Partida Rol por web

Tras ir a por el coche, vuelvo a casa a preparar lecciones. Pongo el equipo alto y una canción de Menhdelsson, un vals y termino por hacer varios pasos frente al espejo, junto a los ejercicios de estiramiento y control. Cuando vuelva a la escuela de danza, no quiero estar en baja forma.

Sobre las siete, comienzo a arreglarme, vistiendome de forma casual pero arreglada. Un vestido negro escotado sujeto al cuello por lazos y que llega hasta la rodilla.  El pelo liso y levemente ondulado. Unas discretas dosis de maquillaje que sé que harán que Ryan levante las cejas. Y tacones... unas sandalias negras.

En el bolso llevo el biquini negro. Uno que me compré el año pasado y que me queda bastante justo de pecho. Demasiado. No creí que pudiera crecer....tanto en un año. La parte de abajo es de lazo, al igual que la de arriba y también es minúscula. En San Francisco estas cosas se veían como normal sobre todo cuando la mitad de las mujeres iban mucho más ligeras de ropa que yo a la playa, pero en este pueblo de conservadores.....

Tranquila, espero a Jax.

Cuando llego a casa, me vuelvo a meter en el baño de mi cuarto. Sorprendida, me doy cuenta que mi ropa interior vuelve a estar húmeda por la semilla de Jax y me doy de nuevo un baño poniéndome el bikini y unos pantalones cortos de esos bragueros, con una sudadera rosa.

Bajo a la cocina a por los cereales de colores y me sirvo un tazón con leche.

No me di cuenta, pero mi cutis está resplandeciente y sigo ruborizada. Y sonrio como hace meses que no lo hacía.

Ves entrar a tu padre por la puerta d ela cocina mordiendo una manzana, va con unos simples pantalones de deporte, seguramente venga del gimnasion de la casa. Al verte ves que te mira de otra manera, normalmente te mira como perdido, como sin saber que hacer o decir, pero ahora te mira... ¿Decepcionado?

Coge un botellin de agua y sale sin decir nada de la cocina.

Termino de comerme los cereales y le miro

"Gilipollas" mascullo para mi

Lanzo lo que quedan de cereales a la pila del fregadero y dejo ahí el Bol.

- Elegí el coche - seca como siempre. Esa mirada ha bajado todo el buen humor que pudiera haber tenido - Espero que estés contento y dejes de darme la tabarra - tomo otro botellín de agua - Ajustas tú lo que quieras con Gypse del tema del papeleo

Le adelanto y me dirijo al salón.

Tampoco dice nada al respecto, al poco rato aparece por el aslon y te deja una carpetita delante - Son los papeles de tu custodia, firmalos y en cuanto tengas dieciseis años seras libre de ir donde quieras, si tan infeliz eres aqui, vete - Te lo dice serio sin mirarte incluso podrias decir que molesto y dolido.

Tas ello deja la carpeta sobre la mesa y se va.

- Ah, ahora es cuando decides tener conciencia - digo seria - ¿Qué demonios te ha dado ahora? No me lo quisiste dar antes. ¿Por qué ahora si? ¿Es que has tenido que traerme hasta aquí? Separarme de lo que tenía en San Francisco? Podías haberle dado la custodia a Patty que la quería. Y lo sabes.

Tomo los papeles más que encantada y los firmo en un gesto de rebeldía.

- Aun eres una niña Sam, si quieres odiarme, si quieres volcar en mi la rabia de la perdida de tu madre adelante, pero no voy a vivir viendolo o viendo como destrozas tu vida, odiame desde San Francisco, desde boston o desde donde quieras, te pasare una pensio lo suficientemente buena como para que no tengas que dejar de estudiar y puedas mantenerte. - Esa en las escaleras parado, de espaldas a ti, con una mano apretando con bastante fuerza la barandilla.

- ¿Qué paranoia te ha dado ahora, Ryan? ¿Qué es lo que quieres? Estoy cansada de luchar y ahora justo cuando comienzo a asentarme en este asqueroso lugar, cuando me sacas de ese colegio para meterme en el instituto público donde soy poco más que una apestada, es ahora cuando decides que mi custodia es mía.

Con malos modos tiro el boli a la mesa dejando los papeles, subo por la escalera a partandole con brusquedad

- Me voy a mi cuarto.

- No te he dicho que tengas que irte, solo que cuando tengas dieciseis años si quiere hacerlo seras libre para ello - Es lo ultimo que dice. tras ello tu entras ne tu cuarto y el en el suyo.

Cabreada lanzo un cojin contra la puerta que impacta con bastante ruido. Y pienso en Jax. Me lanzo sobre la cama y me abrazo a la almohada, llorando un poco. Es sábado por la mañana y debería estar en la calle disfrutando y no llorando como una niña que ya no soy

Tras un rato, me levanto y me asomo al espejo tocando mi rostro. ¿Ha cambiado algo desde ayer? Soy menos Samy y más Samantha?

Pongo de nuevo el bikini sobre mi piel y salgo del dormitorio dando un portazo. Bájo rápida las escaleras que dan a la entrada y voy por la cocina a la parte de atrás, donde está la piscina. En mis ojos todavía se nota que he llorado.

eh... no es que estes en casa es que toy pendiente de un post de Jax para seguir.

PI PI PI

SMS JAX:

Contesto al sms

"Yo también. Ahora iba a nadar un rato en la pscina. ¿Te viens a casa sta noche?Piscina y peli"

Con el biquini me meto en la piscina desde donde veo al sieso de mi padre en su despacho. Sonrio fría y le saludo pensando en qué le habra pasado por la cabeza esta mañana

PI PI PI

SMS JAX:

Respondo

Veo el mensaje al salir del la piscina con gotas por todo el cuerpo.

Tres el ultimo mensaje que le mandaste a Jax tu telefono cae al suelo, pues te llevas las manos a la cabeza por el gran dolor que sientes sin mas, notas como una jaqueca impresionante y presion en las sienes, en medio de todo eso comienzas a oir unas voces en tu mente.

Oyes la voz de Jax  y la de una chica, parace como si pasara algo entre ellos, como si hubiera una tension grande, y Jax no pudiera controlar lo que pasa, se siente debil, necesitsado, vulnerable, preocupado y avergonzado...

De repente las voces desaparecen el dolor mengua y todo esta normal de nuevo.

En bañador, tomo el móvil y chorreando me dirijo a la cocina. Me sujeto la cabeza y revuelvo entre las estanterias. No encuentro lo que quiero y voy al salón dejando tras de mi un reguero de desorden. Al final, en el baño de planta alta encuentro un bote de pastillas. Pero es cierto que armé un gran jaleo.

Sin saber porque, se me saltaron las lágrimas del dolor de cabeza.