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Tras el diente de Dragón

Escena II: Nieve en Irlanda

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24/07/2012, 22:42
Director

- ¡Estamos aquí! - dijo Rhiannon con suavidad. Rodeaba a Tuann con un brazo para mantenerlo cerca de ella. Ninguno de los dos había sufrido daño alguno, pero su mirada era extraña, como si compartieran algo que sólo ellos dos sabían. Ambos, además, tenían el rostro sereno, muy diferente a las desencajadas muestras de dolor que mostraban los que se habían quedado al lado de Nenúfar.

La muchacha pelirroja arrancó el brote que había salido del cuerpo de su hermano y se dejó guiar por Harald con los ojos empañados.

Caminaron en silencio siguiendo a Bennen, que parecía conocer bien los senderos del bosque. Desconfiados al principio, los compañeros se tranquilizaron al divisar los primeros tejados de la aldea. Las fachadas de piedra y los tejados de madera, bajos y acogedores, parecían amigables. Pero al llegar a la calle principal, sus pies pisaron nieve que empezaba a derretirse.

La misma nieve que en Cornualles.

Pero esta vez, había huellas por todas partes. Pequeñas (como las de un niño) y deformes, ligeras y estilizadas, minúsculas... y las de un lobo y un oso que, a juzgar por el rastro, habían tenido una encarnizada pelea.

Notas de juego

@Bennen: Eran dos:

- Que no hablaba (o no lo oías)
- Que olía a sangre y frío

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24/07/2012, 23:01
Lasiam

- ¡Hola! - dijo amigablemente.

<<¿Giselle?>>

La mujer del libro se acercó a ellos caminando con ligereza. Por unos instantes habría pasado por la hermosa princesa de Cornualles, pero su rostro deformado los sacó rápidamente de su error. Además esta mujer era mucho más pequeña, mucho más frágil bajo su enorme vestido negro. Y estaba el libro, desproporcionadamente grande en su brazo izquierdo.

- No... - suspiró, con una mueca de disgusto, como si les hubiera adivinado el pensamiento - Lasiam. Su hermana mayor. Aunque ese bastardo que tenemos por padre no lo reconocerá nunca. He perdido un armiño. ¿Lo habéis visto? -

La mujer se acercó a ellos. De cerca, las cicatrices de su cara desaparecieron, y dudaron de que alguna vez hubieran estado allí. Su voz sonaba afable, cercana. Era una mujer extraordinariamente hermosa. Harald no pudo contener una erección cuando pasó distraídamente su mano por el torso del vikingo.

- ¿Mi buen Bennen os ha dado ya lo que traje para él? - Su sonrisa se hizo más amplia, más franca - No es nada fácil hacer llorar a una bruja.

Notas de juego

@Bennen: Sangre y frío.

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27/07/2012, 02:09
Adrien

¡GISELLE! Un momento... ¿Que clase de brujería es esta? - dijo adrien observando a la mujer con los ojos abiertos y realmente sorprendido mientras inclinaba una rodilla en tierra fatigado.

¿Lasiam? Lasiam, lasiam, lasiam... - murmuraba adrien en voz casi tan baja que tan solo dibujaba las palabras sin pronunciarlas mientras intentaba recordar si sabía algo sobre que giselle tuviera una hermana. Sin embargo la sensación de peligro aún perduraba en su cabeza y la mujer no le inspiraba confianza. No estaba seguro de fiarse de ella ni del viejo borracho.
¿Y si es una trampa? - pensaba.

Señora, ¿Que hacéis aquí? - se atrevió finalmente a preguntar tras ojear las caras de sus compañeros y atreverse a formular la pregunta debido a la curiosidad. Mientras por instinto se giraba hacía su hermana Rhiannon quien aún estaba al lado de Tuann.
¿Será el chico en realidad una chica? - pensaba al verlos juntos.

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27/07/2012, 14:06
Rhiannon

Los zapatos de cuero marrón de la joven pelirroja se hundieron en la nieve que cubría la calle principal de la aldea.
“Ahora nieva sin otoño, y no habrá flores en primavera…”-dijo para sí, en voz baja, mirando la nieve que comenzaba a fundirse. Rhiannon alzó entonces la vista, la capucha ensombrecía su bello rostro, pero Tuann pudo advertir el miedo reflejado en los ojos de la joven. La ardilla le susurró unas palabras al joven aprendiz y permaneció con la mirada clavada en la mujer del vestido negro. Sin duda era ella la que aparecía en la terrible visión que Gwalch le mostró en la taberna, visión en la que también aparecía el voluminoso libro.
“La cerradura y la llave…”, pensó.
La joven intentó acercarse con disimulo al grandullón del norte aprovechando que Adrien atrajo con sus palabras a Lasiam. Tenía que actuar con rapidez, pues, si su presentimiento era cierto, el grupo se encontraba en grave peligro.

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27/07/2012, 14:08
Rhiannon

"Tuann, es ella, creo que es la terrible mujer de la que hablaba el hada,…y ese libro es la cerradura…¿Crees que tu maestro-hizo una pausa al recordar el estado de locura en el que se encontraba habitualmente el extraño mago-podrá protegernos de esta bruja? Adviértele con disimulo del peligro que corremos".

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27/07/2012, 14:09
Rhiannon

"Grandullón, escucha-dijo la joven sin dejar de mirar a la mujer del vestido negro- ¿Crees en las hadas? Yo hasta  hoy no lo hacía…pero ver una con tus propios ojos obliga a cambiar las creencias ¿No crees? También ellas han sido masacradas, al igual que las sirenas que encontramos en la playa, todas salvo una un pelín asustadiza ¿Recuerdas a Mornath?...el tipo aquel de la posada que llevaba una fea rata como acompañante…una rata ¡A quién se le ocurre ir por ahí con una rata!...pues bien, digamos que la mujer del vestido negro no se porta del todo bien con los amigos y protegidos de Mornath. Debemos estar alerta si no queremos que nuestros cuerpos descansen en una tumba de hielo…y si es posible debemos hacernos con ese maldito libro".

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27/07/2012, 14:39
Lasiam

Cita:

Señora, ¿Que hacéis aquí?

- Ayudaros - dijo, y sonrió apartándose un mechón de la frente con timidez - Ayudarte. ¿O no puede una desear que su hermanita sea feliz?

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28/07/2012, 01:06
Harald Sigurdrson

Harald tragó saliva. La horrible cicatriz que señalaba el rostro de aquella segunda Giselle había desaparecido milagrosamente, y sus maneras empalagosas dejaban entrever el rencor y la crueldad, pero apenas sus dedos le rozaron el nórdico sintió rotundo el impulso de poseerla. Avergonzado, miró a Nenúfar temiendo que la Guardiana hubiese notado su reacción.

Asco, miedo y deseo: la mezcla confundió a Harald. Luego reconoció el libro negro y evoco la rápida aparición de la mujer en la entrada de la taberna poco antes de que una centella espantosa le abrasara los ojos y una falsa nieve todo lo cubriese. La hermana de Giselle, si en realidad se trataba de su legendaria hermana perdida, era con seguridad una norna.

¡No la oigas, no la mires, no la creas! -gritó su sangre vikinga. Todos sus músculos se tensaron mientras respiraba hondo, preparándose para lo que hubiese de venir.

-Grandullón, escucha. ¿Crees en las hadas?... -la Ardilla susurró un apresurado torrente de palabras en sus oídos. ¡Qué ignorantes podían ser los sajones! Trolls, dverning, nornir, gigantes, draugar, cambiaformas... todos ellos eran tan reales como los dioses y el mundo. Y esta mujer de alguna manera los cazaba. Eso no era del todo malo. ¿Pero qué tenía que ver el libro?

El hombre del norte gruñó en respuesta a la pelirroja y quedó atento a las manos de la hermosa mujer, dejando que fuesen los otros quienes hablaran con ella. Sus propias manos le hormigueaban, pidiendo que sacase a Vendel y Siggeir del cinturón, pero no lo hizo para no alertar a la norna. En cambio procuró permanecer cerca de ella para, si se hacía necesario, estrangular a una bruja.

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28/07/2012, 08:13
Sheogorath ex Jerbiton

Mientras observaba atentamente la escena, Sheogorath se dejó caer al suelo, arrodillándose. Sus ojos se clavaron curiosos en Lasiam, y sus manos cogieron pequeños puñados de nieve. Mascullando algo en voz baja, el mago comenzó a comer nieve, con su larguirucho cuerpo temblando levemente ante la frialdad de la inesperada comida.

-No, no estoy de acuerdo, Tinpinqualix -susurró algo más fuerte, ahora mirando alternativamente a Lasiam y al resto del grupo-. Sí, sí, eso sí... no todos parecen haber caído en la trampa. Los humanos son a veces extraord... -su frase quedó cortada por un montón de nieve en su boca. Masticó ávidamente, dejando caer parte de su blanco alimento al suelo-. ¿Qué? ¿Que también soy humano? ¡¿Cómo te atreves?! -empezó a gritar, para repentinamente golpearse el oído izquierdo con la palma abierta. La bofetada lo derribó, largo cual era. Frotándose el rostro, se levantó de un salto, y miró con cierto gesto de disculpa al resto-. Perdonad, Tinpinqualix y yo hemos tenido una pequeña discusión, pero ya lo he perdonado...

Sheogorath se acercó levemente a Lasiem mientras sus últimas palabras flotaban en el ambiente. Olisqueó a la mujer a cierta distancia, antes de arrugar la nariz.

-¿Cuántos esta semana, mi señora?

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28/07/2012, 11:24
Lasiam

Cita:

-¿Cuántos esta semana, mi señora?

- Menos de los necesarios - sonrió, y se acercó al mago para acariciarle el pelo con ternura. - Podría enseñarte muchas cosas, si quisieras. Y a ti también, claro - dijo, dirigiéndose a Tuann

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28/07/2012, 11:38
Sheogorath ex Jerbiton

Sheogorath saltó atrás, como si el contacto de la mujer fuera nocivo. Con su extraña mano verdosa, señaló a Tuann.

-Él ya sabe "eso"... se lo enseñé yo mismo. Y he de decir con orgullo que Tuann es realmente bueno en "eso" -clamó, cruzándose ahora de brazos. Entonces, un gesto de duda cruzó su rostro-. "Eso" es la comer manzanas, ¿no?

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30/07/2012, 03:53
Bennen

-Si, se lo entregue a su hermana como el me pidió- Sonrió sin saber muy bien adonde dirigir aquella sonrisa mellada.-Ademas te los traje hasta aquí. Espero que haya cumplido con mi cometido hasta ahora-. Caminó despacio dejando un poco de lado a los viajeros, aquel viejo ya estaba cansado y buscaba un lugar donde posar su huesudo trasero.

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30/07/2012, 15:29
Nenúfar

Sumergida en su tristeza, Nenúfar, siguió los pasos de Harald, sin cuestionar el camino. No había reparado en que el grupo se había reagrupado, y el que guiaba era un anciano ciego que apestaba a Whisky, pero ni eso mancillaba el olor a hierbabuena.  Los recuerdos vagaron en su cabeza con el canto de los druidas.
Los pies de Harald pararon en el camino ante el pueblo, siguió mirando al suelo, contemplando las extrañas huellas en la nieve. Resultaban muy familiares a la visión de Cornualles. Enseguida reconoció las pequeñas huellas. “Aquí debe haber muchos mas seres verdes como el que vimos.” Pensó.
-¡Hola! – la voz de la extraña mujer la sacó de sus pensamientos. Apartándose de la espalda de Harald situándose junto a él, alzó la vista hasta la chica. El parecido a Giselle era increíble.
- No es nada fácil hacer llorar a una bruja. –Nenúfar buscó le bulto que le sobresalía por fuera de la tela, asegurándose de que conservaba el bote que le había entregado el anciano. Así que “Lagrimas de Bruja”. Estaba en la lista de Gwalch, acaso su hermano había confiado en ella.
Su presentación no había inspirado confianza. ¿Hermana de Giselle? Había muchas habladurías en Cornualles al respecto. En ocasiones la curiosidad de Nenúfar y Giselle las había empujado a investigar por los recónditos del castillo, sin encontrar nunca pruebas.
-¿Cuántos esta semana, mi señora?- La pregunta de Shegorath por primera vez, desvió la atención de la joven. Por primera vez entendió las palabras del mago, sabía a que se refería. El goblin verde que se les apareció fuera de la posada, estaba  asustado, habló de una mujer que acabaría con todos ellos, bebiendo su sangre.
Poco a poco fue uniendo lazos, los sentidos de Nenúfar se pusieron en guardia, aquella mujer no era de fiar. El anciano los había guiado hasta ella. Nada había sido coincidencia. Y quizás ellos habían sido los causantes de la muerte de Gwalch. Manteniendo oculta su desconfianza contestó a la joven mientras se acercaba al anciano ciego, - ¿Un armiño? si claro, hemos visto muchos en el bosque. Quizás debas buscar allí – Aunque con un tono juvenil, se podía intuir mofa en sus palabras.
Apartándose del grupo junto al anciano, cogió su brazo para que cargara su peso en ella, con la intención de ayudarle a encontrar un lugar donde reposar.  – ¿Que le ocurrió a mi hermano?, ¿Por qué te entregó las lagrimas de bruja a ti? – Las preguntas se atropellaban unas a otras, pero esperó paciente la respuesta del ciego.
 

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30/07/2012, 15:34
Tuann Oig

Escucho el consejo de Rhiannor pero el miedo lo tenia paralizado, ni si quiera podía mirar a su maestro. Aquel ser surgido del libro lo estaba asustando.
Tuann no pudo contener su miedo y estallo en un grito acusador:

-Maestro, ella es... malvada...el hada...advirtió... y él... nos has traído hasta ella-añadió mirando al viejo-

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30/07/2012, 20:51
Bennen

Aceptó la ayuda de la muchacha que olía a hierbabuena y comenzó a caminar agarrando su brazo - Este no es el lugar de hablar de ello. Solo te diré que tu hermano no estaba solo cuando murió- Soltó el brazo de la muchacha y se dejo caer en una pequeña roca.- Olía a sangre y frió, ella sabrá que le pasó a tu hermano

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30/07/2012, 22:58
Lasiam

Cita:

"Eso" es la comer manzanas, ¿no?

- ¡Ja ja ja! - rió, y su risa sonó como mil cristales de colores - ¡Magos! Está bien, sodalis, (así os llamáis, ¿no?) como quieras. Seguro que tu aprendiz y tú sois excelentes comiendo manzanas - dijo, y guiñó un ojo a Tuann.

- No voy a haceros daño, lo prometo - dijo, mirando a los compañeros que permanecían tensos. Luego levantó su mano izquierda, como si fuera a hacer un juramento; pero el gesto quedó extrañamente grotesco pues sostenía en su mano derecha el enorme libro. Cuando se dio cuenta sonrió, y olvidó su juramento, llevándose la mano libre al pecho - ¡de verdad! Solo quiero ayudaros con ese Diente de Dragón.

Dicho esto, se arrodilló para ponerse a la altura de Bennen, pero se dirigió a Nenúfar en susurros.

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30/07/2012, 23:06
Lasiam

- Tu hermano... el muchacho pelirrojo, el druida, ¿verdad? - sacudió la cabeza apesadumbrada -No llegué a tiempo, aún me pesa en el corazón. Ese chico, el que tiene el armiño... ¡no confíes en él! Él es el responsable.

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30/07/2012, 23:12
Director

Cuando Lasiam se levantó, sacudió la nieve de su túnica y volvió a mirar al grupo.

- Ya veo que no estáis muy cómodos conmigo, así que es mejor que me vaya. Decidle a Giselle que no le guardo ningún rencor, y que espero que sea muy feliz.

Y dicho esto, se alejó por el camino del bosque, sobre la nieve que empezaba a derretirse, canturreando despreocupada una canción.

Wexford, en realidad, no era más que una aldea a orillas de un río. La nieve al derretirse dio paso al suelo enfangado. El olor a humedad impregnaba el ambiente y el cielo, que los había acompañado claro en Cornualles, mostraba el tono gris del que tanto se hablaba en los cuentos. Iba a llover.

Un caballo relinchó y en una de las casas se encendió una chimenea. El olor a pan y a tocino asado llegó hasta donde estaban. Sin Gwalch el camino se hacía más difícil, pero Giselle, la hermosa Giselle, los esperaba al otro lado del mar.

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01/08/2012, 12:27
Harald Sigurdrson

Permitió que la norn se alejase canturreando como una niña pequeña antes de dejar escapar el aire contenido. A medida que los ruidos naturales de la aldea fueron regresando, sus hombros y sus manos se relajaron, pero su ceño se contrajo con fuerza. A Harald no le gustaba que le amenazasen, y prefería que fuese con espadas a con palabras melosas. Pateó unos guijarros liberando parte de su enfado -un incongruente gesto infantil en un gigantesco vikingo- y se aproximó decidido a Nenúfar y al ciego. Escrutó el rostro de su capitana, intentando leer sus impresiones, pero se dirigió al anciano.

-Muy bien –espetó a Bennen-. Dinos de una vez quién erres, qué hacías en la playa y de qué conoces a esa mujerr, si no quierres que te parrta tu viejo espinazo.
 

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01/08/2012, 23:31
Nenúfar

-Basta de amenazas, Harald – dijo Nenúfar con  tono severo, pero su mirada denotaba enfado por otro motivo. Miró a Bennen sin que este supiera que le  observaban, o quizás si, y entendió que poco podía revelarle sobre lo ocurrido en la playa. Se giró observando como se marchaba Lasiam. La impostora, que decía ser la hermana mayor de Giselle, sabía más de lo que el pobre anciano y ciego podía contarle.  Frunció su rostro y llamó a la joven acercándose a ella por el camino del bosque – ¡Espera! –