Partida Rol por web

La presencia de la bibliotecaria me sorprende. No porque no esperase que estuviera allí, sino porque estaba absorto en desentrañar el orden con que están organizados los volúmenes de la biblioteca.

Por ese motivo, cuando la señora se acerca a nosotros me quedo un poco parado, sin reaccionar. Escucho mientras Liz le hace alguna pregunta sobre el sistema informático, y entonces añado algo más para ayudar a llegar al fondo de la cuestión.

Buscamos información sobre visiones, sueños proféticos y cosas así. Bueno, y... -Comienzo a dudar, nervioso, sin acertar a abordar el tema. Aún es, en cierta manera, traumático para mí. Sólo la presencia y el apoyo que se que me ofrece Elizabeth, hace que sea capaz de continuar- ...también de, bueno, criaturas con e-escamas, y garras, o algo así.

Termino metiéndome las manos en los bolsillos, con cara de circunstancia.

lña mujer asiente y dice:

- Si, si no recuerdo mal en ese menu salen los temas que como veras hay muchisimos, practicamente de cualquier cosa que quieras encontrar hay algo.

Mira a los dos y añade:

- Pues de los temas que decis, si que hay mucha variedad, sueños hay desde diccionarios de sueños a libros sobre seres que aparecen en los sueños. De garras y escamas, ufff eso si que hay informacion, os recomiendo que vayais tratando de acotar un poco mas la busqueda, cosas mas concretas porque por decirlo de cierta forma aqui hay muchisima informacion.

La mujer da un par de pasos y añade:

- Por cierto llamadme Marie mejor, si quereis puedo buscaros algo pero mas concreto

Por lo visto información si que había, incluso demasiada, así que la señora Lagrange nos recomendó acotar la búsqueda.

- Gracias, Marie. En ese caso... - miré a Ben e inconscientemente la vista se me fue hacia su mano derecha, pero rápidamente volví a dirigirme a la señora bibliotecaria. - Creo que deberíamos empezar por seres sobrenaturales que tengan escamas y garras. - dije de sopetón, antes de que Ben se me adelantara. -  ¿Eran garras no? - pregunté mirándole, ya que yo no había visto lo que él. - Supongo que podríamos acotarlo más buscando transformaciones...

Me aparté del ordenador, dejando paso para que la señora Lagrange o Ben pudieran utilizarlo.

- Será mejor que le describas tú a la señora Lagrange, perdón, Marie, lo que buscamos... - le dije a Ben.

Elizabeth se me adelanta. Con todo lo preocupada y agobiada que estaba con su desagradable visión, llegado el momento prefiere empezar por investigar mi problema. Por eso la adoro. Por eso, y por tantas otras cosas.

Además, lo agradezco. Aunque quiero encontrar una solución al tema de sus visiones, para evitarle preocupaciones, me urge más saber acerca de esta transformación mía. Y no por mí, que también, sino por ella, por no ponerla en peligro. ¿Y si dormimos juntos, como anoche, y me transformo estando dormido? ¿Y si la hiero con mis garras, o algo?

Pues... -Me muestro dubitativo y avergonzado cuando me pide que lo explique mejor. Debo concentrarme un instante, en que me miro la mano, esta mano ahora normal, recordando la forma, la sensación, la textura, las medidas- La piel de mi mano se volvió escamosa, como la de un reptil. -Un puto lagarto, supongo. No tendré la potra de al menos ser un imponente dragón. Volar y escupir fuego mola más que arrastrarse- Y mis uñas se alargaron varios centímetros... Es todo lo que recuerdo, pasó muy rápido todo.

Mi mirada busca a la de Liz, recordando cómo se desarrolló en incidente. Avergonzado, aparto la mirada hacia el ordenador. Lo cierto es que no lo llevé especialmente bien...

La mujer se queda unos instantes pensando y a continuacion añade:

- Por lo que describis, yo buscaria criaturas draconicas, reptiloides principalmente ya que es lo mas probable, en realidad en casi todas las culturas hay criaturas asi por lo que encontrareis bastante informacion pero la mayoria sera referida al mismo tipo de criaturas, por ejemplo un dragon en occidente es diferente a uno en oriente pero son la misma criatura.

Mira a Ben y añade:

- Por lo que veo no se te han mantenido, eso es señal de que puedes tomar la forma de ese ser o mantener tu forma normal, por lo que yo me inclinaria por algun tipo de dragon o incluso algun cambiaformas reptiloide

Me quedo estupefacto cuando oigo la palabra dragón. Era una idea fantasiosa que me rondaba, pero ni siquiera me lo planteaba en serio. Por un instante me imaginó lo majestuoso que sería, al menos si me fío de lo que se dice de ellos en los cuentos, en las pelis, en los juegos de rol... Casi se me escapa una sonrisa, pensando simplemente en eso de volar, extender unas inmensas alas y lanzarme por los aires, lejos del suelo, hasta las nubes. Lo de escupir fuego y demás no me interesa, pero eso de volar... Alejarme de todo...

A la mierda la moto de nieve, podría llevar volando a Liz de excursión a la montaña.

Pero sólo es un sueño, una opción. La señora Lagrange deja la puerta abierta también a una raza cambiaformas reptiloide. En fin, eso me importa menos. Lo que sí me importa, y me llena de ilusión, es el detalle de que no se haya mantenido el cambio. Parece que es señal de que podría tener la capacidad de cambiar a voluntad. No sería un monstruo, un freak de feria. Voy a ser humano. Bueno, todo lo humano que puede ser un tío reptil, pero al menos humano en apariencia, con brazos y piernas, con piel normal, sin garras.

Se me escapa el aire del pecho. Siento tanto alivio que quisiera abrazar a Elizabeth, pero no quiero hacerle pasar vergüenza delante de la bibliotecaria.

Pon "reptiloide" a ver qué sale. -Le digo a Liz con una sonrisa, emocionado y animado.

Noté a Ben algo incómodo al relatar lo sucedido. Sentía hacerle hablar de aquello, pero era totalmente necesario. No separé la vista de él mientras relataba la transformación, y me dio un escalofrío ante la breve aunque detallada narración. Ahora comprendía mejor la reacción de Ben, debió ser muy impresionante...

Afortunadamente, la señora Lagrange parecía saber lo suficiente sobre el tema como para orientarnos en la búsqueda. Además no sólo pudo acotarla bastante, sino que nos dio una idea de lo que podía tratarse, y lo más importante, la esperanza de que lo más seguro es que Ben pudiera volver a su forma humana. Ante aquello no pude evitar que una amplia sonrisa se dibujara en mi rostro.

Ojalá sea así y Ben pueda llevar una vida normal, perder a su madre y a su amigo sería algo terrible...

A pesar de aquel fugaz pensamiento estaba contenta, la señora Lagrange era la que sabía del tema, y había sido muy clara. Entonces, Ben me sorprendió indicándome que hiciera yo la búsqueda.

- ¿Y-yo? - pregunté lo obvio, sorprendida.

Sin esperar respuesta volví a colocarme frente al ordenador, dispuesta a obtener más respuestas.

- Reptiloide... - murmuré mientras tecleaba y le di a Buscar.

Tras un rato buscando los dos pueden ver como encuentran una serie de libros los cuales son faiclmente consultables ya que en el filtro habian indicado que aparecieran unicamente los libros con sus lenguas maternas, la informacion resultante podia resumirse en:

https://es.wikipedia.org/wiki/Reptiloide

Un amplio listado aparece en la pantalla, con títulos de tomos en inglés. Marie, muy amablemente, va indicándonos por donde se encuentran, y ella y Liz me lo van indicando mientras corro con nerviosismo y algo divertido entre los corredores para ir cogiéndolos. Es casi como un juego, ellas van diciendo un título y una estantería y yo voy a toda prisa, lo localizo y lo llevo hasta la mesa. Durante un rato, las reglas de este sencillo juego se vuelven lo más importante, haciendo que me olvide de todo lo demás, que vuelva a ser un chaval sin preocupaciones más allá de pasárselo bien en la mejor compañía.

Cuando tenemos unos cuantos tomos, unos pequeños y otros enormes, comenzamos a abrirlos. Cada uno parece contar algo distinto, leyendas que no parecen tener nada que ver entre sí, a cada cual más inverosímil. Leo en uno de ellos la palabra draconianos, y recuerdo unos libros sobre el mundo de rol de Dragonlance donde aparecían unas criaturas llamadas así. Tuerzo el morro pensando que yo pudiera ser uno de esos villanos de novela de aventuras. También leo acerca de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, una divinidad mesoamericana. ¿Yo, un dios? Jajaja. No veo nada de dragones de esos voladores que escupen fuego, aunque encuentro una breve referencia a la hydra occidental. Joder, varias cabezas, déjate de rollos. La cosa se complica cuando empiezo a encontrar referencias a razas extraterrestres, ya empiezo a pasarme la mano por el pelo, agobiado. Un libro habla de los dragones orientales, lo cual es gracioso, pero vamos que no tengo cara de chino como para poder encajar en el perfil de uno de esos.

Es decir, con lo que leo creo que seré algo así como el villano de Spiderman ese que es como un lagarto.

Joder, que asco.

Espero al menos que sea verdad que puedo regresar a mi forma humana cuando quiera.

Cierro el libro de mitología oriental bastante asqueado. Suspiro y me froto los ojos unos instantes, antes de girarme hacia Elizabeth.

Muchas opciones, casi ninguna demasiado atractiva -Digo mostrando una media sonrisa de resignación- Voy a ir devolviendo estos libros a su sitio ¿Buscamos ahora algo acerca de tus sueños?

Pasamos un buen rato consultando los diferentes tomos sobre reptiloides, sin llegar a ninguna conclusión. Había muchos más seres reptilianos de lo que podía imaginar, y era difícil identificar qué tipo de ser sería en el que Ben se convertiría. Mientras consultábamos los libros le miraba de reojo de vez en cuando, sin acabar de creerme que aquel dulce chico que leía tan concentrado pudiera convertirse en una de esas cosas.

Cuando terminamos Ben se ofreció a guardar los libros, y me propuso buscar algo sobre el sueño que había tenido. No tenía muy claro que fuéramos a encontrar algo más allá de lo que ya nos habían comentado los "profesores", pero no perdíamos nada por intentarlo. Asentí ante su pregunta y me dirigí nuevamente al ordenador.

- ¿Bastará con meter Sueños, no? - pregunté a la señora Lagrange, tecleando la palabra sin esperar respuesta y dándole nuevamente a Buscar.

A ver si tenemos más suerte con esto...

La mujer se queda pensando y dice:

- Bueno normalmente los sueños pueden tener muchas interpretaciones y hay muchas personas que tienen sueños lo primero que deberias de determinar es si esos sueños son premonitorios o son de otra clase.

La mujer se queda unos segundos pensando y dice:

- Deberiais de ir a cenar, si quereis puedo quedarme yo un poco mirando algo

La bibliotecaria nos recuerda que hay unos horarios en el castillo. No es que estemos obligados a cumplirlos, aunque ya quedó claro esta mañana que no hacerlo parece tener consecuencias según algunos. En fin, tampoco es que me apetezca demasiado cruzarme con ciertas personas, pero ya nos han acusado bastante de ir a nuestro aire todo el tiempo.

Claro que, seguramente, comer con ellos no hará que la cosa cambie demasiado.

Queda pendiente el tema de los sueños de Elizabeth, aunque Marie se presta voluntaria a hacer ella misma la búsqueda por nosotros, y a buen seguro ella es capaz de hacerla mejor que nadie. Sin embargo, es Liz quien tiene que decidir. Son sus sueños, es su problema y su preocupación, es ella quien lo pasa mal al pensar en ello.

Aunque yo me preocupe y lo pase mal por ella.

¿Tú qué opinas? -Le pregunto a Liz, dispuesto a plegarme a lo que más le apetezca- Si prefieres quedarte puedo acercarme a por unos bocadillos y traerlos para seguir con esto. Si no, vamos a cenar y luego volvemos y miramos lo que haya. Hasta podemos llevarnos algún libro al cuarto para seguir leyendo hasta tarde...

La señora Lagrange nos aconsejó sobre el tema onírico y nos propuso que fuéramos a cenar mientras ella buscaba algo más del tema que nos ocupaba. Ben, por su parte, me pidió mi opinión sobre el tema, haciendo distintas propuestas. La verdad es que podría haber comido más tarde, pero decidí que lo mejor sería acudir ahora al comerdor tal como había dicho la señora Lagrange, ya no sólo porque tenía toda la razón, sino porque después de todo lo que nos estaba ayudando, no me parecía bien desoír su consejo.

- Mejor vamos ahora y seguimos luego. – respondí a Ben, mientras me levantaba de la mesa. Comer aquí y manchar alguno de estos libros sería un crimen. – Muchas gracias, Marie, volveremos en seguida.

Ambos nos despedimos de ella y pusimos rumbo a la puerta en silencio. La distancia entre el puesto de lectura en el que se encontraba la bibliotecaria y la puerta de salida era la suficiente como para que pudiéramos hablar con normalidad. Pero aún asi, algo me impulsó a susurrar.

- ¿Estás algo más tranquilo? – susurré a Ben tras acercarme a él y le di un sorpresivo beso en la mejilla mientras me respondía.

Sin esperar su reacción, me retiré algo avergonzada y abrí la puerta para salir.

Entré en la biblioteca con cuidado, tratando de mantener silencio y abriendo la puerta con delicadeza. La señora Lagrange continuaba allí, en el puesto de lectura, y me acerqué hasta ella.

- Buenas noches, señora Lagrange.  - susurré, dándome cuenta por su mirada que aquello no era necesario, aunque no sólo el susurro. - Disculpe, quería decir Marie. - sonreí algo avergonzada. - ¿Ha habido suerte?

Era consciente de que muy probablemente no encontraría las respuestas a todas mis preguntas en los libros, y que como había dicho la señora Andersen los "síntomas" irían a más en los próximos días, pero prefería estar preparada.

- Por cierto... - dije recordando algo - el señor subdirector no se pasó al final por la biblioteca. ¿Sabe si hay noticias sobre el castillo de Kyoto? ¿Se sabe algo del sueño que tuve?

La mujer parecia un poco preocupada y dice:

- De hecho en cuanto os fuisteis fui a hablar con el y eso es lo que me preocupa, no hay noticias del castillo de Kyoto, al parecer han estado en silencio todo el dia de hoy y eso no es nada normal. El jefe de seguridad Michael y Bruce que iban a recoger a otra chica mas han ido hacia alla de inmediato y si sabemos quienes son los dos chicos que aparecen en tu sueño, de hecho acabo de verlos.

Entre sus manos tenia una carpeta, enseña dos fotos a la joven:

- Por lo que pone aqui el tiene poderes de Oni...un tipo de demonio japones, es el chico que toca la guitarra se llama Makoto Yuchi, y ella tiene poderes de ¿Kitsune? que extraño, no sabia que quedara gente con esos poderes, si que es una rareza si, bueno y se llama Rina Suzuka

Mi rosto sosegado dejó de serlo cuando la señora Lagrange me informó de que no habían tenido noticias de Kyoto, lo cual, según sus propias palabras, no era nada normal. Al menos ya había alguien de camino para averiguar qué pasaba.

¿Tendrá algo que ver con el sueño? De no ser así sería mucha casualidad…

Me enseñó entonces las fotos de los chicos. Si, si que eran los que había visto en mi sueño. Sus nombres no me sonaban de nada, pero la verdad es que mucho menos los poderes que parecían tener.

- ¿Un demonio? – pregunté sorprendida mirando la foto del chico, aunque tenía cara de rebelde nunca hubiera pensado que albergara algo así. - ¿Y qué es un “Kitsune? ¿Otro demonio? – volví a preguntar, fijándome en la cara de la chica.

Parece un ángel sin esa mirada de angustia…

- Y-y… ¿Hay algo que pueda, podamos, hacer? – pregunté temerosa, pues no estaba segura de que considerara aquel asunto de mi incumbencia. – Si es así, me gustaría ayudar…