Partida Rol por web

Tristram

Acto I: Tristram

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27/12/2019, 19:40
Director

Si las historias son ciertas, el mundo entero se está volviendo loco. Después de tantos años, las viejas ordenes cruzadas han abandonado los antiguos monasterios: antes bastiones de fe, ahora poco más que ruinas decadentes donde se conciben leyendas sobre demonios primigenios y muertos que se alzan de la tumba... Nadie los ha visto, pero todos les temen. Contagiados del miedo, los hombres abandonan sus familias y se dedican a asaltar los caminos; las mujeres y los niños se encierran en sus hogares esperando la muerte...

¿Y qué hay de la monarquía? ¡Esa institución de supuesto origen divino, firme rectora de nuestra tierra y gobierno, ha degenerado en una panda de lunáticos! El rey, el peor de todos: Leoric está a punto de enviar a sus fieles en una guerra suicida contra Westmarch, un reino mucho mayor y capaz que el nuestro. Ese imbécil llevaba años tomando malas decisiones, pero desde que su hijo Albrecht se perdió, la locura ha acabado por consumirle... Las acusaciones en masa y las ejecuciones públicas lo confirman: ya no hay vuelta atrás.

Nos dirigimos hacia Tristram, un pequeño pueblucho próximo a la catedral del monarca. Dicen que sus habitantes se resisten al caos incipiente... Quizás hasta podamos disfrutar de unas horas de sueño. Nuestra intención es abandonar Khanduras antes de que se alcen las armas, pero con la noche y sus peligros tan cercanos no tendremos más remedio que esperar aquí hasta el amanecer.

Nuestra marcha ha sido larga. Ojalá esta pesadilla termine pronto.

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27/12/2019, 19:44
Director

El pedregoso camino llega a su fin: cielo oscurecido, pocas estrellas, malos augurios. El rumor del viento acompaña el quejido de la madera, la sombra de árboles ancianos se alarga tras tímidas luces de candiles y linternas. Todo el pueblo no suma más de seis o siete chozas mal colocadas y peor construidas, todas en torno a una pequeña fuente de agua, humilde y solitaria. 

Ninguno de los aldeanos repara en vuestra presencia, cada cual ensimismado en su mundana ocupación: el tabernero refriega sus ojos resacosos, el herrero seca el sudor de su frente, el curandero se santigua con golpes de pecho y reza entre gemidos. Distante a los pueblerinos, un guerrero de aspecto noble ciñe su espada y observa una enorme y lejana estructura con detenimiento: la Catedral.

Es imponente...

Su majestuosidad resalta frente a la sencillez de la pueblerina Tristram. Negra, gótica y elegante, solo el hecho de encontrarla aquí es un misterio. Hay algo más... Pero no sabríais decir el qué. Un brillo extraño, rojizo y emotivo, parece escapar de sus piedras... Como si algo quisiera ocultarse en las curvas de sus arcos, bajo las magnas esculturas y los crucifijos sagrados.

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27/12/2019, 19:54
Aidan

El guerrero arrastra su pesada figura, la ruidosa armadura rompe vuestra absorta contemplación. Al librarse del casco su larga melena confirma su origen privilegiado. 

Bienvenidos a Tristram. Mucho ha cambiado en los últimos días. - Pronuncia, alzando su diestra a modo de saludo mientras la zurda no deja de sostener el escudo heráldico. - ¿Sois amigos o enemigos? - Sus ojos analizan vuestro numeroso grupo, cautos y cansados a la vez.

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27/12/2019, 21:05
Ethiel Daailen

Ethiel iba sumida en sus pensamientos. No le gustaba caminar por los pedregosos suelos que hasta el momento habían atravesado, pero tampoco emitía queja alguna, la ruta a seguir estaba clara y seguía el destino marcado, aunque ahora que lo pensaba quizás no estuviera de más conseguir un animal de carga, una bestia de porte hermosa que la llevase en aquellas circunstancias.

Las ideas de la hechicera iban surgiendo conforme los pasos eran dados, la fe se perdía, el civismo también y sobre todo la capacidad de lucha, aquella que sus ancestros mantuvieron para que ellos, sus nietos, dejaran que su sociedad cayera ante la decadencia. Era penoso, sin duda el mundo se estaba volviendo loco.

La joven y bonita pelirroja no entendía qué llevaba al rey a pelear contra un reinado mayor, era como decirle a un gato que matase a un tigre, la misma lógica que alteraba el ritmo natural. Si ella pudiese acceder a él, si tan solo escuchase sus palabras..., quizás así el pueblo no pasaría necesidad, ni hambre... Y eso que Ethiel no era una dama luchadora contra las causas perdidas, pero habían hechos que eran de justicia y que cualquier persona con cierta dosis de moralidad impediría si tuviera la potestad para hacerlo.

- Tristram... Triste trampa que das tan mala estampa al viajero que te ha de visitar..., daños y perjuros señalan al oprimido, jamás serán redimidos por sus actos oscuros... - recitó haciendo una de sus muy comunes rimas, y es que la mujer disfrutaba con el bello arte de las letras, algunas de las cuáles eran empleadas en sus propios hechizos

Estaba oscureciendo cuando llegaron al pueblo, y comenzaba a hacer frío. Sus acompañantes sabían que Ethiel era algo delicada, no se quejaba abiertamente pero le disgustaban las inclemencias, la joven hubiera sido feliz en una taberna cálida y acogedora donde hubieran cantares, mientras degustaba un vino especiado caliente, su sibaritismo iba acorde a su forma de vestir, le gustaban los terciopelos y túnicas adornadas, aunque para ese viaje iba algo más sobria, una capa de color vino lo suficientemente ligera para caminar, y lo bastante abrigada para no constiparse.

A Ethiel no le pasó desapercibida la catedral, era imposible hacerlo. Por unos instantes admiró su belleza, aunque para ser sincera ella no era demasiado devota, bastante tenía con aguantar los cánticos de maitines cada vez que se alojaba cerca de algún monasterio

- ¿Soy yo o la catedral tiene un fulgor extraño?... - preguntó la fémina al grupo fijándose bien en los detalles de la roca antes de ser interrumpida por el guerrero desconocido -...Gracias por el recibimiento... Mi nombre es Ethiel Daailen... ¿con quien tengo el placer de hablar?.... - le pregunta obviando cualquier atisbo de timidez, observando al varón con sus espectaculares ojos verdes -...Enemigos no somos puesto que no hemos levantado armas contra vos o el pueblo y el término amigo no es algo que se haya de demostrar con palabras, los hechos deben ser consecuencia de los pensamientos... - respondió la joven con una cálida sonrisa -... ¿Qué males afligen a Tristram para que hasta la catedral emita esa luz rojiza tan extraña?...

 

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28/12/2019, 04:34
Roland

A mediados del siglo XII, después de que la Iglesia de Zakarum hubiera alcanzado una posición prominente en el Este, la Iglesia decretó que las visiones de Akarat se difundieran por el mundo conocido con el fin de redimir a las masas. De esta forma, la Iglesia seleccionó a un grupo de sacerdotes entre los más carismáticos y devotos, y les encomendó la misión de convertir a las gentes el Oeste.

Desgraciadamente, la Iglesia no había preparado a estos hombres para los rigores del viaje ni para los peligros del mundo. Aquellos sacerdotes que sobrevivieron a sus misiones, volvieron con relatos de clima implacable, suministros insuficientes, asaltos de bandidos y hasta encuentros con monstruos horribles. Para garantizar el éxito en las misiones futuras, la Iglesia se dispuso a entrenar a guerreros sagrados, los paladines, que acompañaban y salvaguardaban a los misioneros. Estos “protectores de la Palabra” demostraron tener más éxito convirtiendo a las gentes del lugar con sus hazañas atrevidas, sus poderosas armas y su valor marcial, lo que resultaba más convincente que las condenas de un monje de voz suave. Sin embargo, una vez que la Palabra había sido difundida en todas las ciudades importantes del Oeste, los “protectores del la Palabra” desaparecieron de la vida pública.

Décadas después, volvieron a requerir el servicio de los paladines. Durante la cumbre de la Época de los Conflictos, la Iglesia comenzó una segunda campaña de conversión. Sin embargo, esta vez los incrédulos fueron considerados parte del mal. La inquisición de Zakarum se extendió por las tierras como una tempestad y eliminó a todos aquellos de quien se sospechaba estar poseído o corrupto por el demonio. Una nueva generación de paladines dirigía esta cruzada, a los que se conocía como “Mano de Zakarum”. Estos caballeros de la rectitud barrieron las tierras y suprimieron la mancha de la contaminación demoníaca allá donde la encontraron. En plena cruzada sangrienta, se levantó una rebelión entre las filas de los paladines de Zakarum. Los rebeldes condenaban los métodos de la inquisición y proclamaban que su nueva Orden de Paladines protegía a los inocentes y que la corrupción del mal que combatían era una viva muestra del fracaso de sus antepasados. Decidieron luchar contra la verdadera Fuerza de la corrupción, los Tres Males Fundamentales (Diablo, Mefisto y Baal). Y de esta manera, los paladines rebeldes abandonaron a los hermanos de Zakarum y se aventuraron hacia el Oeste.

Roland fue uno de los paladines rebeldes que se aventuró hacia el Oeste con el juramento de luchar contra la verdadera Fuerza de la Corrupción. Acaparado con una cota de placas, un escudo y una espada larga. 


 

Su tez blanca, sus cabellos dorados y ligeramente ondulados que le caían por los dos extremos de su faz con raya en medio, sus ojos azules y su armadura dorada que se combinaba con su escudo le daban un aire de un príncipe salido de una leyenda. 

En su camino anduvo con un grupo de aventureros que como él ansiaban encontrar la verdadera razón de devolver al mundo la fe y esperanza, y eliminar la corrupción demoníaca que acaparaba en las diversas partes del mundo.

Llegaron a Tristam un pueblo bastante pequeño que se contraponía con una grandiosa Catedral de aspecto gótico, allí mirando hacia la catedral un guerrero d origen noble debido a sus vestimentas y estilo se presentó, haciéndole saber si eran amigos o enemigos. - Mi nombre es Roland, y mi misión es destruir la verdadera Fuerza de la Corrupción, a los Tres Males Fundamentales Diablo, Mefisto y Baal. Contestó con gesto serio y mirada penetrante, con voz firme y aspecto decidido.

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28/12/2019, 10:06
Darna

Tras la caida del imperio Pern y su desmembramiento, el reino de Chet recuperó la soberanía que había perdido cuando había sido absorbido por el imperio. Excepto Larmin, una de sus provincias que gracias al liderazgo de la destronada dinastía Ferm pretendía evitar que la burocracia y la nobleza del imperio mantuviese el control del territorio. Las cosas no fueron bien. Darna es una de las protagonistas de esa poco conocida parte de la historia.

Darna, con mirada amenazante añade de forma críptica a las palabras del paladín:

- Sin importar qué poderosos los sirven. - se notaba que quería indicar "reyes" entre sus palabras.

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28/12/2019, 11:05
Garrohk

Garrohk no recordaba apenas nada de su infancia. Sabía que sus padres lo habían abandonado en uno de los templos de la aldea que, suponía, era el lugar donde había nacido. Una aldea situada en las montañas nevadas del norte, donde la gente o luchaba y superaba las inclemencias, o moría.

Los años de adolescencia y adultez solo los recuerda como dos eventos: aprender a luchar en la "escuela" local de la aldea y, al cumplir los 20 años, salir en busca de aventuras como mercenario.

Garrohk mataba por un precio y casi nunca preguntaba por qué. Aunque había veces que su carisma permitía cumplir los contratos sin tener que derramar sangre, la mayoría de las veces tenía que sacar su hacha a pasear y cortar alguna extremidad, alguna cabeza o partir un cuerpo por la mitad. 

Al llegar a la ciudad, vio aproximarse al guerrero. Es cierto que era un hombre fuerte, pero estaba casi seguro de que podría vencerle en una batalla. Después de que la bella pelirroja, el paladín y la amazona hablaran, tomó la iniciativa y se dirigió al guerrero.

Soy Garrohk, y soy mercenario. De momento nadie me ha pagado para acabar con tu vida, por tanto podría decirse que somos "amigos"- dijo y soltó una leve risa entre dientes mientras acariciaba los pomos de sus hachas.

 

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28/12/2019, 17:02
Ethiel Daailen

Ethiel escuchó las palabras del resto de los compañeros que viajaban en su misma dirección y que a Tristram habían llegado, le encantaba cuando los demás emitían opiniones, porque así ella misma podía conjeturar cómo eran sus personalidades, algo que su mentor mencionó cuando le dijo que debía aprender de la experiencia, en aquella época en la que ella prefería sentarse a leer un buen tomo de magia y beber un vino dulce en la Torre Arcana que recorrer los pedregosos caminos.

No pudo evitar fijarse en Roland, su aspecto era cautivador, como un príncipe de cuento, ojos azules, pelo rubio, porte de caballero, actitud férrea...., lo tenía todo para ser un héroe, quizás le faltara algo de simpatía, pero no se podía tener todo en esta vida.... ¿Cómo haría cuando se fuera a la taberna con las mozas? ¿Qué les diría?... "Soy Roland, mi misión es hacerte morir de placer, pero no me pidas una sonrisa"... Los pensamientos de Ethiel se agolpaban en su mente y le jugaron la mala pasada de hacerle sonreír mientras miraba al paladín.

- Roland relájate..., si hubiera aquí algún emisario de los demonios les habrías declarado firmemente tus intenciones... Actuar con sutilidad de vez en cuando es más beneficioso que ser tan... tan... - tan jodidamente guapo, pensó para sí -... tan... - y era raro que a ella se le trabasen las palabras -...¿firme en expresar tus convicciones?.... - en ese instante recordó que los tipos como Roland nunca mentían y tenían código de honor, lo cual era clave para que las confianzas que en él se depositaran fueran tan firmes como el acero transformado bajo el calor de la fragua.

Darna por su parte era también una mujer de carácter, quizás de pocas palabras pero éstas eran tan directas como las saetas que lanzaban los vigías cuando las fortalezas eran asediadas. Le gustaba la forma de ser de la mujer, ambas completamente distintas, Ethiel elegante y delicada, la amazona fuerte y práctica, eran como la noche y el día y aún así, sabía que podían llegar a entenderse bien.

- Los demonios buscan siempre seguidores humanos con poder, para que muevan masas ingentes de personas y que consigan sus designios..., prácticamente si se mata al demonio se elimina el conflicto con el rey... Aunque algunos señores bien merecen ser parados para que otros en posición de vasallo no sufran sus caprichos e iras... - le gustaba la conversación, tanto Roland como Darna tenían razón pero los puntos de vista eran distintos, en cualquier caso ambas categorías, reyes y demonios, hacían mal a la sociedad, pero unos eran necesarios, sus majestades, y otros podían irse al plano del averno pues nada bueno llevaban a aquella realidad.

Por último habló Garrohk, y Ethiel disfrutó con sus palabras, tenía la sutileza de un dragón en una alacena, ninguna, pero aquel hombretón podía resultar interesante de tener cerca, mucho músculo disponible y unas armas que desde luego, sabría usar, de lo contrario no hablaría con aquella dignidad tan sumamente elevada.

- ¿Cuánto cobras por tus servicios de armas, Garrohk?... ¿Tienes tarifa plana?... - cuando la bonita mujer de color caoba se fijó en que quizás él no le había entendido explicó -...Hago referencia a si tienes un precio mínimo estipulado por acompañamiento, quizás me interesara de que me acompañases por los caminos a cambio de compartir contigo mi comida, y por cada vez que me salves la vida poner un precio un poco más superior... quizás media moneda de oro... Ando escasa económicamente hablando, pero tú no tienes trabajo y yo no tengo guardián, a unas malas nos complementamos... ¿no crees?... - le pregunta buscando rápida solución al problema que quizás ambos tuvieran.

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28/12/2019, 20:43
Kazhaj

Se había embarcado en ésta aventura para continuar con su investigación de la magia oscura. Deseoso de encontrar horribles criaturas, a las que diseccionar y estudiar sus entrañas. Y tal vez... devolverlas a la vida. Conocía los riesgos y peligros. No era muy diestro en combate, pero el grupo ya tenía músculo. Que el bárbaro vaya delante, cercenando cabezas. Ya recogeré yo los restos. 

- Saludos guerrero . Corren malos tiempos y la oscuridad caerá sobre nosotros. Venimos a ayudar. 

 

Notas de juego

¿Creéis que el guerrero desconocido es pariente de Jesucristo? Yo le veo parecido XDD

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29/12/2019, 01:59
Aidan

Soy Aidan de Kehjistán, príncipe de Viz-jun, seguidor de la fe Zakarum, hijo del rey. - Su brazo relaja el escudo magullado. - He buscado a mi hermano perdido por todo el imperio del este, más no he sido capaz de dar con él. - Sus últimas palabras se ahogan en declarada derrota. - Vengo a comunicar el fracaso a mi padre, a quien esperaba hallar en la catedral... - Su mirada entornada se vuelve rencorosa. - Solo he conseguido humillarme más, pues la entrada me ha sido negada por el arzobispo y sus desvalidos sirvientes...

Algo extraño está ocurriendo. ¿Tú también lo presientes? - El guerrero asiente a las palabras de Ethiel. - En mi búsqueda he visto fenómenos similares por todo el continente: vientos enfermizos, luces sin origen, sombras sin cuerpo. Aquí radican con más fuerza que en ningún otro lugar... - Se detiene. - Creo que algo horrible está a punto de ocurrir.

Al escuchar a Roland, su expresión cansada se aviva. - ¡Los tres males fundamentales cayeron hace siglos! ¡Jered Cain, liderando a los Horadrim, los encerró y desterró su corrupción de nuestro mundo! - Aidan quiere controlar su agitada respiración, pero entonces oye a Darna. - ¿Insinúas que mi insigne padre tiene algo que ver con los demonios mayores? ¡Sacrilegio...! ¡Blasfemia...!

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29/12/2019, 02:03
Director

Desconfiando cada vez más de las hachas de Garrohk y el atuendo de Kazhaj, Aidan se coloca el yelmo y retrocede unos pasos cuando el sonido de un trote lejano parece aproximarse...

El estridente galope se cierne rápidamente sobre el pueblo. Los cascos les rodean ensordecedores: Hasta diez jinetes, todos hombres de guerra ferozmente armados, acorralan superiores al grupo y a los desafortunados plebeyos que los cruzaron. Dos de ellos desmontan ágiles y desenvainan sendas cimitarras, afiladas como para cometer una carnicería. Bajo la mirada de sus compañeros y el piafar de los caballos, el son marcial de sus espuelas llena de tragedia el aire de Tristram.

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29/12/2019, 02:04
Zhar, el Loco

Un hombre seco, huesudo y barbudo sobresale entre todos los demás. Su rostro ermitaño y desencajado contrasta con el valor de sus pertenencias: viste túnica de mago adornada con calaveras dispuestas en perversos motivos y empuña un largo bastón enjoyado, vibrante de corrientes mágicas. No es otro que el anciano líder de esta infausta compañía de mercenarios: Zhar, el Loco.

¡Amigos! - Se alza irónica su voz vieja y gastada. - ¡Tiempos difíciles, tiempos de guerra! Los que quieran conservar la vida son libres de cooperar con mis exigencias... - Echa una mirada rápida sobre los presentes, sin reparar todavía en ninguno de ellos. - ¡Podéis empezar aligerando vuestras bolsas de oro! - Ordena, señalando imperioso al esbirro que arranca las monedas de los asustados aldeanos.

Bufón, repite como un mantra: "¡Tiempos difíciles, tiempos de guerra...!"

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29/12/2019, 15:55
Ethiel Daailen

El guerrero desconocido se presentaba ante el grupo de viajeros que llegaba a Tristram, y no tenían delante a otro más que al mismísimo hijo del rey, el cual comentaba que había salido a buscar a su hermano. Obviamente por su expresión triste no había tenido demasiado suerte en encontrarle, siendo esas nuevas las nuevas que le daría a su padre, el cual se encontraba en la catedral, lugar al cual no estaba permitido el acceso.

- Presiento un brillo extraño, rojizo... como si algo quisiera permanecer oculto en suelo sagrado... - dijo la joven mirando hacia el lugar religioso -... y vos presentís que algo horrible va a suceder, ¿cuál sería la cuna de ese mal?... - y es que la hechicera siempre hacía caso de las sensaciones de los demás, pues muchas veces magia era la percepción de alguien quien sentía incomodidad ante los eventos extraños que se manifestaban cuando la situación habitual cambiaba.

Ethiel miró a Roland y a Aidan alternativamente, según el primero los males del mundo estaban sueltos, según el segundo, ya habían sido encerrados y desterrados del plano existencial. En ese mismo instante el hijo del rey miró a Darna para encarase y es que claro, el descendiente del monarca no iba a culpar a su progenitor de la llegada de los demonios.

- Calma Aidan, príncipe de Viz-jun...., pues reyes hay muchos, algunos leales y fieles a su fe, y otros volubles y atormentadas sus almas por las huestes del mal, mi compañera no deseaba faltaros al respeto, solo hacía una observación general que bajo ningún concepto deberíais tomaros como personal.... - suavizó la fémina para evitar entrar en conflictos, y es que era mejor hacer el amor y no la guerra.

Por si los problemas fuesen pocos aparecieron diez jinetes que les rodearon, obviamente no venían para unirse a la charla pues portaban tantas armas como pelos mostraban en los rostros sin afeitar. La hechicera se fijó en el tipo de las calaveras, un hombre que por su bastón, manejaba la magia y su objetivo no era otro más que robarles, y eso a la joven Ethiel no le agradaba, dejando su porte agradable para mostrar una bravuconería femenina que hasta ahora sus acompañantes no habían presenciado antes.

- ¡Claro que sí!... ¡tiempos difíciles, tiempos de guerra!....¡ Abusemos de los pobres incautos que tienen en su poder unas cuantas monedas, fruto de su sudor y esfuerzo, mientras yo me toco los huevos bajo el sauce que está a la entrada del pueblo!.... - le parodió la pelirroja mujer mostrando que tenía mucho carácter y un vocabulario mejorable cuando se enojaba - ¿quieres mi oro?..., pues te voy a dar algo igual de brillante... ¡¡Bola de fuego para que te deje ciego!!...

Y la joven tras preparar el hechizo lo lanzó contra Zhar el loco, el tipo que consideraba más peligroso de todo el grupo de salvajes.

Notas de juego

La sutil hechicera ya la ha liado parda...¿qué tiro?....XD

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29/12/2019, 17:10
Garrohk

- ¿Cuánto cobras por tus servicios de armas, Garrohk?... ¿Tienes tarifa plana?... - cuando la bonita mujer de color caoba se fijó en que quizás él no le había entendido explicó -...Hago referencia a si tienes un precio mínimo estipulado por acompañamiento, quizás me interesara de que me acompañases por los caminos a cambio de compartir contigo mi comida, y por cada vez que me salves la vida poner un precio un poco más superior... quizás media moneda de oro... Ando escasa económicamente hablando, pero tú no tienes trabajo y yo no tengo guardián, a unas malas nos complementamos... ¿no crees?... - le pregunta buscando rápida solución al problema que quizás ambos tuvieran.

Tranquila, Ethiel, conozco el concepto de tarifa plana, no soy tan imbécil como la gente se cree. Para tu información, sí, tengo un precio mínimo, pero dependiendo de la persona de la que haya que ocuparse, ese precio subirá más o menos. Y tengo otra regla: nunca mato niños. Aunque esa regla se puede romper si el crío es un incordio- dijo riendo.

Garrohk en ese momento se fijó en la hechicera. La verdad es que tenía un cuerpo extraordinariamente bello, con un atractivo innegable.

Quizá podamos llegar a algún tipo de acuerdo por mi protección, no necesariamente monetario...-le dijo a Eileen lanzándole una mirada lasciva.

Tras esto, Garrohk volvió a mirar al que se había presentado como un príncipe. Estaba visiblemente incómodo, casi asustado, por el imponente tamaño de Garrohk, así que el bárbaro se relajó y alejó sus manos de las hachas. Pocos instantes después, el grupo fue rodeado por lo que parecían ser mercenarios, pero que por sus acciones más acertado sería pensar que eran bandidos. Garrohk se dirigió a los mercenarios mientras Eileen hablaba con el que parecía ser el líder de aquel grupo.

No sé qué os hace pensar que somos un grupo que debamos pagar para conservar la vid...- el bárbaro no pudo terminar la frase cuando Eileen ya había atacado al jefe con un hechizo de fuego.

¡Maldita sea, hechicera, casi no nos has dado tiempo a prepararnos!- dijo Garrohk mientras se reía a carcajadas, sacaba sus hachas y se preparaba para la batalla. Estaba claro que si el hechizo le hacía daño al jefe, siempre era buena idea atacarle después para rematar y asegurarse de que la víctima estaba bien muerta.

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29/12/2019, 17:31
Kazhaj

La situación se puso cuesta arriba en cuestión de segundos. El misterioso guerrero resultó ser el hijo del rey, ahora receloso por nuestra presencia. Y la llegada de esos jinetes extorsionadores y bien armados convirtió esa cuesta en una pequeña montaña.

-Calmaos un poco -dijo alzando las manos- No es necesario montar un drama ni cosernos a puñaladas por unas monedas. Un resplandor rojizo comenzó a brillar entre los dedos de Ethiel. Resolvamos ésto por la vía... -el pequeño resplandor se convirtió en una bola de fuego, y no pequeña, dirigida a Zhar ... diplomática.

 

Notas de juego

Había pensado en dialogar. No sé, por ejemplo hacer una tirada de carisma y si sale positivo "logramos convencer" a ésta gentuza para que nos dejen en paz. Pero bueno si queréis nos liamos a mamporros jajajja

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29/12/2019, 18:16
Director

Notas de juego

Jaja, podéis decidir... Aún podríais rolear que solo queríais intimidarles.

@Ethiel , "bola de fuego" suena a poca cosa pero es tu hechizo más fuerte, y el efecto es de área, seguro hará daño a inocentes. Si aún quieres tirarlo, pues basta 5d6 para el daño, yo tiraré la salvación de los afectados.

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29/12/2019, 18:37
Ethiel Daailen
- Tiradas (1)

Notas de juego

Sé que es muy bruto lo que va a hacer (la user no lo haría), pero le ha salido el mal genio a la chica, y claro, dudo mucho que 10 tipos rodeándoles vayan a parlamentar, son malos tiempos, ya se decía....XD

Ethiel va a por todas, onrol si queréis podéis regañarle pero tiene bastón, me encanta el caos....XD

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29/12/2019, 18:42
Darna

Sentí exasperación al ser testigo de la entrada de los bravucones en la plaza del pueblo - Lo que nos faltaba.

Acompañé las apaciguadoras palabras de Ethiel con un ademán de respeto al príncipe, mejor no meternos en demasiados problemas. Aunque en el instante en que se tornaban en un sonoro sarcasmo contra el hechicero la amazona no duda de la determinación de su compañera: moviendose lenta y precavidamente por detrás. Una mano al arco y otra a una flecha, lista para actuar.

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30/12/2019, 04:02
Jowen el Elementalista

Jowen que se había mantenido hasta el momento en silencio simplemente observando con la mirada un poco hasta perdida entre la misma oscuridad de la noche, escucho el diálogo de Aidan con el grupo, no pudo al igual que la maga sentir algo de curiosidad por el extraño fulgor rojizo que resaltaba en la estructura, sin embargo, Jowen prefirió quedarse callado, ya habría momento para más que escuchar relatos investigar por cuenta propia que podía estar sucediendo en ese lugar, y ese momento no se haría esperar mucho.

Pero larga no fue la calma y tras una mala interpretación por parte de Aidan las cosas ya empezaban a calentarse para luego empezar a hervir tras la llegada de un sujeto pidiendo que le regalemos gratis nuestro oro y no contento con eso, empezó a evaporar gracias a 2 bolas de fuego, a estas Jowen pensó para si, bueno ciertamente no se iba a poder dialogar y darles nuestro poco dinero tampoco sería una opción muy viable por lo que hasta cierto punto utilizar el factor sorpresa y atacar primero no fue mala idea

Jowen piensa cual sería su mejor movimiento, puede agarrar y utilizar su ataque más fuerte y finalizar todo o podía tratar de utilizar la intimidación y pensó que esa era la mejor opción, Glacier Armis dijo y empezó a exhalar un vapor desde su boca que recubría su cuerpo, tras esto se colocó delante de Ethiel a manera de escudo protector y le dijo al quemado bandido, aun falto yo y tengo hechizos más fuertes que ellos, los tiempos de guerra pueden rápidamente cambiar a tiempos de muerte para los ladrones; largate y no vuelvas jamás por aquí si no quieres morir en este momento.

Esperaba que el sujeto fuera lo suficientemente inteligente y cesará en su actitud, había sido una larga noche y ya quería ver una cómoda cama en la cual descansar.

 

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30/12/2019, 06:50
Roland

Roland escuchó a la maga, "Roland relájate le había dicho", y vio cómo le miraba le sonreía, en un momento la maga había hecho más gestos que los que él hacía en un mes. Quizás tenía razón de que su viaje en solitario, con solo su educación en las catedrales, le había hecho ser una persona muy rígida que apenas disfrutaba de la sociedad, de la gente y de sus palabras. Por un momento se quedó meditabundo luego buscó otra vez el rostro de Ethediel e intentó sonreír.

- Señor Aidan siento mi falta de información, he viajado solo durante mucho tiempo y de una ciudad a otra hay mucha distancia y si se rodea no se encuentra la información necesaria, me alegra que el mal se neutralizara. Pero ahí en esa catedral ese mal rojizo puede que sea algún tipo de maldad, el rojo o el desprendimiento del rojo siempre simboliza el mal. Todo esto lo dijo Roland con una inclinación de su rostro.

Pero el casco de varios caballos lo alertó y por si fuera poco los rodearon, el líder de ellos los miró y bajo la sútil palabra de amigos les pidió dinero. La maga que parecía tranquila más tranquila que él, en ese momento perdió el control haciendo que de sus mano saliera una esfera de fuego que focalizó hacia el líder. Pero esa esfera era demasiado grande pudiendo herir a los campesinos, al grupo incluso al príncipe. Roland en un arrebato de heroicidad corrió hacia ella abrazándola y tirándola al suelo para así evitar el mal que hubiera podido desencadenar.

- Tiradas (1)

Notas de juego

No sé si Roland puede tener alguna invocación para detectar ese tipo de auras, él como paladín estaría bien que pudiera detectar el mal aunque las criaturas malignas pudieran tener más facilidad para detectarle.

- Como Ethiel ha hecho un ataque por eso he lanzado iniciativa porque creo que entramos en turno de combate, como he lanzado y he sacado un diez Roland va a lanzarse sobre Ethiel para evitar que lance bola de fuego. Lo hago de forma romántica cuando digo abrazarla jeje.