Partida Rol por web

—Sí, pero lo hacen porque son retrasados —contestó a Siniestro— si alguien te dice que no vayas que hay trampas y monstruos... ¿Tú vas como un idiota? Valeria se nos va a enfadar. Alguno tiene que vivir para contar la historia tal y como fue. 

Templario rió ante las ocurrencias de las chicas. Qué chicas más raras eran que no se arrojaban unas contra otras por ser la más diva. Debía dar gracias a Dios por eso. 

—Que va, conozco un buen taller, hay un hermano que me hace precio —la armadura se autorreparaba con el tiempo— te reparan la chapa y te la lavan señoras en bikini. Os puedo dar la dirección si queréis sacaros unos cuantos dólares más. Os ficharían fijo. 

Mientras la enorme roca que había lanzado Videshee rebotaba como si tal cosa contra el robot, los subterráneos que quedaban trataron de alejarse de allí lo más rápido que pudieran, lo que por desgracia para ellos hizo que el robot se sobresaltase y acabara con ellos.
Tan solo quedaba Gregory, que no podía moverse de donde estaba y el charco que había debajo suyo se hacía cada vez más grande.

Ya habían caido varios de aquellos tipos. Lo cual al menos era un consuelo porque no habían sido ellos. Pero claro, eso no quería decir que fuera a durar para siempre, pues ya estaban huyendo. Cosa que algunos miembros de la Célula Omega del Dr.Destrucción se estaban planteando seriamente.

Al menos la caverna era amplia y se podía volar, por lo que Templario desde el aire tenía buena posición de tiro.
Videshee maldecía en varios idiomas y lanzaba todas las rocas pesadas que encontraba, aunque no parecía hacerle demasiado.
Roxanne había probado sus garras, y eran efectivas, pero no le hacía demasiada gracia acercarse.
Obscure se había vuelto a esconder, parecía ser de lo que mejor se le daba hacer, y estudiaba la situación con calma buscando algún punto debil.
Siniestro se veía en esta ocasión con muy pocas opciones, y el teleportarse lejos de allí cada vez estaba más claro en su cabeza.

Un nuevo ataque y el último de los que se habían quedado había sido partido por la mitad. La cosa no pintaba bien, ahora tenían toda su atención.

Templario vio como seguía despedazando a los subterráneos, pasando de Roxanne.

—Garritas, no te quieren ni rozar ni los robots asesinos psicópatas, prefieren despedazar hasta gente que ha estado semanas en las alcantarillas... yo me lo tomaría como algo personal.

El supervillano (o eso quisiera) analizó al robot con su armadura. 

—¡Observad como hace las cosas un hombre de verdad!

Y entonces disparó a un punto que causó una terrible explosión al robot, para luego acercarse con el propósito de dar el golpe final de cerca. 

Me parece que con esto de los extraterrestres sus tías en bikini limpia-armaduras habrían pasado a mejor vida, pero no le iba a quitar la ilusión de tener sueños eróticos en un subterráneo.

- Soy más de sentarme en una hamaca en bikini a tomar el sol y hacer que alguien me limpie lo que necesite limpiar. - Me encogí de hombros.

A estas alturas era de sobra consciente de que era una mujer guapa que podía hacer más de una cosa solo regalando un par de sonrisas y coqueteos.

La roca que había lanzado no había hecho mucho, la verdad, pero quizás no había dado en el lugar en el que había que hacerlo o quizás debería haberla mandado con más fuerza. Volvería a probar por si acaso.

Templario comenzó a hacerse el machito, pero yo me había propuesto aplastar a uno de aquellos robots como poco, así que ataqué de nuevo con una enorme piedra.

Roxanne sonrió cuando escuchó al tipo que solo servía para hablar –porque no había demostrado ser demasiado útil en combate- dijo que los subterráneos servían como buena carnaza.  Y su sonrisa se transformó en una carcajada cuando Videshee y Templario continuaron la conversación. A ella eso de jugarse la vida tampoco le importaba tanto, por lo que este enemigo era un momento tan bueno como cualquier otro como para reírse.

No obstante, Templario parecía tener siempre ganas de cachondeo y eso hacía pensar a la salvaje que estaría bien hacerle una sonrisa enorme en el rostro, como en esos comics que había leído alguna vez en la prisión cuando era niña.  Sí, estaría genial destrozarle la cara al parlanchín, aunque no le caía mal en realidad.

- Creo que les intimido demasiado.

El disparo de su compañero había sido realmente certero, pero ella era seguía siendo útil incluso sin equipo tecnológico que podía rasgarse fácilmente.  Volvió a hacer un tajo descendente para cortar algunos cables de la estructura que tenía delante.

-Además, hojalata, lo mejor siempre se deja para el final- le comentó mientras giraba la cabeza en su dirección y le guiñaba un ojo. 

Ya fuese por pura suerte o porque en verdad sabía lo que se hacia, el caso es que el disparo de Templario hizo estallar parte del robot. Una parte importante además, casi todo el costado izquierdo.
Cosa que hizo que el mecánico ser se fijase en él, aunque a este no pareciera importarle.

A pesar de los desperfectos los filos de energía de los brazos seguían activos, y parecía seguir moviéndose igual de rápido. Al menos hasta que una nueva pedrada de Videshee le hizo tambalearse, lo cual aprovechó Roxanne para saltar por el hueco hecho por el acorazado y acabar de destruir desde dentro los circuitos que lo mantenían en activo.

El robot hizo bastante ruido al caer.

Al contrario que los otros, prefería mantenerse en silencio acercándose de nuevo al robot y lanzando un latigazo le golpeó quedándose adherido y lanzando un nuevo ataque cibernético. Esta vez me pensaba quedar con él de mascota.
 

Obscure estaba tratando de controlar al robot, pero justo cuando lograba acceder a su programación interna éste cayó al suelo completamente destrozado.
El cambiante pudo ver como todos los sistemas dejaban de funcionar, no iba a ser un peligro para nadie más.

El silencio que asoló la caverna después de la caída del robot sólo era roto por los chisporroteos eléctricos de la torre central, y algún quejido que otro de los rebeldes subterraneos. Al parecer dos de ellos todavía estaban vivos, aunque muy malheridos. Uno de ellos parecía ser Gregory.

Me aproximo a Gregory:

- Tranquilo, créeme: morir no es tan malo. Puedes mirar a la diosa a los ojos y dar gracias por abandonar este mundo terrenal.

Sin embargo le ayudo a ponerse en pie.

- Pero por el momento no puedes irte muchacho. No mientras no cumplas tu cometido y de paso le digas a tu jefa que no tenemos la culpa de que tus compañeros sean tan imbéciles como para entrar como elefantes por una cacharrería en un sitio obviamente protegido.

Que un tío que era una calavera con harapos te dijera eso de que morir no era tan malo y que podrías mirar a alguien a los ojos daba un mal rollo que te cagas. Seguro que el pobre Gregory a estas alturas estaba tan asustado como un gato en la parte trasera de un restaurante chino.

- Si le dices eso va a salir corriendo, tío. - Lo dije con tono jocoso, pero para mí que iba a huir despavorido en cuando nos descuidáramos. 

Eso sí, me parecía bien que se quedara para explicarle a su jefa que no los habíamos usado de escudos ni nada parecido, que seguro que nos cargaba con la culpa de que fueran unos suicidas.

- Deberíamos seguir ¿no?

Claramente yo no iba a adelantarme la primera, que llevaba el trasto ese.

Claro que entonces, tarde pero seguro, reparé en que Gregory estaba ahí tirado y con muy mala pinta, pero claro, me había quedado mirando al calaveras y no al otro.

Me acerqué a echarle un vistazo, aunque lo mío eran más los primeros auxilios que otra cosa.

- Creo que necesitas un par de tiritas - Comenté haciendo que el susodicho pusiera cara de horror porque le fuera a tocar. - pero tranquilo, la enfermera está aquí para hacerte unas curas. - Le guiñé un ojo para que mejor pensara en otra cosa y no en que podía rematarlo sin querer.

Las chicas le habían seguido el juego a Templario (en el sentido de no huir despavoridas de él, como cualquier persona sensata) y le habían ayudado a acabar con el robot. 

Garritas hasta le había guiñado un ojo. Ambas habían sido útiles. Tenía que reconocerlo.

—Buenos golpes, chicas. Recordadme que no me meta con vosotras más que lo justo para que matéis a otros y no a mí. 

Después de eso se acercó al robot. 

—¿Ahora quién es un pedazo de hojalata? ¿Quién?— dio una patada a los restos. Sonó metálico. 

Por su parte Siniestro decía cosas raras. 

- Tranquilo, créeme: morir no es tan malo. Puedes mirar a la diosa a los ojos y dar gracias por abandonar este mundo terrenal.

Templario se acerco a Videshee —Nuestro señor Dios en el cielo y su hijo Jesucristo no están de acuerdo con lo que escupe cara-calavera, pero como sé que suelta esas cosas para mojar las bragas de sus seguidoras, no se lo tendré en cuenta. Oye, tú que controlas de estas cosas. ¿Es de los góticos o de los emos? Es que no quiero confundir su tribu urbana —susurró sin susurrar en realidad. 

Siniestro seguía a lo suyo:

- Pero por el momento no puedes irte muchacho. No mientras no cumplas tu cometido y de paso le digas a tu jefa que no tenemos la culpa de que tus compañeros sean tan imbéciles como para entrar como elefantes por una cacharrería en un sitio obviamente protegido.

—¿Ves? ahora es hasta práctico tenerle cerca. Sabe pensar. Y usar palabras de más de tres sílabas. 

Mientras decía eso la rusa, la mujer se acercó y comenzó a sanar a Gregory. Templario fue a ver a Garritas. No quería distraer a Videshee y que Gregory muriera accidentalmente. 

—Ei, buen golpe con esas garras. Una cosa ¿Son retráctiles? Si no lo son ¿Como haces cuando se te mete algo en el ojo? 

El estruendo que provocó la caída del robot le hizo pensar a Roxanne que la diversión se había acabado demasiado rápido. ¡Ella quería ver más cuerpos volando destrozados por esa máquina! Joder. Debí haberle golpeado más flojo para que matase a uno más.  Mientras hubiese seguido la fiesta la salvaje no habría puesto muchos inconvenientes, aunque nuevamente volvía a demostrar que estaba a la altura –o incluso por encima, para ella- del grupo en el que se encontraba. No es que sus compañeros estuvieran mal –aunque alguno que otro le sobraba- pero sencillamente ella era mejor. Siempre lo había sido.

Escuchó hablar a Siniestro sobre una Diosa y no evitó soltar una carcajada limpia. Este tío está mal de la cabeza- pensó mientras lo miraba. Al menos no era tan estúpido como para matar al imbécil herido porque todavía tenía una utilidad, pero ya caería. No era un secreto que a Roxanne los tipos del subsuelo habían empezado a caerles mal desde que los tomaron por héroes, pero por ahora podía contener sus ganas de matarlos.

Videshee también se puso a hacerse cargo del inútil y ella aprovechó para estirar el cuerpo y limpiarse las garras. Oyó a Templario acercarse a ella y la mujer enarcó una ceja cuando le preguntó aquella estupidez. A veces no sabía si su compañero decía lo primero que le venía a la mente o si realmente no tenía cerebro y hablaba sin parar. Al menos él la distraía de toda la mierda en la que estaban metidos, y era mejor conversador que los otros hombres.

-Más bien te diría que mis manos se transforman si necesito pelear.  Sus ojos, que mostraban una heterocromía donde uno de sus iris era azul y el otro rojo, se movieron entre su compañero y la máquina. Cuando empezaron a experimentar siempre estaban ahí, pero al final lo controlé.   Se sorprendió a sí misma aunque no lo mostró por haber mencionado su pasado, pero no quiso darle importancia.  ¡Hey! ¿Podemos darnos prisa? No me gusta una mierda estar bajo la superficie. Tú, mamón de mierda, deja de hacerte el herido para que una tía buena te eche cuenta o vas a empezar a mear como una mujer.  Luego volvió a mirar a Templario- ¿Tendremos más compañía ahí dentro? Lo digo por dejarte acabar con alguno, que por ahora el mérito es mío- bromeó, o quizá no. 

Gregory se asustó, aún más si cabe, de las palabras de Siniestro. Y cuando estaba apunto de palmar por las heridas sufridas Videshee, haciendo gala de una habilidad médica de emergencia, logró estabilizarlo. Eso sí, tardaría aún bastante en poder levantarse siquiera. Pero por el momendo no moriría. No así el otro superviviente, que estaba aún peor si cabe.

Mientras el grupo confraternizaba y se hacían aún más intimos la situación era hasta algo cómica. Un robot destrozado a un lado. Varios cadaveres, tanto de personas como de bichos, a otro lado. Y al fondo una torre lanzando chispazos. Llevaba ya tiempo así al parecer. Y aunque los relampagos que soltaban eran en direcciones al azar, más de uno daba en el techo de la caverna.
Pero claro, si había aguantado en pie hasta ahora seguro que podría aguantar indefinidamente fijo.

La torre con esos relámpagos no auguraba nada bueno para quien se acercara sin protección, así que desde una distancia prudencial Obscure revisó los alrededores buscando algún tipo de panel de control o similar.

-Será mejor que encontremos alguna forma de controlar esos rayos o cuando nos acerquemos podemos quedar un tanto chamuscados.

Garritas explicó como funcionaban sus garras, era curioso. —Vaya... —por una vez no tenía una bordería que decir. Una mujer había respondido algo no demasiado borde. 

Bueno, siempre hay una primera vez para todo.

Luego se quedó con el mérito de matar al robot. —¡Eh, nada de eso! ¡En todo caso eres una killer-stealer! Ese robot era mío, lo estaba llenando de agujeros. Y seguro que fuiste tú y le quitaste el último cachito de su barra de vida. 

Roxanne tampoco quería quedarse ahí. 

—¿No habéis visto ese conector? —señaló a un conjunto de cables y aparatos que encajarían en el trasto que llevaban como una p... en un... c... una cosa que no se podía decir en horario infantil. —¿Soy el único que lo vió? En fin, no me deis las gracias, voy a enchufar nuestro aparato. 

Mientras Videshee seguía curando al pobre Gregory, Templario se acercó, tomó el cacharro y lo arrastró hasta el conector. 

Cuando Templario señaló el lugar, pudisteis comprobar que efectivamente se veían varios conectores donde podría engancharse el aparato que llevabáis. Aunque no parecían ser muy largos, por lo que habría que llevar la maquina hasta allí.

El acorazado exvillano trató de arrastrar el aparato, pero pesaba demasiado para él solo y no consiguió más que molerlo unos centímetros.

-Templario, ¿que tan bien resiste tu armadura las descargas de alta tensión?. Si nos acercamos a esa torre sin protección o desviando esas descargas nos van a freír. Si conseguimos algún objeto metálico... - Dice Obscure mientras recuerda los restos del robot- Bueno, trozos de metal tenemos unos cuantos. Videshee ¿podrías acercar un buen trozo de metal de ese robot como hiciste una vez con nuestro siniestro compañero? Así Roxanne podría acercar ese trasto y podamos conectarlo.