Partida Rol por web

Tributo de Sangre (V)

Heraldos de Paz

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13/01/2009, 18:37
Antor PielGris

Si el secretario del conde había pretendido molestar a Antor no podía haber tenido menos éxito. Las pullas del mismo no parecían haber afectado al pícaro que escuchaba con atención y una medio sonrisa irónica.

La aparición del conde en persona sí le llamó la atención, al igual que el cambio de aptitud de su secretario. Las palabras del noble eran interesantes. Y su atuendo e impostura.

- Curioso, muy curioso. Así que sí tienen interés en que llevemos el tributo después de todo. Aunque sigo sin entender por qué nos envían a nosotros en una misión tan importante. Sin duda debe tener algo que ver con lo que quiera que ocurriese cuando llegaron los emisarios de Sarcess 

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13/01/2009, 22:22
Ailara Sotobosque

Tal vez porque había pasado la mayor parte de su vida en plena naturaleza, conviviendo alegremente con los seres del bosque, Ailara no se sorprendió ante la actitud del noble; para ella era algo de esperar en alguien de tal rango.
- ¿Qué criaturas habitan el pantano de las Pesadillas?- se animó a preguntar finalmente, tarde al haber preferido esperar a que fuera el propio Bathalias quien realizase la pregunta.

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14/01/2009, 00:35
Bathalias de Emdelis

El elfo posó su mano sobre el hombro de Alfren, en un intento de que se calmara que que controlase sus palabras.

Perdone a mi amiga, como bien ha dicho Moravius, el pago será entregado, no debe temer por ello, y así habría sido de todas formas, aún sin mencionar las crucifixiones, somos gente de palabra.

Deberían medir mejor sus palabras, es un Conde, no es bueno hacerlos desconfiar, y menos en la situación que estamos, necesitamos ese dinero con urgencia...

Tras pedir disculpas en nombre de la caballera e inclinar un poco la cabeza como símbolo de respeto hacia el noble prosiguió:

Ahora, si pueden ser tan amables de responder a la pregunta de Ailara...

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14/01/2009, 15:12
Director

Alfren apenas había movido la mano hacia la espada y estaba pronunciando sus primeras palabras airadas cuando la hasta entonces desorganizada guardia del conde ya había empezado a formar un muro entre su señor y el grupo.

El conde no se movió del lugar en el que estaba y escuchó las palabras de la mujer sin siquiera volverse. Ashadir no pareció no alterarse en lo más mínimo salvo por una fija y penetrante mirada centrada en ella. La tensión se adueño de la estancia en espera de la reacción del conde.

La pregunta de Ailara no fue suficiente para cambiar de tema y relajar la tensión, por suerte las palabras de Moravius y Bathalias sí lo hicieron.

Notas de juego

He estado esperando a una posible intervención de Merkus, pero no puedo retrasar más el post de hoy.

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14/01/2009, 15:20
Conde Nesvind de Riaghul

El conde giró ligeramente la cabeza, pero no para responder ni a las airadas palabra de Alfren, ni a la pregunta planteada por Ailara.

- Continúa. - le ordenó a su secretario. Y abandonó la estancia sin siquiera volver a echar un vistazo hacia atrás mientras su guardia se replegaba en orden aun atenta a los movimientos del grupo.

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14/01/2009, 15:24
Ashadir

Ashadir esperó a que el conde abandonara la estancia y entonces, con una cínica sonrisa en el rostro se acercó al grupo y se situó justo frente a Alfren, a escasamente un metro de ella.

- Antes de responder a vuestras preguntas me gustaría hacerte una a ti, aspirante a caballero - de nuevo había vuelto aquel desprecio a su voz, que tan sólo estuvo ausente mientras el Conde permaneció en la estancia - Si eres lo que dices ser ¿qué haces en compañía de bribones y vagabundos en lugar de prepararte para las pruebas de tu orden? No creo que sea para ganar el sueldo que ofrecemos ya que si eres una candidata seria, esto para ti debería ser una miseria. -

El secretario se cruzó de brazos, muy seguro de sí mismo, a la espera de la respuesta a mujer.

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14/01/2009, 15:33
Director

Tan pronto como el conde abandonó la estancia y el secretario comenzó a moverse, aquellos del grupo que tenían una sensibilidad especial para la magia sintieron que una ola de poder inundaba el lugar. La sensación fue tal que casi hubieran podido decir que habían sentido un golpe físico cuando semejante aura les rodeó.

Ni Ailara ni Moravius habían llegado a sentir ni de lejos un poder semejante, ni siquiera en aquellos en la escuela de magia o en el cónclave de druidas que podían considerarse como los mejores hechiceros. Bathalias sólo había experimentado semejante poder una o dos veces en su larga vida... y siempre tuvo la suerte de no verse involucrado con sus fuentes.

Cuanto más sorprendidos quedaron cuando descubrieron que el foco de semejante poder era Ashadir.

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14/01/2009, 15:43
Bathalias de Emdelis

Bathalias apretó con la mano el hombro de su compañera más aún.

Ten cuidado, Alfren, no me gusta esta sensación...

Al tiempo miró a los compañeros que tenía a la par, intentando descubrir si alguno había sentido también ese choque con el aura del secretario, si habían notado cómo sus pulmones se vaciaban de repente y la estraña constricción en el torso...

O quizá era sólo imaginación suya, pero si era lo mismo que ya había experimentado otras veces mejor era no arriesgar.

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14/01/2009, 16:47
Alfren Niubar

Alfren se había sorprendido ante las palabras del elfo. Furiosa como estaba, había agitado el hombro para deshacerse de la mano del mismo sin conseguirlo. Ellos eran los ofendidos. Su honor había sido puesto en tela de juicio y a cambio, solo había escuchado las disculpas del elfo en el nombre de ella, de Alfren. Se sintió humillada, aunque la presencia de Moravius a su lado y su intervención, la reconfortaron un tanto. Algo que duró poco cuando vio cómo la guardia del Conde, precavidamente, cerraba filas frente a él malinterpretando la reacción de ella. La posterior marcha del noble y la prueba a la que parecía querer someterla el Secretario hizo que la joven paladina comprendiera lo delicado de la situación. Su rabia se había esfumado y la preocupación por el grupo se dibujaba en su rostro, pero la respuesta surgió espontánea de sus labios, al tiempo que la mano de Bathalias se cerraba con más fuerza sobre su hombro.

- Podéis dudar de mi palabra cuanto queráis, pero lo que escucharéis es la verdad. Mi verdad, y por ello me permito el lujo de deciros que os equivocáis, Secretario – dijo con gravedad -. No viajo junto a bribones y vagabundos, sino junto a personas valerosas, comprometidas con sus propias causas y con aquellas que les son encomendadas, generosas cuando la ocasión lo requiere, disciplinadas y sinceras. Personas honorables en las que confío. La mejor compañía que cualquiera ansiaría a su lado y, sin duda, el estímulo adecuado para hacer de mí una buena aspirante. Ellos son la preparación que todo candidato a entrar en una Orden de Caballería debería tener. Gracias a ellos superaré las pruebas de mi Orden y no de otro modo y todo aquello a cuanto nos enfrentemos estando juntos hará de mí una mujer más digna, más fuerte y merecedora del destino que persigo.

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14/01/2009, 16:59
Antor PielGris

- Y nadie hubiera podido decirlo mejor, ni explicarlo mejor, mi querida Alfren - terció Antor con una sonrisa- Simplemente las palabras del conde, y ahora de su secretario - dijo recalcando el término- son nacidas de su desconocimiento tanto acerca de vos, como acerca de nosotros. Como bien ha dicho anteriormente el secretario no nos conoce de nada. Así que nada de interés acerca de nosotros puede haber informado a su señor. Así las cosas, no es extraño, aunque sí lamentable, que desconfíe. Vamos, señor secretario - repuso el viejo bribón mirando al estirado hechicero- vamos a realizar el servicio que su señor nos ha encomendado. Y eso será bueno para todos, ¿no le parece? ¿O acaso tiene usted un gusto especial en insultar a aquellos que su señor encomienda una misión de importancia, como esta, que como bien ha dicho, tiene el  beneplácito de Sarcess?

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14/01/2009, 17:18
Ashadir

El secretario sonrió, pero en esta ocasión no había desprecio ni cinismo en el gesto, sino aprobación ante las palabras de Alfren.

- Me alegro de escuchar eso, sinceramente. Y para mí es más que suficiente. - dijo al tiempo que con aparente despreocupación por su seguridad se daba la vuelta dándole la espalda al grupo para volver a una posición desde la que pudiera dirigirse a todos ellos - La experiencia me ha enseñado que en general la palabra de un aspirante a caballero es más válida que la de un miembro de alto rango de la orden. No te lo tomes a mal... - añadió con una sonrisa irónica dirigida a Alfren - ... pero vuestro fanatismo para con el honor disminuye según ascendéis en la jerarquía. -

- Como puedes imaginar... - dijo el secretario dirigiéndose a Antor, el tono de desprecio había desaparecido, aunque seguía dejando clara cual era la posición de todo el mundo en aquel asunto - ... lo que yo considero como diversión no tiene que ver con reunir a grupos de aventureros para insultarlos. Pero sí es mi trabajo poner en tela de juicio a aquellos a los que vamos a hacer un encargo que es de vital importancia para nuestro condado y a los que se les va a confiar una suma de dinero tan elevada. -

Con un chasquido de dedos hizo aparecer un rollo de pergamino en su mano. - Y ahora volvamos al asunto que nos ha reunido aquí. En este mapa está la ruta que tomaréis y que os mantendrá alejados de los caminos principales. Un grupo de soldados transportando un cofre de señuelo irá por la carretera principal por si alguien se siente tentado de conseguir tan suculento botín. Esto debería evitaros mayores problemas. Ellos sólo llegarán hasta el borde del pantano, más allá no contáis en esta cobertura. - le entregó el mapa a Bathalias.

- Respondiendo a la pregunta de qué vais a encontrar en el pantano... - y volvió su mirada a Ailara - te diré joven druida que aparte de las habituales criaturas de la naturaleza que conocerás de sobra, sin duda os encontraréis con los secuaces de la bruja. También parece ser que hay algunas poblaciones dispersas de duendes que no guardan buenas relaciones con la bruja. - una vez más alzó el tono para soltar una pulla contra la guardia - Pero si hacéis caso de la guardia además encontraréis espectros, dragones, sombras y muchas más cosas. Para obtener más información respecto a esto último os recomiendo que le preguntéis a las ayas que aún parecen cuidarles y arroparles al anochecer. -

Lanzó una mirada mordaz a los miembros de la guardia presentes y luego volvió a centrarse en los compañeros.

- Se os servirá comida antes de partir, pero hagámoslo todo con rapidez y sin más demoras. Debéis partir tan pronto acabéis de comer. – con esas palabras dio por terminada la conversión. Llamó a un oficial de la guardia y le impartió las órdenes oportunas para que se encargara de ordenar cuanto los compañeros desearan comer y se ocupase de que su partida se produjese antes de una hora.

El guardia se acercó a una de las puertas laterales y les hizo señas para que les siguiese mientras que Ashadir esperaba con los brazos cruzados a que se marcharan antes de retirarse.

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14/01/2009, 17:24
Director

Una vez que el secretario se situó a una distancia prudencial del grupo el aura de poder desapareció.

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14/01/2009, 18:47
Moravius

Aquel repentino golpe de poder le sacó de sus pensamientos, incluso se apartó uno o dos pasos de Alfren volviendo a mirar a sus compañeros, en especial a Bathalias y a ella, no podía ser su imaginación, reconocía muy bien una sensación como esa. Aguantó el silencio cada palabra de aquel hombre, quizás era mejor estar enterados de aquello, ya tendrían tiempo de decirlo a los demás antes que ser tomados por sorpresa. Las directrices para el viaje parecían lo más sencillo del mundo y sonrió, quizás después de todo, en realidad aquello era así. Una entrega, claro, una entrega un tanto atípica pero nada más. Miró a los ojos a aquel hombre que por momentos parecía olvidar su desprecio hacia ellos, aunque no olvidaría el modo en que había puesto en tela de duda la vocación de Alfren, más, para todo había tiempo en la vida.

No quería en ese momento entorpecer el discurso del secretario, entre más detalles mucho mejor. Cuando hizo alusión a los hombres del conde, Moravius esbozó una sonrisa casi de reproche, no le gustaba la desidia, no la toleraba como tantas otras bajezas del hombre y aquellos hombres no le agradaban por ello pero no era su trabajo, su trabajo era otro y lo sabía. Sabía que tendrían un momento a solas para hablar llegado el momento y cuando aquel hombre dejó de hablar para alejarse de ellos lo suficiente, se sintió menos intranquilo; su magia era fuerte, fuera quien fuera mejor era estar atentos a aquel hombre por cualquier cosa que pudiera ocurrir, además, una fuerza así, mal empleada siempre era un riesgo no sólo para ellos.

-Bien, señores, señoritas... Mejor que hagamos esto de una buena vez y que volvamos pronto a lo que a nosotros nos compete.

Miró a los ojos a cada uno de sus compañeros, no dudaba de la capacidad de ninguno de ellos, no dudaba de lo que él haría por ellos llegado el momento, se sentía cómodo en aquella compañía y esperaba que pasara igual del otro lado; de reojo miró al secretario, seguramente los tenía en la mira, seguramente sabía más de lo que decía. Monstruos, bichos, animales, lo de siempre, nada los detendría y obtendrían aquella paga. Hizo un amago para hacer que los demás lo siguieran, comer era algo primordial y tenían que hacerlo antes de marchar.

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14/01/2009, 19:41
Ailara Sotobosque

Duendes... ¡Duendes!-exclamó para sus adentros la druida. Un pueblo caótico y que sería mejor evitar teniendo en cuenta que llevamos un cofre para la Hechiera.

Ahora que se había alejado del secretario, Ailara se sentía más tranquila y, pese a que seguía mirándole suspicazmente, había relajado la dura expresión de la cara tornándola en una nimia cara de de enfado carente se sentido, ya que no estaba enfadada. Un tanto insegura tras haber acabado la conversación, lo primero que hizo tras abandonar la habitación fue acercarse a Mazgul, la impresionante loba que la acompañaba a todas partes; bueno, a decir verdad, le acompañaba a todas partes donde permitían pasar a semejante animal, cuya fiereza en la defensa de la joven llevaba hasta límites insospechados.

- ¿A comer?- preguntó a sus compañeros cuando se juntaron de nuevo-. Yo no tengo hambre.
Ciertamente la druida nunca tenía hambre, pero ésto se debía únicamente a que constantemente tomaba pequeños frutos de los árboles, raíces incluso, y los comía alegremente durante el camino.

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14/01/2009, 19:48
Antor PielGris

Antor inclinó levemente su cabeza en dirección a las palabras del secretario, y puso su mano sobre la de su compañero Bathalias, que seguía puesta a su vez sobre el hombro de Alfren, sonriendo a la aspirante a caballero con una mirada alegre en donde se adivina la preocupación.

- Creo que es buena idea retirarnos a comer, camaradas. Es preciso recuperar fuerzas, y examinar el mapa y las características del encargo para poder realizarlo con justeza.

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14/01/2009, 20:31
Bathalias de Emdelis

Si, comamos y miremos el mapa, debemos ir bien alimentados y con energía.

Quita la mano del hombro de su compañera y se encamina hacia la puerta, pero de repente parece recordar algo y vuelve a voltearse hacia el arisco secretario del conde.

Por cierto, ¿no proporcionarán comida para el viaje? Si no es así, ¿dónde podríamos comprarla?

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14/01/2009, 20:40
Ashadir

- Os proporcionaremos comida para todo el viaje, no hay tiempo para que vayáis a comprar nada. Además no quiero correr el riesgo de que haya filtraciones de vuestra ruta. Si necesitáis alguna cosa más hablad con el capitán Neomen. - dicho esto Ashadir se marchó por una de las puertas de la estancia.

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14/01/2009, 20:46
Director

El guardia condujo al grupo a través de un sin fin de pasillos y escaleras. Poco a poco la noble decoración se fue empobreciendo hasta que, una vez alcanzado el punto en que las paredes estaban desnudas, el proceso se invirtió y lo que empezó a adornar las estancias eran herramientas de trabajo y cachivaches. Fuera a donde fuera a donde los guiara estaba claro que era hacia abajo y que no era un lugar frecuentado por la gente de alta alcurnia. Los olores de comida y el ruido de pucheros pronto les dejó claro su destino: el área de las cocinas.

Los condujo hasta una sala vacía de paredes de piedra desnuda cuyo único acceso era una puerta y su único mobiliario era una tosca mesa alargada rodeada de 15 banquetas.

- Esperad aquí. Voy a dar aviso de que os sirvan. - les indicó antes de desaparecer y cerrar la puerta tras de sí. Pasados unos minutos unas camareras entraron en la sala montando mucho alboroto y portando varias bandejas repletas de carne asada y verduras acompañadas de una jarra de vino por cabeza. Las mujeres repartieron la comida entre los compañeros sin disimular sus miradas picaronas hacia los hombres más apuestos y musculosos, y no dejando pasar ocasión para dejar a la vista sus más que generosos escotes.

- Si queréis más sólo tenéis que venir a pedírnoslo a la cocina. Especialmente tú hombretón. - dijo la que parecía ser la jefa de las camareras con un guiño dirigido a Merkus - No queremos que ese cuerpo pase hambre. - con una risita las mujeres abandonaron la sala cerrando la puerta tras de sí para darles algo de intimidad a los aventureros.

La comida y la bebida no eran la mejor que habían probado, pero claramente superaba con creces la bazofia que solían poner en las tabernas y posadas de los caminos.

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14/01/2009, 21:02
Alfren Niubar

Alfren siguió en silencio a sus compañeros, cerrando la comitiva. Aún se hallaba algo confusa tras el cambio que se había producido en el secretario tras escuchar su respuesta. Y también algo avergonzada por su actuación. A punto habían estado de perder ese trabajo. Por su culpa. Y ella bien sabía cuánto lo necesitaban. Además, como bien había dicho estaba orgullosa de formar parte de aquella cuadrilla. Ahora era su familia y se debía a ella. No se hubiera perdonado a sí misma si... Con un firme movimiento de su cabeza, se negó a seguir pensando en lo ocurrido. Ahora mismo, estaban mejor que hacía unas horas y tenían un futuro inmediato que discutir.

Con sorpresa descubrió que se hallaban en una sala junto a las cocinas. Ni siquiera se había dado cuenta del laberíntico recorrido que habían hecho, sumida como estaba en sus propios pensamientos. Se sentó a la mesa junto al resto de sus amigos, salivando con los aromas a comida que les llegaban. Pronto, un grupo de mujeres les sirvió carne y bebidas y no pudo evitar soltar una carcajada ante el comentario que lanzaron al colosal bárbaro sentado a su lado.

- Ya has oído Merkus - dijo entre risas y lanzándole un puñetazo cariñoso al hombro -. Aquí hay mujeres dispuestas a darte de comer. Y diría que hasta algo más.

Entonces se puso en pie, tomó la jarra de vino y alzándola dijo:

- Quiero proponer un brindis. Alzo la jarra por este trabajo, por el éxito de la misión y... por vosotros, amigos míos.

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14/01/2009, 21:43
Moravius

Siguió a los demás en profundo silencio hasta que entraron a la cocina y aquellas mujeres hicieron lo que cualquiera, le causó gracia pero no le sorprendió que el más elegido fuera Merkus, aquel hombre impresionaba a hombres y mujeres por igual. Se sentó al lado de Ailara y sonrió ante la broma de Alfren. Poco antes de empezar a comer hizo un silencio largo, cerró los ojos y se visualizó junto a los demás entregando aquel cofre. Luego, levantando su jarra, aunque prefería no beber mucho, brindó secundando a Alfren.

-¡Porque volvamos pronto!

Si, volvería pronto y se olvidarían de aquel episodio, no le daba oportunidad a su mente de pensar que no sería así, no tenían paso que darle ni un sólo espacio al fracaso, no existía en aquella misión y todos seguramente estaban conscientes de ello.