Partida Rol por web

Gracias Roz, me alegro que te guste el café. Siempre tendrás una taza dispuesya para ti en esta casa. - digo con sinceridad, pues ya le estaba tomando algo de cariño a la babosa.

Se nota que es excesivamente influyente Roz, pero tampoco iba a amilanarme ante un patán cualquiera, después de todo corregir mis equivocaciones no implica sólo hacer cosas buenas, sino también, intentar que otros no hagan cosas malas. -  respondo con tranquilidad antes de tomar un sorbo de té.

En cuanto a mi trabajo, pues bien, en definitiva, ser boticario nunca sería mi primera opción, pero si desde allí puedo ayudar más a la ciudad, pues bienvenido sea. - agrego mientras bajo mi taza con elegancia.

En verdad, por ahora sólo quiero ayudar a otros, creo que es la mejor forma de reparar una vida de egoísmo y egocentrismo. Aunque si luego se abre otra línea de trabajo desde la cual ayudar, pues bien con gusto la tomaré, siempre y cuando pueda mantenerme alejado de la política.

Eso si sería un problema para mi, no quiero volver a estar cerca de la política nunca más, pues ese nefasto juego de poder podría resultarme muy tentador. - confiezo algo apesadumbrado, recordando mi pesadilla.

Al oír tus palabras, ideas y las ganas que tenías de reformarte Roz no pudo evitar sonreír con unos afilados y separados dientes.

-Tienes ideas claras de lo que no quieres. Eso es positivo -Comentó apuntando en su libreta- Estar con el Profesor McKrill te ayudará con tu temperamento, recuerdo que no era muy bueno, te dará paciencia y podrás ayudar con sus medicinas. Más adelante le derivaremos. ¿Necesitas algo en especial o quieres comentarme algo más?

Pues verás, se que es poco probable que me devuelvan mi bastón y mi magia, pero me serían de mucha ayuda para situaciones como las de anoche. 

¿Puedes ayudarme con eso Roz? Con eso y un jardín botánico para poder tener ingredientes frescos para los remedios. - digo con tranquilidad.

Roz torció el gesto y puso una mueca.

-Lo de la magia y el bastón aún es complicado, querido. Pero si sigues así pronto lo tendrás aunque debo informarte que en TalesTown la única magia que es válida es la que sana o ayuda. El jardín botánico, en cambio... Lo tendrás para mañana sin ningún problema. A tu libre disposición

Gracias Roz, en verdad te lo agradezco. Bueno, debo ir a trabajar, quédate cuanto gustes, mi casa es tu casa, sólo  no olvides cerrar al salir. - respondo con amabilidad.

Que tengas buen día. - digo mientras me pongo de pie y me dispongo a coger mi uniforme.

Una vez con el uniforme, me dirijo a la droguería a trabajar.

Te despediste de Roz y te dirigiste al trabajo con tu traje ya preparado. Ese día pudiste fijarte en los hijos de los héroes yendo a sus respectivos centros educativos. No viste a Herc Jr ni a Mijad pero si lograste ver a la chica de cabellera pelirroja aunque ella no se fijó en ti esa vez.

Podías ir a hablar con ella o seguir tu camino al trabajo tranquilamente.

Al ver a la chica, decido acercarme a ella, después de todo me había dejado intrigado, quizá con algo de suerte hasta podría entablar amistad con ella.

Buenos días señorita, que gusto cruzarme nuevamente con Usted, anoche me hubiese gustado presentarme adecuadamente, pero la situación no lo permitió.

Soy Raziel ¿Cómo te llamas? - pregunto con amabilidad.

Al principio la muchacha, que iba con una compañera de aspecto heavy se sobresaltó pues no esperaba que la asaltaras así. Un rubor pobló sus mejillas y se abrazó a su carpeta.

-Esto... Me llamo Amira... Soy la hermana de Mijad -Contestó mientras la chica heavy te miraba extrañada- Y... Ella es Megan. La hermana de HJ

Un gusto conocerlas a ambas, espero puedan mantener a sus hermanos fuera de problemas. 

Por cierto, estoy trabajando el la droguería del profesor Mackrill, no duden en pasar por allí si necesitan algo, se preparar excelentes remedios contra casi cualquier cosa. - digo en tono amable.

Así que es hermana de Mijad y su amiga de Herc Jr., pues bien esto se puso por demás interesante. - pienso mientras sonrío levemente y asiento con la cabeza con mucha delicadeza.

Bueno, no les quito más tiempo, si necesitan algo, ya daben dónde encontrarme. - digo a modo de despedida, al tiempo que me dispongo a ir al trabajo, después de todo no quería que ellas llegaran tarde a la escuela, ni yo a trabajar, aunque aún disponía algunos minutos de sobra.

-Gracias por evitar usted ayer que se metieran en problemas -Dijo Amira con cierto rubor pero bastante valentía sólo por el hecho de hablarte. Una vez dijiste que te avisaran si necesitaban algo Amira se despidió de ti con la mano mientras que Megan... Se mantenía a una distancia prudencial, era normal- Ten buen día, Raziel -Se despidió para volver a emprender su camino a clase y tú al trabajo

Todo hacía presagiar que sería un buen día, por lo que llegué al trabajo ailbando una cancioncilla alegre ("Las noches de arabia")

Buenos días profesor, el día de hoy terminaré ese nuevo remedio para el resfriado y empezaré con el ungüento contra las erupciones cutáneas y con algo de suerte podré preparar también ese extracto para la memoria con aceite de higado de bacalao. - digo alegremente mientras paso a la trastienda para iniciar mi trabajo.

Al entrar en la tienda encuentras al profesor silbando una cancioncilla* igal de pegadiza que la tuya mientras coloca distintas cosas de oferta en la tienda.

-¡Buenos días, Raziel! ¡Una mañana hermosa! ¡Adelante, muchacho! ¡Crea! ¡Crea sin dilación! Yo estaré aquí para lo que necesites

Buenos días profesor. - respondo al saludo y paso de inmediato a la trastienda a trabajar en mis formulas personales para la gripe, la alergia y el dolor de estómago.

Tras dejar todo dispuesto empiezo a macerar los preparados para que se conviertan en verdaderos remedios.

Luego empiezo a trabajar en un ungüento para las quemaduras, estos remedios tardarían unos 3 o 4 días en estar listos pero ya estaban en proceso.

La verdad es que esto de la preparación de remedios y ungüentos se me daba de maravilla y me resultaba bastante relajante.

Trabajaste un buen par de horas en tus distintos remedios no-basados en peces lo cual seguramente ayudaría bastante a Tales Town.

Por primera vez en los dos días que trabajabas ahí oíste la campana que indicaba clientes y la alegre voz del profesor.

-¡Bienvenido de nuevo! ¿Lo de siempre? -Preguntaba al cliente que al parecer era bastante habitual. No escuchaste hablar al susodicho comprador pero sí tararear al profesor mientras buscaba algo- Pomada para disimular golpes y crema aliviadora. Son 20 platines

Al escuchar la campanilla detengo brevemente mis labores para ir a echarle una mano al profesor con el cliente.

Profesor ¿Necesita ayuda con algo? - pregunto al tiempo que salgo de la trastienda con mi mejor sonrisa listo para ayudar al cliente y al profesor.

Mientras me dispongo a ayudar con el despacho de los productos solicitados aprovecho para echarle una mirada al cliente.

No dudaste en ir a ver si el profesor necesitara ayuda con el cliente.

-Oh, sí. Traeme esto -Dijo tendiéndote una nota antes de que salieras a ver al cliente.

Eran unos medicamentos creados especialmente para inflamaciones, moratones... en general hacían que los golpes desaparecieran; los padres lo solían usar con los críos pero al salir no te encontraste a ningún padre si no a tu viejo compañero Iago el cual tenía la cara algo magullada. Nada más verte el muchachó agachó la cabeza e intentó ignorar que estuvieras ahí, como si estuviera avergonzado.

Al ver a Iago, decido no hacer preguntas delante de McKrill.

Rápidamente busco la medicina y me voy a la trastienda a envolverla. Sin embargo, antes de cerrar el paquete, no sin antes poner una nota en su interior.

¿Qué te ocurrió? ¿Necesitas ayuda? Te veo en tu casa después del trabajo. 

Raziel.

Luego le entrego el paquete a Iago.

Tenga buen día joven, hay una prescripción especial en el paquete, le recomiendo leerla con detenimiento. - digo en voz baja mientras sonrío con amabilidad. 

Iago cogió tu paquete mirándote avergonzado y esperanzado a la vez. Quizá tenía problemas de verdad. Habías descubierto ya que Tales Town no era todo perfección pero no sabías hasta que punto había corrupción allí dentro.

Iago musitó un leve "gracias" y salió por la puerta. El profesor McKrill se despidió con la mano, con una sonrisa.

-Que muchacho. Cada mes viene a por cremas. Debe tener alguna alergia

Es muy probable profesor, quizá tenga que trabajar en algo un poco más fuerte para su próxima visita, tal vez con algunas hierbas podría mejorar la fórmula original.

Con su formula y mis conocimientos de herbolaria, podría crear un ungüento mejorado ¿Qué opina? - pregunto mientras repaso mentalmente una variedad de hierbas analgésicas y desinflamatorias.

Mientras trabajaba, no podía dejar de pensar en el pobre Iago y sus hematomas, no soportaba ver así a mi amigo e iba a tomar cartas en el asunto.

Viste en la entusiasmada cara del profesor Mckrill que tus ideas le entusiasmaban.

-¡Por supuesto! ¡Por supuesto, muchacho! ¡Adelante, adelante! ¡Como me alegra tener alguien que tenga conocimientos de plantas! A mí es que me producen rojez en la nariz y no puedo tocarlas. ¡Pero tú si podrás y eso nos ayudará un montón!