Partida Rol por web

Salvaje, tramposo, engreído, narcisista… Sir Nose D'Voidoffunk es un líder totalitario asistido por tecnología alienígena, un jefe criminal, el más sucio de los sucios, un canalla rastrero, rufián entre rufianes, cabecilla indiscutible de su propio equipo de supervillanos, The Unfunkables, y el principal autoproclamado archienemigo del Dr. Funkenstein y su clon más avanzado, Star Child. ¡Incluso tiene su propia entrada en la wiki de los villanos!

(Os ahorraré la búsqueda):

"A este macarra de origen indeterminado se le reconoce porque lleva una máscara de estilo veneciano tras la que oculta sus maquiavélicos pensamientos. ¿Su verdadera identidad? Desconocida para los espectadores. Viste trajes elegantes y malos modales. Botines de charol, pantalones blazer, un sombrero de ala ancha, varios relojes y camisas abiertas que muestran su pecho curtido a fantasías vanidosas. Cuando se siente especialmente negativo, la nariz biomecánica de la máscara se alarga y se alarga milimetro a milimetro, hasta el punto de descargar un ‘chorro de funkactividad negativa’, su movimiento finisher ultra dimensional.

Si estás en el ring y oyes a un pajarraco graznar aprieta las nalgas y ponte a bailar, Sir Nose D’Voidoffunk se dispone a ejecutar un súper combo fatal, con un poco de suerte lo podrás esquivar. 

Al igual que su característica máscara nasal, Sir Nose también es muy entrometido y se invitará a sí mismo a cualquier velada donde esté ocurriendo algo que a él personalmente no le guste, ya sea para marranear, fastidiar o aguar la fiesta. Tanto es así que, cuando suena a todo trapo Shit Don't Stop (de 2pac), los espectadores saben que en cualquier momento entrará en escena al que apodan con desprecio 'Sir Tocha Platino', provocando cuando esto ocurre que le abucheen a gritos; cosa que a Sir Nose le encanta, si se quedan afónicos ¡nadie podrá ovacionar a sus contrincantes!"

Su historia se remonta muy, muy, muy atrás en el tiempo, tanto que, de buenas a primeras, plantea una pregunta: ¿Cuántos malditos años tiene? ¿Cincuenta? ¿Medio milenio? ¿Un centenar de siglos? ¿Eones? No hay registros al respecto, y sí los hubo, se han esnifado, digo, esfumado. En todo caso, lejos de insinuar que Sir Nose D'Voidoffunk es una entidad cósmica llegada desde los confines del tiempo, el planteamiento inicial tan solo evidencia que, lejos de ser lo que aparenta ser, un macho men en pleno apogeo, Sir Nose D'Voidoffunk es un viejo carcamal o, cuanto menos, un cascarrabias gruñón.

(¿Es eso un dato revelador? No, desde luego que no. ¿Entonces?)

En los inicios de la civilización, allá en las antípodas egipcias, algunos eruditos africanos se olieron el percal y, con la esperanza de regresar cuando los tiempos retomaran un cauce menos opresivo, diseñaron y construyeron una nave espacial. ¿La primera nave tripulada de la historia de la humanidad? Sería engreído afirmarlo —diría un erudito—, además, supondría quitarles el mérito a los engreídos de la NASA. 

(Obviemos esa información)

Tecnicismos aparte. En las antípodas de bla, bla, bla, unos cuantos bastantes muchos de los primeros seres humanos civilizados se largaron al espacio exterior antes de pillar cacho. Allí, en los confines de la galaxia, vivieron aventuras desorbitadas (su dieta se limitaba al consumo de hongos alucinógenos), crearon instrumentos musicales rarísimos (lo que hoy se conoce como sintetizadores), ritmos psicodélicos anómalos (P-Funk) y bailes exóticos imposibles (muy, muy, muy desvergonzados).

Pasaron así milenios, surfeando nebulosas de gas, asimilando incontables alteraciones en el ADN, dejándose llevar por fuerzas gravitacionales enajenadas o bañándose en lagos de antimateria, hasta convertirse en Funkateers. Todo de muy buen rollo, todo muy de guais; hasta que sin comerlo ni beberlo entraron en una zona de funkactividad negativa gobernada por un tirano carente de entelequia, Sir Nose D’Voidoffunk (¡Guau! ¡Qué sorpresa!).

Cómo fue que los Funkateers escaparon de la zona de funkactividad negativa es una larga historia, no viene a cuento. Cómo fue que Sir Nose D’Voidoffunk se coló de polizón en la nave nodriza de los Funkateers y acabó en la Tierra, que se lo pregunten Ridley Scott (en referencia a la libre adaptación de los hechos que dirigió allá por el 79).

Sea como sea. Lo que se sabe no se sabe a ciencia cierta. Las distintas versiones distan bastante unas de otras. Siquiera coinciden. No existen dos calendarios iguales. Para los Funketeers los 365 días del año están señalados en rojo, cada noche se hay festividad que celebrar. Sir Nose odia el baile y la música funk, para él todos los días están marcados en gris, cada nuevo amanecer es un fastidio. Por ello se ha propuesto liberar al mundo de la música y del deseo de bailar. «Ya va siendo hora de que alguien pague los platos rotos».

Estás en la presencia de grandeza. Rick Maverick, como vos, pero mejor.

Proveniente de Los Angeles, Hollywood, Maverick es una de las mayores estrellas que han pisado este cuadrilátero. Actor, modelo y futuro campeón mundial.

A diferencia de la mayoría de luchadores, el no tiene una cara que produce vómitos a la audiencia. Por esto se pasea sin mascara por el cuadrilatero. Sus pantalones cambian en cada aparición, pero siempre son de alta costura, ajustados, coloridos y con patrones llamativos. También utiliza botas distintas normalmente, pero sus favoritas son unas hechas con piel de cocodrilo. Le dan un status especial ya que nadie más las tiene, desde que se prohibió su fabricación por políticas ambientales y otras idioteces.

Para su entrada a veces se pone elegante con una camisa o alguna otra prenda llamativa. Siempre tiene relojes caros y varios anillos y joyas. Algunas veces también usa un collar. Siempre utiliza un bastón con detalles de oro para entrar con más estilo. Y tambien siempre utiliza anteojos de sol negro, no importa que tan nublado este afuera. Se mueve tomandose todo el tiempo del mundo hacia el ring sonriendo al público mientras suena un tema de pop en ingles titulado "The Brightest Star" que narra lo especial que es. Al llegar al cuadrilatero lentamente empieza a sacarse los anillos y accesorios uno por uno y se los da al árbitro marcandole que tenga cuidado ya que cada accesorio vale más de lo que gana en un año.

Con un iq superior al promedio, y muy superior al luchador promedio, entiende que no debe sufrir daño innecesario que pueda afectar sus otros trabajos. Por este motivo algunos fans lo llaman cobarde pero, ¿qué sabrán ellos de tener un trabajo?

Eso sí, si le tocan el rostro se borra esa sonrisa radiante y sacan una parte despiadada e incontrolable. Se ve que tantos años interpretando monstruos dejaron algunas secuelas en su psiquis. esto se evidencia en su movimiento finalizador conocido como "Bienvenido a Hollywood". En este movimiento, parece que va a enviar a su oponente contra las cuerdas pero lo vuelve a traer hacia si mismo sin soltarlo y, con el impulso, salta levantando su rodilla para impactar de lleno en la cara de su adversario dejandolo knoqueado.

Lo que es innegable es que, cuando aparece Rick Maverick, no importa que medio sea. La audiencia siempre va estar entretenida.

El estadio está lleno hasta la bandera y la voz del comentarista grita por los altavoces:

— Y ahora, sin más dilación. El luchador que repta entre las sombras. Estaos atentos porque si no os lo perderéis. ¡Lt. MACHO S. Patriot!

La muchedumbre enloquece mientras MACHO recorrer el paseo hasta el ring. Por los altavoces suena el rock duro de Airbourne:

Macho se sube al ring entre vítores, levanta los brazos arengando a sus seguidores como hacían los generales de la Antigua Roma antes de cada batalla. Se cree un César del nuevo siglo.

Tras darse unas vueltas escuchando el clamor popular, el veterano agarra el micrófono con furia y empieza a escupir sus palabras:

—¿Sabéis quién soy? ¡Sabéis quién soy! Soy el teniente Macho S Patriot y mis pronombres son: ¡U Ese A! ¡El país más cojonudo de este puto planeta!

La masa lanza una carcajada con el chascarrillo y empieza a gritar: ¡U S A! ¡U S A! ¡U S A!

Macho sonríe ante tal muestra de patriotismo mientras empieza a sonar la segunda canción de rock de la noche:

El veterano va dando vueltas por el ring al ritmo del hard rock de Airboune. Sube a las cuerdas, señala a la gente, aprieta los biceps... Cuando se calman los vítores, Macho vuelve a intervenir:

—Me alegro de estar rodeado esta noche de americanos y patriotas. Pero, amigos, no todo ha sido un camino de rosas.

La gran pantalla se funde a negro y una melancólica melodía inunda el estadio. La muchedumbre escucha en silencio:

— Cuando nací, era solo un bebé. Desvalido, perdido...No sabía qué hacer.. estuve perdido muchos años.

Pero entonces descubrí el ejercito de los Estados Unidos de América. Con mucho esfuerzo, trabajo duro, día tras días tras día... me convertí en el hombre que soy ahora: luchador, inquebrantable y enemigo de mis enemigos.

La música melancólica se va apagando y el ambiente se anima por el clamor del público y los gritos de Macho.

— Y hoy estoy aquí, compatriotas, para defender a los Estados Unidos de América de cualquiera que quiera ponerle un dedo encima. ¡Caeré sobre ellos cual espada de Damocles! Y no tendrán donde huir o esconderse pues su antigua casa será mi nueva tierra ¡O estás conmigo o estás contra América!

La masa grita enardecida el nombre de su nuevo ídolo: ¡MACHO! ¡MACHO! ¡MACHO!

El teniente vuelve a sonreír complacido antes de lanzar su último menaje.

— Y recordad, amigos míos: ¡Todos los días son 4 de Julio!

El público termina de perder la última conexión con la realidad y se arrastra al fervor patriótico cuando fuegos artificiales saltan del borde del escenario en rojo, blanco y azul. Los altavoces vomitan una versión del himno de los EEUU:

    Mujer luchadora de casi 1.80 de estatura, figura muy atlética, pero equilibrada entre la ágil y lo musculosa, de buenas curvas, cabellera negra con ojos de color cambiantes y sutiles razgos orientales exagerados por el maquillaje que usa de manera pública como parte de su personaje, que se transforma camaleónicamente entre espectáculo teatral y competencia deportiva de ser una mujer muy ruda gótica, a una sutil geisha, una exótica amazona, una exhuberante dominadora o una feroz gladiadora de acuerdo lo exija su adversario. 

      Viste distintos tipos de ropa y armas entre lo oriental y la prehispñanico, toda vistosa, cómoda, pero sensual y provocativa.

      Después de la espectacular entrada y el enorme apoyo que el público a Macho, hubo una momento de absoluto silencio que generó una espectativa de la posible entrada del siguienr¡te contendiente a poresentarse, la mas diferente de los luchadores de la liga, la enigmática Scarab Mistery, quien después de apagarse cada una de las luces del escenario hace su aparición colgada con un aro y un par de telas con las que se descolgó con sus ropas negras iluminadas en la oscuridad y un halo de niebla asu alrededor haciendo danza aerea hasta caer en el escenario a los brazos de un musculoso chaman prehispánico, levantando las manos para agradecer el apoyo que el público le dio emocionado antes de que la mujer se hiciera de un micrófono para decir:

" Buenas noches estimado público conocedor de la mejor lucha libre del mundo, espero que mis rivales y yo podamos darles una buena exhibición de estilos muy diferentes de lucha libre y de paso podamos tener la oportunidad de conocer quien será el campeón y mi posible comapñero de pelea por parejas "

Lev o León como se le puso en su Rusia natal, en un luchador resistente y fuerte, un ex militar sanguinario y terrible, despiadado como un león, "León Salvaje" así lo apodaban sus camaradas que lo temían, pues nunca dejaba supervivientes en las guerras o escaramuzas que libraba, tras su carrera militar en la guerra en el ejército ruso, Lev trabajo en la KGB, pero a pesar de sus logros brillantes fue destituido por sus superiores, por la brutalidad con la que actuaba, poco después trabajó para el mejor postor, para quien pudiera alquilar sus servicios de mercenario y pistolero.

Por último y gracias a su físico musculoso y complexión entró en la lucha libre, es un luchador sanguinario y cruel, como un león enfurecido cuando entra al ring, no duda en golpear a su oponente hasta que éste caiga a sus pies, es un coloso resistente que aguanta los golpes y sabe como y donde golpear, grande como un imponente gigante, se adorna con un chaleco de piel de león reforzado, es su trofeo de la suerte y siempre lo lleva puesto en cada combate, pues la esencia del león cazado en África lo hace más fuerte y además a reforzado la piel para aguantar los golpes de sus adversarios.

Su golpe especial se llama "La furia del león" y esta compuesto de cuatro ganchos salvajes que realiza generalmente al final del combate, pues sabe y confía tanto en su resistencia como en su fuerza y nadie ha podido derrotarlo nunca ni desbaratar su estrategia.

El León es el rey de la selva y el Lev es la fiera desatada el el ring, y es el rey allí y así lo va a demostrar.

Lema: "Mi fuerza y mi resistencia son superiores a las de cualquier rival, da igual cuanto se me golpee la furia del león inunda mis venas con su ira, el instinto asesino de la fiera me pide la derrota de mis enemigos y su sangre, porque yo y solo yo soy el rey, cuando subo a ring, lo hago decidido concentrado en el combate, evalúo a mi rival antes de atacar, esto hace que mi rival se confíe que ataque antes, yo puedo resistir golpe por golpe, hasta que el león ruge de forma inesperada dentro de mi y es entonces cuando me pide sangre y yo desato su salvaje ira, porque su ira también es la mía el león es el rey y yo soy el rey".

Lo acompaña una sacerdotisa vudú la cual le da fuerzas pues con sus ritos fortalece el espíritu del luchador con las presas cazadas y depredadores, cuando entra un rugido salvaje hace enmudecer al estadio El Rey ha llegado y nadie puede desafiarlo, da igual el reto el león nunca va a echarse atrás.

Cépside la sacerdotisa baila al lado de Lev con movimientos apasionados en una frenética danza hasta llegar al cuadrilátero, parece que todos ali se han quedado mudos por la presencia de aquel titán salvaje y sanguinario, Lev camina seguro, indiferente sin sonrisa alguna en su rostro, con Cépside siempre a su lado.

La sacerdotisa baila a su lado embrujando a los presentes para dar fuerza a Lev, cuando éste con mirada fría se dirige al publico, lo precede tan solo una música salvaje de la selva mientras Cépside baila solo y tan solo se escucha aquella música salvaje nada más se puede escuchar mientras llega este majestuoso luchador y con su fiera mirada observa al público que percibe las ferocidad en su rostro y en sus ojos, Lev se mantiene impasible solo cuando Cépside termina su baile resuena el rugido de mil leones brotando de la garganta de Lev, pronto comprobarán que si no ha intimidado a su rival con su entrada serán sus garras las que hablen el León ha llegado el rey está aquí.