Partida Rol por web

Tributo de Sangre (V)

Heraldos de Paz

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10/02/2009, 17:13
Moravius

Observó con atención como se abrieron las puertas y luego de entrar tras Ailara y Bathalias, desvió su mirada hacia aquellos con armas y uno de ellos seguramente con poderes. Moravius respiró profundo, intentando mantener la calma, estudiar los posibles pasos a seguir en su mente; casi planeando lo que pasaría a continuación aunque claro, no dependía sólo de él. Luego, lentamente posó su mirada en aquella chiquilla que descansaba en la cama, lo cierto era que no parecía una bruja o al menos no una bruja ordinaria; tenía una belleza perturbadora y su voz era terriblemente sensual, casi se sintió aturdido y la miró directo a los ojos. Tuvo la extraña sensación de que se parecían pero enseguida se obligó a salir del trance tonto aquel y se guió por las palabras de su amigo, Bathalias. Bajó la cabeza con una reverencia que le costó un mundo realizar y se inclinó posando su rodilla izquierda en el piso laberintico que se mostraba ante ellos. El frío que allí podía sentirse  era realmente un recordatorio de lo mal que podía irles si aquello no terminaba pronto, por alguna razón le pareció que aquello no iba a pasar. Se resignó en silencio, al fin que Bathalias ya había hablado y era muy tonto tratar de decir nada más, puesto a lo que iban.

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10/02/2009, 18:44
Alfren Niubar

La cara de Alfren era todo un poema. ¿Qué hacía Bathalias clavando su rodilla en el suelo y rindiendo pleitesía a aquella adolescente que les recibía en la cama como una vulgar mujerzuela? ¿Y por qué Moravius le imitaba y hacía tres cuartos de lo mismo? Cierto, la bruja era a efectos la dueña y señora y de las tierras de Imledyr, pero ellos no eran sus vasallos sino simples mensajeros encargados de entregar una mercancía y poco más. Sintió que su rostro enrojecía de vergüenza ante la humillante actitud de sus dos compañeros que, sin duda, habían caído subyugados ante el exotismo y la belleza de aquella... furcia. Y eso les pasaba por pensar con lo que tenían entre sus piernas en vez de con la cabeza. Una cosa era mostrar respeto, otra... perder toda dignidad. ¡Por los dioses que ella no lo haría!

Un inevitable bufido de desagrado salió a medias de su boca, metamorfoseado rápidamente en una tos que trataba de disimularlo. En un intento de no ver lo que estaba ocurriendo ante ella retrocedió, sin dar la espalda al gran lecho, a la retaguardia del grupo donde se detuvo para observar disimuladamente a los prefgas y sus reacciones.

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11/02/2009, 01:47
Antor PielGris

La bruja era preciosa. Y después de todo no inmune a todas las comodidades, como atestiguaba la habitación que se había preparado y el cuerpo que, el pícaro estaba seguro, se había modificado a placer. Pero innegablemente era preciosa, y sin mirarla directa y descaradamente, Antor la observó con cierto deleite. No estaban allí, sin embargo, por cuestiones de placer, y la bruja no era una hermosa muchacha de algún pueblo a quien poder enamorar con varias palabras bien dichas y una sonrisa.

Y era un pena, porque iban a necesitar encanto para poder salir bien de esta. No era porque Alfren no fuera a arrodillarse; cosa que Antor supo con certeza desde el momento en que vio a Bathalias hincar rodilla en el suelo. No. Era otra cosa. Un vago presentimiento de que todo no podía ser tan sencillo como que ahora les dijeran: buen trabajo, regresad a casa.

Y si Alfren no se arrodillaba, y Bathalias y Moravius si.... Antor no debía arrodillarse. Dejar sola de pie a Alfren no era una buena idea, y daba una muy mala imagen. Sobre todo si tampoco Ailara se arrodillaba. Habría que dejar cierto margen para el encanto. Encanto. Bueno, de eso Antor sabía un poco. Y si la bruja se había ocupado de buscarse un cuerpo perfecto y sensual era que seguía teniendo cierta debilidad por ser halagada

- Como bien dice nuestro ilustre líder y compañero, hablando por todos - dijo Antor haciendo una reverencia llena de elegancia- os remitimos nuestro saludo, y os dejamos el tributo. Aunque me veo obligado a añadir que en todos mis años de vida jamás vi a nadie tan hermosa como vos. Había oido rumores de vuestra belleza, pero todos se quedaron insoportablemente cortos

 

 

 

 

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11/02/2009, 13:26
Ailara Sotobosque

Ailara giró la cabeza sorprendida hacia Bathalias cuando éste se arrodilló ante la perversa hechicera. La joven no entendía el porqué su compañero se arrodillaba, mas temiendo estropear las relaciones que trataba de establecer el elfo se agachó lentamente hasta quedar en su misma posición.

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11/02/2009, 16:10
Sarcess

La bruja observó con aire divertido cómo Bathalias, Ailara y Moravius se arrodillaban ante ella. Los hechiceros y el elfo hubieran jurado que habían escuchado una risita burlona y despectiva, pero también estaban seguros de que sus oídos no habían capatado nada.

Para alivio de todos no pareció importarle lo más mínimo que los otros tres compañeros hubieran permanecido de pie.

- Me alegro de que el conde haya conseguido finalmente reunir el tributo. Me estaba empezando a preguntar si sería necesario que volviera a discutir con él y su secretario su lealtad para con la Torre Negra - su tono era de fastidio, no amenazante - Aunque veo que Ashadir ha recordado al mirarse al espejo por las mañanas cuáles son las consecuencias de nuestras discusiones y se ha dado prisa en cumplir con sus obligaciones. - añadió burlona.

No contestó a los halagos de Antor, pero sí le dedicó un intenso examen de unos segundos. El pícaro pudo sentir como aquellos ardientes ojos lo evaluaban, como si de un trozo de carne expuesto en un mercado se tratara. Un inexplicable ardor se apoderó de su sangre, exactamente como aquella vez que siendo más joven se vio obligado a estar dos meses sin compañía femenina. Hacía mucho tiempo que no se sentía así. Cuando la bruja apartó los ojos de él para volver al cofre, se sintió frío, descartado y lanzado a la basura como un trasto viejo. Y se sitió viejo e inútil por no haber agradado a la bruja lo suficiente como para que mantuviera su mirada en él un poco más.

Esa mirada ardiente pasó por encima de Alfren y Merkus sin verlos, para posarse el cofre. Sólo hizo un movimiento con una ceja y el cofre comenzó a brillar cuando la poderosa mágica de cierre que mantenía su contenido a salvo de manos indebidas se comenzó a disipar. Moravius sintió el poder y pensó en las horas de preparación y la energía que él necesitaría para deshacer semejante hechizo.

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11/02/2009, 16:46
Director

Acto seguido los dos cuchillos sangrientos se acercaron al grupo y asieron el cofre para situarlo a un lado entre ellos y Sarcess de forma que al abrirlo pudieran observar todos el contenido del mismo.

Sin ningún esfuerzo los Prefgas abrieron la tapa del cajón y el mundo se les cayó encima a los compañeros. No había oro, ni piedras preciosas, sólo unas cuantas piedras. Apenas tuvieron tiempo para empezar a preguntarse qué estaba pasando allí cuando del maltrecho cajón surgió un rayo que ascendió para impactar contras el techo de piedra. Y en ese momento se desató el infierno.

Con un horrible crujido de rocas despedazándose salido de lo más profundo de la piedra toda la torre se vio sacudida por un terrible temblor. El suelo comenzó a ondularse, las estatuas cayeron al suelo con un ensordecedor sonido, los enormes bloques de las paredes traqueteaban con las sacudidas como lo haría un montón de cubos en la parte trasera de un carro que avanzara por un camino accidentado. Los prefgas intentaron mantener el equilibrio agarrándose a la pared más cercana.

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11/02/2009, 16:54
Sarcess

- ¡Maldición! -

Evidentemente irritada la bruja cogió impulso para saltar de la cama y con una voltereta se posó junto a la pared más cercana. Respiró hondo y cerró los ojos para concentrarse al tiempo que posaba sus manos sobre el muro. Desde sus manos un brillo rojo comenzó a extenderse por la pared muy lentamente en un intento de devolverle la estabilidad a su fortaleza.

Notas de juego

Todo el mundo a hacer una tirada de agilidad de dificultad 12, si no la pasáis perdéis el equilibrio y os vais al suelo.

Como no hemos hecho tiradas os recuerdo como va el sistema: tiráis 1d8 sumándole vuestra puntuación en agilidad. Si igualáis o superáis la dificultad pasáis la tirada.

Para evitar posts innecesarios sólo de tiradas poned en un mismo post la tirada, todas las reacciones que consideréis oportunas a lo que ocurre antes del temblor y la interpretación del resultado de la tirada.

Por cada punto por encima de 12 que saquéis en la tirada podéis sumarle uno a la tirada de un compañero para ayudarlo a mantenerse en pie.

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11/02/2009, 18:42
Alfren Niubar

Desde su posición, Alfren vio cómo Ailara se arrodillaba. ¡Oh, no! Ella también, pensó y sintió una profunda pena, ya que sabía perfectamente lo que la druida sentía por todos aquellos que se servían de la magia desde la terrible muerte de sus padres, y lo que aquello debía estarle costando. Seguro que lo hacía por Bathalias y Moravius.

Aunque a la bruja aquello parecía tenerle sin cuidado, preocupada únicamente por la llegada del cofre y su contenido.

Sus palabras, sin embargo, le picaron la curiosidad. ¿Qué había ocurrido entre ella y el secretario del conde? ¿A qué venía eso de mirarse en el espejo y lo de las consecuencias de discutir con ella? Desde luego, Alfren no recordaba haber visto o sentido nada anormal en el Secretario, salvo su perfume pensó con repugnancia, y no tenía idea del verdadero sentido de cuanto Sarcess había dicho.

Pero tampoco tuvo demasiado tiempo para pensar en ello pues cuando vio brillar el cofre y a los dos prefgas recoger el cofre y situarlo junto a la bruja con la intención de abrirlo, desterró de su mente todo pensamiento, y estiró el cuello para poder apreciar bien el contenido del cofre. Nunca había visto tanto oro como aquel debía contener y no le molestaba nada poder disfrutar de la ocasión.

Sin embargo, cuando por fin se descubrió lo que la caja contenía, su mandíbula colgó laxa, los ojos desorbitados. ¡PIEDRAS!

- SERÁ HIJODEPUTA EL CONDE – gritó furiosa Alfren plenamente consciente de que habían sido utilizados por el Conde y su Secretario. Pero cualquier otra reflexión o insulto fue interrumpido por un rayo que salió del cofre golpeando el techo de la Torre y desencadenando lo que parecía ser un terremoto y haciendo que Alfren cayera al suelo, desde donde pudo ver

cómo Sarcess se lanzaba contra una pared después de maldecir y ponía sus manos sobre ella para pelear con la magia que amenazaba con hacer caer la Torre. ¡Con ellos dentro!

- ¡SERÁ HIJODEPUTA EL CONDE Y EL MALNACIDO DE SU SECRETARIO! – volvió a gritar mientras intentaba ponerse en pie.

 

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+5)
Motivo: Equilibrio
Dificultad: 12+
Resultado: 2(+5)=7 (Fracaso)

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11/02/2009, 22:40
Ailara Sotobosque

La más joven del grupo se mantuvo arrodillada en tanto los monstruos tomaban el cofre para llevarlo a las manos de la hechicera; aunque al parecer a ella no le importaba si se arrodillaban o no, Bathalias estaba mucho más versado en los modos de la diplomacia así que la druida le imitaría para no poner en peligro el encuentro.

Cuando finalmente abrieron el cofre, un "te lo dije" resonó en su mente. Bien sabía ella cómo se la gastaban los hechiceros, y desde el primer momento el que realizaba las veces de consejero del conde había levantado sus sospechas mas, aunque esperaba alguna treta similar siempre hubiera deseado que no les pillase a ellos en medio y hubiesen podido salir airosos de la, en principio, sencilla misión encomendada.

Instantes después, con el retumbar de la torre y todo balanceándose de aquí para allá, no tardó en dar con el costado en la negra piedra del suelo. Sin embargo su primera preocupación no estuvo en mantener la estabilidad o no, sino en fijarse en la reacción de la bruja y de lo que ésta podría hacerles una vez consiguiera asegurar su fortaleza. Pero correr era inútil, no alcanzarían la salida ni aunque tuviesen minutos de ventaja.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+4)
Motivo: Estabilizar
Dificultad: 12+
Resultado: 7(+4)=11 (Fracaso)

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12/02/2009, 04:41
Moravius

Lo que sucedió a continuación, a Moravius le pareció una verdadera ridiculez. Es que se habían visto tan confiados y allí no había nada de valor; habían expuesto su vida por nada. Se maldijo internamente por no haber prestado más atención a lo que querían sus compañeros. Más cuando aquello empezó a sacudirse, su corazón dio un vuelco. Descubrió o sintió que eran demasiado pequeños y que la cosa se había puesto mucho más mal de lo que en realidad había creído. No se pudo mantener en pie, conseguirlo era una tarea titánica y él no estaba preparado para aquello, aunque como ya tenía una pierna en el suelo, el golpe no fue tan fuerte como el de los que estaban en pie.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+3)
Motivo: Agilidad
Resultado: 1(+3)=4

Notas de juego

Tengo un problema con la tirada y no sé si es así :$ Espero que sí.

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12/02/2009, 04:50
Merkus

Merkus ingresó a la estancia en completo silencio, sin emitir más sonido que el que producía el aire al abandonar sus pulmones.

Esta vez no le sorprendió lo que veía y es que hasta cierto modo se lo esperaba. Ya había visto cómo era el interior de la Torre y no esperaba que esa estancia fuera diferente, salvo en magnificencia, pero no fue así, existía una diferencia, poca, pero diferencia al fin.

Le llamó la atención el lugar, no tanto por lo que poseía sino más por lo que irradiaba. Lo envolvía un color que le daba un aspecto irreal, como salido de un sueño o una pesadilla, todo dependiendo de la arista con que fuese visto. El recorrido visual de Merkus continuó, deteniéndose por largos segundos en las estatuas cuyo aspecto le resultaba tan real que por un instante tuvo la impresión que comenzarían a moverse. Alzó la cabeza y observó el cielo abovedado, bajándola luego para clavar la mirada del otro lado de la habitación, pensando que a cada minuto que pasaba menos le gustaba ese lugar, deseando terminar cuanto antes y marcharse sin mirar atrás.

Y entonces la vio. Sarcess era una criatura hermosa, la más hermosa y seductora que jamás hubiera visto, hermosura que contrastaba de sobremanera con el lugar que habitaba, pero ahí estaba la temida y a la vez odiada bruja y en su embobamiento el bárbaro se preguntó si acaso no sería esa perturbadora belleza y la sensualidad que parecía irradiar cada poro de su piel la verdadera base de su poder.

Pero Merkus no estaba para pensar en demasía, no lo estaba ni nunca lo estaría. El bárbaro reaccionaba a base de impulsos o mejor dicho en base a lo que de los huevos y/o entrañas le salía, casi como un enajenado.

Dejó el cofre en el suelo, atendiendo a la indicación de Alfren y al igual que ella se hizo a un lado, con la vista fija en el lecho, mirando a Sarcess cual lobo hambriento, sin siquiera importarle el a todas luces maléfico color de los ojos de ésta. Tan ensimismado estaba contemplándola que no se percató de aquellos que ante la bruja se arrodillaban.

Lo que sucedió después hizo que la sangre del asmita ardiera de furia. El cofre fue abierto gracias a la poderosa magia de la bruja, pero lo que se hallaba en el interior estaba por lejos de ser lo que debía y aquello, a ojos del bárbaro, desató la furia de Sarcess.  El suelo se estremeció bajo sus pies, todo a su alrededor ondeaba, la sensación era la misma que la que siente un hombre al enfrentarse a una tormenta en altamar.

Apretó los puños, deseando tener frente suyo al conde para romperle el cuello, extrangularlo y escupirle el rostro por haberlos engañado. Trató de mantener el equilibrio, aferrarse al suelo que pisaba, pero el pesado cuerpo del bárbaro dificultó la acción y en una de tantas sacudidas cayó al suelo. Trató de ponerse de pie, pero no lo consiguió, cada intento era seguido de un nuevo golpe...

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+5)
Motivo: Agilidad
Dificultad: 12+
Resultado: 3(+5)=8 (Fracaso)

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12/02/2009, 12:08
Antor PielGris

Antor se había quedado confuso, y avergonzado. Hacía mucho que no se sentía así, desde que no era sino un chiquillo imberbe. La mirada de la bruja le había despojado de algo que, para el viejo truhán, era extraordinariamente importante: su sentido de dignidad. El problema no era que ella hubiera dejado de mirarle, sino la necesidad que experimentó de ser mirado, aunque fuera unos segundos más. El tiempo, después de todo, pasaba. Supo, sin lugar a dudas, que veinte años antes hubiera podido enamorar a la bruja. Y el peso del tiempo, repentinamente, lo abrumó con una sensación de pérdida irreparable y de desdicha. Se sintió un hombre viejo y patético.

Pero no tuvo tiempo para mantenerse en tales lúgubres pensamientos. Por el rabillo del ojo había visto como Ailara se arrodillaba igualmente, y la lástima había ocupado su corazón unos instantes, pues sabía bien del poco aprecio que tenía la valiente druida por los usuarios de la magia. Pero tampoco había podido darle la importancia que en cualquier momento distinto hubiera tenido.

- Viejo, un viejo estúpido. Eso es lo que soy - y en ese momento sucedió algo que vino a provocar que ese pensamiento se hiciera mucho más poderoso en su cabeza. Lo había temido. Había visto algo raro desde el primer momento, pero había consentido que sus sospechas se difuminaran. Viejo, un maldito viejo, sin duda. El cofre no solo estaba vacío. Era una trampa mortal. - Por tu bien, conde, por tu bien, consejero, más te vale que muera. Porque si no te mataré si cualquiera de mis compañeros mueren en este acto de traición

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+3)
Motivo: Agilidad
Dificultad: 12+
Resultado: 8(+3)=11 (Fracaso)

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12/02/2009, 17:04
Bathalias de Emdelis

¿Las consecuencias de sus discusiones?¿Espejo?¿Será esa la razón de la juventud de la bruja?

La temible hechicera procedió a desencantar el cofre para que pudiera ser abierto.

Ya sabía yo que no podía ser una simple cerradura oxidada...

Una vez anulada la magia, dos Prefgas se acercaron a abrir la tapa.

A pesar de tener la cabeza agachada los ojos del elfo miraban los pies de todos, sobre todo de los guardias.

De repente, un chirrido, producido por las bisagras sonó y después un estruendo inundó la sala.

Al levantar la cabeza, Bathalias pudo ver el contenido del cofre, sólo piedras, y el terrible rayo que se elevó hasta el techo de la sala.

Mierda, lo sabía, ¿por qué no estuve más ágil y pedí comprobar el contenido?

Todo empezó a moverse de un lado a otro, las piedras crujían, las escalofriantes estatuas que soportaban las luces cayeron al suelo y seguramente la cristalera se partiría de un momento a otro.

Bathalias recordó su entrenamiento en Emdelis, cuando combatían sobre balsas o tablones flotando sobre el río.

Apoyó una mano en el suelo y miró en derredor para ver a los demás tambaleándose y luchando por mantenerse en pie.

Su mirada se clavó en Ailara, que se encontraba a su lado, así que decidió extender su brazo y estabilizarla empujándola contra el suelo.

A todo esto, Sarcess intentaba mantener en pie la colosal estructura mediante magia.

No sé si deseo que lo consiga o que nos hundamos todos con esta torre...

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+5)
Motivo: Agilidad
Dificultad: 12+
Resultado: 8(+5)=13 (Éxito)

Notas de juego

¿Los que estamos arrodillados no tendríamos algún bono extra (es más complicado perder el equilibro arrodillado que de pie)?

Si tenemos algún bono extra me gustaría cambiar mi acción para ayudar a Antor.

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12/02/2009, 17:38
Director

Sólo Sarcess, Bathalias y Ailara, esta última gracias a la ayuda del elfo, consiguieron mantenerse en equilibrio y no acabar como un montón de guisantes botando sobre el culo de una olla atizada con un palo. Todos los demás dieron con sus huesos en el suelo y hacían grandes esfuerzos por mantener un mínimo control sobre la posición de su cuerpo.

El sonido del terremoto subió de tono y un gran bloque de piedra cayó del techo sobre uno de los braseros aplastándolo, haciendo que la estatua adquiriera una forma grotesca con sus miembros retorcidos en ángulos imposibles. La cristalera se plagó de grietas en múltiples puntos para finalmente acabar estallando en una lluvia de cristales que cayeron sobre los desafortunados compañeros. Pronto aquellos que no conseguían mantener el control sobre su cuerpo se vieron rebotando y rodando sobre un suelo plagado de cristales que se les clavaban en las armaduras y en la carne.

Notas de juego

Esto es un terremoto y mantener el equilibrio es difícil hasta estando de rodillas. En cualquier caso para ayudar a Antor tendrías que estar o ponerte de pie con lo que el bonificador se anularía.

Lluvia de cristales: 1 punto de daño (acordaros que las armaduras absorben un daño igual a su bonificador)

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12/02/2009, 17:55
Sarcess

Aunque muy despacio al principio, la luz que surgía de las manos de Sarcess fue expandiéndose por la habitación hasta abarcarla, y con ella el temblor se fue aplacando.

Apenas había conseguido detener el terremoto cuando la bruja abrió los ojos y se giró hacia los compañeros. Una mirada cargada de odio los fulminó. Cuando empezó a pronunciar la orden los Prefgas ya se estaban poniendo en movimiento.

- ¡Detene...! - exclamó con un tono que no presagiaba nada bueno. Pero una nueva sorpresa de parte del conde y su secretario esperaba en el interior del cofre y cortó la orden en seco.

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12/02/2009, 18:00
Director

Docenas de insectos de las más diversas formas y colores comenzaron a surgir del cofre y a expandirse por la habitación saltando, volando y reptando.

Un insecto volador de color gris y aspecto terroso picó al cuchillo sangriento más cercano en el brazo. El miembro se convirtió instantáneamente en piedra y cayó al suelo dejando en el punto por el que había estado unido al Prefga una horrible herida por la que asomaba el hueso y manaba sangre verde a borbotones. Otro insecto irisado saltó en dirección a la bruja y se transformó en un terrible rayo que, de no ser por un rápido reflejo de la bruja para levantar un escudo mágico, sin duda la hubiera electrocutado. El Prefga hechicero intentó hacer lo propio con la bola de fuego en que se había transformado un insecto volador de color rojo intenso, pero su barrera mágica no era lo suficientemente resistente y la explosión lo carbonizó al instante. Ante el ejemplo de sus compañeros, los otros dos Prefgas se concentraron en la tarea de defender a su ama al tiempo que intentaban en la medida de lo posible evitar ser alcanzados por los mortíferos bichos.

Los compañeros no estaban a salvo de este enjambre mortal que aparentemente no distinguía amigos de enemigos. Estar a cierta distancia del cofre les daba unos segundos de ventaja antes de que la horda de insectos mágicos se les echara encima pero sabían que no tenían más que unos instantes antes de que una muerte horrible y cierta se precipitara sobre ellos.

Notas de juego

Llevaba muchas semanas esperando este momento :P

Vale, ¿qué hacéis? De momento no pido tiradas de iniciativa mientras las acciones no sean de alguien contra alguien.

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12/02/2009, 18:44
Alfren Niubar

Todo ocurrió a velocidad vertiginosa para Alfren. Cuando por fin el terremoto que afectaba a la Torre pareció reducirse a un ligero temblor, la paladina se puso en pie y una lluvia de polvo y pequeños cristales cayó a sus pies. Todos parecían estar bien y ella misma no estaba herida, salvo en su orgullo, al igual que la bruja que les miraba con ojos incandescentes y cargados de odio. Al verlo y comprobar que los prefgas se movían hacia ellos, sacó a Ígnea sin pensárselo dos veces preparándose para el combate. Pero parecía que el destino no iba a darles tregua, y del viejo cofre brotaron miríadas de insectos que pronto demostraron su finalidad.

Piedra, rayo, fuego... aquellos insectos eran portadores de una poderosa magia que acababa con todo aquello que tocaba y no tenía una magia igualmente poderosa para defenderse. Para Alfren la estrategia estaba clara. Huir antes de ser tocados por alguno de aquellos bichos que parecía no iban a discriminar a la hora de elegir a sus víctimas. Por un instante vaciló. ¿Qué dirección tomar? ¿La de alguna de las tres estancias que se ocultaban tras los pesados cortinones que caían tras la cama de la bruja o la puerta de dos hojas que habían atravesado al entrar en la cámara de Sarcess? Rechazando lo desconocido, reculó hacia la puerta, siempre espada en mano y sin dar la espalda a sus nuevos enemigos.

- ¡Corred! ¡Hacia la salida! - gritó a sus amigos -. Debemos salir de aquí y cerrar las puertas.

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13/02/2009, 01:31
Bathalias de Emdelis

VAMOS, CHICOS, POR LA PUERTA, ¡RÁPIDO!

Otra parte más de entrenamiento: tácticas evasivas. Sus gritos resonaron por toda la sala circular con una potencia tremenda.

El elfo desenvainó su espada y se puso en guardia, aunque no creía que los Prefgas fueran a por ellos, su único problema iban a ser los insectos, pero ¡qué insectos!

Según sus compañeros fueran saliendo por la puerta se dispuso a retroceder paso a paso hasta el umbral.

ALFREN, MERKUS, CERRAD VOSOTROS LAS PUERTAS CUANDO HAYAMOS SALIDO, TENEIS MÁS FUERZA QUE EL RESTO Y LO LOGRAREIS MÁS RÁPIDO.

Empezó a recordar las instrucciones de los conjuros de bloqueo en masa y rápidamente encontró uno que podría ser adecuado, así que comenzó a buscar por todo su cerebro las palabras necesarias y se dispuso a sacar la energía que necesitaba de su estómago.

Cuando las puertas apenas estaban abiertas ya, pero viendo que los insectos se acercaban y podría intentar entrar alguno, decidió utilizar el hechizo.

Bathalias echó los hombros hacia atrás y llenó sus pulmones de aire para después proyectarlo hacia el frente.

Notas de juego

El conjuro consiste en amplificar la potencia del soplido, lo dirijo entre las hojas de la puerta cuando estén cerradas (si no se pueden cerrar pues en cuanto salgamos todos de la sala) para que los insectos tengan que volar a contraviento, cosa que probablemente no podrán hacer y quedarán en la sala.

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13/02/2009, 01:54
Merkus

Merkus, apenas cesar el terremoto se puso de pie, intentando de paso quitarse unos cuantos cristales incrustados. Se había hecho algunos cortes y sangraba a causa de ellos pero eso no impidió el que apenas pudo ponerse de pie sacara la espada y se dispusiera a usarla, a esas alturas estaba claro que Sarcess ordenaría que les hicieran pagar a ellos por la burla del Conde, sin embargo y aunque eso fuera lo que la bruja tenía en mente, lo que salió del cofre hizo todo quedara en nada.

Miró los insectos que salían del cofre boquiabierto y maldijo a los cuatro vientos cuando vio lo que éstos eran capaces de hacer. Tal como los animales huelen el peligro y se alejan de éste, Merkus supo que debían irse de allí en menos de lo que canta un gallo, esos insectos estaban hechizados y para vencerlos había que tener magia, una magia de la cula él adolecía.

Alfren fue la primera en reaccionar, dejando claro que para ella huir era tan buena opción como para él y azuzó a sus amigos a hacer lo mismo. Vaciló un momento al sopesar si tendrían o no oportunidad de ayudar a la bruja, pero los insectos estaban demasiado cerca de ella como para siquiera intentarlo. En ese minuto sólo importaba una cosa: salvar su pellejo y el de sus amigos.i

-¡¡CORRER!! -les gritó- ¡¡CORRER!! -insistió y emprendió la carrera en dirección a las puertas, situándose junto a éstas listo para cerrarlas con la ayuda de Alfren en cuanto el último de ellos hubiera salido.

 

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13/02/2009, 09:58
Antor PielGris

Antor miró confuso todavía los mortíferos insectos. Estaba caido en el suelo, pero su armadura había evitado que sufriera daño. Logró ponerse en pie, mientras escuchaba las órdenes de Bathalias y veía como tanto Alfren reculaba en dirección a las puertas, mientras Merkus  corría en esa misma dirección.

Era la mejor opción. Pararse a fin de ayudar a la bruja era una necedad. Y buscar una salida en lo desconocido un riesgo innecesario. Recordó el camino que habían tomado en la fortaleza, y al que había estado atento. Tal vez ahora dicha precaución, que juzgó innecesaria, sirviera de algo.

Además, lo más probable era que el ejército que vieron fuera precisamente del conde. Debían escapar de allí,  y pronto.  

Así que hizo lo que le gritaban sus compañeros. Corrió en dirección a las puertas que Merkus y Alfren se disponían a intentar cerrar