Partida Rol por web

La mujer de las trenzas me corto el camino hacia el primogenito brujah, Nueva sheriff con razón nadie le decía nada por su ropa!. Explico la situación, entendía las precauciones y puse mi atención en los grupos que conversaban y los solitarios que deambulaban en el recinto.

_¿Hay alguien que requiere especial vigilancia?_ Pregunte sin despegar mis ojos de un grupo en particular de dos hombres y una mujer desconocida. Mire a Dante_ ¿Como queres hacer? ¿Nos mezclamos entre los vástagos o esperamos en las esquinas?_Me saque los guantes eran un estorbo para trabajar.

-Dicen que nuestras obras valen más que nuestras palabras.

-Más aún en circunstancias como las actuales, cuando todos somos necesarios. No había venido a la ciudad por mero placer, La Torre estaba en problemas.

Poco después todos los presentes miraron en dirección a una extraña figura femenina que hizo acto de presencia, pero fue el hecho de que desviasen la mirada con prontitud lo que me reveló que ella era alguien de cuidado.

Casi en el mismo momento se unió a nuestro grupo un vástago de aspecto juvenil. Gracias a mis contertulios puede despejar mis dudas sobre su identidad: era Facundo Bahl, con quien tenía una cita prevista la noche siguiente.

-Es un gusto conocerle antes de lo previsto, Sr. Bahl. Soy David Burton-Miller. Tendí mi mano para saludarle.

No me correspondía presentar a la magi, menos en una ciudad donde desconocía a la mayoría.

Miro a Elizabet con cierta intensidad, analizándola y grabando en mi mente cada detalle que capto. Muchas mortales se ruborizan con ese tipo de mirada.

Aunque la retiro antes de que sea demasiado evidente, para observar la llegada de los primogénitos y la Sheriff.

María continuaba observando cuando la guardiana se acercó. - Juana, bellísima ambientación, mis respetos hacia tu trabajo, es impecable. Ojalá fuesen otras las circunstancias y fuese esta solo una noche de placer. Esperemos pronto vuelva todo a la normalidad.

- Las cosas en La Jabonería están tranquilas, al igual que todo... y todos... extraño que con todo lo que hemos vividos puedan estar tan relajados. Sin lugar a dudas nadie espera la tormenta que se viene.

Observó la llegada de los primogénitos y de la Sherrif. La señaló con la cabeza.

- Sin lugar a dudas es extraña... ¿Cumple bien con sus funciones? Las relaciones entre los Guardianes de los Eliseos y los Sherrifs suelen ser complicadas.

Los leves bucles de María se agitaban sobre su cara mientras conversaba con la Guardiana del Elíseo. Al acercarse Antonelli asintió con la cabeza saludando a la Arpía. Aquella noche se la veía "en su salsa".

- Antonelli, han hecho un trabajo maravilloso esta noche. Es un placer estar aquí, gracias. Luego se dirigió a Amador. Conozco al señor Rodríguez, claro. No nos hemos relacionado mucho, pero pertenece a la Rosa. Buenas noches Amador.

María estaba siento correcta y amable aunque claramente no estaba nada relajada. Esperaba con ansiedad la presencia de la Senescal para saber qué estaba ocurriendo.

“no, no ¡no!” veo por el rabillo del ojo llegar a los primogénitos malkavian y brujah, la sheriff que… ¡¿Qué es lo que trae puesto esa mujer por el amor de Dios?!...  Y por otro lado, más directamente a Dante, “¡te encontré!” junto a… le sonrió a modo de disculpa, prometiendo con los ojos que enseguida estaré con él, solo debo llevar a Amador junto a María… y listo.

Ella nos saluda mucho más rápido que yo misma, está magnifica en un sencillo pero no menos elegante vestido rojo, y su larga cabellera de ébano suelta, en un peinado que definitivamente… “Juana querida, ¿aún no le has preguntado si lo que tiene en la cabeza es un nido de pájaros?” pienso con cierta desazón mientras mis labios forman una sonrisa de bienvenida, completamente encantada con ella.

-María querida, permíteme darte la bienvenida a la fiesta, te ves francamente hermosa… tu presencia enriquece la fiesta- sonrió mientras le doy un beso en la mejilla izquierda- gracias, tus palabras hacen que el trabajo valga la pena- aseguro alegremente mientras sonrió alegremente al ver que ella saluda a Amador- Pues sí, te he traído a un compañero del clan, Amador es francamente agradable- aseguro mientras miro a Juana de reojo sin ignorarla del todo- Amador, estoy segura de que disfrutara de la compañía de la señorita de Alvear, querida lo dejo en sus gentiles manos, disfruten de la fiesta por favor… yo debo continuar con los invitados… si logro terminar con ellos, os aseguro que volveré con ustedes Amador, María... Juana–aseguro con una sonrisa mitad de disculpa mitad de despedida, aparto mi mano del brazo de Amador y camino en dirección a Dante.

Formulo una sonrisa apresurada en su dirección.

-Dante querido, que placer verte esta noche, bienvenido –me detengo a su altura besando su mejilla como saludo rápido- ¿Qué te parece la fiesta? –pregunte sonriéndole a su acompañante, si aún estaba con él y dando un vistazo al resto de la sala, complementando mi pregunta, aprovechando el gesto para buscar a los primogénitos, y ver si estos estaban o no acompañados o más bien, dónde estaban. 

Dante habia respondido a la llamada de la nueva Sheriff con una gracilidad que hacia creer que iba a sacarla a bailar. Mantuvo su ceño serio, sin embargo, cuando esta les transmitio la orden de la senescal. La cara era la de un profesional, no la del candente muchacho que habia intervenido en favor de Victoria.

-Ninguna, mi señora. Entonces, si nos permite... dijo con un asentimiento apenas perceptible, señalando que volvian a sus puestos. Luego se volvio a Victoria mientras se alejaban Dejate los guantes: Tenemos que llamar la menor atencion que nos sea posible. Vamos a pretender que nada paso, y sigamos en la nuestra.

Con paso delicado, riendo cada tanto como si Victoria le estaria contando un chiste, se dirigio mas o menos al puesto que ocupaban, cerca de la banda, donde ya lo esperaba alguien mas.

-Anto! saludo Dante, siempre tan efusivo, devolviendole el beso como suelen hacer los porteños, costumbre tan extraña para los extranjeros Como te trata la noche? Por la facha, diria que bastante bien! Hey, ya conociste a mi amiga Victoria?

Le dedico a la arpia una sonrisa complice: Por supuesto que ya la tenia vista.

-Viste a la nueva Sheriff? Dios, solo me puedo imaginar la cara de Juana... Quien fuera mosca, para ver ese encuentro desde la basura!

“¿Anto?” es el pensamiento que me pasa por la cabeza, destrozándome los nervios antes de mantener mi sonrisa dulce ante él, Dante me pregunta cómo estaba y por supuesto se refiere a mi vestido, negro y largo al suelo.

-estoy bien querido, pero no tanto como tú…  estas muy elegante- me permití decir antes de apartar mis ojos a la joven, la mire esperando que Dante me la presentara, aunque se me ocurría que podría haberla visto en el pasado simplemente no la hallaba.

-Encantada de conocerte, Victoria –le sonreí dulcemente, entendiendo a Dante; si, por supuesto que la había visto: todo el mundo había visto como Juana la sacaba de la fiesta,  antes de arrepentirme puse una mano en su brazo y le di un beso en la mejilla-  bienvenida a la fiesta, yo soy Antonelli… soy una de las encargadas de la recepción, junto a Juana Latour-  sonreí dulcemente en su dirección alejándome de ella tras ello y mirando a Dante con cierto sobresalto al escucharle hablar, no está entre mis planes atacar a la sheriff, aunque me encantaría.

-Dante… si alguien no ha visto a Micaela me sorprenderé gratamente- sonrió con tensión y doy un vistazo rápido a Juana y a la dama de negro- la pobre Juana debe estar al borde una crisis, no niego que yo también… ese acto suyo fue muy premeditado -baje el tono de voz y parpadee más por jugar con la forma en que mis pestañas caían sobre la palidez de mi rostro que por otra cosa para luego sonreír- creo que ha escandalizado a la mitad de los presentes- digo con voz leve llevando una mano hacia un mechón de cabello al que doy vueltas entre mis dedos – aunque fue divertido ver a los toreador sobresaltarse, creo que si hubiera sido otra fiesta lo  habría disfrutado… - sonreí con una pizca de diversión un poco mirándoles a ambos- Estoy segura de que Juana sabrá actuar a la altura, no es… la guardiana del eliseo por nada- determino tras unos segundos, esperando y luego viendo a Victoria- ¿Qué piensa usted Victoria? 

Guarde los guantes en la cartera de mano_No es la primera vez que hago este tipo de trabajo, así que tratame como un colega y no una niña_Conteste fríamente_Si tengo romper huesos, prefiero mis manos libres de estorbos_

La mujer rubia era una anfitriona de la fiesta, me beso y conté hasta diez para soportar semejante invasión. Odio el contacto con extraños, sobretodo en situaciones como esta. _Creo que la señorita Latour hace su trabajo y la Sheriff el suyo, incordiarse mutuamente por cuestiones poco importantes como la etiqueta, me parece un desperdicio de esfuerzo y tiempo_Dije tranquila, estaba molesta por el mal momento que me hizo pasar la guardiana del elíseo pero, entendía su "preocupación" por más estúpida que fuera_¿Vos sos la asistente Latour?_Pregunte tratando de deducir que papel jugaba en todo este circo. 

-Oh, María Malena -se tomó la confianza de llamarte por tu nombre de pila -Viniendo de ti es un honor semejante halago -se tomó un lado del rostro, luego su rostro se oscureció un tanto cuando hablaste sobre la noche y las circunstancias de la fiesta -Sí, esperemos que la señora Senescal pueda realizar el trabajo que tiene por delante sin contratiempos, ¿verdad? -preguntó mirándote, tratando de dilucidar sutilmente (o no tanto) si estabas del lado de la senescal o no.

-Creo que justamente por lo que hemos vivido algunos se están dando licencias esta noche -se giró divertida como dando un paneo a los presentes y su rostro volvió a oscurecerse cuando mencionaste a la sheriff -Es... dura. Reconozco que con su presencia cualquiera lo pensaría dos veces antes de hacerla enfadar, por lo que sé hay que tener coraje para presentarse vestida como una ninja medieval en una  fiesta del Elíseo, más si estoy yo a cargo de recibir a los invitados -se rió, luego agregó más seria -Si Mercedes confía en ella, no nos queda más remedio que nosotros hacerlo también.

Juana habla con María Malena y presencia como Antonelli se aproxima con Amador para presentarlos, aunque los toreador ya se conocían. Luego Antonelli se alejó en dirección a Dante, el azote gangrel, y otra muchacha... ¡Ah! La mendiga brujah. Ahora sí que se veía presentable esa vástago, pensó para sí.

Los primogénitos brujah y malkavian se dirigían hacia María Malena, dispuestos a saludarla.

-Buenas noches, María Malena, Juana -saluda con voz seca el primogénito malkavian y se pasa una mano por el cabello peinado hacia atrás. Lleva un traje negro, camisa blanca y una corbata con un patrón de llamas en cobre y bordó muy llamativo. No era que estuviera enfadado ni nada pero por el tono la toreador podía saber que el hijo de malkav se había levantado del lado malo de la cama -Qué decoración más odiosa para un lugar tan solemne -se queja, mientras Juana lo escucha con una sonrisa congelada en los labios. A su lado el primogénito brujah se ríe por lo bajo.

Los ojos verdes del lunático se detienen en el vástago junto a Malena -Matías Dueñas, un gusto.

-Claro Jules, será un gusto continuar con estos temas- mientras hablaba escuchó las palabras de David saludando a Facundo, por un momento se sorprendió pero luego lo comprendió claramente, entre los cuatro caballeros tenían mas dinero que el de algunos clanes enteros -Que generoso ha sido el destino en cruzarnos a los cinco, no solo compartimos buenas conversaciones sino que ademas podemos hacer excelentes negocios. Les propongo que una de estas noches repitamos este encuentro, me siento a gusto con vosotros. Es mas, los invito a que bebamos unos tragos de exquisita vitae con pureza controlada, la mejor de Recoleta, y aprovechar ese momento para continuar estos temas tan interesantes- les dice sonriente y notoriamente a gusto. No hubiese invitado a ningún desconocido a sus dominios, era muy reservado con su privacidad, aunque su clínica estaba abierta a muchos, su hogar solo había sido visitado por pocos cainitas fuera de su clan. Sin embargo, conocía a cada uno de los caballeros por separado, y esta unión casual era una buena oportunidad para profundizar esos lazos. La dama, en cambio, era todo un desafío, hacía minutos que la conocía y sabía perfectamente que ningún Tremere aceptaría su invitación y jamás se le hubiese ocurrido invitar a uno de ellos por mas cerca que estuviese su capilla de su morada, aún así esta mujer le proporcionaba encantos y misterios que no podía dejar pasar por alto, por lo que hizo extensiva la invitación a ella también.

- Si me permiten, a mi me gustaría saludar a la Guardiana del Eliseo, hay modales que conviene no perder aún por una buena conversación. David, Elizabeth, no se si la conocen, será un gusto para mi presentarlos a la Toreador, si desean acompañarme, claro- no quería cortar el grato clima que se había generado, pero era el momento, no tenía sentido demorar mas la obligada cortesía.

Devolvió con firmeza los estrechones de manos de los tres señores, en tanto escuchaba las profusas palabras que se intercambiaban. Enseguida le quedo bastante claro que no era un asunto de su incumbencia; los temas de ese tipo simplemente no encajaban con sus marcos de trabajo, a los cuales Facundo prestaba mayor atención.

No obstante no dejo de notar la forma en que era incluida la mujer del grupo en la conversación. Por otro lado, el señor Miller también era un caso aparte. Esbozo un leve gesto de asentimiento ante su presentación, pero antes de comentar algo ya el doctor estaba hablando nuevamente.

-Me extraña que las señoras Latour o Antonelli no les recibieran apenas llegaron.., Seria lo mejor solucionarlo cuanto antes, sin duda. La reunión no tardara en comenzar. +acoto, apoyando la moción+ Señor Miller, ciertamente debe aprovechar esta noche sabiamente. Hay mucha gente aquí que vale la pena conocer. En cuanto a la dama… si se encuentra en tan distinguida compañía seguramente también debe ser alguien así, pero me temo no nos han presentado. Facundo Bahl.

Al decir esto le tendió la diestra abierta, solo para ver como reaccionaba al saludo, mientras la estudiaba atentamente.

La tremere te da una mirada intensa y te sonríe mientras tus ojos la recorren, parece halagada y divertida como una víbora que analiza a un ratón al que tiene hipnotizado, cuando todos giran hacia los primogénitos te guiña un ojo y de inmediato se hace la desentendida encarando directamente hacia Facundo.

Asentí a las palabras del más que evidente Guardián pero no dije nada después de su pequeño “acto”, en verdad qué se puede agregar después de eso. A veces es sabio callar.

Jules parecía ventrue y hablaba como uno, ¿Sería? Un hombre pragmático, práctico. Me gustaba cómo pensaba, sin los dogmatismos que afectan a los vástagos de poca inteligencia. No puedo evitar mirar a la sheriff analizándola mientras pasa, un escalofrío me recorre: hay que tener cuidado con esa condenada assamita, me pregunto quién habrá sido la lumbrera que le sugirió tal cosa a la Senescal. Y qué ha sido de Baltasar, el anterior sheriff.

Entonces no puedo evitar girarme al oír que Franco nos invita a su residencia... Qué descarado, qué atrevido. Me río, no puedo evitarlo. No quiero que me malinterprete y enseguida me compongo -Qué gentil de vuestra parte invitarnos, señor Noble -modulo con algo de dramatismo mientras asiento en reconocimiento. Ojalá fuera más desagradable. Esta claro que jamás podré asistir a una de esas reuniones. Jamás, a menos que quiera la muerte definitiva; miro en derredor por si acaso Eusebiusz ha llegado, estoy jugando con fuego -Agradezco el ofrecimiento, señor mío, me temo que el Pontífice me presentará en cuanto llegue -replico algo enfadada por perder mi libre albedrío inclusive cuando él está ausente.

Se acerca un joven vástago, o por lo menos lo aparenta, que parece conocer al resto, salvo al señor Burton Miller y a mí. -Ohh, soy Elizabeth Lamothe, distinguida por extensión -suelto bromeando sobre sus palabras y extiendo la mano -Encantada señor Bahl.

-Ha sido un gusto conversar con ustedes, pero seguiré el consejo de quien me ha administrado acertadamente parte de mis bienes en la ciudad y aprovecharé para ser presentado ante la Guardiana del Elíseo. Un gesto en dirección a Facundo para evitar cualquier confusión. Una buena referencia nunca estaba de más..

-Espero verles de nuevo pronto. Considerando la invitación del Giovanni seguramente sería así. -Doctor, cuando guste.

-Victoria, ¿Cómo estás? -se escuchó al primogénito brujah saludar a su protegida mientras se acercaba por detrás de Matías dueñas, escabulléndose y dejándolo en compañía de Juana y otros toreadores -Dante Morgan -saludó al gangrel por su nombre y apellido, -Por fin nos conocemos- extendió la mano. -Antonelli, estás encantadora-saludó con una sonrisa carismática -Hay muchos vástagos presentes, pensé que iban a asistir menos... ¿Ya los saludó la sheriff? -Preguntó más en broma que en serio.