Partida Rol por web

El chico Alemán ve como Nyara falla. - Bueno, creo que ha llegado mi momento... - Vuelve a agarrar el taco, intenta buscar un buen ángulo de tiro y... la bola blanca se mete directamente en el agujero blanco. Ríe ante el suceso y explica. - ... de fallarla, desde luego.

Se acerca a la chica de piel aceitunada para coger la botella, y ofrecerle el turno de tiro. Kyara permanecía bastante callada, por lo que vuelve a beber otro trago, y sin darse cuenta, este un poco más largo. 

Apoya ambos codos sobre la mesa para coger firmeza, aunque luego decide sentarse sobre los bordes redondeados de la mesa, cruzar los brazos y preguntar. - Vale, tengo curiosidad, ¿Qué hacías antes de esto? ¿A qué te dedicabas? A parte de romper tacos en la espalda de tu ex, debes de tener algún hobbie, o algún trabajo temporal, algo así. - Kurt realmente comenzaba a sentir los efectos del alcohol sobre su cuerpo, el cual pasaba de estar caliente a un poco tibio. Los problemas de la bebida.

Espera el tiro de ella. Por ahora el cómputo general de tiradas es un 3-2.

-Ouh, soy modelo ... no de pasarela- rió mientras se agazapaba frente a lo que pensaba que era un tiro limpio pero el taco no dio donde debía y la bola dio un pequeño salto, pasando junto a la bola que quería dar pero sin tocarla siquiera- de fotografía- le lanzó una mirada de indignación a la bola y se pasó una mano por los rizos, peinándolos hacia atrás aunque al desaparecer la mano del pelo volvieron a enmarcarle el rostro- si le hubiese partido un taco en la espalda a ese cretino me habría ido mucho mejor- miró a Kyara y la señaló- ella quería partirle en trozos la consola y mandárselos por correo poco a poco.

Bajó la mirada un instante y frunció el ceño, pasándose la mano por la cara como para espabilarse.

-Supongo que él es el motivo por el que decidí acceder a una invitación misteriosa donde esperaba un helicóptero... ¡y mira dónde hemos acabado!- le señaló con el taco- te toca... ostras- vio la cantidad de ron que quedaba y miró a su hermana-¿¡Tanto hemos bebido!?

-Ahora tengo dos preguntas y puedes elegir a la que responder- levantó dos dedos mientras Kurt se disponía a tirar-¿Has dejado a alguien esperando en casa que vuelvas del castillo de Disney? ooo ¿Solo te gusta la música o tienes algún hobbie secundario?
 

Kurt medita ambas preguntas. Las dos tenían un sentido bastante profundo para él. Su segundo hobbie era una pregunta más fácil de responder, aunque se trabó bastante antes de hablar, pues no sabía exactamente a qué responder.

- Yo... esperarme... - Se baja de la mesa, y se apoya con ambos brazos en ella. Era una pregunta que no quería responder por el momento, así que al instante decidió cambiar de pregunta. - Bueno, se me da bien la cocina. - Dice, a modo de contestación. La primera pregunta había quedado en el aire, pero la había dejado obtusamente sin respuesta. 

Accedió a tirar para eliminar sus pensamientos, aunque quizá estos le jugaron una mala pasada. Volvió a colarla directamente en un corner. Decidió repartir entre ellos tres lo que quedaba de ron, y alzar su vaso para finalmente dar un trago largo y luego expulsar el aire, pues dentro abrasaba debido a la ingesta de ron. Realmente hacía mella en Kurt, que pasaba prácticamente todo el rato apoyado sobre la mesa. Aunque la chica parecía tener más resistencia que él.

- Supongo que me toca a mí preguntar... ¿Qué es lo que más ansías? A parte de lo de tu ex, vale. Me ha quedado claro. - Dice. Para ir bajo los efectos del alcohol, su mente seguía bastante centrada.

Flexionó las rodillas apoyándose en la mesa para ver "mejor" a qué bola le sería más fácil y, al apoyar el mentón entre las manos pareció quedarse en blanco, pestañeando con pesadez.

-Quiero...-los ojos verdes se  quedaron mirando un punto perdido en la bola blanca, tomando esa pregunta como algo más serio de lo que realmente era-ser feliz-pestañeó y permaneció un rato con los ojos cerrados y,al abrirlos esbozó una sonrisa inestable que no subió a los ojos-menuda tontería-reconoció con tono cansado al incorporarse. El alcohol había hecho mella y había alcanzado el punto de sinceridad trascendental.

Miró de nuevo la distribución de las bolas que le quedaban y se pellizcó el puente de la nariz antes de soltar una risilla tonta.

-Me retiro esta vez, que esto me ha dado un pelotazo interesante. ¿Mañana me avisas para el desayuno? Que hoy te he ido a buscar yo -dijo acusándole con un dedo.

Kurt asiente ante la invitación de ella. - Sí, mañana hago yo de despertador. Si tardas en levantarte espero que sepas que el agua está bien fría. - Hace un gesto en referencia a un cubo de agua, y ríe. Efecto del alcohol. 

- Ser feliz - Dice él, levantando ambas manos y bajándolas poco a poco con las palmas abiertas. La chica se estaba retirando, con lo que la hermana probablemente también se marcharía. Decidió quedarse un rato más, por si aparecía Lia, que había dicho que vendría. - Buenas noches. - Dice, y otea la habitación en busca de algo que hacer. Probablemente acabaría por quedarse dormido.

Se sienta en un sofá y coge un mando de la Xbox. Seguro que jugar ebrio resultaría más divertido.

-Mwe- contestó levantando una mano con lentitud para despedirse- no te quedes dormido por ahí- deseó a Kurt mientras arrastraba los pies hacia la puerta presa de un cansancio repentino que le sobrevino nada más pensar que iba a tirarse en la cama.

Al pasar junto a su hermana la dio un toque en el brazo, apoyando la mejilla en su hombro.

-No le acoses... y no pases la noche en vela, que hoy estás rara- levantó la cabeza dándola un beso en la mejilla y salió de la sala recreativa en dirección a su dormitorio.

El mando de la Xbox se le va resbalando de las manos, hasta caer encima del sofá. Kurt queda completamente dormido en el sofá, en el cual se queda recostado con la espalda apoyada en los asientos laterales del sofá. No es el mejor descanso, pero seguro que si no pasa mucho frío ahí debería de conciliar un buen sueño.

Cuando volví a entrar en el castillo no sabía muy bien a dónde dirigirme, pero lo que sí sabía era qué podría relajarme en aquellos momentos, así que sin pensarlo mucho más entre en la Sala Recreativa. Allí no había nadie, y me acerqué de inmediato hasta el piano, pasando mi mano por este, como en una caricia, contemplándolo unos segundos antes de sentarme frente a él.

Repasé rápidamente la lista de piezas que me sabía de memoria, y elegí una que me gustaba mucho y con la que me sentía identificada en estos momentos. Coloqué mis manos sobre el teclado y comencé a tocar, sin pensar nada más que en la música y lo que esta me transmitía.

https://www.youtube.com/watch?v=L7f0QSe4OnU

De la sala rcreativa se escucha un piano sonar

https://www.youtube.com/watch?v=L7f0QSe4OnU

Toqué la canción una vez, relajándome ante los últimos acontecimientos, pero no me quedé del todo satisfecha con el resultado. No había tocado el piano en en dos días, y aunque objetivamente aquello no podía afectar a mi habilidad, por un momento llegué a pensarlo y decidí repetir la canción.

Esta vez no sólo me concentré en dejarme llevar, sino en dar lo máximo de mí, como si estuviera tocando ante un auditorio lleno de gente, o mejor aún, para la persona más importante de mi vida.

Ben...

Mis manos pulsaron las teclas con excesiva fuerza al recordar que aún no había aparecido. ¿Estaría alargándose la conversación ahí fuera? ¿O quizás es que se había molestado por mi repentina marcha? Disipe ese pensamiento por unos minutos más y terminé la canción, esta vez sí, satisfecha con el resultado.

Me quedé mirando el teclado, pensando qué hacer, y finalmente saqué mi teléfono móvil. Podría haber intentado localizar a Ben y ver qué es lo que hacía, pero aquello ¿No sería cómo espiarle? Aquello no estaba bien. No había indicio alguno de que ocurriera ningún peligro, así que decidí enviarle un mensaje al teléfono antes de salir de la sala.

No sabía qué estaría haciendo o de que humor se encontraría, así que preferí ser escueta.

Siento haberme ido de forma tan repentina, estaré en mi habitación. Un beso.

Quedó boquiabierto al descubrir la enorme sala.

- ¿una guitarra?

Sólo en aquella sala, sonrió desde de lo más profundo. Se acercó al instrumento, encendió el amplificador y conectó el jag a la guitarra y posteriormente al amplificador que le dio los buenos días con un crujido eléctrico.

Acercó un taburete y pensó en lo bueno que estaría por venir tocando la versión de Marilyn Manson de Sweet Dreams.

Lia entró sin la mochila ni la chaqueta. Había abierto la puerta de su habitación y había entrado de puntillas para dejar al lado de la puerta sus cosas y coger el cello.

Tras cerrar la puerta para que no se escapase el calor caminó hasta el sofá. Allí dejó su instrumento y lo sacó de la funda con cuidado. Lo cogía con cariño, como si fuese un ser vivo. Sacó la pica y la colocó en la base del violoncello hasta que estuvo segura que estaba bien ajustada. Sacó el arco y se incorporó, tomando a su compañero por el mango. Encontró una silla que se acercó y se acomodó en ella. No es que los sillones no lo fueran, pero para tocar el cello era mejor un sitio firme donde aposentarse.

Colocó sus piernas y el cello delante de ella. Calentó sus muñecas dando un par de vueltas hacia un lado y otro, gesticulando las manos. Luego se paró y respiró, concentrándose. Desde donde estaba podía ver la ventana. Cerró los ojos y repasó mentalmente las partituras que se sabía. Algo más moderno. Metallica estaría bien.

Empezó a tocar y sintió un alivio recorrerle la columna y expandirse hasta cada rincón de su cuerpo. Sabía que era capaz de tocar de memoria y con los ojos cerrados sin problemas, y cuando así lo hizo, mentalmente intentaba visualizar aquellas espirales de aire que había visto anteriormente. No pretendía ahora hacer lujo de sus habilidades, estaba cansada, pero no lo suficiente como para no tocar. Y visualizaba aquellos remolinos debajo la taza de té que no había logrado levantar. Traspasaría la concetración del cello a su nuevo control sobre el aire. Quizás, cuanto más concetraba, menos fallaría.