Partida Rol por web

- Bathalias, tendremos tiempo si queremos sobrevivir a lo que hay ahí fuera. Mira lo que nos ha costado acabar con un solo prefga. ¿Cuánto crees que tardaremos en morir si nos enfrentamos a los que aguardan fuera, sin sumar a Sarcess? De hecho, sería una temeridad salir por donde entramos - comentó Alfren reflexiva, mientras manipulaba el equipo del Cuchillo Sangriento -. ¿Cómo creéis que bajó la bruja al exterior? Al principio pensé que quizá se había servido de la magia, pero... tal vez haya un pasaje desde su habitación que conduzca fuera de la Torre, lo cual, bien mirado, nos daría una vía de escape que podríamos aprovechar. No sé que os parecerá, pero quizá no fuera mala idea regresar arriba, al dormitorio de la bruja. Para seros sincera, prefiero enfrentarme a los pocos insectos que queden en esa habitación que a un batallón de prefgas sedientos de sangre y capitaneados por una bruja vengativa que nos cree responsables de este ataque. Por no hablar del gran equipo que portaban los guardianes de Sarcess. Eran armas de una factura excelente y es más que probable que algunas de ellas fueran mágicas. ¿Qué opináis? Mi voto, desde luego, sería a favor de desandar el camino recorrido - comentó en cuclillas y paseando una mirada interrogante de uno a otro.

-Alfren tiene razón, no tenemos oportunidad y nos están esperando allá abajo... Casi se los podría jurar. Ella cree que saldremos por allí y esos Prefgas para dos ejércitos, ya están esperándonos. Voto por que vayamos allá arriba y busquemos esa salida. Y nos tenemos que dar prisa para matar a un par de alimañas que deben estar riéndose de nosotros como dos hijos de...

Moravius se detuvo porque no quería ofender a Ailara con sus palabras altisonantes, la miró tan decidida y valiente, eso era precisamente lo que le gustaba de ella y no pudo evitar pensar en tiempos mejores, llenos de paz quizás. Sí, Moravius añoraba eso más que nada pero sabía o intuía en el fondo de su ser, que aquello nunca sucedería. Miró hacia otra parte, demostrar lo que sentía nunca había sido lo que mejor se le daba. Así, con la cabeza en otro mundo, cogió la lanza que le habían designado y enfiló de nuevo hacia la alcoba de la bruja o lo que había quedado de ella, deteniéndose al dar el segundo paso para ver quién lo seguía.

-Vamos, muchachos... No tenemos mucho tiempo o yo diría, ninguno.

Los compañeros dejaron atrás el cuerpo del guardia y se apresuraron a continuar su descenso. No encontraron ningún nuevo obstáculo en la escalinata.

Cuando llegaron al primer piso los sonidos de batalla, los gritos y las explosiones les anunciaron que atravesar el laberinto de cámaras y pasillo no iba a ser tan sencillo como el tramo que habían cubierto hasta ahora.

Un pasillo se extendía ante ellos, al final unas puertas, tras las puertas una posibilidad de alcanzar la libertad... o la muerte.

Sonreí cuando mi enemigo se desplomó delante mía. Había tenido suerte, sin duda, pero parte del mérito estaba en seguir vivo.  De alguna manera el acabar con su enemigo era, al mismo tiempo, reafirmarse. Creer que aun le quedaba algo por hacer. 

Sintió el golpe amistoso de Alfren en la espalda y rió  con buen humor.

- No tan viejo, Alfren. No tan viejo. Alguna noche, si quieres, te lo puedo demostrar. - añade con una sonrisa llena de picardía-  Pero ahora - dice recobrando la seriedad- salgamos de aqui

- Bathalias - dice tras seguir escuchando- Creo que Alfren tiene razón. Subamos arriba. Probablemente los insectos tienen por orden matar a la bruja y no nos molestarán mucho. Además arriba no quedará nada, y la bruja ya quiere matarnos... tal vez encontremos algo interesante entre sus cosas, que nos pueda ayudar a escapar. Ahora no es momento de remilgos. Hay que salir de aquí. Y pensar en la venganza - parece recordar una cosa- Eso sí, la próxima vez que mi sexto sentido diga que algo no funciona, nos lo tomaremos con mas tranquilidad. E inspeccionaré lo que pasa. Cojamos esa cota. Y seguidme

Aunque a pesar de las palabras miró a Bathalias, esperando confirmación

Ailara estuvo a punto de protestar. En su opinión era muy improbable que la bruja tuviese una puerta secreta en una torre como la suya, y menos disponiendo de la magia de la que hace gala... pero posiblemente era su única oportunidad de salir con vida de allí.

- Pues adelante- afirmó situándose de nuevo en la retaguardia del grupo, desde donde podría ayudar con su magia y no perjudicaría a sus compañeros más duchos en la lucha cuerpo a cuerpo.