Partida Rol por web

Kyle Katarn miró un poco perplejo al ewok. Habían pasado diez años y todavía seguía con aquellas tradiciones de saludos y costumbres tribales que hacía el pueblo de Endor.

-Si claro, Kyle Katarn. Yo también te saludo.- Contestó estrechándole la mano a Wistie.

-En cuanto a la pregunta de la padawan, no vamos a ir a ninguna parte, vais a ir vosotros con vuestra maestra, yo me quedo. Al borde medio si queréis saberlo.- El maestro Katarn se puso en marcha por los pasillos mientras continuaba explicándoos la misión.

-Vuestro trabajo consistirá en ser la escolta de una de las personalidades más... personales ahora mismo en la galaxia. Sé que no suena a una trepidante misión de aventuras, pero nunca se dijo que el trabajo de un jedi fuera únicamente ir de aventuras.- Al llegar, el maestro Katarn pulsó el mando que accionaba la puerta del gran salón, el mismo que una década antes, os había visto llegar siendo adolescentes. -Además de protectores, los jedi somos guardianes de la paz. Se han salvado más vidas con las palabras adecuadas que con los sables de luz, de eso podéis estar seguros.-

Kyle os condujo adentro. Delante vuestro se hallaban las escaleras que conducían a los ventanales de piedra del gran salón, donde se hallaban dos figuras envueltas en una conversación. Una de ellas era el maestro Luke Skywalker, no había duda. Su aura en la Fuerza era poderosa, pudiendo sentirla sin proponéroslo. La segunda persona era una mujer que llevaba ropas grises y elegantes, pero funcionales. Tenía un emblema en el hombro izquierdo que no sabríais reconocer y su pelo era de color rojo recogido con una singular diadema. 

Al verla más de cerca, mientras subíais las escaleras, pudisteis ver que la mujer tenía porte regio y su sonrisa amable escondía una poderosa determinación.

-Maestra Umdala, Padawans, os presento a Bo-Katan Kryze, regente del pueblo mandaloriano.-

-Es un placer conocer a mis guardaespaldas.- Dice la mujer mandaloriana.

Wistie se sorprendió, no esperaba que Katarn le tendiese la mano para saludarle según sus propios terminos, pero el ewok se la estrechó aceptando el gesto diplomaticamente.

Wistie siguió a Katarn todo el camino hasta el gran salón en donde pudieron percibir la presencia en la Fuerza del maestro Luke, como si fuese un oleaje espiritual. Saludó entonces a Luke utilizando el gesto con su mano drecha, y luego observó a la hembra humana.

— Bo-Katan, yo soy Wistie. — Le dijo, saludandola y presentandose, pero sin realizar con ella el gesto con su mano. — Mis respetos a usted.

Sena se quedó bastante sorprendida en inusitadamente callada cuando su "misión" les fue presentada. Conocía perfectamente a esa mujer, su historia y su reputación de temible guerrera la precedía. El gesto de Sena se ensombreció por la duda unos instantes, mirando de reojo a sus compañeros y a los maestros.

-Su fama le precede, Bo-Katan.- se adelanta para tenderle la mano, mirándola fijo a los ojos con seriedad- Tanto que no acabo de entender porqué una mujer de su probado talento recurriría a la protección de tres padawans recién ascendidos. -ahora desvía la mirada hacia los maestros Jedis, con un aire incluso inquisitivo, al borde de lo que sería considerado correcto en esta situación- ¿Es una misión de verdad o tan sólo una prueba? Porque escoltar a una autoridad que bien se vale para vencernos a los tres en combate me parece una pobre manera de gastar una broma de mal gusto, si se me permite hablar con libertad.- tal vez Sena estaba un poco molesta, mantenía el control de sus emociones pero su mordacidad afilaba su lengua como una piedra haría con un pedazo de acero.

De todos es bien sabido que los mandolorianos son un pueblo guerrero con ciertos códigos de honor y conducta. En concreto, la Regente Bo-katan había sido dada por muerta en los días del imperio, cuando este masacró al pueblo (y también al planeta) de Mandalore, quien posteriormente se alzó en una nueva revuelta liderada por ella y el resto de su gente desperdigada por la galaxia en una reconquista atroz. 

Es la hermana pequeña de la antigua Regente de Mandalore, por lo que su reclamo de ascenso al trono es justificado. Ahora mismo el pueblo de Mandalore se afana en servir como cazarrecompensas por toda la galaxia consiguiendo créditos para la terraformación del planeta, el cual está siendo tratado por los Ithorianos. Se cree que tardarán varios cientos de años en lograrlo.

-Sena, aunque sea cierto, no es muy cortés.- La maestra se apresuró a corregirte, o tal vez reprocharte de manera suave tu comportamiento. -Un jedi debe ser...

...paciente. Algo de lo que carece mi pueblo.- La Regente de Mandalore interrumpió a la maestra mientras hablaba. -Un gran jedi puede ser algo más que un sable de luz. Puede que os derrote en combate, pero hay otras habilidades que no poseo, y los jedi han acudido en ayuda de mi pueblo para paliar esas deficiencias.-

La Regente os miró a los tres, uno a uno. -Nunca había conocido a un ewok jedi, es algo inusual, al igual que dos chiss, a los cuales les gusta más el juego político de poder que concentrarse en la meditación y la Fuerza. Mi pueblo está exhausto pero avanza con valor y determinación hacia un nuevo comienzo. Los pecados del pasado quedaron atrás, y ahora nos concentramos en nuestro futuro. Un futuro que puede que sea... corto. 

Wistie escucha las palabras de Sena con atención, mirandola impresionado, no había visto para nada más allá como para poder suponerlo o deducirlo. Él ewok vuelve a voltearse hacia la humana y ahora que la ve con más cuidado él puede decir que tiene la seguridad y resolución de un guerrero.

— Siempre han habido brujos... — Le responde Wistie. — O "sacerdotes" del Árbol Espiritual. Quizás también podrían ser Jedi, pero nadie del exterior vino a la tierra ewok de Tah Nah hasta que llegaron los guerreros blancos de la Estrella de la Muerte.

Wistie la miraba fijamente, hasta que, al decir lo último, aparta la vista hacia un lado... dejando que un recuerdo en su mente le distraiga.

—Es un honor que la heredera del trono de Mandalore sea la primera persona que debemos escoltar —intervino Kanuth —Sólo espero que si alguna vez conseguís vuestro objetivo de recuperar y restaurar vuestro planeta natal, no os olvidéis de unos humildes aprendices.

Había ignorado deliberadamente la velada crítica sobre su pueblo, que tuvo que reconocer tenía algo de cierto. Ahora, como futuros Jedi, debían de mostrar ciertas cualidades. Sobre todo delante de dos Maestros.

—Decidnos, ¿cuál es nuestro destino?

Sena recibe con estoicidad la pequeña reprimenda de su maestra, se la había ganado a pulso y no iba a rechistar, pero su vista volvió a la mandaloriana al notar que ésta continuaba hablando y explicaba sus motivos por sí misma, lo cual sorprendió a la chiss porque suponía que serían los maestros quienes darían las explicaciones oportunas.

Pero estaba claro que Bo-Katan no necesitaba que nadie hablara por ella lo cual por un lado le gustó a Sena pero por otro pensó que tal osadía podía ser demostrar tal vez un exceso de confianza por su parte al hallarse recibiendo la hospitalidad de los jedis.

Más o menos satisfechas sus dudas, la chica dedica un asentimiento a la mandaloriana y espera a que sean respondidas las cuestiones de sus compañeros. No parecía haberse dado por aludida con respecto al comentario sobre la raza chiss.

-La Regente Kryze debe volver a su planeta natal, Mandalore, por asuntos de estado.- Intervino Luke. -Vosotros la escoltaréis y seréis los embajadores de los Jedi en el planeta.

-Para nosotros será un honor.- Respondió Vuestra maestra con una reverencia.

-Para mi pueblo también.- Contestó Bo-Katan con una inclinación de cabeza.

-Odio fastidiar las despedidas pero sería conveniente que partiéseis cuanto antes.- El tono de urgencia del maestro, aunque disimulado, no os pasó desapercibido. Parecía que allí había algo mas que una simple misión diplomática.

-Cierto. Y de verdad espero que el viaje sea tranquilo.- Contestó con cierta diversión la regente mirandoos a los tres jóvenes padawans. -Habrá más ocasiones de demostrar vuestra valía. Si me disculpan, voy a prepararme.-

La Mandoloriana bajó las escaleras y desapareció por una de las puertas que conducían a los pasillos de las habitaciones de invitados, dejándoos a los jedi solos.

-¿Se lo dices tú o se lo digo yo?.- Preguntó el maestro Kyle a Luke.

—Agradezco enormemente que todo lo que necesitemos saber se nos diga ahora —comentó Kanuth, con un evidente y ácido tono en sus palabras. Había cosas que no se borraban con facilidad, y aunque hubieran pasado años, seguía viva la herida de haber sido entrenados por un seguidor del Lado Oscuro sin saberlo—. Todo lo que nos ayude en la misión será bienvenido.

-¿Decirnos qué?- inquiere la chiss, con un tono un poco desconfiado, esperando una mala noticia ya que todo el asunto ya le olía a chamusquina. Desvía una mirada cómplice hacia sus amigos y se cruza de brazos. Admiraba y detestaba a partes iguales las formas tan correctas de Kanuth, aunque se ahorraba poner los ojos en blanco porque estaban delante de los maestros.

Cuando Bo-Katan comenta que ya habrá en un futuro otras oportunidades de demostrar la valía... Wistie inclina la cabeza y, debajo de su manto, lleva su mano izquierda a la empuñadura de su larga espada. Su semblante cambia a uno más pensativo que de costumbre. Distraido, no mira a Luke cuando este interviene y tampoco ve la reverencia que hace su maestra.

Cuando Bo-Katan se retira, Wistie escucha la pregunta que Katarn le hace a Luke, pero el ewok al oirla entiende que se esta refiriendo a contarle algo a Bo-Katan, ya que la pregunta fue hecha justo después de que la líder se retirara y ellos tres estaban aun ahí justo delante de los dos maestros. Pero las reacciones de sus dos compañeros le hicieron dudar a Wistie sobre lo que había entendido. Quizás aun se escapaban de su entendimiento varias sutilezas del idioma.