Partida Rol por web

Orin lanzó su golpe , confiado, parecía guerreros de la superficie, no le resultaría difícil librarse de ellos, o al menos eso pensó hasta errar el primer golpe, bien es cierto que su lanzada no fue tan precisa y potente como las que aplicaba a enemigos que consideraba dignos, pero no esperaba de todos modos que su rival lo esquivase, no estaba carentes de cierta destreza. "Muy bien, subiremos el ritmo pues, no es correctó dejar que unos visitantes como aquellos se lleven una mala impresión." Mascullo para sus adentros, pensando en que esta podía ser una ocasión tan buena como otra culaquìera para desahogar toda su frustración.

No los volvería a subestimar.- Rendíos, profanadores.- Dijo severo acompañando sus palabras con otra lanzada más potente y veloz.

Esta vez, el rey de Atlantis ensartó a su enemigo. Este no pudo hacer nada contra la precisión y la fuerza del soberano.
Al sacar el tridente del estomago del villano, este no pudo hacer nada excepto tratar de no ahogarse. Desde luego no iba a ser una amenaza.

El otro parecia asustado, disparó nuevamente a Orín, pero el ataque fue facilmente esquivado por este. El hombre parecia pedir ayuda. A pesar de estar bajo el agua, las agudas percepciones del monarca las captó sin problemas.

Socorro. Tenemos un hombre aquatico que acaba de cargarse a McBride. Necesito ayuda. Repito. Necesito ayuda.

Orin resoplo moviendo un poco de agua frente a sus labios. ¿Eran piratas, invasores, ladrones?, quizás ninguna de esas cosas, y él necesitaba acuciantemente alguna respuesta. Levantó su tridente, y marcó la distancia entre los dos con su arma, en una postura defensiva más que amenazadora. Por unos instantes pensó en parlamentar con ellos, pero sin duda los refuerzos llegarían pronto para estos invasores, y en vista de la rapidez con la que se aprestaban a invadir sus dominios sin explicación, y con qué belicismo lo hacía, juzgó que sería mejor dejar un par de hombres heridos de los que otros tuvieran que preocuparse y no él, ya obtendría sus respuestas tras la lucha.

Con una mirada capaz de helar el mar, lanzó otro golpe, y con frialdad pregunto.- ¿Que hacéis en aguas de la soberana Atlantis?, responded y nadie tendrá que morir hoy aquí.- Hablo con fuerza, con más fe de que lo escucharan por el comunicador que portaban los extraños individuos, que de que estos, malheridos , pudieran contestarle.

El villano no pudo hacer nada por evitar la acometida de Orin. Y acabó malherido al igualque su compañero.
Estaba claro que no podrían contarle nada, y pese a que parecian tener algún tipo de comunicador, no estaba seguro de que le pudieran escuchar los del otro lado.
Lo que estaba claro es que a él si que le habrían escuchado.

La cuestión ahora era qué hacer a continuación. Seguir por las cuevas o salir de allí.

Orin se concentró en los animales cercanos de la zona. Los más grandes que localizase, y los llamó.

Esa habilidad no la conocia mucha gente en Atlantis, pues ya bastantes detractores tenía como para que encima creyese que estaba maldito. La descubrió siendo niño, precisamente en estas cuevas, y su madre le había dicho que era una bendición.
Gracias a Vulko había descubierto que su herencia genetic era más rica que la de los Atlantes corrientes, por lo que disponia de más habilidades que estos.

Ahora era muy util para llamar a unas ballenas jorobadas que viajaban por la zona. Las hizo colocarse en la entrada de la cueva y que se quedaran allí jugando. Eso impediría que entraran refuerzos desde ese lado.

Agarró a los dos tipos que se estaban desangrando y se adentró en las cuevas.

Al entrar en lo que el recordaba que eran las cavidades más grandes, su corazón dio un vuelco. estaba todo destrozado.
Se había ocupado de que todo estuviera como él lo dejó. Algunos objetos personales, casi todos de su infancia, y algunos recuerdos de su madre. Le gustaba volver a este lugar, yq uería que fuera un lugar comodo al que volver.
Ahora estaba todo por los suelos, y revuelto, como si buscaran algo.

Dejó a los dos guardias en esa zona y se adentró en las camaras profundas. Podía percibir el camino que habían seguido los vandalos.

Les haría pagar lo que habían hecho.

El mar había respondido a su llamada, como siempre que el le pedía ayuda, y pronto las ballenas dieron buena cuenta de evitar que más maleantes llegasen hasta s augusta presencia sin más. Avanzó por la cueva cauto, sujetando a los invasores de modo que le resultase sencilla convertirlos en escudos humanos si se veía sorprendido nuevamente. Y en más de un sentido si que se sorprendido al ver el estado de su amado santuario personal, profanado, violado, esas dos palabras se le clavaban como agujas en el cerebro, y el rey Orin tubo que apretar bien fuerte sus mandíbulas para evitar partir por la mitad a sus rehenes solo por el mero hecho de atribuirlo a alguien tan felonía.

Apartó a un lado a sus inconscientes victimas, sabedor de que el alivio de pagarla enteramente con ellos apenas sería un consuelo pasajero, y decidido partió al interior de la gruta tridente en mano, haciendo gala de cuanto sigilo era capaz, y deleitándose mentalmente con la imaginaria muerte del perpetrador al mando de todo aquel caos.

Orin se adentró en las camaras profundas con mucho cuidado de no hacerse notar, aunque imaginaba que habrían escuchado el aviso del guardia de fuera.

Sus sentidos le decian por donde tneía que ir, un zumbar constante le decía que estaban más adentro. Lo que le sorprendió fue elq ue no se tuviera que dirigir a las zonas de dormitorios. Sino a una sala cerrada que usaban de almacen. No recordaba que hubiera allí nada de valor.

A medida que se acercaba el zumbido era más fuerte y justo antes de llegar a la sala vislumbró una figura parapetada apuntando en su dirección, pero esta no parecia haberle visto. El ruido venía de algún sitio detrás de ella.

Orin se lanza a toda velocidad a por el vigía, este apenas ve un borron en el agua cuando tiene de repente al rey de Atlantis encima suyo. Sin poder decir nada se encuentra agarrado por sus fuertes brazos.

No obstante lo que ve en la sala casi le hace  que se olvide de su siguiente acción.

En lugar de una sala vacia para almacenar, ahora hay un boquete en la pared más grande. Dentro de esa sala Orin puede ver como hay más hombres de esos, y algo más. Una especie de altar. aunque no sabe bien que es. Además de que no puede verlo bien desde donde está.

El zumbido que estaba escuchando parece provenir de una extraña maquina que está también dentro de esa camara.

Orin salio de su escondite con veloz furia. "¿Quien son estos mequetrefes, estos insectos que osan profanar suelo soberano de Atlantis?", se preguntaba el monarca, ahora furibundo, mientras en una mínima fracción de segundo recorría la distancia que lo separaba del centinela y hacía por agarrar a este del cuello, dispuesto a inmovilizarlo.

Tamaña fue su sorpresa al ver como otra de sus cámaras había sido profanada más allá de toda razón, las paredes de su infancia destruidas, y su suelo violado por estos alfeñiques. Por un instante pensó en romper el cuello que asía, pero estos maleantes cada vez era menos dignos de una muerte rápida, y con cada acto, con cada gesto , se alejaban más y más de su supervivencia.

Orín examinó un instante a los sorprendidos invasores, y se dispuso a atacar, sopesando esta vez su nivel de contención.

Esta vez sin tratar de contener su furia, Orín lanza al vigía que tenía agarrado por el cuello contra dos de sus compañeros que todavía no le habían visto. Logró pillar a dos desprevenidos que no pudieron hacer nada por zafarse del misil humano que les venía encima. Los tres esbirros quedaron inconscientes del golpe.

No obstante el otro que quedaba se giró y atacó al Rey de Atlantis. Estaba claro que a pesar de todo eran profesionales. Aunque sus armas no. Ya que le explotó en las manos dejandolo también inconsciente.

Dentro de la sala podía escucharse el ruido de la maquina y algo más.

Menuda suerte XD. Entro en la sala con bastante precaución oks?, ahora mismo no puedo postear, así que lo haré a la noche, con lo que tu me digas, o con lo que ya ha pasado, de momento te dejo mi tirada de percepción.

Un saludo.

Jajajaja, toma otro 20, que perceptivo que es Aquaman XD.

Entras en la sala rápidamente, sin miedo. Como es propio de tí. En ella ves los cuerpos de los 4 villanos acuaticos que te han estado atacando. También ves la maquina que han usado para entrar, parece una especie de cañón. Aunque no identificas el tipo.

Justo en el centro de la sala, que es bastante más grande de lo que hubieras creido en un principio, hay una especie de estatua bastante desgastada. Y justo a sus pies ves una figura que parece difuninarse con la oscuridad. Pero la visión acuatica de Orín te permite verla perfectamente, lo cual seguramente te salva la vida. Ya que desde sus ojos surgen unos rayos rojos que pasan cerca de tí.

Desde luego. Cuando mis hombres me dijeron que les había atacado un hombre acuatico (a aprtir de ahora usaré Aquaman), había decidido despellejarlos, pero parece ser que tenían razón y todo.

Voy a tener que viajar más por estos oceanos para ver la fauna local.

Despues de matarte claro.