Partida Rol por web

En la puerta me encuentro con Donovan. Paso a su lado tranquilamente, aunque alcanzo a escuchar lo que dice. Lo miro y me detengo a responderle unos segundos.

- Ahora no, tengo que ir a ver una armeria que recomendaron... Yan esta arriba descansando. Si quieres puedes ir con el y hablar y tirarte, a ti te aporrearon bastante. Volvere mas tarde y hablaremos...

Sin mas, sigo mi camino, haciendole una seña con la mano.

Donovan entra en la posada y no puede evitar fijarse en una hermosa muchacha sentada en la única mesa que tiene asientos libres, parece muy nerviosa y no para de mirar a 3 hombres que están en otra mesa..

Donovan se fija en los hombres situados en esa mesa, están mal afeitados y uno de ellos lleva una espiral negra tatuada en la mano. Jamás olvidarás ese símbolo. Corresponde a la hermandad negra, un gremio de mercenarios-asesinos del Norte de los Reinos de Hierro. Están lejos de sus tierras, tienes un mal presentimiento. No consumen sus bebidas y tienen la mirada fija en el pobre campesino situado en la mesa 6 desde hace tiempo..

casi al instante observas las espadas curvas, están diseñadas para abrir la herida. Inconscientemente acaricias tu arma..

el campesino al que miran tiene lazerados sus pantalones y su raída camisa, tiene las botas llenas de barro y se encuentra sucio como si hubiera estado corriendo durante horas..

la chica se encuentra muy nerviosa parece como si notara las sensaciones malignas de su alrededor..

...jodido enano estúpido e imprudente...

Mercenarios... asesinos... y ese hombre... me identifico con ese hombre... a él le quieren matar... como a nosotros...
Como a nosotros...

Como a nosotros...

No será aquí hoy...

Donovan cambia la cara. Sonríe, como si fuera su día de suerte. Se acerca a la muchacha...

- Estimada dama... encantado de conocerla.

Donovan espera unos instantes como si la mirara fijamente, mientras susurra, con voz queda:

- Soy Donovan, aunque mi nombre no importa ahora. Ese hombre esté en peligro, y yo también, y no la veo cómoda, así que haga el favor de seguirme la corriente o aquí rodarán cabezas. Arriba, con Yan, estaremos más seguros

Donovan deja unas monedas en la mesa de la señorita, de forma que sea visible para todos:

- La esperaré arriba, no tarde. Esto bastará para pagar los servicios para mi y para Jake

Donovan abandona la mesa, con gesto de súplica. Se dirige a la del campesino, le coge del hombro, le abraza y con él agarrado le sube hacia las habitaciones:

- ¿Verdad que sí, Jake? ¡Cómo lo vamos a pasar...!

Y deja que resuene una carcajada... mientras, con la otra mano agarra su pistola, cargada... por si acaso... y sube las escaleras tan rápido como le es posible

Leonore asintió al enano, y se quedó sola en la mesa. Incómoda y algo desganada, se iba a poner de pie, iría a pedir una habitación, aunque no supiera si pudiera pagar. Repasó mentalmente las monedas que tenía en su bolsita muy bien guardada en su pecho. Tendía algo, por lo menos para una noche  y lo suficiente como para comprar algo de comida, si se iba con esos hombres de aventura. Además, ellos mismo le podrían dar de comer, después de todo, los acompañaría, por lo menos, la expectativa estaba. Pero esos hombres, seguían presentes, molestos e incomodándola.

Antes que pueda ponerse de pie, un hombre se le acerca, era alto, por lo menos desde su posición se notaba. Le sonrió algo sonrojada, estaba tan metida en sus asunto  que el muchacho la perturbó lo suficiente como para hacerla sonrojar.

- bue… bueno…- sintió a sus palabras, alarmada, él sabía algo que había sentido y si no lo hubiera sentido no le haría caso al hombre. Se puso de pie, tomando el bastón que estaba en el suelo y su mochila saliendo tras el hombre, caminando casi dando saltitos como se lo conociera de toda una vida. En las escaleras, se dio cuenta que él venía con el campesino. Suspiró su subió la escalera, poniendo sus pies en el primer peldaño

en el momento que Donovan se lleva al campesino veis como los 3 hombres se levantan casi inmediatamente, y comienzan a seguiros a la planta superior.

No tenéis mucho tiempo para pensar

..estáis en la parte superior de las escaleras enfrente de la habitación reservada por el padre Dumas. La puerta se encuentra cerrada y deducís que Yan está durmiendo..

¿qué hacéis?

Donovan, rápidamente, aporrea la puerta para que Yan le abra... sin contemplaciones.

- Yan, date vida en abrir la puerta si tienes algún aprecio por la vida... por la tuya y por la mía

 Yan, que a pesar de estar exhausto tiene un sueño ligero se despierta al escuchar los golpes y las voces en su puerta. Saltando, solo con la ropa interior, fino lino cuidadosamente arreglado, abre la pueta al reconocer la voz de Donovan. 

 Buenas... ¿tardes? -mientras se hace a un lado dejando pasar a éste acompañado de la chica que estaba sentada en su mesa. 

 Yan empuja la puerta a sus espaldas con intención de cerrar.

Donovan no espera ni un instante, según se abre la puerta, la empuja hacia adentro, llevándose a Yan por delante si hace falta y metiendo al hombrecillo con él, y a la muchacha.

- Cierra con llave, ¡por dios! Los tres tipos de abajo creo que tienen ganas de hacer rodajas a este hombre, y a nosotros con él. Y no son los únicos. Ya hablaremos de eso, pero ¡cierra! ¡a qué esperas! y prepárate por si hay que zurrarse

mira que se lo dije al jodido enano

- Lamento interrumpir tu descanso Yan, pero no había otra

- Y en cuanto a ti... - miro al hombrecillo con aspecto de campesino- bueno, ya nos contarás que pasa...

 Este es el reposo tranquilo y reparador que todo buen mago busca. - Desperezándose-

 Reparando en la delicada muchacha que ha entrado con su compañero.

 Señorita... de nuestra mesa, me encantaría ir vestido con algo más apropiado para la ocasión pero encantado de conocerla.

 No poseo la mente más ágil del condado, recien levantado quiero decir, por lo que si me explicárais que está pasando más detenidamente les estaría muy agradecido.

- Yan, eres un tio muy educado y muy majo cuando quieres, pero ¡por dios! con tres mercenarios asesinos ahi fuera preferiría que tuvieras más luces.

¿Soluciona esto tus dudas? Echa la jodida llave

Dice Donovan, empujando la puerta por si alguien intenta abrirla

 Veo como Donovan cierra la puerta que esta puesta en la cerradura. Y salto hacia mis ropas, para coger la daga con una mano, y la pistola con mi última bala en la otra. Me vuelvo de un salto con mi mejor sonrisa hacía Donovan.

 ¿Mejor ahora?

..no lo.. entendéis..

- dice, mientras se desploma encima de la cama y queda con la mirada fija mirando al techo -

..escucháis pasos que se detienen detrás de la puerta y unas palabras susurradas en una extraña lengua que no identificais..

a continuación escucháis desenvainar armas..

 Apunto con la pistola a mis ropas y con la daga a la joven. Hay un ungüento curador en esa bolsa de ahí, no es muy fuerte, pero aplícaselo, no parece estar muy bien.

 Me asomo a la ventana, por si por la calle pasa algún oficial de la defensa de la ciudad, algún conocido, Bartan, ... alguien q nos pueda echar una mano, si no me vuelvo y apunto a la puerta a la altura de la cabeza de un humano con la pistola. 

..se produce un silencio y a continuación un golpe bestial se produce contra la puerta..

varios clavos saltan y caen al suelo y la cerradura se dobla casi al límite.. pero agüanta el golpe por muy poco..