Partida Rol por web

Una vez el monstruo se retira hacia dentro del castillo, los soldados bajan sus arcos, pero quedan pendientes de cualquier cosa que ocurra. Tenemos un problema serio. Confiesa Aramantha a Sir Igor. Si esa criatura quiere salir, o si la otra a quien temía quiere salir, tendremos problemas. Además, a todas luces estamos atacando a una fortaleza extranjera en territorio extranjero, violando acuerdos más antiguos que nosotros. Su rostro refleja una mezcla de preocupación e ira. Al parecer, no tener control sobre los eventos le alteran. Y si decidimos retirarnos que impide que los monstruos traten de tomar represalias.

Como dices, no debemos estar aquí. Pero dadas las circunstancias, ninguna nación civilizada nos echara en cara que le matemos unas ratas tan grandes. Si esto se sabe, nos deberían un buen favor, o corren el riesgo de q los denunciemos ante la iglesia por practicas herejes en sus castillos. concedió sir Igor.
Alejémonos de el castillo, si la bestia nos sigue. Sir Igor miró al Gigante, parecía furioso, lo bastante como para querer matarlos sin mayor razocinio por su parte Que me temo q lo hara, la hostigaremos con los arcos, la rodearemos y mataremos como a la última, pero lo haremos en nuestras tierras, si nos echan algo en cara habrían enviado gigantes contra nosotros. Si tratan de asaltar nuestro castillo, tenemos esas enormes ballestas que se usan para proteger las fortificaciones, solo hay q marearlo delante de nuestro castillo mientras lo arponean nuestros artilleros; si, esas ballestas de asedio son del tamaño adecuado para estos monstruos. Pero muerto este otro gigante, podremos volver a por su "amo", estará solo.
Tras un instante de reflexión añadió a Aramanth con cierta preocupación.
¿ Te has fijado que todos los daños de la fortaleza han sido hechos desde dentro, los gigantes no entraron a la fuerza, sino que se colaron o aparecieron y debieron sorprender a la guarnición? Luego sonrió con su perpetua máscara de frialdad y prepotencia para añadir frivolamente. No me parecieron tan sutiles, la verdad. Luego confesó, recobrando la compostura y la seriedad que la situación requería Temo que su amo, sea un mago.

Aramantha comienza a dar órdenes con las manos señala gente y lugares, todo es rápido y ágil. Las tropas comienzan a replegarse lentamente en dirección al puente para regresar, pero sin perder vista del castillo.

Entonces, un terrible grito llegó desde la fortaleza. Hería el oido y más de uno se los tapó con las manos. Luego cesó, pero segundos después la reja de la entrada se derrumbó de un golpe y varios pedazos volaron por los aires. Por unos instantes sólo se puede ver una sombra enorme aparecer, hasta que una nube deja salir parte de una de las lunas gemelas. Parece un horrible hombre de 12 pies de altura. Y no parece muy contento, atrás de él está uno de los secuaces que junto a esta figura parece un niño.

Sir Igor observó con incredulidad al gigante mayor "¿Como...? Eso no cogía dentro del castillo, eso ha crecido... será el mago" Se pregunto, sorprendiéndose de su frialdad.
Sire, id al castillo, aseguraos que los hombres no se dejan dominar por el pánico, teneís el don del liderazgo, dejadme la primera linea a mi. Vos encargados de las ballestas de asedio, yo tratare de ... ¿improvisar? sugirió a su comandante en jefe, trato de disimular la preocupación por la caballero que le consumía por dentro. Esperaba que no se le notara o que Aramanth no estuviera tampoco en condiciones de notar nada mas q confusión.

Hay un camino de alrededor 180 metros que separa este castillo del puente pordonde cruzaron. Desde allí hasta, el del otro lado debe haber alrededor de 400 metros entre las casa del poblado.

Entre ambas riberas corre un río caudaloso, pero no muy profundo y con muchas piedras y salientes, alisados con los años. El resto del terreno es llano y libre de accidentes notables.

Aramantha escucha las palabras de Sir Igor. Le obserba y calcula la idea que propone. Sin embargo, a pesar de que está en juegola vida de muchos, la suya incluida, no parece estar muy a gusto con seguir el consejo de Igor. Es una guerrera ante todo, y su lugar está en el combate.

Da órdenes a los soldados que se encunetran a la retaguardia y estos corren en dirección al castillo propio a buscar el armamento pesado. (balistas y demás) Sin embargo ella se queda. Tratemos de flanquearles y separarlos. Quizás trengamos una oportunidad.

estoy de examenes, perdoname por no avisar, esta semana acabaré y podré volver a dedicarme a esto. Mil perdones.

Sir Igor hizo un gesto seco, de asentimiento, espero a que la caballero repartiera las tropas en grupos y se unió al que le tocaba.
( sino le toca con aramanth)
¡ Bien hombres! gritó al unirse a su escuadra ¡ Si no falla el valor y actuamos con sangre fría venceremos y volveremos a casa para contar una historia que nadie creera! dijo con tono jocoso, tratando de distraer a la tropa de lo que tenía delante.

¿A quien no le ha pasado esto alguna vez? dijo a media voz para el caballero junto a él, el que le había acompañado al interior de la fortaleza, desenvainando la espada sobre el lomo de su caballo, colocandose el casco y asiendo el escudo con fuerza.Uno sale de excursión, y se encuentra demonios y gigantes en el camino añadió con cierto tono de queja, pues en el fondo se preguntaba por que los cielos le ponían esas trabas en su camino¿ No era bastante con ser un hombre en este mundo, acaso?

En la escuela de oficiales les habían enseñado que matar al lider era la mejor manera de romper las lineas enemigas¿ Por que ignoraba esas lecciones la consejera? Si ella caía sería dificil mantener a ralla a los hombres, todavía más. pensó Sir Igor disgustado, aunque no era por los fallos tácticos. Sir Aramanth le parecía demasiado audaz para tratarse de una general. Rogó que sus adversarios no hubieran ido a ninguna escuela de oficiales, para sus adentros, mientras dirigía una mirada nerviosa hacia donde estaba Aramanth. Y se dispuso al combate.

Las tropas se dividen en partes relativamente iguales tratando de aplicar una formación de tenaza hacia los mostruos. La armadura de Aramantha brilla a la luz de la luna y su rostro se llena de una expresión salvaje que la transforma en una belleza letal. Su espada está en lo alto dirigiendo la batalla. Las tropas corren hacia el enemigo. Para alivio tuyo ella no va a la cabeza.

Te toma un par de segundos en percatarte de que debes hacer lo mismo. Tu voz ruge feroz y los soldados se muestran inundados de una furia salvaje. De rrepente corren, están cargando contra las ciraturas de tamaño descomunales.

¡Grrraarrr! El descomunal líder enemigo ruge mientras blande una maza del tamaño de un árbol pequeño (o quizás sea un árbol pequeño, no hay tiempo para fijarse en esos detalles).

Sus pensamientos lo distrajeron de lo que tenía que estar haciendo y se precipito hacia adelante, convalor y arrojo, pero sin demasiada prudencia; pronto comprendería su error.

gigante: ini 4, at 16, de 10
Orcos: ini 9, at 11, de 9
Sir Igor: ini 3, at 19, de 13
Aramantha: ini 8, at 16, de 10
grupos A: ini 5, at 11, def 17
grupos SI: ini 8, at 11, def 16

Las tropas de Aramantha se lanzan contra los dos secuaces del gigante presentes. Las espadas lanzan destellos bajo la Luna. Las criaturas blanden mazas contra las armaduras de los soldados, pero a pesar la terrible fuerza, no parece que nadie resultara herido. Aramantha no puede evitar estar en el calor de la batalla. Su brazo desciende y penetra la carne de uno de sus oponentes. Tras ella muchos brazos describen arcos de golpe y los cortes abundan.

Mientras tanto tus soldados se avalanzan sin temor contra la mole que resulta el gigante, que blande lo que parece un árbol. Las armas golpean la piel del monstruo, pero este no se inmuta, pues al parecer esta es muy dura. El movimiento de la enorme maza del oponente no es muy rápido y no logra alcanzar a ninguno, aunque si deja evidencia de su fuerza descomunal al dejar un terrible surco en el suelo. Eres el último en actuar, tu reflejos han estado disminuidos por estar atendiendo todo lo que sucede, pero enseguida entras en calor y pones todo tu empeño. Tu espada deja una herida leve sobre el gigante, sólo servirá para enfurecerle, pero al menos has sobrepasado su piel dura como una piedra.

Sir Igor notó la furia de el monstruo y volvió a arremeterle para provocarle, para captar su atención, si conseguía enfurecerle sería factible separar a las criaturas y atraerlas hasta una buena posición para las balistas del castillo.
¡¿Duele?! preguntó a viva voz a la criatura.

orcos, gigante.
grupo A, grupo B, aram

Los dos secuaces, heridos ambos en varias partes, rugen de furia tratando de safarse entre tantos soldados; sus mazas tratan de imponerse entre la marea de filos y escudos. Aramantha golpea con su espada y logra cortar a uno de sus oponentes de forma severa. La furia de la guerrera motiva a sus soldados quienes arremeten contra los monstruos hasta dejarlos muy debilitados. Casi se puede ver que la balanza comienza a mostrarse a favor de la dama y sus hombres.

Los soldados de Igor también embaten contra el enorme mosntruo. Su movimientos son más lentos esta vez y no puede evitar recibir el daño de numerosos cortes. Blande su maza con furia y golpea a los soldados en crírculo haciendo que caigan hacia atrás. Dándole la oportunidad a Sir Igor de alcanzar un punto débil y penetrar su dura carne otra vez.

¡Manteneos juntos! ¡Con fuerza! ¡Sin miedo! Ordenaba sir Igor a sus tropas, mientras poco a poco las hacía retroceder de manera sistemática sin dar la espalda al monstruo para rodearle y cubrir el hueco de los que estaban incorporandose.
Apretó los dientes, y volvió a arremter contra su adversario. Pero mientras ladraba las ordenes, perdió tiempo y el monstruo ya se abalanzaba al ataque otra vez. Y al volverse hacia su adversario alzó el escudo para defenderse.

orcos, gigante.
grupo A, grupo B, aram