Partida Rol por web

Ya te tengo, tonta.

Ande manteniendo el rostro compungido. No tenía miedo de aquella mujer, sabía muy bien lo que quería de ella en adelante.

- ¿Y..yo? -lleve las manos a mi pecho con un gesto asegurandome de que se trataba de mi a quien su voz llamaba. - Mi... Mi nombre es Katarina- repliqué mientras extendia la mano con un ademán de duda, como si no supiera que hacer, como si me intimidara absolutamente- Encantada.- la miré como quien mira a una diosa.

Sonrió al oirte ver que cedias.

- Bien, tome el mazo y cortelo en tres, luego elija una sola de las tres pilas, luego la segunda de las que restan y la ultima de la que quede. Pero no las levante, solo arrastrelas al centro de la mesa. -esperó tranquila observando tus movimientos.

Valerio accedio, ya se habia metido en el juego y no tenia otra cosa que hacer, por lo que tomo el mazo de cartas, lo dividio en tres partes y fue eligiendo y llevando al centro de la mesa cada uno de ellos, luego miro a Lorael sin levantar la mano del ultimo monton de  cartas.

- Ahora veamos que me puedes decirme sin alarmarte....

Ciertamente, si era buena en lo que hacia, Valerio esperaba que diera con alguno de los temas que le habian nombrado en el Eliseo, su mano paso por su pecho recordando la marca que llevaba y quien se la habia realizado.

Lorael volteó una por una las cartas de la mesa. Una era la rueda del destino, otra el diablo en la torre invertida, no volteó la última puesto que ya estaba sorprendida con las dos primeras. No obstante, no podría hacer la lectura si no la revelaba.

Miro a su domitor con sorpresa. - Es posible que este un poco oxidada con el tema, amo - tomó la última carta y la volvió sobre la mesa. Era el ahogado invertido.

La ghoul miró las cartas una a una, mientras guardaba silencio meditando al respecto. Su rostro demostraba confusión o quizás no creía lo que estuviera viendo.

- Es posible, que esto no tenga sentido. Habla de ser tocado por el innombrable, de una especie de maldición que pronto cobrará sentido. Luego dice que usted caerá en embravecidas aguas, aguas oscuras y frías. -tomó las cartas y las guardó- ¿No se referirá a... nuestra actual situación, no? - murmuró encogiéndose de hombros- No sé nadar.

Valerio parecía contraer su rostro ante cada carta y peor aún cuando Lorael le dijo su significado. 

- Cuantas veces has fallado con tu lectura la vida?

Espero unos segundo y luego se corrió el arapo para mostrar la marca en su pecho.

- Espero que no me acompañes en mi futuro, porque no se como haré para salvar tu cuello si ambos somos tirados a las aguas, espero que las cartas esten equivocadas. Sin embargo no estaría mal buscar algún lugar en este barco donde no estemos tan expuesto como en esta habitación.

El  gangrel miró hacia la puerta y luego se paro y acerco a la misma con paso sigiloso y apoyo la oreja en esta esperando escuchar algo del otro lado, luego se volvio para mirar a su compañera.

- Ya deja de llamarme de esa manera, no me agrada...

Volvio sobre sus paso a la mesa, pero no tomo asiento.

- Porque no vamos a dar una vuelta.

Se quedó callada un rato y luego te respondió.

- ¿Qué? No soy muy experta, no- murmuró mientras guardaba los naipes. Se levantó tomó su pequeño morral, se cambió de ropa tratando de abandonar ese incómodo atuendo de fiesta que no le gustaba para nada. Volvió a tomar su morral y te siguió- ¿A dónde vamos?

Valerio asintió con la cabeza al ver como Loael se cambiaba y  tomaba su morral para seguirlo.

- No se, no conozco mucho de estas cosas, pero salgamos de aquí y busquemos un lugar donde ninguno de todos estos se le ocurra buscarnos, por lo menos hasta que lleguemos a  tierra firme. Vamos...

Se acerco a la puerta, apoyo su oreja contra esta escuchando a ver que se podría encontrar del otro lado, de no escuchar nada, abre lentamente y mira en el pasillo antes de salir y hacerle una señal a su compañera para que lo siga.

Ambos descendieron hasta colarse por la zona de carga de barco. Dentro había enormes cajas de madera acomodadas y atadas con gruesas sogas, en donde seguramente estaría el equipaje y frivolidades de la mayoría de los tripulantes.

Lorael se sentó en una de las cajas y empezó a comprobar su propio equipo que tenía atado en su bolsa de piel. 

Katarina, se encontraba frente a la cainita que estuvo a punto de abrir los labios para replicar cuando de pronto una potente embestida seguida de un estruendo provoca que el barco se tambaleé. El rugido de un cañon es seguido de una penetración de una bala de metal al barco que desata el fuego sobre cubierta.

El barco súbitamente se inclina, posiblemente en lo que Katarina reconoció en un intento de hacer una táctica evasiva. 

- ¡Las barcas de descenso, Valerio!- chilló Lorael poniendose en pie de un salto.

No lo pienso ni dos segundos, en el instante en el que siento el primer tambaleo es hora de irme. No importa cuantas ganas tuviera de fastidiar a esa cainita. Mis pies salieron corriendo hasta la zona de los botes para ir a la costa. Aunque fueran viejos trastos de madera seguro que servirian para bajar por la borda.

Corrí hasta donde los habia visto la ultima vez que hice la pesquisa de la nave cuando subi de polizona. Al llegar estaba el problema encontrar como bajarla y tirarla al mar sin dañarla.

El gangrel miro a todos lados, en busca de un camino a seguir. Tomo a Lorael de la muñeca y la subio a su espalda, luego comenzo a buscar un camino que lo llevara hacia lo que imaginaba estaba nombrando su compañera.

- No se de lo que hablas, pero tenemos que salir de aquí!! Guíame...

Mientras se movía teniendo todos sus sentidos a flor de piel para evitar caer o ser tomado por las llamas. 

- ¡Izquierda! De frente... -una persona casi los embiste- ¡Cuidado! ¡Ahi está! - Lorael señaló un bulto largo cubierto de lona. De repente una sombra negra, saltó con una tremenda agilidad y empezó a hacer algo sobre las cuerdas.

Al acercarse Valerio pudo divisar la figura esbelta de la mujer que antes lo arribara intempestivamente en la cubierta. El barco de madera era gigante y se estremecía en cada movimiento de un mar que de pronto se había embravecido furioso.

Katarina, tenía unas manos hábiles y pronto hubo desatado los nudos de un lado del bote, al girarse para proseguir con el otro lado se encontró con la mirada de Valerio y en su espalda una muchachita rubia simpática. La misma de antes.

Un nuevo estruendo reventó en sus oídos y hacia creer que el barco zozobraría.

Valerio miro a la vástago y acelero el paso, si tenia que pelear, estaba dispuesto a hacerlo. Corrió a toda velocidad con Lorael a su espalda, esquivando gente, maderos y todo aquello que le estorbará hasta llegar a donde le habían indicado.

Miré fijamente al vástago, pensé en alejarlo pero al final podía ser una complicación y no tenia tiempo para complicaciones. Ni las queria tener.

- ¿Te vas a quedar ahi mirando? Estas cosas se bajan de dos- grité al tiempo que intentaba desanudar el otro lado de la soga.

Las palabras de Katarina llegaron hasta Valerio como un estruendo, pues tenía sus sentidos a flor de piel para evitar que cualquier cosa lo tomará por sorpresa, salto dentro de la barcaza e hizo lo mejor que pudo para soltar la soga, sus manos, no eran muy hábiles, pero si eran fuertes.

Lorael, que se había bajado de su espalda se quedo en un costado de la barcaza bien agarrada observando a la otra mujer, con desconfianza.

Sentí la barcaza tambalearse y juraria que por poco caigo. Pronto amanecerá guarda la cobertura para cubrirnos del sol y espero que tu mascota tenga comida, no se cuanto estemos a la deriva -corte la cuerda y sosteniendola junto a Valerio empecé a dejarla caer por la borda a toda marcha, rogando no caer de cabeza, romper el bote o algo peor.

Ambos se suben al pequeño bote de incursiones y con facilidad Katarina logra cortar la soga que sostenía la embarcación. Una acción desconocida hace que ambos se vean halados hacia el suelo de madera, mientras el bote cae al agua y se estrecha precipitadamente entre el fuerte oleaje que surcaba la noche.

Absortos pudieron ver la forma de un gigantesco barco de apariencia fantasmal. Conquistar y surcar el agua, mientras los miles de ojos que se alzaban de su costado, abrian furiosas bocas de fuego.

¡Cañones!- chilló Lorael mientras se tiraba abajo, como si pudiera ponerse a cubierta.

Me quedo estupefacta mirando aquel barco que parecia fantasma, tomo un remo y el otro y empiezo a alejarme a brazadas de ahi. No pensaba quedarme a ver el espectaculo, seguro que no era nada bueno. 

Miro las estrellas y trato de guiarme, no sabia donde estabamos pero si sabia que estrella seguir, reme y reme hasta alejarme de ahi sin decir nada al calvo a la mortal.

Ambos eran un estorbo con los que ahora tendria que cargar.

Valerio no tenía ninguna idea de como se debía comportar uno en el mar, pues no era un marinero ni animal de agua, pero tenia sus musculos y una voluntad enorme para seguir adelante, dejo a Lorael donde se encontraba, pues parecía estar segura y se acerco a Katerina.

- Deja que haga yo ese trabajo, tú solo guiame hacia donde debemos ir.

Mientras observaba lo que esta estaba haciendo la mujer con aquellos instrumentos que servían para impulsar la embarcación.

Las embravecidas aguas los zarandearon mientras miraban estupefactos unos enormes cañones salir por las culebrinas del barco forastero. 

Un estruendo ensordecedor les avisó del inicio de una contienda en la que probablemente tuvieran las de perder. Lorael se sostenía firmemente a Valerio, trataba de no asustarse para no tragar agua.

La pequeña lancha se había volteado pero flotaba bien y era posible asirse a ella. Lo malo era que empezaba a moverse hacia los dos barcos. 

Perdieron la nocion del tiempo, del lugar, el conocimiento. Hasta que se encontraron varios días despues flotando a orillas del mar. 

En un lugar que no se les hacia para nada familiar.