debemos hacer algo ahora, pero puede ser algo peligroso si no actuamos conforme a un plan"

Tome mi celular y mande un mensaje:

"Sheriff, hemos encontrado a Felipe del Sabbat. Según nuestro informante, vino a ver al Sr Rousellot. Actuaremos según nos indique"

Esperé a que la recepción de nuestro mensaje fuera expedita.

"No podemos arriesgarnos a romper la mascarada en un lugar público ni en poner en riesgo la vida de nuestro hombre allí, échenle un ojo a ambos, Rousellot y Felipe Sabbat, deben estar preparando algún tipo de trato y si Felipe va a allí es porque se siente seguro, debe ser frecuente su presencia."

Esa fue la respuesta escueta de la sheriff. Mientras enviabas el mensaje René se despidió cortésmente y emprendió su camino hacia otra mesa, en el interín les trajeron unas cervezas cortesía de la casa.

Al cuarto de hora Felipe Sabbat sale acompañado de alguien, las fotografías que les mostrara la sheriff en su móvil les hacen reconocer a Miguel Rousellot. En la entrada ambos se saludan con la mano y parten en direcciones contrarias.

Al parecer Dante se quedó pasmado frente a la opción de enfrentar a Rousellot puesto que no me ha dado su opinión al respecto. El teléfono comienza a vibrar anunciando un mensaje, la respuesta de Micaela. La leo atentamente maldiciendo la necesidad de hacer las cosas con tanta calma.

Estaba dispuesta a realizar una réplica a su mensaje cuando veo salir a Felipe Sabbat acompañado del Sr Rousellot, lo que me hace dejar el teléfono a un lado, los dos se despiden y los veo salir por direcciones contrarias. ¿A quién sigo?

Después de una breve decisión, me inclino a seguir a Felipe. 

"-Cariño, nos tenemos que ir, deprisa."

Saco de mi billetera un buen fajo de billetes de pesos y los dejo en la mesa. Tomo mis cosas y sin esperar a Dante empiezo a caminar por el mismo sendero de Felipe Sabbat.

Dante se levanta contigo y te sigue, cuando salen ven que Felipe Sabbat se aleja en una moto de competición con su guardaespaldas atrás. Miguel Rousellot está a media cuadra buscando las llaves del automóvil.

Cuando nos apresurábamos a la salida del restaurante, me fijé que Felipe nos llevaría mucha ventaja al ir en motocicleta. Quizás seguir a Miguel sería lo mas sensato, viendo que aún buscaba las llaves en sus bolsillos.

"-Dame tus llaves - le alcance la palma de mi mano para que me pasara las llaves de su auto, tenía ganas de manejar - quiero un poco de adrenalina, vamos, de prisa"

Me subí al auto de Dante por el lado del piloto. Puse las llaves y las giré para encenderlo. Estaba preparada para pisar el acelerador una vez que Miguel lo hiciera.

Dante te entregó las llaves y subió del lado del copiloto. Apenas Miguel arrancó su auto ustedes comenzaron a seguirlo desde distancia prudente. Al cabo de diez minutos llegan a una zona fabril y allí estaciona Miguel su automóvil, al bajarse tres guardaespaldas lo reciben en su casa y uno queda apostado en la puerta. Tienen fuertes sospechas de que está armado.

Una luz en el primer piso de la casona se enciende, quizás sea el estudio de Miguel. Con Dante salen del coche y logran forzar la entrada a un galpón del lado de enfrente, desde el techo pueden ver que Rousellot lleva unos documentos consigo, se sienta en su escritorio mirándolos, los firma y luego se los lleva para guardarlos.

Sin llamar demasiado la atención, subí al techo del edificio el cual Miguel había entrado. No era mucho de espiar, por lo que me tomé unos minutos para observar con atención a lo que sucedía en la habitación.

Seguramente esos documentos son importantes, puesto que los podría dejar encima del escritorio sin más, quizás la casona no suponía demasiada seguridad, pensé.

Estaba nerviosa, quería entrar en el estudio, hacer vigilancia no es lo mío. Miré hacia todos lados, atenta a lo que pudiera estar sucediendo a nuestro alrededor. El transcurso de la noche, tan tranquila hasta ahora, podría cambiar su rumbo en un chasquido de dedos.

Cuando aterrizas en el traspaso de un edificio a otro tropiezas y tiras unas sillas de metal que hay en la terraza, inmediatamente uno de los guardias de Rousellot sube a donde están ustedes, Dante lo duerme de un golpe apenas sale al espacio de la azotea. Tienen poco tiempo hasta que los otros guardaespaldas averigüen que este está knock out. Si quieren ver esos papeles deben darse prisa.

Bajan con sigilo hacia el piso inferior, se escuchan voces al fondo del pasillo, en el extremo contrario a donde se encuentra el estudio de Miguel. En ese momento el dueño de casa no está allí pero podría volver en cualquier momento, es hora de trabajar con sumo sigilo y precisión.

Estaba haciendo las cosas sin pensar y gracias a ello estuvimos a punto de que se nos descubriera. Quizás era la falta de alimento que me tenía poco atenta, ya tendría tiempo para satisfacerme mordiendo un tierno muslo femenino mas tarde, debía poner toda mi atención en los papeles y documentos que estaban encima de la mesa de Miguel.

Silenciosamente bajamos y nos encontramos ya en la habitación, me doy cuenta que hay una caja fuerte, estiro mis manos listas para hacerlas funcionar, esperando que mis movimientos sean rápidos y precisos.

La manilla de la caja no cedía fácilmente, miraba a cada rato encima de mi hombro para cerciorarme de que ningún guardia o el propio Miguel me encontrara con las manos en la masa. Miré a Dante, sería extremadamente decepcionante volver con las manos vacías donde la Sheriff.

Dante se pone manos a la obra cuando ve que no logras dar con la combinación correcta y te pide con un gesto que montes guardia, tras unos largos cinco minutos se escucha el "click" que indica que la caja fuerte se ha abierto. Te hace otra seña para que te acerques, entre los dos se ponen a mirar los documentos.

Dante estaba haciendo un buen trabajo. A pesar de que nos estamos tomando mas tiempo, las cosas están saliendo relativamente bien. 

Mientras hacía guardia con los puños cerrados esperando acertar un golpe si es que veía a algún guardia, escuché como la caja fuerte se abría para nuestro deleite. Me acerqué al lado de Dante, tomé unos de los papeles que había en ella y empecé a leer lo mas rápido que mis retinas me permitían.

No leía lo suficientemente rápido, cualquier ruido que sentía fuera de la habitación hacia que mis ojos miraran hacia esa dirección y cuando creía que no había peligro en los alrededores, seguía leyendo.

Le acerqué el papel a Dante.

"-Vamos, ayúdame a descifrar esto Dante."

Dos pares de ojos eran mejor que uno.

El gangrel se toma el mentón y comienza a leer el documento a la par tuya, en sí la información (a pesar del lenguaje críptico y mal redactado de los documentos legales) es bastante clara: si mueren los hermanos Rousellot todos sus negocios pasan a manos de Felipe Sabbat.

Dante te sañala el borde de las hojas en el que están las firmas de los tres (los hermanos Rousellot y Felipe Sabbat) y te dice entre susurros -Estos documentos se hacen y firman por triplicado, si Miguel tiene solo uno quiere decir que los otros dos tienen los restantes. Creo que debemos llevarle esto a la sheriff e ir al almacén que nos dijo René, estoy casi seguro de que harán el rito de iniciación mañana.

Lo que teníamos entre manos era de un alto valor informativo. Asentí a las palabras de mi compañero Dante y le indiqué que teníamos que salir rápido de este lugar, dudaba del silencio en el que aún nos protegíamos, quizás nos habían oído. 

"-Vamos a ver a la Sheriff, entonces. Debemos irnos ya."

Le pedí los documentos, los doblé cuidadosamente y los resguardé en mi chaqueta. El techo era el mejor lugar por donde escapar, por lo que me preparé para ir hacia el.

Con supremo cuidado lograron subir por las escaleras nuevamente hacia la terraza y de allí colarse por las azoteas hasta donde tenían el vehículo de Dante.

No fue hasta alejarse bastante de la zona fabril que respiraron un poco más aliviados y pudieron recapitular lo ocurrido hasta ese momento: habían obtenido información valiosa y una dirección en la cual podían emboscar al Sabbat y frustrar sus planes, podía decirse que habían cumplido su misión con creces.

La reunión con la Sheriff fue fructífera, la assamita se mostró deleitada con el documento (el cual quedó archivado para futura evidencia) y dijo que era una prueba irrefutable de los planes de dominación del Sabbat en la zona oeste de la Capital. Les asignó dos assamitas más para que les guarden las espaldas en el almacén a la noche siguiente y los mandó a descansar.