Partida Rol por web

Espero a que se vaya La sospechosa de terrorista, a ver que intenta hacer, y le digo a la mamá.

-Bueno, sólo veo un pequeño fallo en tu plan, y es que si tu estás ahí detrás con el crío, ¿quién arrebatará el arma a los terroristas?, si estamos tan desperdigados los unos de los otros, me parece mas peligroso. Ya lo dice el refrán, divide y vencerás, pero no nos hemos de dividir nosotros. Eso si, yo no te puedo obligar a nada, y si crees que es lo mas seguro para tu hijo y tu, puedes hacerlo, ya veré lo que hago yo luego.

Sigo espiando a los terroristas, buscando el momento adecuado.

Si me llevo a la mujer atrás, os doy tiempo a vosotros para coger el arma que hay en la cabina o desarmar al otro terrorista-dijo sin dudar- no se que mas puedo hacer pero desde luego no dejaré que le hagan nada a mi hijo.

Le pasó una mano por el pelo, notaba a su hijo temblar aunque aguantaba las lagrimas. Una punzada de orgullo sintió Jean, que rápidamente fue sustituida por temor. ¿Como podía ser aquello?¿Por que su hijo tenía que demostrar valor y anteponerse a la muerte con tan pocos años?

¡Fátima!

La voz es la de la azafata pelirroja, llamando desde atrás. No te asomas, pero ves cómo las piernas de la azafata se alejan de ti hacia la parte trasera del avión. Te preguntas si la chica árabe será capaz de vérselas con la tal Kate, y convencerla para acercarse hasta ti y tu emboscada, como casi ha estado a punto de suceder hace un momento.

O quizás la Madre pueda convencerla para llevarla a ella y a su hijo más atrás. Eso podría darte el tiempo necesario y la oportunidad para avanzar hasta primera clase, atravesar la cortina y enfrentarte al Terrorista. Eso es precisamente lo que te revuelve las tripas por los nervios: atravesar la cortina. Puede que al hacerlo te encuentres al Terrorista de espaldas y puedas lanzarte contra él para reducirlo. O puede que te lo encuentres de frente, apuntándote con la pistola.

Si sucede lo segundo, estás muerto.

Haciendo de tripas corazón, espero a ver la reacción de todos con los nuevos acontecimientos.

Pensando en que me habían estropeado un poco mi plan, comienzo a pensar en uno nuevo.

No puedo perder ni un segundo mas, si sobrevivo a la terrorista, tendré que hacer algo lo antes posible.

Los gestos de la mujer señalando hacia la ventanilla, al exterior del avión hacen que te arriesgues por un momento y te muevas en tu sitio para mirar a través de la ventanilla de tu lado, aunque para hacerlo tengas que apartar al hombre inconsciente que está sentado en ese sitio.

Tus peores temores se confirman. Al cabo de unos segundos distingues una sombra a un lado, y la sombra se transforma en un caza de combate, posiblemente un F16, aunque no podrías asegurarlo, que de pronto se aproxima hasta que la punta de su ala casi roza la del Boeing.

Te retiras de nuevo hacia el asiento central, sintiendo que te falta la respiración. ¿Cómo no iban a mandar aviones de combate? Era el paso lógico. Te viene a la memoria una noticia de hace unos meses, en la que un avión comercial rumbo a Hawaii fue interceptado por dos cazas sólo porque un pasajero pasó demasiado tiempo encerrado en el baño.

Y esto es noticia. Vosotros sois noticia. Las imágenes de las pantallas de televisión muestran un informativo sin voz en el que el “secuestro” del UA centra una especie de informativo especial. Te preguntas cómo se han enterado tan rápido los medios, cuando lees un rótulo que dice que Al Qaeda se responsabiliza del atentado. Después vuelven a emitirse las famosas imágenes de los aviones estrellándose contra las Torres Gemelas de hace diez años y te viene la bilis a la boca por la manera de explotar el morbo que tienen los informativos.

Casi parece que quieran que todo esto termine igual…

Barack Obama había pensado que las horas más tensas que jamás viviría durante su mandato serían las que pasó durante la operación que acabó en el asesinato de Osama bin Laden.

Qué equivocado estaba…

La sala de reuniones cuenta con un monitor de televisión, varios teléfonos fijos y dos ordenadores portátiles. Junto a él están varios de sus asesores, así como dos altos cargos del Estado Mayor, el director de Inteligencia Nacional y la Secretaria de Estado. El vicepresidente está presente mediante videoconferencia.

Debe saber, señor Presidente… le susurra al oido su jefe de comunicaciones. Que nuestras valoraciones indican que la opinión pública está de su parte en estos momentos. Hace una pausa y prosigue, en voz todavía más baja. Nadie le culpará si se ve obligado a tomar la decisión de derribar el avión.
Obama cierra los ojos con fuerza, como si le doliese la cabeza y hace un gesto con la mano a su asesor para indicarle que le ha comprendido. Después sigue atendiendo a las explicaciones que está dando el general frente al televisor, que muestra la ruta del United Airlines 333 sobre un mapa de los alrededores de la ciudad de Chicago.

…por lo que si el UA 333 continúa volando con el piloto automático, en menos de diez minutos se encontrará sobre el aeropuerto O´Hare, donde describirá una ruta circular de aproximación que es la que se puede ver aquí, y que continuará mientras tenga combustible. El general carraspea. Sin embargo, en el momento en que el avión se aparte de la ruta que marca el piloto automático, podría llegar al centro de la ciudad en dos o tres minutos. Nuestros cazas están preparados para derribarlo en ese caso, señor Presidente, en cuanto usted lo autorize.

La sala se queda repentinamente silenciosa. Obama respira hondo antes de hablar.
¿Estamos absolutamente seguros que realmente se trata de un acto terrorista?

A su alrededor los demás asistentes a este gabinete de crisis se miran entre sí hasta que el director de Inteligencia toma la palabra.
El anuncio del secuestro fue filtrado por un correo electrónico a Al Jazeera quince minutos antes de que el controlador aéreo diera la primera señal de alarma, por lo que debemos darlo por cierto. Y aunque es verdad que desde que se iniciara la crisis no hemos tenido ninguna comunicación con el vuelo, nuestro deber es contemplar la peor de las situaciones y estar preparados para ella.

Pero… es el jefe de gabinete quien toma ahora la palabra. ¿No es cierto que existen grandes diferencias respecto a los atentados del 11-S? Por ejemplo, hasta ahora el avión sigue con la ruta programada, y además el “secuestro” ha tenido lugar cerca del final del trayecto, cuando los depósitos de combustible están más vacíos y por tanto usarlo en un ataque suicida causaría menos daños…

Eso es cierto. Replica el general. Pero no podemos prever qué puede suceder en esta situación. Se trata de un acto terrorista, dirigido a causar daños que pueden ser más devastadores para la moral de la nación que el simple siniestro de un avión de pasajeros.

Si me disculpan. Interviene ahora el jefe de comunicaciones. Ahora mismo la atención mundial está sobre nosotros. Todos los medios del globo examinarán con lupa nuestras decisiones. Cada minuto se emiten más de diez mil tweets sobre el tema, por el amor de Dios… El hombre suspira y se pasa la mano por el cabello. Lo que quiero decir es que si nos precipitamos…

La sala vuelve a quedarse en silencio.

No nos precipitaremos. Asegura el general. Pero, señor Presidente, necesitamos su autorización en caso de que… Hace una pausa. Necesitamos la autorización del comandante en jefe.

Barack Obama se lleva las manos al rostro.

¿Señor Presidente? Insiste el general.

Entonces la mujer se dirige a tí.

Eh -dice susurrando - la azafata ha conseguido hacer lo que yo me proponía. Debemos hacer algo ya. Dijo que había un arma en la cabina del piloto, ¿se te ocurre como podemos llegar hasta ella? Sea lo que sea piensa rapido, pero tenemos que hacer algo ya.

La cabina... para llegar allí habría que pasar por encima del Terrorista. Es una locura, un suicidio. Entonces tu mirada se desvía al caza del exterior. Pero ¿cuánto tiempo os queda para que la opción suicida sea la única que podáis elegir?

Discúlpenme. Anuncia la presentadora del informativo especial de la BBC, mientras se lleva la mano al oido. Me están informando que disponemos de imágenes… sí, de imágenes del interior del Boeing 757 secuestrado…

La presentadora asiente con la cabeza. Parece ser que están siendo grabadas por los mismos terroristas y se están emitiendo prácticamente a tiempo real a través de varias páginas web.

Mirando a ambos lados, como buscando confirmación, la presentadora continúa: En estos momentos estamos conectando con una de ellas para poder ofrecerles las imágenes. Me… me piden advertirles que su contenido puede herir su sensibilidad, pero el innegable valor como documento periodístico nos obligan a ofrecérselas sin editar.

Conectamos en directo.

Mierda, mierda, mierda, ahora si que voy a tener que hacer algo. En cuanto pase alguien por mi lado, voy a intentar reducirlo.

Las cosas cada vez estaban peor. saliamos ne las noticias, y al parecer esto iba en serio.

Vaya mierda.

Miro porlas ventanillas, y no veo nada que me guste.

O nos estrellan contra algo, o nos van a destrozar en el aire.

Mierda, mierda, mierda.

Aprietas las manos, retorciendo el cinturón con ellas hasta que te duelen las palmas por la fuerza con la que lo haces. La tensión te está destrozando los nervios y para tratar de calmarte tu atención se centra en el informativo que muestran las pantallas de televisión del vuelo. Informativo en el que se está hablando del UA 333, de este secuestro. Quizás incluso de ti.

Es una situación tan surrealista que no te parece real, sino que lo contemplas desde fuera, como si vieses una película. Sin embargo en esta ocasión no puedes simplemente apagar la tele cuando aparecen los títulos de crédito.
Entonces un nuevo rótulo aparece en el informativo, anunciando una conexión en directo con el vuelo tomado por terroristas.

¿Qué?

Te giras hacia la mujer de al lado, pero ella parece más pendiente de su hijo que de lo que aparece en la tele. Observas en el lado de la cara donde antes le ha golpeado el Terrorista. Lo tiene enrojecido e hinchado. De hecho, parece un reflejo de tu propio rostro, sólo que tu ojo tiene un tono más violáceo.

Pero tu mirada se enfoca de nuevo en las imágenes de la televisión, donde de pronto ves aparecer el rostro del Terrorista. Hablando a la cámara.

Observas fascinado lo que sucede, y puedes distinguir por lo que se ve detrás suyo que se encuentra en primera clase, que no es una grabación anterior al secuestro, sino una retransmisión en vivo, que está teniendo lugar a metros de ti.

¿Y está sucediendo ahora?

¡Yo soy la espada de Alá, y mi nombre es Abu Nazir!

Estas palabras, este mensaje, acompañado de las imágenes del hombre que ha secuestrado el vuelo 333 de United Airlines, son repetidas a lo largo y ancho de todo el mundo, a través de la red, de los informativos, y llegando a la vez a millones de personas. Para unos se trata de un terrorista, un fanático, para otros es un rebelde, un luchador por la libertad.

No importa, el Terrorista se ha dado a si mismo el nombre inventado de Abu Nazir y de pronto esa pasa a ser la realidad, y lo que es más importante, siempre lo ha sido.

El Terrorista aparece de nuevo a través de la cortina. Sólo que ahora es Abu Nazir. Siempre lo ha sido.

Abu Nazir: Tras la muerte de Osama bin Laden este es el hombre en el que se dice ha recaído el auténtico liderato de Al Qaeda, él es el peor enemigo de América y del mundo libre. Incluso se dice de él que fue la auténtica mente maestra tras los atentados del 11-S, además de cientos de acciones terroristas a lo largo y ancho del mundo en los últimos años.

En una mano sostiene el arma de fuego. En la otra una videocámara digital que filma todo desde su punto de vista. Sus ojos brillan febriles. Su rostro es una máscara de sudor.
Pero la expresión de su rostro es la de un iluminado. De alguien que ha visto a Dios.

¡Atención, cerdos americanos! Ruge apuntando con la pistola hacia delante.

¡Todo el mundo en pie! ¡El mundo quiere ver vuestros hinchados rostros cebados por el capitalismo!

Disimulo como si me desatase el cinturón, y me pongo de pie, con la cabeza gacha.

Venga morito, acércate a enfocarme bien...

Intento esquivar la mirada con el, mientras lo espero ansiosamente en mi sitio, vigilando sus pies.

Sientes la conmoción que causa en el resto de pasajeros conscientes la aparición de Abu Nazir. Gritos y sollozos te llegan de la parte trasera donde están el resto. Mantienes los brazos unidos, con un resto de cinta aislante pegado por delante, como si realmente siguieses maniatado aunque te has liberado ya. Este truco servirá para engañarle, aunque las falsas ataduras no resistirían un examen cercano. Pero eso es precisamente lo que quieres, que se acerque a tí y que te de la oportunidad de dejarlo fuera de combate. En cuanto al cinturón, lo mantienes oculto enrollado, sosteniéndolo entre los brazos y tu cuerpo.

Por eso mantienes la mirada baja, vigilando sus pies. Esperando a que de unos cuantos pasos adelante y se ponga a tu alcance... Pero en lugar de eso, continúa dando ordenes con una voz que refleja que quien no haga exactamente lo que desea se reunirá con la azafata muerta en el suelo.

¡Que los hombres se acerquen! Ruge Nazir. ¡Vamos, que los hombres, pero sólo los blancos, vengan aquí delante!

Tu eres hombre. Eres blanco. Y eres el que más cerca estás del Terrorista. No te queda otro remedio que avanzar mientras levantas la mirada para ver la pistola apuntándote directamente. Mierda. Llegas a la zona amplia delante de los asientos de la clase económica y allí Nazir te ordena que te pongas en el lado izquierdo. Él está en el lado derecho, a apenas unos metros de tí, pero esa mínima distancia es demasiada. Si te lanzas a por él te podría disparar a bocajarro antes de que pudieras ponerle la mano encima.

Otros pasajeros vienen por el pasillo central. Empezando por el hombre mayor que antes te ha ofrecido su ayuda. Abu Nazir no os quita los ojos de encima, y te parece que a tí más que a nadie, sin embargo lanza una mirada rápida a la parte trasera del avión y vuelve a gritar.

¡¿Kate?! ¡Kate, ¿estás ahí?!

Escucho al terrorista como llama a su amiga, mientras pienso:

¿Qué le pasará ahora a esa tía?, no aparece...

Sigo escuchando atentamente todo a mi alrededor:

Si no aparece para mi mucho mejor, en cuanto de dos pasos para ir a buscarla, zasca, salto sobre el, y lo desarmo, ya no puedo esperar mas, si fuese zurdo, y aguantase el arma con la izquierda, ya le habría hecho algo, pero de esta manera, expongo mas a la tripulación que otra cosa, y si encima entro en un fuego cruzado, pues fatal para todos. He de interceptarlo, y usarlo de escudo humano, por si aparece una de las otras chicas.

El Terrorista mira hacia la parte trasera del avión, y su gesto se ensombrece. No hay ninguna respuesta. No se ve a nadie allá al fondo.

Tú también miras hacia allí, y una pequeña chispa de esperanza comienza a crecer en tu interior. Hacia allí han ido las dos azafatas, la morena y la pelirroja, Fátima y Kate. Ninguna ha vuelto. Comienzas a creer que la chica árabe pueda haber sido capaz de encargarse de la cómplice de Nazir. Al fin y al cabo, ¿no te ha parecido oir hace un momento, justo antes de que apareciera el Terrorista, una especie de estampido allá atrás?

Tu mirada se fija en Abu Nazir. No ganas nada especulando. Aunque Fátima haya sobrevivido y se haya hecho con un arma, el problema lo tienes aquí y ahora. Nadie, nunca en tu vida, ha ganado las batallas por tí. Tú mismo te has encargado de librarlas.

Pero esta va a ser complicada. Al haber sido tú el primero que ha llegado a la zona central, el resto de pasajeros (hombres y blancos, ocho en total) que ha reunido Nazir a punta de pistola se han puesto delante de tí. Esto tiene una parte buena ya que ellos te tapan y te has podido quitar las ataduras y además sostienes en tus manos el cinturón enrollado. Y una parte mala, ahora la mayoría de ellos se encuentran entre el Terrorista y tú, con lo que lanzarte a por él deja de ser una opción viable.

Abu Nazir os apunta a todos, con un brillo febril en los ojos. Respiras el miedo de los pasajeros. Están aterrorizados, y no crees que puedas contar con ellos para nada. Excepto el viejo. El hombre del bastón que antes te ha ofrecido su ayuda está justo delante de tí, y su mirada está cargada de determinación cuando se cruza con la tuya.

Ahora... Anuncia Nazir. Vosotros seréis el corazón, así que agrupaos, ¡agrupaos!

A tu alrededor, los pasajeros, temerosos, se aproximan unos más a otros, dificultandote aun más cualquier idea de apartarlos de tu camino y atacar al Terrorista. Tardarías demasiado y te mataría a tiros antes de que llegases a él.

Un corazón... continúa Nazir. Debe de latir, así que comenzad a golpear con los pies en el suelo. Así. Y el Terrorista comienza a patear el suelo con un ritmo determinado, a modo de demostración.

Pum-pum. Pum-pum. Pum-pum. El ritmo de los latidos de un corazón.

Poco a poco, los pasajeros comienzan a imitarlo, hasta que casi todos estáis golpeando el suelo, creando ese sonido inconfundible. No sabrías decir por qué, pero este ruido te da escalofríos.

Pum-pum. Pum-pum. Pum-pum.

En ese momento Abu Nazir mira al niño. Al hijo de la mujer que se sentaba a tu lado, y de pronto sabes que nada bueno puede salir de todo esto.

Perfecto... Susurra el Terrorista. El futuro...

¡Tú! Grita al niño. ¡Ve al corazón!

Pum-pum. Pum-pum. Pum-pum.

El niño le mira. Sin comprender. Luego mira a su madre con miedo en sus ojos. Y Abu Nazir apunta a la cabeza de la mujer con su pistola, hablando ahora con suavidad.

Sé una buena madre... Dile a tu hijo que se una al corazón...

¿Estamos haciendo de corazón?, lo que estamos haciendo es el gilipollas, y encima ponen al niño para que "juegue" con nosotros. Como el próximo paso de nuestro baile sea: "Simon dice bailad un pogo con el niño", ya verás la que se lía.

Hablo con el viejo:

-Abuelo, vaya empujando a la gente para que me pueda situar al lado del terrorista.

Haciendo el extraño ritual que nos pide el terrorista, voy empujando poco a poco a todos, haciendo que dibujen un extraño círculo, para situarme al lado del asesino.

Muy bien, ahora me falta que de un par de pasos al frente, en busca de su "virgen", y lo engancharé de lleno por la espalda.

Por todo el planeta, lo que sucede en el vuelo 333 de United Airlines está siendo seguido en directo por una audiencia potencial de más de mil millones de personas.

A través de televisión, a través de internet, a traves de las redes sociales… convirtiéndose en el evento con mayor audiencia de la historia de la humanidad.

Todos ellos ven a Abu Nazir. La mayoría detestan lo que hace. Otros lo celebran. Pero todos lo ven. En la conciencia global, Nazir deja de ser tan sólo un hombre con una pistola para convertirse en algo más, en una idea, en una personificación del Terrorismo, un Arquetipo del inconsciente colectivo. En aquello que hasta hace unos meses personificaba Osama Bin Laden, antes de que lo mataran.

Las creencias son poderosas. Y esta creencia global hace que, de hecho, Abu Nazir comience a cambiar de ser humano a algo más…

Los símbolos son poderosos.

Simón lo sabe. Lo sabía cuando planeó todo esto. Cuando se reinventó como el Terrorista más peligroso del mundo, Abu Nazir, usando el poder que obtuvo al asesinar a su mentora. Cuando preparó el atentado y se encargó de que fuera retransmitido para que el mundo fuera a la vez espectador y catalizador de su Ascensión.

Símbolos. Como la fecha elegida, el 11-S, en el aniversario de los atentados que conmocionaron al primer mundo. Como convertir al avión en una representación simbólica de los Estados Unidos (Nueva York. El río Missisipi. California.) y también en la representación de un Ser Humano (Ojos. Pies. Corazón.).

Simón ha aprendido mucho estos últimos años: de la Secta de la Diosa Desnuda y del incidente de Hellmouth, sobre todo. Y ahora, por fin, puede poner en práctica todo ello. Puede sentirlo. Puede sentir el cambio. Puede sentir que está a punto de dejar de ser humano y Ascender para ser… Dios…

Sólo falta acabar lo que ha empezado.

¡Soy la espada de Alá, que apunta a vuestro corazón!

Sólo falta disparar contra el corazón blanco de América.

Pero antes, un último detalle: las palabras mágicas…