Partida Rol por web

*Antes de postear aquí -postear cuando lleguéis- podéis realizar más acciones a vuestro libre albedrío por la posada, distrito comercial, espadas bodak o hablar con el campesino exhausto.-

Un extraño clérigo se encuentra en la puerta -como esperando a alguien-. Los pliegues de su túnica ocultan casi prácticamente todo su rostro..

 Leonore y Yan se acercan trabajosamente a la puerta de la iglesia, ante la mirada del clérigo, yerguen sus cabezas dejando ver el salvoconducto que el Padre Dumas les entrego.

Léonore iba al lado de Yan, ya había recuperado el aliento, el color en sus mejillas, pero  se fue callada, pensante en el libro aquel. Esas visiones si que habían causado una gran impresión en ella, como pocas cosas. De hecho, hasta olvidó la imagen del  Padre Dumas.

Yan se tomó el trabajo de ayudarla, dejando a los demás en la posada que seguían peleando.

- es muy amable… por ayudarme... le haré algo de comer apenas pueda conseguir una cocina...- murmuró antes de llegar a la catedral, en donde mostraron los salvoconductos  para que los dejaran entrar. Léonore se mostró las alegre, algo más acorde a su personalidad, aunque un trozo de preocupación se podía ver en sus ojos, que ahora  a la luz del sol, se veían verdes.

el Clérigo asiente y mira a ambos lados de la catedral y a continuación os abre la puerta hacia el interior.

Una vez dentro distinguis un recibidor y una gran puerta que da paso a la gran sala principal con numerosos bancos dispuestos paralelamente mirando para un gran atrio religioso. Os guia entre los bancos a una puerta lateral y comenzáis a bajar unas escaleras..

Planta baja Catedral

Os enseña las diferentes dependencias, que ahora se encuentran vacías por motivos de peregrinación. Os enseña los dormitorios y se despide con un gesto.

El Padre Dumas llegará más tarde. Disponéis de comida en la cocina. Podéis daros un baño caliente y descansar si lo deseáis.

Léonore dio un gran suspiro de alivio al ver el lugar, por lo menos, olía mucho mejor que la posada en donde estaban, sólo que deberían cocinar, pero habría una cama. Una cama por fin, pensó la chica aun sostenida del brazo de Yan.

Una vez adentro, se soltó, dando unos pasos hacia delante, el clérigo que los había aceptado se había ido y la chica pudo respirar más tranquila, aún sintiendo contra su cuerpo el libro.

Repasó la historia del padre, sobre las chicas y rituales oscuros. Aún no podía sacarse la las imágenes de su cabeza, no había usado hechizos ni nada, y habían llegado. La posibilidad de que fueran de pasado se abrió. ¿si eran del pasado y no del futuro?. Miró a Yan, un buen rato, a cierta distancia, intentando encontrar en él, algún rasgo conocido.

- ¿nos conocemos de algún lado?...- `preguntó aunque no dio mucho tiempo para responder. Sonrió más ampliamente y puso sus manos detrás de su espalda.

- bien… como dije… a cocinar… y luego… a dormir…- su jovialidad volvió, iluminando sus mejilla, dándoles un candor carmesí a su apariencia.

Caminó a la cocina, en donde estaban los alimentos, los inspeccionó un buen rato, hasta cuando tomó algunos y comenzó a cocinar, No tenía puesta la capa que había llevado desde la posada. Su vestido claro y pegado a su cintura, por un lazo ancho y de color verde, se cubría ahora por un delanta seboso y manchado que encontró entre los trastos.

- a cocinar…- dijo, antes de poner se a cocinar.

 Déjame echarle un vistazo al libro, te lo voy leyendo. 

 Hago el leer magia, y empiezo a leer de qué va el libro. 

 Mientras tanto, en la cocina, observo como Leonore cocina, pruebo las cosas, y pongo buena cara esté bueno o no. 

 No sé, no creo, quizá en alguna fiesta, si has estado por mi tierra. No soy de aquí tampoco. ¿De donde vienes? Espero que Donovan llegue pronto, no me ha gustado nada el comportamiento de Bartan, por si lo dudais estoy con vosotros.

 Intento ayudarla con la comida buena

Léonore le niega el libro, moviendo su cabeza de lado a lado.

- si quieres verlo…deberás esperarte- le dijo, señalándolo con  el cuchillo, el vestido estaba escondido en algún lado de sus atuendos, y buscarlo significaba tocar y con ese cuchillo en las manos, quitaba las ganas a cualqueira – después de que comamos…- sonrió levemente, le contaría lo que había visto, aún no lo decidía, por el momento, no le pasaría el libro.

Recibe ayuda en la comida, menos mal, porque estaba haciendo un desastre en la cocina.

- luego… en la habitación lo vemos…- le dice, más seria, soltando un suspiro.

 Yan se sorprende ante la reacción de Leonore. 

 Tú sabes algo del libro, no es la primera vez que lo ves, o al menos has oido hablar de él antes. Dime qué es lo que sabes mientras cocinamos. No te pongas a la defensiva conmigo.

Léonore baja los hombros, con la comida en las ollas, tiene tiempo para hablar y no para rehuir. Resoplo y se limpió las manos en el delantar. Su cara era sería, bastante seria. "me pongo como quiero" pensó. indicándolo con el gesto de desagrado a sus palabras. Al final, bajó las cejas, y se le quedó mirando.

- nunca lo he visto, por lo menos, no que recuerde… es sólo..  que..- llevó su dedo índice a sus labios, fletándolo para pensar en decir o no.- antes de responder.. dime.. tú… ¿lo has visto antes?- le preguntó, ahora cruzada de brazos, odiaba desconfiar de la gente, pero debía tomar las salvaguardas del caso - dime la  verdad...- sentenció

 No, nunca lo he visto antes, ¿por? supongo que será un libro de magia por su exterior, quizá el diario de un mago con conjuros poderosos, y mapas con tesoros, no sé, los libros son caros y no abundan, suelen tener cosas interesantes. Si no lo has visto antes, ¿por qué te muestras tan reticente? 

 Digo mientras termino de poner la mesa, y comienzo a servir la comida en los platos. 

Léonore da un paso hacia Yan, quien ya servía la comida, y sostiene su brazo, jalándolo hacia abajo, hacia altura. (leonore mide 170, no sé que estatura tiene tu personaje). Le susurra al oído, debiendo acercarse a él. Un ligero aroma a jazmin, sentiría el joven.

- no sé lo que vi... pero me da miedo... no quiero que lo tomes... tan sólo, es un mal presentimiento... sólo intenta confiar en mí...- suspiró, alejándose, pero aún mirando a sus ojos, esperando que entendiese.

- usaré algo... si me pasa algo.. intenta cuidarme..- le guiñó un ojo, y sacó el libro, estaba en un bolsillo entre su falda y la blusa que usaba, que quedaba cerrada por el corsé que tenía de color crema. Con el libro en las manos, suspiró, encogiendose de hombros.

- Angelia... iluminame en tu conocimiento.... que la magia sea detectada...- casteo, con una mano sobre el libro, y cerrando los ojos.

 Es el libro de un mago, por supuesto que tendrá magia, necesitaras poder leerlo si quieres averiguar algo, y eso es algo que yo puedo hacer, los libros no son buenos ni malos, es el uso que se hace de ellos lo que importa. Te puedes fiar de mi, no haré nada que no sea averiguar de qué va el libro.

desiste del hechizo, y lo abre, moviendo la cabeza

- oh... si.. pero no... lo tocaras....- refunfuña realmente, leyendo el libro (usa leer magia). Se empecina en esa idea, sus mejillas se ponen rojas, sobre todo por la vergûenza del momento.

 Está bien, no lo tocaré. 

 Formulo el leer magia, uno de los pocos hechizos que aquel loco mago me enseñó, y me pongo a leer el libro, pidiéndole a Leonore que pase las páginas por mi.