Partida Rol por web

Antor iba el primero cuando el cuchillo sangriento les salió al paso ordenando que tirasen las armas. No estaba atento, y la frase me sorprendió, y apenas pude tratar de echarme a un lado para evitar que mi lentitud frenase a mis compañeros en su ataque, tratando de ganar el costado del ser y golpearle con mi espada

A la orden del mago un intenso destello tuvo lugar justo delante de los ojos del prefga, pero este cerró los ojos a tiempo y pudo evitar una ceguera que sin duda hubiese sido su perdición.

Bathalias y Ailara aprovecharon ese instante para colarse en la defensa del guardia y sorteando fácilmente la punta de su lanza se lanzaron sobre él. El prefga era un avezado guerrero que esquivó sin ninguna dificultad el lento bastonazo de la druida, pero no tuvo tanta suerte con la espada de Bathalias. El elfo rompió su defensa, pero el tajo resbaló sobre la cota de malla y sólo le produjo un ligero corte en el hombro.

Los pesados guerreros se lanzaron a la carga al tiempo, obligando al prefga a tener que elegir cuál sería su objetivo. Finalmente pareció decantarse por el enemigo más grande y trató de ensartarle con la lanza. Sin embargo, y a pesar de su corpulencia, Merkus era un hombre ágil y haciéndose a un lado en el último instante consiguió transformar una muerte cierta en un ligero rasguño en el abdomen.

El contraataque de Alfren y Merkus fue brutal. A pesar de la habilidad del guardia, la espada de Alfren alcanzó el antebrazo del guardia. No tuvo tanta suerte el grandullón, quien vio como la estocada dirigida al corazón de su adversario quedaba anulada al quedarse la punta de su espada trabada en dos anillas de la cota de malla.

Antor también consiguió evitar la lanza del enemigo, pero por alguna razón se sentía actuando a cámara lenta y el prefga esquivó su ataque sin dificultad.

El prefga dio un paso atrás al tiempo que tiraba la lanza para desenvainar la espada y aferrar el escudo.

Antor se movió con lentitud, esperando que el esbirro de la bruja quedase expuesto en el fragor del combate a alguno de sus ataques. Sus músculos ya no eran lo que habían sido, pero aun le quedaba uno o dos trucos, y no estaba dispuesto a ser un estorbo, ni para sí mismo, ni para sus compañeros.

Esperó el tiempo adecuado, para lanzar un potente ataque contra su adversario

El Cuchillo Sangriento era un combatiente duro y había hecho frente al ataque del grupo con una entereza digna de elogio. Alfren sintió un respeto inmediato por el guerrero enemigo, considerándolo un contrincante honorable y dispuesto a afrontar la desigual batalla. Como desigual lo sería en un futuro próximo cuando debieran pelear ya no con un solo prefga, sino con un batallón de ellos.

Mas Alfren no era mujer que se arredrara ante los peligros del futuro y considerando que la victoria final se lograba a base de pequeños triunfos, aprovechó el cambio de armas de su oponente para lanzar un nuevo ataque.

Se quedó observando como aquella bestia había esquivado su magia, un hechizo echado a perder y se sintió devastado pero no por eso se quedó inmóvil, aprovechando el aturdimiento de aquel, se lanzó a atacarlo con el cayado, no estaba dispuesto a perder un hechizo más pues Ailara tenía razón y quizás pronto necesitaran de toda la magia que en conjunto tenían.

La joven no podía hacer mucho más que tratar de distraer al prefga mientras sus compañeros se afanaban por derribarle. La verdad es que era un esfuerzo un tanto inútil, y el monstruo evitaba sus golpes como si nada; pero si mientras le esquivaba a ella no lo hacía con sus compañeros, ella estaría bastante satisfecha.

Bathalais intentó contrarestar el paso del Prefga con otro paso.

Retrocede maldito.

Tácticamente el rival había perdido terreno, lo cual se convirtía en un chorro de moral para el grupo.

La bestia echó mano a su vaina, y el elfo dirigió allí su hoja, procurando impactar en la mano o la muñeca, para obligar a su rival a soltar el arma.

Merkus se quedó atrás indeciso mientras sus compañeros acosaban al guardia. Este recibió algunas heridas, pero se mantuvo firme en su lugar. Empuñó el escudo, pero cuando su mano se dirigió a desenvainar la espada, un golpe de espada de Bathalias se lo impidió. El prefga se limitó a intentar parar los golpes de los compañeros mientras buscaba el momento propicio para sacar el arma.

Alfren escupió un juramento al ver cómo el prefga eludía su ataque. Sí, sin duda era un magnífico guerrero y así lo demostraba con un rápido movimiento pues, en un instante, el Cuchillo Sangriento había conseguido hacerse con su escudo, aunque su espada aún siguiera envainada gracias al afortunado ataque de Bathalias.

Consciente de la protección que le otorgaban la cota de mallas y el escudo, la paladina optó por una acción poco ortodoxa y dejándose caer de rodillas al suelo, lanzó un mandoble a las piernas de su contrincante. Ígnea refulgió como el fuego por un instante.

Sus ataques eran inútiles y la joven lo sabía, pero Ailara seguía empeñada en tratar de molestar al prefga. Junto a ella, Alfren golpeaba mucho más fuerte y de manera más diestra, así que ella se limitaba a esperar que alguno de los golpes tuviera el efecto deseado y lograsen derribar al monstruo antes de que éste tuviese tiempo de devolverles los golpes.

Antor no podía menos que sentirse impresionado por la forma en que el servidor de la bruja aguantaba sus ataques, sin retroceder. El pícaro sabía que su destreza con las armas era considerablemente inferior a sus compañeros, y tal vez por eso se movía con lentitud, a medias deliberada y a medias obligada por sus cansados huesos.

Pero sus ataques seguían siendo certeros, y nuevamente su buena espada mordió el cuerpo de la criatura, mientras seguía movéndose hacia su costado, para tratar de tener una mejor posición desde donde atacar, y evitar perjudicar de cualquier manera las acciones de sus compañeros.

Te pillé, como que me llamo Bathalias de Emdelis que no vas a sacar esa espada...

Una sonrisa se dibujó en la faz del elfo al ver cómo su rival apartaba la mano de la vaina gracias a su estocada.

Era un rival resistente, pero al parecer no tenía el entrenamiento del que Alfren y Bathalias podían hacer gala.

Ambos guerreros se movían rápido, demasiado para la bestia, que aunque había conseguido sacar el escudo seguía recibiendo heridas de sus filos.

Una luz llegó a la mente de Bathalias de pronto.

Si golpeo a la cadera y apunto bien, puede ser que rompa la correa que sujeta la vaina y esta caiga. A lo mejor Antor puede hacerse con esa espada y tendríamos al Prefga desarmado...

La espada del elfo se dirigió de pronto hacia la correa de la vaina, bloqueando con la punta que la mano del rival pudiera llegar a la empuñadura e intentando cortar las correas.

ANTOR, ¿PODRÍAS INTENTAR COGER ESA ESPADA?

El potente grito surgió de la garganta del elfo, que rezaba por que su compañero pudiera hacerlo.

Moravius estaba impávido ante la fortaleza de aquel Prefga, no sólo fisíca sino también moral al hacerle frente a los seis de aquella manera. No se podía imaginar lo que sucedería si en lugar de uno, fueran seis. Miró con detenimiento el proceder de Bathalias y esperó que Antor lograra llegar como se lo pedía el elfo. Al estar un poco retirado, le era imposible intentarlo y además, quería guardar su magia porque se sentía cansado y quizás pronto, tuvieran más que urgencia de ella y aunque no era el único que la tenía, siempre en conjunto sería mejor usada. Se sentía atado de manos y pies, como si sólo fuera un espectador más pero algo le detenía, era como si de pronto todos los miedos que hubiere logrado superar, volvieran a renacer para detenerlo en el ataque a aquel enemigo. Su mente, su dualidad guerrer aventurero y mago, se peleaban interiormente. Libraba su propia batalla.

Merkus salió de su ensimismamiento y se lanzó de nuevo al ataque. Sin embargo ni la presencia del enorme bárbaro amedrantó al guardia, el cual no solo consiguió eludir casi todos los golpes sino que además consiguió sacar la espada de la vaina y se dispuso al contraataque.

Pero justo en ese momento la espada de Antor acabó con el combate, realizó una finta que hizo que el guardia se quedara descolocado abriendo un pequeño hueco en su defensa que el pícaro supo aprovechar. La espada de Antor Pielgrís se introdujo por una rendija de la cota de malla situada bajo la axila y destrozó carne y hueso hasta llegar a lo que fuera que aquellas cosas tenían por corazón.

Con un ruido ensordecedor el escudo del prefga cayó al suelo y acto seguido el monstruo se desplomó sobre él sin vida.

- Así se hace, viejo ladrón - gritó alborozada Alfren, dando una palmetada en la espalda de Antor tras ver caer al prefga atravesado por la espada del pícaro -. Ya lo creo que sí. Amigos, un enemigo menos. Tan solo nos quedan prefgas como para montar un par de ejércitos y la bruja - comentó con una risa divertida brotando espontánea de su garganta -. Al menos si nuestra intención es salir de aquí y darle una lección a ese sibilino manipulador e hijo de una mula piojosa que es el Secretario del conde. Y para eso vamos a necesitar toda la ayuda que podamos obtener. Como este pequeño botín que tan amablemente parece habernos cedido el señor Cuchillo sangriento.

En ese punto, Alfren se agachó para recoger las armas y defensas del prefga muerto y ver el cuál era el mejor reparto posible.

Muy buena, has estado muy ágil con ese quiebro.

Bathalias miró el cadaver del prefga mientras Alfren le quitaba las pertenencias.

No tenemos tiempo para eso, Alfren, coge el escudo y si crees que puedes manejar ambas bien, la espada, dale la lanza a Moravius y deja el resto, no podemos detenernos.

El elfo esperó a que fueran repartidos los restos del enemigo y Antor continuara indicando el camino para correr tras él en busca de la salida de esa torre maldita.

- No creo que necesitemos nada- añadió Ailara al comentario de Bathalias-. Tenemos lo necesario para salir de aquí, y el resto será cargarse de peso innecesario.

La joven druida ya estaba lista para volverse a poner en movimiento. Ahora que estaban decididos a abandonar la torre no había un instante que perder. Si querían evitar no sólo a los prefgas sino también a los mosquitos tendrían que ser todo lo rápidos posibles.