Partida Rol por web

Intenta hacer lo que puede con el brazo, procurando que no se queje demasiado... Prefiere darle una oportunidad... Igual hay suerte y puede sobrevivir sin problemas, y sin amputar...

Si en cuestión de horas o días empeorase, decidiría amputar...

El resto de las heridas, las cura como mejor puede...

Da un vistazo al otro médico, se pregunta si es también prisionero como ella.

Finalmente como cada día te vienen a buscar para ir a la sala de médicos, donde os dan algo de comer, aunque seáis algunos prisioneros, es un lujo que tenéis poder comer mínimo esto al día, ya que en la plaza no siempre hay comida y normalmente es insuficiente.

Una vez terminas eres llevada hasta la puerta donde como cada día un jeep con una ametralladora montada en la parte trasera, os escoltara hasta la plaza.

Ves como Kyarha desaparece y se marcha con otros medicos, no pasan mas de 20 minutos que varios hombres os vienen a buscar, a ti y otros heridos, moveros, mientras mueven ligeramente el cañon del rifle hacia la puerta haciendo entender hacia donde.

Te diriges con 5 personas mas hacia la entrada donde un jeep con una ametralladora montada en la parte trasera aguarda.

Ahí te encuentras junto con otras personas vestidas con batas a Kyarha.

Marius se había quedado un poco al margen de todo el barullo con los heridos, debido al "saludo de bienvenida". No quería agravar su herida en la pierna. Se confirmaron sus sospechas de que nada bueno estaba ocurriendo. El rumano es el último de la fila, exagerando un poquito su cojera. Al ver a Kyarha, se acerca disimuladamente para enterarse de lo que está ocurriendo.

- ¿Novedades en el frente? - tantea a la británica.

Kyarha mira a Marius, y apenas niega en silencio.

Ni ella sabe del todo qué está ocurriendo... De hecho.. No entiende por qué él y los demás están aquí...

Mira a su alrededor, intentando comprender ella misma lo que ocurre... Sea lo que sea, no tiene buena pinta...

Con un ligero - Después hablamos, señorita Green ; Marius intenta no dar demasiado el cante y se coloca junto a los demás heridos.

Disimuladamente, se reincorpora y echa un vistazo a la plaza, esperando algo de comida para llevarse a la boca.

El grupo se pone en marcha, unos 4 soldados armados delante abre la comitiva, cerrándola hay el jeep con la ametralladora montada en la parte de detrás...
La noche es oscura ya que hay nubes y la luna aun le falta mucho para ser llena. Andáis por varias calles que como el resto de la ciudad esta echa un desastre...si se le puede llamar así y no un conjunto de escombros...pocos edificios quedan enteros...y no en muy buen estado...

Mientras estáis regresando de golpe se empiezan a escuchar algunos disparos hacia donde os dirigís.

Los soldados se miran entre ellos y uno de ellos abandona la cabeza para ir hacia el vehículo y se pone a hablar con el copiloto, que podéis ver que niega con la cabeza.

Marius, que sigue el último, intenta escuchar el diálogo entre el copiloto y el soldado que se ha dejado caer en la cola del grupo.

Escuchas palabras y de las pocas que escuchas no entiendes que dicen.
Las calles están destrozadas y aunque no quedan sus nombres en ninguna pared, seguramente podrías hacer este camino de nuevo sin perderte demasiado.

Marius se prepara para lo peor. En el ambiente se huele que otra "tormenta" está a punto de estallar. No sabe porqué, pero está pensando en la señorita Green, la única que se ha preocupado por él, de un tiempo a esta parte. En otras ocasiones, el rumano hubiera ido a la suya, sin preocuparse por nadie. Esta vez es diferente, y no tiene respuestas razonables para ello. No tiene tiempo para comerse mucho la cabeza, simplemente se deja llevar por el instinto.

Marius acelera el paso lo máximo que le deja su pierna malherida, hasta situarse a la altura de la británica.

El rumano llega a la altura de la británica. Con cierto disimulo, le cuenta lo acontecido a la cola de la marcha.

- Mire, señorita Green, no sé si es muy normal, pero me parece que los soldados de atrás estaban preocupados. Me da mala espina. Si se fía de mi instinto, quédese junto a mi. Sin abusar, fingiré que me duele mucho la pierna, porqué el ritmo es alto. Así, si algún soldado se acerca no se extrañará que esté junto a usted. Poquito a poco, dejemonos caer a la cola del grupo. ¿Qué le parece; está de acuerdo?  

Espero fervientemente que me diga que sí. No me gustaría emprender otra aventura en solitario. Estoy nervioso, tengo la sensación de que nos están llevando a un matadero. Debo ser paciente y esperar al momento adecuado para tomar decisiones. Aunque puede que me equivoque y sea un paranoico.

Puedes observar que el vehículo con la ametralladora no deja que se rezaguen ningún prisionero, uno que va algo mas lento que vosotros dos, por una lesión lo han empujado un par de veces para que se de prisa.

Los disparos en la direccion que vais, cada vez es mas intensa tanto de ruido como intensidad, ahora escuchas una arma de gran calibre disparando, tipo ametralladora de gran calibre.

Me estoy poniendo nervioso, apostaría mi cuello a que nos dirigimos a un fuego cruzado ó a algo peor, como una ejecución. Pero aún no es el momento de huir, debo esperar a que se produzca un buen barullo ó algo parecido.  

Camina como ausente, la desesperación a su alrededor, la envuelve. Mira a Marius con ternura.

No hagas tonterías, Marius. No estamos en condiciones....Vaya...

En condiciones... En condiciones, para qué??

Se resigna a su suerte... Alza la vista... Suspira... "Que sucederá ahora..."

Todo ese ruido de ametralladora, le encoge el corazón... Los fogonazos que se ven reflejados en la sombra de la noche... La hacen pestañear... Es inevitable el desasosiego que la invade...

"Que será lo que está pasando"... "Las noches anteriores fueron tranquilas..." "Esto no tiene buena pinta..."

Las palabras de la británica le dejan un poco descolocado, pero parecen tener sentido para él, aplacando su nerviosismo.

Esperaremos un poco más, Marius. Si nos precipitamos, estamos muertos. Pero es indudable que se hará necesario emprender maniobras evasivas. De momento, no creo que sea dificil recordar el camino de vuelta al "hospital", por si necesito algo de allí. ¿Y que pasa con la señorita Green? No la puedo dejar sola en medio de este berenjenal, además ser médico le da puntos a favor. Por lo que me contó, me pareció que estaba prisionera y que la habían separado de sus compañeros. Bueno, es igual, ... cuando llegue el momento, improvisaré como siempre. Pero con una diferencia respecto al pasado, tengo que contar también con la señorita Green.

- Está bien, señorita Green. - musita el rumano, con su suficiente inglés.  - Pero, por favor, no se separe demasiado por si acaso. - le aconseja a la vez.

Marius sigue con la comedia del cojo, pero sin importunar a los guardias con la lentitud. Así mantiene la coartada de estar cerca de la médico británica.