Partida Rol por web

Deja al soso sargento, caminando a su ritmo hacia el gimnasio.
Por el camino, temerosa de perderse, busca indicaciones de algún tipo en algún lado o en alguien...

Cuando consigue las indicaciones, se encamina hacia el edificio, en silencio...

Tras llevar un rato mirando a los pacientes, logra establecer una serie de prioridades entre ellos.
Escoge a un hombre, cuya pierna en estado crítico, le hace bastante vulnerable a la idea de la "muerte"...

Con cuidado, examina la extremidad, sonríe amable al hombre, limpia la sangre, y comienza a intentar detener la hemorragia, mediante la fuerte presión de la plopítea y el posterior vendaje que recibe la extremidad en concreto... Aguarda unos momentos, antes de separarse del enfermo, para comprobar si todo va bien...

Tras la vena, comienza a curarle y limpirarle las diversas heridas de bala, y, en el caso de que aún se encuentre allí, quitar la munición... Para las heridas más leves, tan sólo utiliza vendajes, para las más peligrosas, comienza a dar algún que otro punto con un hilo y una aguja que encuentra, no sin antes, esterizarlos...

Cuando acaba con el primero, se dirige al segundo, saludándolo dulcemente, a la par que comienza a examinarlo...

Realiza el mismo proceso que para el anterior con las heridas de bala, teniendo mucho cuidado con la que se ubica en el cráneo...
Respecto a las piernas, decide enyesarlas, si le es posible, para intentar que el hueso pueda volver a soldarse... Aún así, aguardará nuevos resultados...

Cuando acaba, decide respirar, simplente, y echa una ojeada a su alrededor...

El primer paciente parece que la presión continua de la pierna con la ayuda de una enfermera que te ha visto al pasar y se ha parado a ayudar conseguis parar la hemorragia después de mas de media hora.
No sabes si aguantara suficiente el vendaje que le has echo, pero en todo caso por ahora la hemorragia esta parada y su vida deja de peligrar un poco menos.

En el segundo enfermo la cosa es mucho mas sencillo, tus guantes empiezan a estar empapados y a veces te hacen resbalar, pero no te impide curar todas las heridas que tiene.
Referente a las piernas cuando preguntas por el yeso, casi se te ríen en la cara, mas bien te informan de que en un extremo de la sala hay unos tablones de madera que los puedes utilizar para fijar la pierna y evitar que se mueva tanto.
Cuando vas a buscar los tablones te puedes fijar que, en si mismos son trozos de madera toscamente cortados pero que si mas o menos buscas unos que están bien por el tamaño y rectos podrás inmovilizar la pierna sin demasiadas dificultades.
Te has fijado que la mayor parte van con uniforme, partiendo de la base que lo primero que te han echo ha sido sacarte todo lo que pudieran aprovechar, te hace pensar que la mayoría son del grupo atacante aunque no estas del todo seguro que todos lo sean.
Cuando llega el mediodía, has terminado con el segundo paciente.
Por la puerta del gimnasio aparece el sargento Gillis

El sargento saluda al personal y dice que pueden irse la mitad a la sala de profesores.
Unos cuantos enfermeros con otro medico se queda en la sala y el resto vais hasta la sala de profesores... o mas bien lo que era antes custodiados por 4 soldados armados.
Finalmente llegáis a la sala,los soldados dos se quedan dentro y otros dos en el interior pero en la puerta, en su interior su estado no es mucho mejor una mesa central grande, rodeada de varios tipos de sillas y dos sofás de 4 plazas destrozados amueblan la habitación.
En la mesa hay varios platos y tazones y en el centro un par de ollas con una especie de sopa con algo de carne.

Bien podeis comer, una es para nosotros y la otra por los que están de guardia.
Te parece curioso el trato por ser una prisionera.
La conversacion de la sala se centra en la medicina casi exclusivamente, la gente habla para hacer cambios de impresión y durante la comida no muy abundante se te acerca Gillis.

Bien como te ha ido la mañana, mucho trabajo?

Sorprendida por todo cuanto sucede a su alrededor, no puede más que comenzar a cavilar sobre qué diantres pasa en esa extraña ciudad...

A pesar de que lleva un tiempo sin comer, la verdad es que no se siente con hambre... Aún así, toma algo de lo que hay para comer... Quién sabe si esto continuará demasiado más...

Cuando el sargento se le acerca, su sorpresa es aún mayor, pero intenta que no sea demasiado notable... Utiliza un tono formal para contestarle...

-Bueno... Estoy realmente sorprendida por la cantidad de pacientes y los pocos recursos que poseeis... -mira a su alrededor-...Humm.. Puedo hacerle una pregunta... ?

Mucho de los pacientes que has tratado forman parte del grupo que asaltaron la ciudad, algunos otros son hombres de la ciudad...bueno ya te puedes imaginar...

mmmm...no se de donde vienes pero cuando fue la ultima vez que estuviste en un hospital? o alguien te aporto equipamiento sanitario o militar o de cualquier tipo de forma gratuita?

Le mira, un tanto sorprendida...

-Pues... yo... El equipamiento que tenía me lo dieron antes de partir hacia estas tierras... Lo cual fue... hará... Hum... Un año... aproximadamente... No estoy segura... Lo siento... pero no recuerdo demasiados detalles de lo que han sido estos últimos meses... Todo ha sido... demasiado caótico... -mira hacia su plato, pensativa. Luego le mira a él..-Tú... eres de aquí...?

yo? no yo soy de kansas pero hace mas de 5 años que estoy por aquí.
Todo el planeta esta en el caos...acostumbrarte.

Bien señores...volvamos al trabajo. Dice Colby, su tono no es muy autoritario sino que intenta trataros cordialmente pero sin olvidar que estáis retenidos.

Mira al sargento, dubitativa...
Cuando se pone en pie, y asiente a su frase, le pregunta en un tono que tan sólo él pueda oír...

-Eres también tú un prisionero...?-Luego, en voz más alta-Debo seguir donde estaba...?

No, me uní voluntariamente a ellos.
Si, puedes continuar a tu puesto.
Después toma otra dirección hacia algún otro sitio del hospital.

Llegas al gimnasio donde estabas antes para continuar haciendo tus curas y revisiones...la tarde pasa sin demasiados problemas, a media tarde aparece un grupo con un soldado herido que reconoces fácilmente como uno de los asaltantes, ya que es acompañado por hombres armados.
La tarde no pasa muy diferente que la mañana.

Camina un tanto distraída por las instalaciones, pensando acerca del futuro que, al parecer, le espera.
¿Realmente debía pasar esto?

Al poco de andar llega al gimnasio en el cual pasó la mañana sin demasiadas novedades.
Da un breve vistazo, y saca en limpio los heridos a los cuales está entre sus posibilidades atender.

Se acerca a un hombre cuya vena humeral ha sido seccionada de tal forma en la que su brazo ha estado a punto de perderse.
Con destreza, precisión y presteza, Kyarha atiende al pobre soldado en pos de, si no salvarle el brazo, al menos hacer que no padezca demasiado.
Cuando acaba con éste, se dirige al siguiente posible caso... (Ya me dirás si le ayudo o no al pobrecillo..u.u)

Se encamina ya al siguiente cuando se da cuenta de que éste será difícil... Tan luego una perforación en los pulmones... Si no va con cuidado, de seguro podría matarle...
Con paciencia, limpia la zona, procurando que las costillas que cubren los pulmones no se hundan o perforen más la herida. "Espero que los bronquios no me compliquen las cosas..."
Al acabar con éste, su paciente más grave hasta el momento en la tarde, ruega para que se recupere, a la par que busca más víctimas heridas.

Las balas son las protagonistas de su próxima intervención...
Y a pesar de que suelen ser de lo más común en estos días de guerra, su actuación resulta bastante mediocre.
Limpia las heridas, extrae las balas, pero una se le resiste.
Tras permanecer durante bastante tiempo con la operación, logra a duras penas extraer la mitad, quedando la otra entre la piel...
"Lo hecho, hecho está... Fallé en la concentración... Será mejor dejarlo así por el momento... Más tarde volveré para que no se le infecte...."

Cansada, mira a su alrededor en busca de un utópico oasis de paz...

Es entonces cuando reconoce al grupo de soldados asaltante.... Y descubre que está herido...

Frunce el ceño, mas, aún así, realiza el curetaje...
Realiza la operación sin demasiadas complicaciones. Deja al soldado reposando, en silencio, mientras se dirige al grupo de soldados que lo han traído...

A pesar de estar dudando, se dispone a hablarles...

-Eh... disculpad... podría... preguntaros algo...?