Partida Rol por web

El fuego magico envolvió una gran parte de la sala. Y aunque Kal El se encontraba en el centro de todo, su fuerza de voluntad y resistencia innata se sobrepusieron a la debilidad que sentia por aquella extraña energia. Cuando las llamas se extinguieron, y para asombro de Meleketh, estaba intacto.

Por desgracia los demás integrantes de la habitación no habían tenido tana suerte. Cuerpos carbonizados estaban por doquier. Sólo se habían salvado dos personas que no habían sido alcanzadas, y miraban la escena con terro en los ojos.

 Miré furioso al criminal, mientras le gritaba, en kriptoniano, a la vez que flotaba lejos de su alcance y en dirección contraria a la de los supervivientes, alejándome, para evitar que salieran heridos:

 - ¡ASESINO!

 Entonces mis ojos brillaron con mayor intensidad y le lancé mi Visión Calorífica.

La furia y frustración de Kal El se reflejaron en su poderoso ataque. Su visión calorífica habría derretido incluso un bloque de promethium.
No obstante Meleketh no hizo más que reirse. Para acabarlo de arreglar, las heridas que parecia tener se esfumaron.

Jajajajajaj.
Vaya, vaya. Muchas gracias por curarme. Si lo que querías era aliarte conmigo haberlo dicho antes.
Mi amo seguramente querrá tratar con un Kryptoniano. Tengo entendido que son muy escasos.

Tras esto, se lanza volando a por los restos del maletín que sostiene una de las figuras calcinadas.

 Furioso, me lanzo a toda velocidad contra él, dispuesto a borrarle esa sonrisa de su cara a puñetazo limpio, sin dejarme distraer por su palabrería y su perturbadoras palabras...

Tenía la respuesta que necesitaba esas cosas estaban matando así que decidido me dirigí a la ventana de esa zona para echar un vistazo justo antes de entrar por la misma.

Antes de hacer un estropicio pretendía cerciorarse de que estaban muriendo los científicos, tenía la sensación de que eran estos los que estaban experimentando con esas criaturas y matándolas…

Hal entró en la sección que indicaba el anillo justo a tiempo de ver una imagen un poco dantesca.

La sala tenía las luces de emergencia encendidas, aunque no se oia ninguna alarma. Estaba llena de equipo electronico y computadoras, y desperdigados por el suelo había seis cuerpos con un agujero humenate en el pecho. Más o menos por donde estaría el corazón.

En mitad de todo había un portal como el que había aparecido en Central City, y caminando por el mismo una mujer que te miró y te mandó un beso con la mano antes de desaparecer. No pudiste evitar darte cuenta que llevaba consigo una caja extraña.

Mientras Meleketh seguía sonriendo con el maletin en la mano, Kal El sintió crecer su furia aun más. Su enemigo se estaba recuperando de sus heridas, y encima tenía lo que parecia haber venido a buscar.

Superman se avalanzó contra él y con todas sus golpeó con todas sus fuerzas. El escudo magico trató de detener el golpe, pero nuevamente se quebró ante la fuerza ejercida. El puño del kryptoniano dio de lleno en el estomago del villano y este resopló dejando caer todo lo que tenía mientras volaba por toda la habitación hasta incrustarse en uno de los aparatos que había.

Esta vez no se levantó. Parecia que todo había acabado.

 Cogí el maletín y los inspeccioné, usando mi visión de rayos x, para ver si tenía algún tipo de dispositivo rastreador, ya que quería llevármelo y no quería que me siguieran. Luego me acerqué a mi enemigo caído y le "até", envolviéndolo con vigas de acero y inmovilizándolo, atando sus manos por detrás. Finalmente me dirigí a los científicos supervivientes y le pregunté, con amabilidad, ya que ya habían tenido suficientes emociones por hoy:

 - Hola, ¿se encuentran bien?. ¿Puede decirme, si fueran tan amables, de contarme lo que ha pasado aquí?.

Kal El se apresuró a sujetar a su enemigo no fuera que se despertase. Cogió partes del aparato donde se había estrellado y lo aplasttó para formar algo con lo que aprisionarle. Aunque no sabía si lo podría retener, ya que parecia fuerte.

Luego recogió el maletín que quería Meleketh y se dispuso a inspeccionarlo. Pero todavía estaba intentando averiguar qué era cuando aparecieron unos viejos conocidos de Kal. Al parecer eran las fuerzas de seguridad de LexCorp.

Alto. Está en una propiedad privada, preparesé para ser detenido y mantenido en custodia hasta que lleguen las autoridades.

Eran cinco.

 Miré a los BattleSuits LL con una gran sonrisa, sin soltar el maletín:

 - Claro... Cuando vosotros me devolváis lo que me robásteis, ladrones.

 Entonces salí volando a máxima velocidad, por donde había venido, para ir a la ciudad escogida como punto de encuentro, volando a ras del suelo, para evitar ser detectado por ningún radar. Por el camino pensaba inspeccionar el maletín, para asegurarme de que no tuviera un transmisor o cualquier cosa rara...

Kal El había derrotado a un enemigo poderoso, y había logrado recuperar algo que quería. Por  lo que podía sentirse contento. Esperaba que sus nuevos amigos lo hubieran tenido más facil que él.