Partida Rol por web

Y justo en el momento en el que Saint termina su orden, la radio cruje y responden desde la base de Tierra.

¿Hola? ¿Paolo, Saint? - dice la ya conocida voz del ingeniero encargado de la Expedición 35, un hombre que en su vida hubiera imaginado que su puesto le iba a dar tantos quebraderos de cabeza -. Aquí Base Houston. ¿Tenéis alguna novedad?

-Pregúntele si sabe quien es la mujer que nos ha hablado antes.- susurra Georgi al comandante.

- Hola Control, aqui Saint - dijo, con un tono más cansado de lo habitual. Empezaban a acumularse ojeras en el rostro del veterano soldado - Estamos haciendo preparativos para acondicionar las Soyuz para el regreso a casa, ¿cómo vais vosotros?

Mientras esperaba respuesta, asintió a Georgi, haciendo un ademán con la mano para indicar que esperara a su respuesta.

El hombre contesta sin dudar y rápidamente. Supone que es eso lo que deseáis.

- Las cosas no han cambiado mucho desde la última vez que hablamos. Todos los planes siguen con el mismo programa que os expusimos antes. Lo que me dices, ¿significa que la estación es ya inhabitable? ¿Debemos darla por perdida? 

Por el tono de su voz, parece que le duele tener que dar carpetazo al Proyecto ISS.

- Podríamos mantener operativa la estación algunas horas, pero no disponemos ni de los medios ni del material como para hacerlo de forma indefinida, Control - dijo, algo molesto por las evasivas del Control de Tierra - Ahora mismo somos ocho usuarios... nueve contando a Sarah los que subsistimos con el oxígeno residual y con la mitad de la estación operativa. No pienso convertir este lugar en una tumba espacial, ¿me han entendido?

El hombre de la radio parece ligeramente confuso, y tarda algo en contestar.

- Tenía entendido que la energía funcionaba al 50%, lo suficiente para mantener los sistemas vitales de la estación. Trataremos de enviar junto al transbordador un equipo con material para instalar otro sistema solar - parece que los objetivos de la gente de Tierra son muy distintos a los vuestros. Las vidas de unos cuantos astronautas son importantes, pero el valor económico que os ponen está por debajo del de la Estación Espacial Internacional -. Utilizad una de las Soyuz para traer a casa a los que más lo necesiten, y los demás aguardad a ese transbordador. La nave tendrá espacio suficiente para los que quedéis ahí. Durante este tiempo, tratad de hacer funcionar la segunda Soyuz, pero si fuera posible, deberíamos tratar de mantenerla en la estación hasta que el transbordador atraque en el Nodo Harmony.

Definitivamente, la gente de Houston tiene unos objetivos distintos a los vuestros. Si sólo os permiten usar una de las Soyuz, únicamente tres de vosotros, cuatro usando la capacidad de la sonda al máximo, podrán abandonar la estación. 

Las palabras del ingeniero no levantan muchas esperanzas sobre lo que os va a deparar. Lo último que sabíais del transbordador, y nada parece haber cambiado, es que tardaría varios días en salir, así que os veríais obligados a aguantar aquí al menos una semana, quizá más.

Enviar a algunas personas en la Soyuz aliviaría los sistemas vitales lo suficiente como para manteneros el tiempo necesario aquí, hasta que llegara el transporte para recogeros, pero no sabéis que podrá ser de vosotros si pasáis mucho más tiempo bajo la tenue luz roja de emergencia.

La otra opción que os queda es desobedecer al control de la misión y utilizar todos los medios de la ISS para abandonarla a su suerte. De esa forma os aseguraríais de salvar la vida todos vosotros, pero sabéis que las consecuencias de esta decisión no serán buenas.

- Recibido, Control - dijo, antes de cortar un momento la transmisión y observar al grupo, ceñudo. Después preguntaría por Raynor - Bueno señores, todos sabemos lo que ha ocurrido en este tiempo. Alguien ha decidido que es más importante la estación que nosotros... así que tendremos que apañarnoslas por nuestra cuenta. Señores, tienen unas órdenes; doctor, nos toca dar un paseo espacial...

- Con todos los respetos, señor, -aquella era ya una frase hecha habitual en los labios del indio, pero esta vez no sonaba convencida- como ya le hemos dicho, la Soyuz del DSM está operativa y lista para evacuar a tres y, en caso realmente necesario, hasta a cuatro de nosotros. No son necesarios grandes preparativos para ponerla en marcha. Si, según su consideración, alguien debe ser evacuado, es el momento de que lo decida.

Raf no estaba dispuesto a que le impidiesen ir a contemplar con sus propios ojos el cubo alienígena.

Tenemos que permanecer aquí hasta que llegue el transbordador con el material para reparar la estación. Entre tanto, y con el debido respeto, señor, creo que debe permitirnos a Wurst y a mí acompañarles al Zvezda y tomar las mediciones y muestras necesarias.

Sabía perfectamente que tanto Raf como Wurst lo que estaban era ansiosos por saber más de aquel extraño objeto... y no podía culparles.

- Necesito que alguien esté pendiente del cable retráctil, así que sólo podrá venir uno de los dos - afirmó, tajante, mientras se impulsaba.

-Por mi parte sigo sin fiarme de nada, y menos de esa desconocida que nos ha ¿ayudado?- dice Georgi con bastante mala leche y una mirada todo lo desconfiada que puede tener un ruso con un compatriota inconsciente y rodeado de americanos que, para mas inri, dan las órdenes.

Wurst no tarda en responder a las palabras de Saint.

- Raf lo está deseando más que yo - dice señalando con la cabeza al indio -. Sería muy desagradecido si le dejara sujetando el cable, impidiéndole investigar el objeto. Además, él es el astrofísico, y seguramente podrá hacer más que yo, que estudio ratones.

Mira al científico indio con un gesto amable, y le asiente con la cabeza. La situación en la estación es grave, pero Raf no ha dejado de sentirse fascinado por todos los datos que está recabando y todos los sucesos que os están envolviendo. Wurst no podría arrebatarle esta oportunidad única al hombre con el que ha compartido laboratorio estas semanas.

Así son los americanos, lo importante es que esta nave siga en el espacio ...

Las palabras del control no era muy alentadora, pero Paolo no quería bajarse todavía de aquello que tanto le había costado alcanzar.

Señor, que ordena mientras ustedes toman muestras.

Ford había asentido con un gesto al mensaje desde Control y no parecía sorprendido. - Vayan con cuidado allá fuera - dijo el piloto mientras salía en dirección a la Soyuz de la DSM con intención de preparala ante una hipotética evacuación.

Raf estuvo a punto de replicar que otro podía quedarse vigilando el cable y que la colaboración de Wurst podía serle muy útil llegado el caso, cuando habló el científico alemán. Con un gesto de cabeza agradeció su deferencia pero no pudo dejar de seguir insistiendo.

- De acuerdo, señor. Debo ir al Columbus a procurarme el material necesario, y me sería de mucha utilidad que Wurst pudiese acompañarme ahí afuera. Le pido que considere la opción de que otro se quede pendiente del cable.

Se impulsó dispuesto a ir al Columbus a recoger el equipo, para luego, sin perder el tiempo, dirigirse al módulo desde donde saldrían al espacio, con destino el Zvezda.

- Ahora mismo estoy con vosotros, todavía nos queda una cosa pendiente - dice Saint mientras vuelve a activar la comunicación con Tierra.

- Control, antes de cerrar la transmisión, todavía teníamos una cosa más que preguntar. ¿qué podrían decirnos sobre la Doctora Helen Raynor? - dijo, esperando la respuesta.

El ingeniero parece teclear en su ordenador antes de contestar. Su respuesta se hace esperar varios minutos, durante los que se le escucha suspirar y murmurar. De vez en cuando os contesta con un "Un momento...", ara que sepáis que la conexión no se ha perdido.

- He estado mirando los archivos de la NASA. No es de nuestra agencia ni de ninguna de las otras organizaciones del Programa Espacial Internacional. Haciendo una búsqueda por las instituciones americanas, he encontrado su nombre en el archivo de una universidad militar, pero poco más os puedo decir. ¿Por qué os interesa saber algo de esa mujer?

Saint se quedó mirando a sus compañeros, por si pensaban que fuera buena idea o no decirles lo que sabían.

- Voy a contarle lo sucedido, pero si tenéis alguna duda al respecto, quiero que lo digáis ahora - dijo, desconectado la entrada de audio.

Georgi muesta su puño derecho con el pulgar levantado, en señal de aprobación a las palabras de Saint.

Ford estaba en el marco de la compuerta de salida esperando a ver como acababa la conversación - Adelante - dijo en voz baja asintiendo