La puerta se abre y en el umbral se encuentra el amable muchacho pelirrojo, parece apretar entre sus manos una vieja gorra de tela azul que ya le has visto usar sobre su cabeza antes.
- Lady Elinor, yo... -no te mira a los ojos y en vez de eso, mira a ambos lados antes de aventurarse a ingresar a tu alcoba que se encuentra bien recubierta de los prontos rayos de luz del día que esta por asomarse e iluminada tan solo por la luz de un par de velas. Pone ambos pies dentro y cierra la puerta tras de sí. Esta bastante nervioso y su respiración es agitada, de un momento a otro empieza a caminar y abre la boca como para decir algo pero luego se queda callado - Es... es... mi maestro... -dice tartamudeando - creo que ocurrirá una desgracia... - y tras ello cae sobre sus rodillas en silencio.
El barco donde venia ha sido atacado por otra embarcación endemoniada hablo a duras penas estoy muy cansada y no se nada del pelado fortachon y de su juguete mortal he logrado llegar pero mi compañero y su... hermana se han quedado atrapados en el agua, cerca de los peñascos El dia está por llegar, temo que sea muy tarde
Elinor toma el rostro del chico con ambas manos y alza la vista de este, ¿porque dices eso? eres un fiel sirviente y le has procurado todo lo necesario, ¿que has notado con tu amo que te hace temer?
Kavi permaneció unos segundos en silencio – Y que estamos esperando? Señala el lugar y si puedes moverte seras de gran ayuda – Comento mientras buscaba a Julian – Hey Chica fuerte – Sonrio de lado – Es tiempo de trabajar como en los viejos tiempos -
Julian pasa el brazo debajo del maltrecho cuerpo de la cainita de cabellera rojiza quien reune fuerzas pensando en todo aquello que ha dejado atrás. El ravnos avanza junto a ellas divisando el lugar que señalaba la naúfraga cada cierto tramo.
Al llegar a la orilla la mujer señaló un peñasco en donde el mar golpeó fuerte hasta levantar una capa de agua blanquecina. La ola retumbó fuerte y salpicó la costa y el rostro de los cainitas.
La cabeza de una mujer rubia sostenida con fuerza por un fuerte brazo fue lo primero que se dejó ver cuando se retiro el mar, tomando fuerza para golpear nuevamente la costa. Valerio sostenía a su ghoul, lo mejor que podía sin saber si aun estaba con vida o no. Con la mente confusa por el ataque, el remolino en el agua y el naufragio de la embarcación en donde se transportaban.
Al levantar la cabeza pudo ver a Strauss sostenida a una mujer que ya habia visto en roma, junto al ravnos que también habia visto en aquella ciudad.
A lo lejos el cielo empezaba a clarear con horror todos pudieron notar lo cerca que estaba el amanecer.
Tendrían que moverse rápido.
Recapitulemos:
La voz zumbó en tus oídos
Falta poco para la llegada del día, busca un refugio y acomódate. Mañana pasarán por ti y conversaremos sobre esta entidad que dices el lazo se rompió y ganaste nuevamente los dominios de tu mente.
Notas de juego: Está por amanecer, faltará poco menos de un par de horas
De pronto la puerta de tu refugio sonó, el rastro de unos nudillos anunciándose con fuerza, tocó con insistencia hasta que una voz rasposa y cansada se dejó oír al otro lado:
- Necesitan de tu ayuda, no encontrarán cobijo. Ayudadlos, Dobroslav de Hudec, el amanecer está por llegar. Se los tragará y los hará cenizas. -era la voz de Priscus, el callado, meditabundo y ausente vampiro estaba al otro lado de la puerta.
Bueno, depende de ti. Si se mueren o si viven. 0:)
Una de sus manos rápidamente sostienen la tuya
- Flavio -susurra, como si estuviera pronunciando un nombre secreto, algo que no debe decirse en voz alta. Su mirada atenta ni por un instante se separa de la tuya, está atrapada en tu historia, tus palabras son hipnóticas para la mortal quien ávida de mirar debajo del velo ha quedado prendada por el misterio que te rodea.
Theotokos, Cirilo, Teodosio, Cotieo... un crucifijo.
Seguía los sucesos en su mente con claridad, cuando mencionaste la palabra crucifijo el que ella llevaba en el cuello, el que el viejo Marcus les confiara, el que perteneciera a Rosso resplandeció súbitamente sobre el pecho de la italiana.
Ella suelta tus manos pero al instante tu las vuelves a coger al terminar tu relato.
Una lágrima se ha escapado resbalándose por una de sus mejillas. Es cristalina, salada, tibia, viva, la mortal se ha conmovido por tu historia y tus palabras.
- Tampoco quiero ser víctima de nadie, Flavio pero ya he nacido de este modo, de todas las oportunidades y ocasiones nací en la Basílica de Sant'Ambrogio en extrañeza para muchos. Se que mi padre ha renegado de mi y que ha pedido a Dios que mi vientre sea infértil para evitar que mi rebeldía y mi pecado se propaguen. Dios me prueba constantemente, justo como lo hace ahora- levanta la mano que tiene libre y toca tu rostro, tu barbilla, tus mejillas, tu frente- Tienes cientos de años y ahora puedes verme sin esas voces que dices, de todos los destinos que me aguardaban ha tenido que ponerme Dios delante de ustedes. ¿Por qué Flavio? ¿Por que me ha enviado delante de alguien que ha sufrido tanto y no recuerda quien es? ¿Por que me envía frente a ti?
Escuchaste un sonido fuerte, el resonar dentro de su pecho de su vivo corazón.
- Dios me quiere decir algo pero no puedo entender porque me ha arrastrado hacia costas desconocidas. Creo que quiere que vea y que decida algo...
Metió la mano en uno de sus bolsillos y extrajo una pluma como si fuera a escribir una carta, se acercó a una bolsa de piel y sacó un tintero. El pomo de vidrio resbaló y cayó a sus pies esparciéndose en forma de círculo alrededor de ella.
La tinta oscura y rojiza, se agrandó cada vez más, ella se quedó muy quieta como si sus pensamientos se hubiera detenido mientras sostenía el crucifijo entre sus manos pensativa.
Eneas levanta la mirada, sus ojos son transparentes, amables, genuinos en intenciones - He hecho como dice Lady Elinor, todos estos años he procurado ser un buen vasallo, un buen sirviente, un buen asistente. -asiente mientras se pone de pie- Nunca me he inmiscuido en los asuntos de mi Domitor, tampoco he opinado sobre lo que el decide hacer. Sin embargo, hace unas horas estuvo murmurando uno de los diálogos de Platón, lo se porque lo he estudiado con minuciosidad «El fuego está formado por tetraedros; el aire, de octaedros; el agua, de icosaedros; la tierra de cubos; y como aún es posible una quinta forma, Dios ha utilizado ésta, el dodecaedro pentagonal, para que sirva de límite al mundo». -tomo tus manos entre las suyas- Ahora ha desaparecido, mi Maestro no está y sus pertenencias más preciadas tampoco.
Entiendes la premura del muchacho y tambien la pesadez que tu cuerpo empieza a sentir irremediablemente por la llegada del día, que seguro ya empieza a asomarse afuera.
El monje perdió el brillo sobrenatural en sus ojos que denotaba su contacto mental con el regente de la capilla local. Con la mente llena de pensamientos, confirmó la afirmación de la cercanía del amanecer mirando hacia el cielo a través de la ventana de la posada, y de inmediato se dirigió al somnoliento encargado de turno de la posada para solicitar una habitación en la parte inferior, sin ventanas. A su alrededor, no percibió la presencia de ninguno de sus compañeros, así que se retiró a su descanso pensando en que los demás se habrían retirado ya a descansar en otras habitaciones. Ocupado como se encontraba ordenando las redomas de su valija, perdió la noción del tiempo hasta que escuchó los insistentes golpes en la puerta, seguidos por el lamento del sacerdote.
Molesto, se levantó de donde se encontraba y quitó los seguros de la puerta, para abrirla y mirar a Priscus.
- Por nuestro Señor, ¿a qué obedece vuestra imprudencia de deambular aún a esta hora?
Sin esperar respuesta, salió de la habitación para buscar, de nuevo, al encargado de la posada. Al encontrarlo, lo abordó utilizando toda la intensidad de su mirada y su inquietante presencia.
- Escuchadme, buen hombre... nuestros asuntos requieren que durante el día que se acerca permanezcamos ocultos del exterior y de la vista de los curiosos. ¿Existe, por ventura, alguna bodega en la que podamos permanecer hasta la próxima puesta del sol? Vuestras consideraciones serán recompensadas, os lo aseguro.
De haberla, Dobroslav iniciará sin demora la búsqueda de cada uno de los compañeros, junto a Priscus para conducirlos a aquel lugar. Si no existe un lugar que quede totalmente oculto de la luz solar, hará el ritual de defensa del refugio sagrado para protegerse.
Flavio observa la tinta derramarse y no puede evitar imaginar una Luna roja.
-No te preocupes Mirella. Si alguien cargará con tus pecados seré yo mismo. El motivo por el que el destino, el tapiz nos ha unido a los dos está muy claro a mis ojos.
Tu eres humana, viva, pura, y yo un muerto perdido en mi propia alma. No tengo nada que perder y tu puedes ganar el Sol. Si vuestro Padre reniega de vos es su problema. Si sus acólitos os atrapan decid que fue mi culpa, que yo os secuestré y os separé de él.
Sastre observa la tinta derramarse.
-Sea como sea, elijáis lo que elijáis, estaré a vuestro lado. Vuestros enemigos serán mis enemigos, y vuestros aliados los míos. El motivo por el que nos hemos encontrado es... no voy a permitir que vuestra luz se apague, ya sea vuestro padre, el Dragón, o quien sea el enemigo, adopte la forma que adopte en mi mente o en la realidad.
-Si esa es la Luna roja... yo seré el Sol de Medianoche.
El Sol de Medianoche... una imagen se forma en la mente del Malkavian. El Sol de Medianoche.
-No me importa a donde os lleve vuestro destino, solo se que por una vez en la eternidad me siento completo estando cerca vuestra. Ya bastantes luces se apagan en la noche como para permitir que se apague una más, llevo Siglos buscándome a mí mismo y por fin, por fin, he encontrado un momento de paz y claridad.
Sastre observaría lo que Mirella hiciera y hablarían sobre el rumbo a seguir.
Solo en caso de que Sastre la viera cómoda, le preguntaría educadamente sobre su padre o su pasado, si la ve agitada no diría nada, ya bastantes revelaciones ha tenido esta noche Mirella.
Cuando consideres nos unimos al resto, lo digo por si te es mas fácil narrarnos a todos a la vez o si prefieres que continuemos por separado, como a ti te guste más.
Corro hacia el agua enojada por tener otra vez que jugarme el cuello por personas que apenas conozco, lo hago por Kavi, si estos se mueren la camarilla podría convenir que el ravnos se ha traído algo entre manos todo este tiempo. He visto tantos absurdos tejerse, mi Sire no me mentiría sobre el Príncipe y sus alocados arrebatos. El agua salada sube y se escurre por mis piernas y rapido siento la fuerza del mar golpear mi cuerpo, nado hasta ellos sin utilizar el poder de la sangre, estoy por perder la cabeza de hambre. Cuando llego junto al sujeto le remuevo el brazo para sostener a la mujer - Sueltala, yo la llevo a la orilla ¿puedes nadar? -digo escupiendo el agua salada que se mete en mi cara y en mi boca, combato el oleaje lo mejor que puedo, los peñascos son peligrosos y creo que en cualquier marejada fuerte no podré aguantar la fuerza.
- ¡Kavi! - lo llamo para que me ayude. Si siento que el vastago no suelta a la mujer, usare mi fuerza para arrebatarsela y nadar a la orilla. Sobretodo porque el maldito día esta sobre nuestras cabezas.
Uno de los ayudantes del encargado, agacha la cabeza y prepara las habitaciones del sótano, las más pobres. Sin entender porque unos señores querrían tal cosa. Priscus está asustado - Las llamas del día están afuera, Dobroslav, debéis ayudarlos - corre tan rápido como puede guiandote a traves de los pasillos del lugar de reposo, mira a un caballo que relincha nervioso y lo toma de las riendas a la fuerza, alguien parece protestar mas lejos y venir corriendo a resolver el asunto- Subid, rápido -Priscus monta el caballo y arroja unas monedas al suelo en compensación, si ve que dudas te hala y te apura.
El caballo es espoleado para ir a toda marcha, la escena no pinta bien. Julian Taylor está en el agua nadando hacia la orilla arrastrando a un cuerpo con ella. Kavi se ha metido al agua pero solo mira la escena. Hay un hombre entre los peñascos, el mar revienta con fuerza ahí y empuja a Julian de su curso haciendo que esta tenga que reanudar el nado por tramos. Pero lo más peligroso de todo, es el cielo naranja que empieza a encender con los anuncios de la pronta llegada de las primeras luces del día- ¡HACED ALGO! - grita Priscus desmontando y arrodillandose para orar.
Mirella se queda callada, tus palabras parecen haberla afectado hondamente. Se encuentra nerviosa y su mirada se torna acuosa sale del círculo rojo que por accidente ha formado bajo ella, limpia lo mejor que puede y se mantiene callada en todo momento.
- Me siento entumecida. No logro comprender del todo a lo que os referís. Sin embargo, me siento extrañamente obligada a acompañarlo todo lo que dure este viaje y las consecuencias que tenga. Espero no ser una carga para usted. -un silbido por la ventana tapiada llama su atención- Parece que algo sucede afuera. Permaneced aquí, el sol ya ha salido... - termina de hablar, se acerca y te da un beso en la mejilla. Yo cuidaré de vos durante el día - salió y todo quedo en silencio nuevamente, excepto dentro de ti.
Espero a Dobroslav y cambio el dia
OK esperamos a Dobroslav entonces ^^
Valerio veía aquella postal, cainitas en la costa, otros saliendo del agua y el sol naciendo poco a poco. Para cuando miro de nuevo al frente, una de las mujeres le estaba hablando y tratando de sacar a Lorael de su brazo, primero se resistió, pero con la ayuda de la mujer podría llegar mas rapido a la costa, por lo que dejo que tomara a la blonda y tras asentir con la cabeza comenzó a nadar hacia la costa, con el sol saliendo a su espalda y mirando de reojo a la mujer que llevaba a Lorael.
Motivo: nadar
Dificultad: 7
Tirada (7 dados): 6, 4, 2, 4, 9, 3, 9
Éxitos: 2