Partida Rol por web

Un nuevo combate se avecinaba, y el amargo recuerdo de la primera ronda aún pesaba sobre Hoffman. Pero aún había posibilidades para la victoria. Ante él se formó un campo de batalla que simulaba una central eléctrica, que daría ventaja a los pokémon de tipo eléctrico. Hoffman sonrió ante la ironía. Entonces, centró su vista sobre su rival.

Será un placer enfrentarme a ti. Pero no te lo voy a poner nada fácil.

Hoffman se ajustó el sombrero, sacó su primera pokéball y la lanzó con fuerza al centro del campo de batalla.

¡Esta vez gamos a ganar! ¡Adelante Mr. Pump!

Llego al campo de batalla, con la sonrisa pendiente en mis labios. No puedo evitar fijarme en el curioso aspecto de mi adversario. Con calma, saco mi pokeball. El campo es eléctrico, pero el cielo está a mi favor. Espero...

- Adelante, Treecko. 

Y el combate daba comienzo con dos pokémon que serían duros rivales. Golett por un lado, con su robusto cuerpo, presentaría una gran batalla. Por el otro, Treecko, ágil y rápido, no se lo pondría nada fácil a su rival.

El árbitro bajó el banderín. ¡El combate podía comenzar!

Levanto el dedo apuntando a su Golett.

- Treecko, aprovecha tu velocidad. ¡Rodéale y lanza un Energibola!

Treecko gira y le intenta lanzar una bola de energía en el costado, intentando pillarle desprevenido.

El Treecko de su oponente era muy rápido y se movía a gran velocidad. Sólo podía hacerse una cosa en casos así; absorber el golpe.

¡Aguanta firme y acaba con él con Puño Hielo!

Treecko comenzó a moverse, haciendo gala de su velocidad. Golett empezó a seguirle con la mirada, pero rápidamente lo dejó. Sus ojos se habían desenfocado por un ligero mareo. Y fue cuando Treecko atacó.

Una poderosa bola de energía apareció entre sus manos y la lanzó contra su rival, que lanzó por los aires. Pero Golett supo cómo reaccionar y, antes de caer, lanzó uno de sus puños contra Treecko. El puño se cubrió de hielo e impactó en todo el rostro del pokémon planta, dejándolo inconsciente.

Regreso a Treecko, sonriendo levemente.

- Pensaba que íbamos a dar más guerra, tío. Bueno, vamos a dejar paso a otro. ¡Buizel, adelante!

Lanzo a Buizel desde la Pokeball.

- ¡Lanza un Puño Hielo, Buizel!

Hoffman maldice por lo bajo. Siempre le tocan los emparejamientos más complicados. Pero no hay que rendirse tan pronto.

¡Es rápido pero puedes aguantar! ¡Usa Machada!

Las palabras de Hoffman no eran ciertas. Buizel era más rápido que Golett, y eso le costó el turno. Buizel salió dispuesto a dar guerra y, con una orden de su entrenador, su puño se volvió de hielo. Golett también atendía al grito de Hoffman y ambos pokémon se lanzaron, con el puño preparado, para golpear y derribar a su rival.

Aunque Buizel le alcanzó primero, ambos puños salieron disparados a la vez. Se encontraron en el aire y ambos pokémon hicieron fuerza para poder golpear a su rival. Pero el poder congelador de Buizel hizo mella en Golett, que sintió cómo se iba debilitando a medida que el hielo avanzaba por su brazo. Al final, sin poder aguantarlo más, Buizel consiguió golpear con energía a su rival, dejándolo inconsciente.

Uno a uno, el combate se complicaba. Pero no podía perder la confianza, aún quedaba una posibilidad. Hoffman devolvió a Golett a su pokéball y lanzó una segunda al campo de batalla.

Quieres velocidad, pues la tendrás. ¡Adelante Nincada!

¡Carga tu Rayo Solar!

Le hago un gesto con la mano a Buizel.

- Buen golpe, Buizel, pero vas a tener que repetirlo. ¡Puño hielo de nuevo!

Nincada saltó al campo de batalla, dispuesto a pelear. En su anterior combate, había demostrado su gran velocidad pero, ¿sería suficiente para igualar a Buizel?

Nincada intentó recibir la energía solar, pero antes de que los rayos tocaran su cuerpo, Buizel se interpuso. Su puño parecía totalmente helador, y así lo demostró al golpear a Nincada. El efecto de su puñetazo hizo que Nincada abriera los ojos totalmente sorprendido. Su cuerpo empezó a congelarse y un bloque de hielo le cubrió totalmente. Los rayos del sol no habían logrado llegar hasta la pequeña araña, que no podía moverse para cargar su ataque.

Sonrío, ya que no esperaba que el Puño Hielo fuera TAN eficaz.

- Lo siento, tío, pero voy a sacar provecho de esto. Buizel, haz tu Danza Lluvia.

¿Cómo podía tener tan mala suerte? Y lo peor de todo era que Nincada estaba sufriendo esa mala suerte directamente. Pero aún había una oportunidad.

¡Vamos Nincada, yo confío en tí! ¡Descongélate y Excava, puedes hacerlo!

- Acaba con esto, Buizel. Cascada, ¡ahora!

"Este encuentro ha terminado. ¡2 a 1!"

- Prepárate, Buizel. ¡El asalto final empieza ahora!