Partida Rol por web

Hanzo entró con la mirada fija en el estadio, ya había superado la primer instancia. Sus pokemon estaban listos para dar una nueva pelea, aquel oponente ya había ganado una, sabía que no la tendria facil. Aunque su estrategia era diferente, la meta era la misma... Ganar. 

Es arriesgado... pero... podría funcionar. 

-Shakko, adelante!- Hanzo lanzó su pokeball y de ella salió Inkay nuevamente, para dar rienda suelta a la pelea. 

Hanzo quedó espectante al ver que pokemon usaria su rival. 

Hiromi bajo aquella situación se encontraba más tranquilo que en el combate anterior. Había un sol radiante, y él prefería combatir de noche, pero si no quedaba más remedio, era mejor eso que el volcán en el que había luchado antes.

Había derrotado a su rival demasiado pronto antes, y le había tocado esperar bastante tiempo a que uno de sus enemigos terminase su combate. Ahora se sentía algo oxidado, así que cuando lo llamaron para combatir, se puso a estirar su cuerpo y a moverlo para calentar. Tanteó sus pokéball mientras analizaba a su rival. Jamás lo había visto hasta ahora, no conocía su estrategia de combate y no sería tan fácil derrotarlo. Maco había sido un adversario poco digno para él, pero si el chico encapuchado que tenía delante había pasado de ronda, era porque era un rival a tener en cuenta.

El chico moreno decidió hacer la misma presentación que en la ronda anterior, puesto que le había ido bastante bien.

Hiromi torció el gesto y le puso una medio sonrisa a su rival. Ha llegado la hora. No he llegado hasta aquí para ser derrotado en éste primer encuentro. Así que prepárate.

Dijo tomando una de sus pokéball y lanzándola al aire.

¡Espero que tengamos un combate limpio y justo! ¡Suerte! Dijo mostrando el pokémon que acababa de salir de su pokéball.

¡A por todas Sandile!

El combate de la segunda ronda acababa de empezar. Hanzo y Hiromi habían elegido sacar a sus fieles amigos, aquellos que habían dado tanto en el combate anterior. El público ya los conocía, y estaban ansiosos por ver ese combate. Ambos entrenadores habían demostrado gran capacidad de combate, y todos esperaban que este fuera mejor que los anteriores.

Hiromi suspiró al ver a Inkay. Conocía a la perfección a ese pokémon, y sabía cuál iba a ser su estrategia. Debía derrotarlo lo antes posible, o si no, Inkay sería tan poderoso que ya no habría quien lo parase.

Dudó por unos momentos, Sandile tenía unas poderosas mandíbulas que podrían darle un fuerte bocado, y con algo de suerte hasta podría hacerle retroceder. Pero esa estrategia era demasiado arriesgada, así que lo más sencillo sería hacer lo de siempre.

Hiromi dio un gran grito: ¡Adelante! ¡Ya sabes lo que toca hacer, amigo! ¡Ponte a dar brincos y hazle que le tiemblen hasta las pestañas!

El pequeño pokemon cocodrilo comenzó a dar saltitos, por cada uno de ellos, una gran grieta salía de sus pies, hasta tal punto que el terreno comenzaba a agrietarse.

Hanzo no se mosqueó al escuchar las palabras del entrenador quién a riendas sueltas esperaba que su pequeño pokemon hiciera frente a los ataques del inkay, sabía que con una simple intimidación no pararía sus golpes demoledores. El oponente había hecho una muy mala elección, la intimidación de Sandile no había hecho mas que aumentar el vigor y la determinación de Inkay, quien se lo veía mas fuerte que al salir de su pokebola. 

-Shakko, enfocate en su punto mas vulnerable y usa fuerza Fuerza Bruta contra él, acabemos esto de un solo golpe. 

Inkay se concentró lo suficiente y luego se arremetió contra el sandile del oponente. 

El combate había comenzado con mucha fuerza. Dos pokémon de tipo siniestro se veían las caras, aunque ambos tenían sus ases guardados bajo la manga.

Y, así, Sandile comenzó su terremoto. Sus poderosas patas hicieron grietas en el suelo, provocando la caída de Inkai. Pero éste, protegiéndose con la energía que estaba acumulando, se lanzó a por Sandile, lanzando las rocas que le habían aprisionado por los aires, y golpeando con gran fiereza al pokémon de Hiromi. El resultado fue la inconsciencia de Sandile.

Hiromi, que tan buenos resultados había tenido con Sandile, tenía que pensar en otra estrategia.

Hiromi vio como Sandile caía. ¡Sandile vuelve! Dijo recogiéndolo dentro de su pokéball. No podía creerse que su pequeño amigo hubiera caído tan pronto. Anteriormente había hecho un gran trabajo con él, había logrado derrotar a todos sus oponentes, obtiendo un tres a cero casi sin sufrir daños. Pero esta vez, su amigo no había sido capaz ni de aguantar un asalto. Hiromi sabía que eso ya podía suponer el fin del combate, perder un pokémon tan pronto podría ser un problema. Afortunadamente, Sandile había logrado debilitarlo bastante.

Pero Hiromi tenía un as en la manga a su favor que su rival desconocía, su estrategia le haría vencedor y no se amilanaría tan rápido. Acariciando su segunda pokéball, que tenía unas tonalidades azuladas, dejó escapar al pokémon que ahora usaría en segundo lugar.

¡Adelante Carvanha! ¡Lanza tu rayo hielo, congela a nuestro rival y acaba con él!

¿Un carvahna eh?- Hanzo sacó de su mano una pokeball, esperando la segunda fase, aunque eso todavia no había terminado.

Shakko, demuestrale tu fuerza. ¡Fuerza Bruta una vez mas!

Inkay no se iba rendir tan fácilmente, no después de haber acabado con su oponente tan rápidamente.

El pokémon Carvanha salía furioso y feroz al combate. Las miradas de los pokémon se cruzaron, y el combate empezó.

Quizá Inkay ahora poseía una gran fuerza y una gran defensa, pero no estaba preparado para aguantar el ataque helado de Carvanha. Su poderoso Rayo Hielo surcó el aire hasta impactar en la cabeza de Inkay. El pokémon empezó a brillar, intentando lanzar su ataque contra su rival... pero no pudo. Fue totalmente debilitado por Carvanha.

Ahora Hanzo y Hiromi volvían a estar empatados.

-Shakko vuelve.- Hanzo llamó a su compañero.

Duró un par de segundos en pensar. Velocidad

Hanzo tomó su pokeball, pero esta era blanca con un circulo rojo en el medio... Era una pokebola premier.

La lanzó con fuerza, al son que gritó.

-Ax, al campo. - Axew había aparecido.

-Fuerza Bruta, arremete contra él con todo tu poder.

Axew se cubrió de un manto de energia y salió disparando hacia el carvanha con todo su poder.

Hiromi se quedó muy sorprendido al ver la elección de su rival. Por un momento dudó sobre qué acción tomar, ya que aquel Axew era más vulnerable al hielo que el Inkay que ya habían derrotado. Se quedó sopesando lo que podría hacer en ese momento, y decidió que, debería arriesgarse.

¿Acaso habrá cometido el error de sacar un dragón contra un pokémon como el mío?

Hiromi se encogió de hombros y señaló a Axew. Sigamos con la misma estrategia con la que derrotamos a Inkay. ¡Repite tu rayo hielo! ¡Máxima potencia!

La elección de Hanzo había sido su fiel Axew. Este pokémon salió con ganas de combatir, y así lo demostró cuando su entrenador le ordenó que golpeara con su Fuerza Bruta. Parecía inflarse con la energía, y salió disparado hacia Carvanha.

Pero este pokémon no se iba a rendir. Un poderoso rayo hielo salió de sus fauces, impactando en el cuerpo del pokémon dragón. Éste último quedó congelado, parecía que le había dado la victoria al pokémon pez... Pero sólo era una ilusión. La energía del ataque de Axew era superior al Rayo Hielo. Rompió su ataúd helado y voló hasta Carvanha, que recibió una cantidad de golpes que lo dejaron inconsciente.

Pero ese ataque le había pasado factura a Axew. No sólo se sentía más débil, si no que había sido herido por la misma piel de su rival. No había sido debilitado, pero estaba a las puertas de la derrota.

A Hiromi le quedaba sólo una oportunidad. ¿Sería capaz de derrotar a Hanzo, o seria éste último quien se llevase la victoria?

Hiromi tanteó todas las opciones posibles de los pokémon que aún le quedaban. Debía ser rápido en su elección, puesto que Axew, aunque estuviera casi al límite de sus fuerzas, era un pokémon muy fuerte y ágil. Así que no había que darle ni una sola opción a que se recuperase.

Respiró hondo Hiromi. Aquella elección iba a ser decisiva para el final del combate, y quería darle la menor ventaja posible a su contrincante.

¡Ha llegado tu hora de salir a escena, amigo! ¡Tú puedes! ¡Adelante!

Dijo mientras sacaba su pokéball y un rayo rojizo dejaba escapar a un Purrloin. El pokémon gato salió corriendo hacia su entrenador, frotó sus mejillas contra sus piernas y tras dar aquella pequeña vuelta, se puso a bufar a su rival.

Hiromi señaló a Axew. ¡Tienes que aprovechar que aún está débil, Purrloin! ¡Aráñale con todas tus fuerzas!

Hanzo, estaba meditando la próxima estrategia para enfrentar al pokemon rival. Sabía que no iba a ser una lucha facil y que cualquier mala jugada podría llevar a una derrota segura.

-Fuerza Bruta una vez más.- Le dijo a su Axew.

El pokemon aun mas debilitado, se lanzó contra el gatito quien se abalanzaba contra él

La debiilidad de Axew permitió a Hiromi jugar con cierta ventaja en este turno. Ambos sabían que un golpe más para ese pequeño pokémon dragón sería funesto, dejándole fuera de combate hasta con un soplo de aire. Aún así, Axew se mantenía en pie, resoplando, sabiendo que tendría que hacer frente a un pokémon más.

El gato siniestro de Hiromi salió a escena y, tras una muestra de cariño a su rival, sacó las garras al tiempo que bufaba a Axew. Su pelaje se erizó, mostrando lo poco que le gustaba el pokémon dragón.

Ambos entrenadores dieron la orden a la vez. Axew intentó reunir todas sus fuerzas, pero estaba todavía demasiado dañado. Purrloin, por su parte, iba seguro de sus posibilidades. Y así fue. Tras un salto en el que el choque podría haber sido fatal para ambos pokémon, el gato consiguió evitar al dragón y le asestó un tajo que, en su estado, era el fin.

Purrloin cayó al suelo, mirando a Hanzo, esperando su nuevo pokémon. Tras él, Axew cayó inconsciente.