Partida Rol por web

La primera ronda daba comienzo. El primer torneo pokemon no hacía más que empezar y la gente no quería perderse tal evento por lo que el estadio pokemon estaba a reventar. Los primeros combates ya daban comienzo cuando en el campo de batalla aparecieron los dos contendientes llegados desde rincones dispares del planeta. Horigasi y Reddo eran los dos entrenadores en esta batalla.

Estaban dispuestos a dar todo en aquel combate. El árbitro alzó el banderín para que los técnicos dieran paso al terreno de juego.

Las compuertas que había bajo los atriles de ambos entrenadores se abrieron y tras ellas apareció un campo helado. Era un campo importante para los pokémon con ataques de tipo hielo, pues empezaban con buena fortuna en el combate.

Una nueva señal del árbitro hizo que los técnicos escogieran el clima con el que se empezaría, de pronto se formó una fuerte ventolera. Todo el público echó mano de sus abrigos y se protegió del frío que instantes iba a hacer. El campo comenzó a llenarse de escarcha e inmediatamente después comenzó a granizar salvajemente, el público estaba protegido por sus paraguas, pero los entrenadores y sus pokémon tendrían que sufrir los daños causados por la decisión de los técnicos.

Los espectadores gritaban de la emoción, la elección surgida de ambas combinaciones darían lugar, sin duda a un singular combate en la que los entrenadores pokémon darían todo lo que estuviera en su mano para clasificarse para la siguiente ronda.

Entro con frialdad al campo de batalla. Mi rival era un tal Horigashi, el cual desconocía. Me posiciono en un rincón y preparo mi primera pokeball. El escenario frío me recordaba a cuando tuve que subir hasta lo alto de una para coger nuevos pokemons. EL frío me da inseguridad, y no es mi escenario favorito sin duda. A pesar de haber viajado y haber obtenido una maja colección de pokemons, no había conseguido hacer amistad con ninguno de ellos. No era por que no les diera cariño, pues había buena relación, pero me parecían más una herramienta de combate, que mascotas en sí mismas.

Con mi primera pokeball en la mano decidí lanzarla al campo de batalla y sacar a mi Lotad.

Murmullos primero, ruido de pisadas después, gente ansiosa porque el torneo comenzase, vítores, cánticos, aplausos...

Y Horigasi allí, esperando a que le dieran la señal para poder entrar en el campo. Aún no sabía en qué tipo de terreno iba a librar su primer combate, aunque en el fondo le daba igual, él era así, la vida le había enseñado a que tenía que afrontar cualquier dificultad en cualquier momento, y que si no lograba superarla, la culpa sería suya y solo suya.

Pasaron dos minutos y de repente...

¡Ffffiuuuuuuuuuuu!, ¡fffiiiuuuuuuuuu! (sonido de viento polar)

El chico tuvo que echar mano de una ropa especial, de un tejido preparado para sufrir temperaturas gélidas, extremas, pues, por lo que parecía, íbamos a comenzar en una especie de lugar helado, con unas condiciones de viento brutales.

A lo lejos, lograba medio ver a otra persona, no sabía si chico o chica, pero lo que sera seguro es que llevaba una gorra.

¡Clac!

La compuerta comenzó a abrirse.

Era la hora, sí, el momento de la verdad había llegado. Hori, se llevó su mano izquierda a su pelo, se lo tocó, eso le relajó. Pisó por primera vez el terreno y abrió, como pudo, lo ojos. Se llevó esa mano a su parte de atrás y sacó su pokemon.

¡Vamos Noi, demuestra de qué pasta eres!

Cara a cara, frente a frente, él y yo. Iba a comenzar nuestra batalla, nuestra pelea daría lugar a un vencedor y a un vencido. ¿El destino del campeón o del perdedor?, nunca lo sabríamos, pero intentaríamos comprender que aunque estuvies escrito en las estrellas, voluntad no nos faltaría.

¡Ataca ya!

Noibat se lanzó, tratando de infligirle algo de daño.

El combate empezó con un ataque de su pokemon Noibat, una especia de muercielago raro. Sin duda era peligroso y rápido. Pero confiaba en las posibilidades de mi pokemon y tenía mi estrategia pensada.

Lotad, ataque Neblina. Desconcierta a tu adversario!!!

Noibat empezó a batir las alas alejándose de Lotad. Abrió sus fauces y de ellas empezó a salir un chirrido desgarrador que hizo que el pokémon planta tuviera que entrecerrar los ojos para aguantarlo. Los espectadores se unieron a ese grito con otros de dolor, pero no duró mucho más. El ataque de Horigasi parecía haber cumplido su cometido.

El Lotad de Reddo, tras sacudir la cabeza después de recibir ese choque de ondas, soltó la neblina por la boca. El campo se llenó de una humareda que parecía protectora.

Pero eso no impidió que ambos sufrieran por los golpes del granizo que afectaba al campo de batalla

¡¡Ten cuidado Noi!!

Fffiiiiuuuuuuuu, ffffiiiuuuuuuu (viento provocado por el granizo)

La neblina provocada por nuestro contrincante tenía pinta de que le iba a funcionar, pero a todos salvo a él. Era el momento de usar algo más directo.

Mmm, y si intentase...

¡Aire afilado!

Que listo ha cambiado de pokemon! Seguro que tiene miedo o prepara alguna emboscada.  Miro hacia el pokemon de mi rival que ahora era diferente. Pero no me preocupaba, e intento contrarrestar su ataque con el mío.

Feuchi!!! Rayo burbujitas!!! Dale ese cariño que sabes!!!  Le grito a mi pokemon, el cual siempre se veia feo delante de un espejo. De ahi su nombre.

Y Noibat se volvió a alejar de Lotad. Comenzó a mover las alas a gran velocidad, levantando la nieve en polvo y pequeños trozos de hielo. Sus alas empezaron a emitir destellos que lanzó contra el pokémon de Reddo, que no pudo evitar recibir los golpes de Noibat, cayendo al suelo inconsciente.

Y el granizo seguía cayendo en el campo de batalla. El ataque de Noibat había sido poderoso, pero no podía escapar de los ataques de hielo.

Recojo a mi Lotad ya derrotado: Vuelve Lotad! Y saco a mi nuevo pokemon: Adelante Fennekin!! Arañazo!!

El combate se tornaba dificil y desde luego mi rival tenia la experiencia. Esperaba que mis pokemons sufrieran poco y acabra esto rápido. La victoria estaba lejos para mi.

Un pokemon rival yacía en el suelo y Horigasi seguía en pie junto a Noibat.

El tiempo no daba para respirar, pues mi contrincante sacó a un nuevo enemigo.

¡Cuidado con este Noi!, ¡esquiva su ataque y ves a por él!

Antes de que el pokemon hiciese algo, se quedó fijamente mirando al otro, como retándole.

¡Aire afilado!

Fennekin salió de su pokémon con furia. Apenas había escuchado la orden de Reddo cuando ya estaba saltando para atacar con sus poderosas zarpas al pokémon volador de Horigasi.

Y así, consiguió arañar con fiereza a Noibat, haciéndole arañazos profundos en su cuerpo.

Pero el pokémon dragón se revolvió con energía. Volvió a alejarse y empezó a agitar sus pequeñas alas, imitando el movimiento que había hecho instantes antes. Las ráfagas eran tan poderosas que Fennekin fue golpeado con mucha energía, mucho más que en el anterior golpe que había acabado con Lotad.

Pero no era el único rival a combatir. Ambos pokémon recibieron los impactos del granizo que había en el campo de batalla. ¡Estaba siendo un combate sumamente interesante!

estaba siendo vapuleado. Seguro que les daba algo especial a sus pokemon.
-Fennekin ascuas! Le grito para su último ataque.

Tras recibir varios arañazos, Noi miró a Horigasi como diciendo: ¡me ha hecho pupa!

Horigasi le indicó con señas que él,Noibat,tenía en sus manos la victoria.

Éste supo que hacer de inmediato,pero esperó la orden.

¡Ataque afilado!

¿Por qué cambiar algo que iba bien?

Chicos, he tenido un error en el anterior cálculo de daño. Fennekin no fue tan herido en el anterior ataque. Perdonad.

Podéis tomar estos datos como los correctos.

Si veis otra vez algo raro, no dudéis en comentármelo, que me puedo equivocar como ya habéis visto.

Fennekin era un pokémon fuerte, como todos los de tipo fuego. E hizo gala de su aguante poniéndose de pie sin ningún problema, como si no hubiese recibido ningún ataque. Al grito de su entrenador, el pokémon soltó unas llamas poderosas que rodearon a su rival y empezaron a quemarle.

Por su parte, Noibat, en la distancia, volvió a agitar sus alas. Hizo desaparecer las llamas que le acosaban al tiempo que lanzaba otro ataque contra Fennekin.

El granizo golpeó a los dos pokémon con fuerza y sin piedad.