Partida Rol por web

Ya han pasado 110 días. Parece mentira. Pero al fin ha llegado el momento de que una nueva expedición sustituya a tres de vosotros. Gennady, Sarah y Wasabi volverán a la tierra tras más de 4 meses en la Estación Espacial Internacional. En unas horas tomará contacto con la estación la sonda Soyuz TMA-18 y los tres astronautas se prepararán para embarcarse de vuelta a la Tierra. Alguno a regañadientes...

Sarah Coleman, la mente brillante que diseñó el complejo sistema de comunicaciones que funciona actualmente en la ISS, lleva dos días de un lugar a otro, de dentro a fuera. Ha realizado más paseos* de los que se recomiendan. Pero era necesario. Tras el despegue de la Soyuz hace casi dos días, los equipos de comunicación decidieron desconectarse sin motivo aparente. Las antenas estaban en perfecto estado, los amplificadores funcionaban bien, el sistema informático no fallaba. Pero no había contacto con la Tierra. "Houston" se negaba a responder. Se reiniciaron los sistemas, se comprobaron sobrecargas, se llamó una y otra vez... Y todo sin ningún resultado. Y lo peor de todo es que la maniobra de acoplamiento de la Soyuz sería casi imposible sin un contacto de radio.

Y de repente, igual que la desconexión imprevista, la radió os llamó. El equipo de ingenieros de Tierra temía que la Estación se hubiera desconectado completamente. Al parecer, habían perdido toda clase de contacto: la radio, los sensores, la localización... Durante más de 30 horas estuvisteis a la deriva y ya se habían puesto en lo peor. La Soyuz TMA-18 había sido avisada y había recibido órdenes de regresar a la tierra si no conseguían establecer el contacto en la hora estipulada.

Y para añadir más problemas, os informan de que la mayor estructura que el hombra ha puesto en el espacio ha sufrido una desviación en su trayectoria. Una desviación que vuestros sensores de emergencia no habían registrado. Son unas milésimas de grado, pero suficientes para que en unas horas la estación se encuentre a cientos de kilómetros de su ubicación esperada.

La prioridad ahora es reubicar la estación, de forma que los tres astronautas que viajan hacia vosotros en la pequeña Soyuz os localicen donde esperan encontraros.

Gennady entra en el Nodo 3 acompañado de Sarah a través de la estrecha esclusa que lo separa del Nodo 1.

- Chicos, dejad lo que estéis haciendo. La Soyuz espera comunicarse con nosotros en un par de horas, y espera encontrarnos a casi 400 km de aquí.

A pesar del perfecto inglés, la voz de Gennady está cargada de un inconfundible acento ruso. Su altura y forma física impone, y su experiencia espacial hace que sus órdenes sean generalmente indiscutibles.

- Georgi, Raf. Acompañad a Sarah y a Wasabi, y ayudadles en lo que sea necesario.

Un médico y un científico haciendo el trabajo de los ingenieros... Pero no es extraño. Todos vosotros tenéis un profundo entrenamiento espacial, y conocéis las bases del funcionamiento de gran parte de los dispositivos de la Estación. En esta mole de metal a más de 400 km de altura, con tan solo 6 tripulantes, todos los presentes deben ser útiles en caso de necesidad.

-Da. Al menos en el próximo viaje volveremos nosotros.- murmura Georgi mientras cruza un pasillo para encontrarse con los prçoximos "exiliados". El médico no era partidario de las largas estancias en el espacio, sabía que si uno pasaba demasiado tiempo arriba más tarde lo pagaba con problemas óseos y musculares, incluyendo temas coronarios; y eso no le hacía ni pizca de gracia.

-Voy yendo.- dijo por el comunicador para que Padalka lo oyese.

Ukio está ya en el módulo Zarya, esperándote para accionar los mecanismos de movimiento de la estación. El astronauta tiene activado el hilo musical, y los altavoces emiten la Serenade de Schubert. Flotando a media altura, en posición horizontal, te saluda con un movimiento de la cabeza, que hace que su cuerpo empiece a girar en el módulo.

- Georgi - dice con un fuerte acento japonés y pronunciando evidentemente mal tu nombre - mientras Sarah y Raf se ocupan de las comunicaciones, nosotros tenemos que ocuparnos del rumbo. He hecho los cálculos para volver a órbita a tiempo, pero requiere un giro demasiado brusco. Tendremos que activar a la vez los propulsores de Progress y Zvezda - la forma en que pronuncia la palabra rusa (como si añadiera una u detrás de cada Z y las pronunciara casi como si fueran S) se te hace cómica, aunque después de meses aquí te has acostumbrado a hablar con gente que no tiene ni idea de ruso -. Yo me ocuparé de los controles de Progress, tú del módulo ruso.

Se sujeta de una de las paredes del Zarya y se acerca al ordenador de control. Tras introducir unos códigos en la pantalla de control del módulo, activa ambos sistemas de propulsión. Otra de las pantallas de control muestra como título: "Zvezda Propellant Engines", y numerosos recuadros con todas las órdenes posibles para hacer funcionar los propulsores del módulo.

- Haremos girar la estación el doble de lo que deberíamos, y una vez estemos en la línea de órbita enderezaremos nuestro rumbo para mantenernos en la posición correcta. Transmite las órdenes al módulo para girar 1ºE.

Casi sin esperarte, Wasabi empieza a manipular los propulsores de Progress para orientarlos correctamente antes de iniciar la reacción de gases que dará impulso a la estructura de la estación.

"Joderrrrrr...." piensa Georgi mientras teclea lo más rápido que puede y toca aquí y allá la pantalla táctil para efectuar el giro a tiempo. Siempre le había molestado un poco la celeridad de Wasabi, y en casos como este le hubiese gustado tener al menos un segundo para enterarse bien de lo que tenía que hacer. Los ingenieros rusos solían ser más calmados, asi que suponía que ese era el comportamiento típico de los japoneses "Y por eso han perdido en la guerra".

"A ver si te gustaría que te hiciese las curaciones a las carreras... aunque tal vez si te guste" pensaba Georgi resignado, a ver si la próxima tripulación era más calmada...

Notáis un ligero movimiento de la enorme estructura, y la Estación Espacial varía su rumbo. Los giróscopos registran el giro y la variación del rumbo, y en un momento establecéis la ruta calculada por el ingeniero japonés. Durante un instante, que no dura más que el aleteo de un colibrí tienes una extraña sensación. Como si algo no fuera bien. Como si el cambio de rumbo también fuera a llevar a un cambio más drástico. Quizá sea debido a la acción tan precipitada, sin haber tenido siquiera tiempo de digerir las órdenes.

La pantalla de control se apaga un instante, y después vuelve a encenderse, mostrando las medidas de los sensores de la estación. Todo parece estar perfecto. El rumbo que indica es el que había predicho Wasabi, y si sus cálculos han sido correctos, en menos de 3 horas estaréis de nuevo sobre la órbita correcta. Pero no puedes quitarte de la cabeza ese momento de incomodidad.

Shauri Ravmanujan dejó lo que tenía entre manos, que no era mucho en aquellos momentos. Las últimas mediciones sobre rayos cósmicos no habían arrojado datos relevantes y, para colmo, la inoportuna pérdida de comunicación con la Tierra suponía una traba para el experimento.

Sin embargo, el viejo sueño científico de obtener pruebas concluyentes de la existencia de la antimateria seguía ahí, latente en el interior de Raf, que no cejaba en encontrar algún resquicio, algún patrón entre los millones de datos que captaba el espectrómetro. En su fuero interno sabía que lo conseguiría algún día y no se dejaba caer en el desánimo. El modelo matemático más perfecto conocido del universo incluía las antipartículas. Él mismo había colaborado a perfeccionarlo y sólo faltaba la maldita prueba empírica que lo demostrase. Sin embargo, el saber que iba a haber un relevo y que eso acercaba el momento del suyo propio y de su desalojo de la ISS, no le hacía ninguna gracia.

- Allá voy. -contestó, sin perder su eterna sonrisa. Aleteó levemente y se movió en la ingravidez, dispuesto a ayudar en las "chapuzas", como él llamaba a aquel tipo de tareas. Al fin y al cabo, gran parte de su jornada, por una causa u otra, era colaborar en ellas.

Sarah ya te está esperando en el Nodo 1, y te la encuentras ataviada con parte del traje presurizado para paseos espaciales.

- Ah, ya estás aquí, Raf. Mientras Georgi y Wasabi se ocupan de mover este cacharro, voy a salir un momento para instalar un nuevo amplificador para la antena de comunicaciones. Así, si no llegamos a nuestra trayectoria, al menos nos aseguraremos una potencia suficiente de radio para contactar con la Soyuz. Tendrás que guiarme con el brazo robótico. Cuando esté anclada a él, te haré una señal. Tendrás que moverme hasta el segmento S3 para instalar allí el amplificador de radio.

Notas el cansancio en su rostro, pues no ha podido dormir prácticamente nada desde que se perdió la señal de radio. Ni siquiera cuando la recuperásteis. Ha estado durante horas frente a la pantalla de su ordenador comprobando una y otra vez los registros de los sistemas de control de la estación, en busca de de una pista que le pueda decir por qué se apagó todo súbitamente. Y todo sin ningún resultado.

- Baja de nuevo al Nodo 3 y espera desde la cabina Cupola para observarme desde allí.

Tras esto, abre la compuerta del Airlock, el compartimento presurizado para la salida al espacio exterior, y la cierra tras ella.

- De acuerdo Sarah, como usted mande. -contestó Raf- Después de que haga eso, debería descansar algo, se le vé agotada.- le recomendó, algo preocupado por la apariencia de la chica.- Y hacer que el 'doctorr' le eche un vistazo. -trató de animarla pronunciando aquella palabra con el acento que Georgi tenía. Resultaba cómico que el indio se pusiese a imitar a los demás, siendo que el suyo también era un acento marcado.

Después hizo lo que le mandó la ingeniera. Volver a Nodo 3 y entrar en el habitáculo panorámico conocido como Cabina Cupola. Se acomodó y se maravilló por enésima vez con la contemplación del planeta azul, su casa, que se le ofrecía en todo su maravilloso explendor. Como el espectador que espera el comienzo de la película, el científico esperó la salida de su compañera embutida en el traje de astronauta.

Observas desde la cúpula la apertura de la compuerta al exterior, y la mujer sale al espacio exterior embutida en su traje espacial, con el amplificador sujeto con uno de sus brazos, y un estuche con las herramientas necesarias para trabajar, debidamente amarrado a su traje. Se aferra al asidero del Airlock, y se propulsa con fuerza hacia la plataforma del brazo mecánico. Tras el salto, perfectamente calculado, se agarra a la estructura móvil. Con cuidado, engancha un mosquetón al soporte del brazo, de forma que no pueda precipitarse al vacío espacial por error.

Sarah se gira hacia ti y te hace un gesto con la mano. Después señala el segmento al que tienes que acercarla, y te da la espalda para visualizar su objetivo.

Le vio dar el salto milimétricamente calculado y llegar hasta el brazo mecánico. Le vio anclarse cuidadosamente y girarse hacia él, dándole el okey con la mano.

Raf tenía delante suyo el panel que gobernaba el brazo. Movió un par de interruptores, pulsó algunos botones y agarró la palanca, con pulso firme. Inspiró aire y se concentró en lo que iba a hacer. No entrañaba ninguna dificultad, pero no le gustaba tener que hacerlo. Nunca acabaría a acostumbrarse del todo.

Movió el mando, y comprobó visualmente cómo, en el exterior, el apéndice mecánico le obedecía. Diestramente lo fue dirigiendo hacia su destino, el segmento S3, mientras comprobaba en los indicadores que no hubiese ningún problema.

Una vez cerca de la plataforma de acero exterior, Sarah extrajo con cuidado una de las herramientas. Posicionó el amplificador en su sitio y comenzó a anclarlo al segmento S3. Una vez fijado en la plataforma guardó la herramienta y se dedicó a conectar los cables necesarios. Súbitamente, ambos veis salir del módulo Progress y el Zvezda los gases de nitrógeno utilizados para la propulsión de la Estación. La enorme estructura gira ligeramente, lo suficiente para que Sarah, que no estaba aferrada a la estructura metálica, quede flotando en mitad del espacio. En cuanto se repone del movimiento inesperado, se aferra al cable que la mantiene unida al brazo mecánico y vuelve a su posición.

- ¡Eh, vosotros! - dice por la radio que comunica con la estación. Su voz suena por los altavoces de todos los módulos - ¿Es que no sabéis avisar antes de mover este monstruo?

Si la estación hubiese variado su rumbo un minuto antes, cuando todavía no estaba amarrada al brazo mecánico, ahora quizá estaría flotando alejándose de la enorme estructura espacial.

Wasabi se disculpa utilizando el mismo canal de radio, aunque no logra apaciguar el enfado de la ingeniera producido por el susto.

Sarah termina de conectar los cables al amplificador rápidamente y hace un gesto con su mano para que le vuelvas a dirigir hacia la entrada de la estación.

El corazón le dio un vuelco al ver salir a Sarah despedida hacia el espacio. Fueron unos momentos tensos, hasta que pudo volver a su posición y dar la reprimenda por el sistema de comunicación.

Seguramente Wasabi habría conseguido enderezar el rumbo de la ISS, pero había cometido una imprudencia al hacerlo. Por suerte, todo había quedado en un susto. Ante el nuevo okey, Raf maniobró de nuevo el brazo mecánico hasta dejar a la mujer ante la puerta de entrada a la casa, el airlock.

- Voy a recibirla, Sarah. -dijo por el comunicador, cuando se aseguró que la chica estaba ya en el interior de la estación. Acto seguido, apagó los controles, se dio un impulso y se dirigió de nuevo al Nodo 1.

"Ya sabía yo que las prisas no eran buenas. Y menos estando solos aquí arriba" pensaba refunfuñando Georgi mientras movía negativamente la cabeza. Aunque lo suyo era algo asi como una negación resignada.

-Lo que me gustaría saber...- dijo por el intercomunicador a toda la nave -Es que fué lo que nos cortó las comunicaciones y nos alteró el rumbo.-

Y es que Georgi tenía esas cosas, cuando no entendía algo enseguida se refugiaba en que era médico y no astronauta/piloto/ingeniero/loquefuese como para saberlo.

- Más me gustaría a mi saberlo, Georgi. Lo único que se, es que parece que ahora funciona. Y con este amplificador que acabo de instalar espero que no tengamos problemas con los tres hombres que vienen en la Soyuz. Ahora, cuando entre, quiero que me eches un vistazo, desde ayer no me encuentro muy bien. Y tú, Wasabi - dice dirigiéndose al japonés -, como se te ocurra volver a hacer esto una vez más, te juro que te saco aquí fuera sin traje presurizado.

Sarah se sujeta al airlock, y se introduce dentro del módulo. Se escucha el sonido de la compuerta exterior cerrarse y cómo se presuriza de nuevo el pequeño espacio. Una vez entra en el Nodo 1, sigue hablando, sin usar ya la radio. Puesto que el espacio que separa el Nodo 1 de Zarya está abierto, ambos la escucháis.

- Gracias - dice a Raf cuando le tiende la mano para entrar en el Nodo -. Bueno, con esto deberíamos tener suficiente potencia para transmitir señal a unos 800 km, suficiente para recibirles y que nos escuchen estén donde estén.

Viendo que la cosa parecía restablecerse sola, Georgi se acercó hasta Sarah y, extendiéndole la mano mientras flotaba en el pasillo le dijo con una sonrisa:

-Por aquí señora. Me ha dicho mi enfermera que tiene usted cita en mi consultorio.-

Raf había ido a recibir a la ingeniera hasta la puerta del airlock y, con un gesto caballeroso, le ayudó a entrar en la estación.

- Me alegro de que haya solucionado lo de las comunicaciones. Es usted un genio. -le dijo con una sonrisa, fijándose otra vez en los rasgos de su cara, que denotaban su agotamiento.- Ahora debería ir con Georgi y descansar un poco.

Entonces se dirigió al médico, quien ya se ofrecía a atender a Sarah, intrigado por la maniobra de la estación espacial. Al no estar Wasabi presente (*), decidió preguntarle a él.

- ¿Habéis conseguido corregir el rumbo, Georgi? -a ver si, ahora que el problema de comunicación estaba medio resuelto, también lo estaba lo de ubicar la ISS en la órbita correcta.

-Si.- respondió el médico -Wasabi ha hecho la maniobra desde el módulo y yo he asistido con los propulsores desde la Rodina ⁽¹⁾, así que parece que ya está.-

- Gracias por la ayuda, chicos. Ya podéis volver a vuestras tareas. 

Gennady era, ante todo, un hombre agradable y muy agradecido. Se impulsó hasta el centro del Nodo 1 para dirigirse hacia el módulo Zarya, camino de los laboratorios rusos.

- Cuando tengamos contacto con la Expedición 35 nos vemos de nuevo. Mientras tanto, disfrutad de la tranquilidad de la estación. Sarah, tú descansa. Se te nota el trabajo de estos dos días en el rostro. Y todavía te queda el viaje de vuelta a la Tierra, que no es lo que se dice cómodo.

Desde el estrecho pasillo que separa las secciones americana y rusa, Gennady os hace un saludo con la cabeza.

- Si necesitáis algo, estaré en los laboratorios.