Partida Rol por web

- Vale, el plan es simple, tenemos que encontrar la forma de salir del baul. Para ello optaremos por lo facil, que es ascender hasta la superficie del recipiente en el que estamos y una vez lleguemos a la cima buscar la forma de escapar de nuestra prision.- Slanny empieza a mirar de que forma puede trepar hasta llegar a lo alto.

Miro hacia los lados, buscando cajas a las que escalar para después empujar la tapa del maldito baúl al que nos han condenado.

La caja de zapatos parece suficiente para el tamaño de la marioneta. Otra cosa es el Gran Demonio...

Subo a la caja de zapatos con esfuerzo y miro al Gran Demonio

-¿Podrás trepar usando tus garras o prefieres que te ayude?-.

- Que tonteria es esa. Todos los grandes demonios sabemos volar.

Le miro y me encojo de hombros

-Pues vamos, deberíamos salir cuanto antes-

Slanny despliega sus alitas de hormiga correosa y empieza a moverlas cada vez mas rapido. Consigue levantarse del suelo con una risa maniaca y posesa, pero en su rostro hay una fea mueca de felicidad y triunfo.

Finalmente los esfuerzos combinados de los juguetes logran abrir una rendija en el baúl de madera, pero no podrán mantener el esfuerzo mucho más...

El Gran Demonio se queda atascado por los pelos.

El gran demonio logró sostener la tapa del baul y apelando a todo su demoniaco poder hizo que las paredes del baul se separasen unas de otras y la tapa del baul saltase por los aires, y que al caer en vez de astillas fuesen todo un monton de luciernagas del caos que obedecen ciegamente al demonio.

Una gelatina verde se desliza por la rendija del baúl que la marioneta -que ha permanecido ya un rato quieta, sintiéndose tan manipulada como cuando Max la utilizó para su teatrillo- ha mantenido abierta con su esquelética mano, pillada por un vano impulso de no quedarse encerrada.

La confusa gelatina se detiene un instante, sin saber bien como actuar, pero pronto decide dejarse llevar por su naturaleza y se empieza a enroscar alrededor de los pies de la marioneta, subiendo cada vez más y más arriba en su ansia por saber con que clase de muñeco está tratando.

Pronto sus pequeños tentáculos verdosos empiezan a obstruir las pequeñas articulaciones de aquel extraño juguete con hilos, pero la cosa no parece darse cuenta. La curiosidad es demasiado grande...

La cosa apreta aún más a su nuevo compañero, furiosa porque éste no le preste atención.

Miro la masa de porquería que comienza a cubrirme y grito, furioso

-¿Qué demonios eres tú?, ¿Como te atreves a apretar al gran Nerzul? Suéltame ahora mismo, montón de mocos-

Siento como mis articulaciones no responden, obstruidas por la masa gelatinosa de mi nuevo compañero.