Partida Rol por web

Me había quedado observando la escena porque allí cada uno iba a su rollo y precisamente, estaban dejando claro que su rollo en aquel momento no estaba sirviendo para absolutamente nada. 

- No creo que pegar a esos escarabajos y quitar unos cuantos vaya a hacer menos fuerte a ese criatura. No mientras lo hagamos a golpes. 

Observé que en los alrededores había vehículos abandonados, seguramente cosas que habían usado los aliens intentando entrar al templo, así que quizás pudiera servir alguno para algo. Eso sí, en cuanto hiciera lo que me había venido a la cabeza, todo lo que había en aquella ciudad iba a saber que estábamos allí. 

- Por probar... 

Levanté un par de aquellos vehículos, los que mejor se veían y coloqué uno delante de la criatura y otro detrás. No lo iba a atacar, sólo quería dejarlos allí. 

- Probad a disparar a los vehículos. A ver si una explosión... 

Claramente me alejé antes de que a alguno le diera por disparar, no quería terminar como una salchicha en una barbacoa. 

Aunque los disparos habían sido precisos, el resultado había sido desalentador. Las balas habían atravesado al ser como si estuviera compuesto de aire. Los millones de bichos que lo componían podían juntarse y separarse a elección y, de esa forma, eran ajenos a los efectos de los proyectiles.

¡Joder! Esto iba a ser más complicado de lo que parecía. De no haber llevado la mascara puesta, Worm habría escupido al suelo.

Como queriendo dejar aún más claro el problema con el que se habían encontrado, el monstruo respondió con un ataque rápido y demoledor que acertó a Templario de lleno.

– Estamos jodidos. – Fue lo que pensó el villano, sin tener muy claro cuál debería de ser su próximo intento de dañar a aquel gigante–. Vamos a bailar pues.

Entonces Videshee levantó por el aire trozos sueltos de vehículos y los colocó donde se encontraba el coloso. Worm no entendió que es lo que quería hacer la rusa con esa acción hasta que esta les grito que dispararan al depósito de la gasolina. No era mala idea. Ojalá quedaran aún algunos litros del combustible y estallaran al dispararles.

Filthy Worm dio un golpe al suelo con el pie y al instante una enorme grieta se abrió en el terreno y se extendió en la dirección donde se encontraba el ser. Su intención era encerrarle en ella y, quizás, lograr que el efecto de la explosión fuera aún más devastador para la criatura.

– Al agujero con los vehículos. –gritó a su compañera para hacerla comprender su plan.

Entornó los ojos y centró su mente en su objetivo. Todo se movía a su alrededor, haciendo que acertar al depósito del vehículo con un disparo fuera una tarea complicada.

Worm simplemente probó su suerte.

Todo parecía haberse desarrollado demasiado rápido. La criatura golpeó con fuerza a Templario quien, por suerte, llevaba una armadura a la que estaba segura de que le debía más de una. A Videshee se le ocurrió una buena idea y el único problema que veía ahí en medio era que ella podía acabar muerta por una explosión o incluso por fuego amigo.

-Ey, dejad que me quite del medio. No quiero acabar como un colador.

Worm parecía haber entendido el plan de su compañera, o quizá ambos se comunicaban telepáticamente, a saber. Lo único que tenía claro era que ella en esa estrategia sobraba bastante, por lo que retrocedió para no molestar en sus planes.

Worm abrió la tierra, literalmente, bajo los pies de la criatura. Pero esta, quizas al estar compuesta de muchos seres pequeños en lugar de uno grande, la pudo esquivar.

Aún así los disparos a los "tanques de combustible" todavía eran una opción. Pero sus armas no eran lo suficientemente potentes para superar la dureza del vehículo.

Mientras tanto, Roxanne se fijó en que no era una buena idea estar ahí al lado y se largó antes de que las cosas se pusieran calientes.

Ni las armas de Templario ni las de Roxanne podían con la criatura, pero Videshee había tenido una gran idea. 

—Que sea la rubia la que tenga las buenas ideas... ¿Cuando apagaste el pensamiento, Templario? —se dijo a sí mismo. 

Soportó los golpes de la criatura, para apartarse y apuntar a los tanques de combustible. 

—¡Lo que diga la rubia! —dijo disparando, una vez que Roxanne se hubo apartado. 

—Mierda... ¡Esos vehículos son demasiado duros, pero aguanta los vehículos, rubia, que tarde o temprano los haremos explotar!

Templario se situó entre sus compañeros y la criatura, era el que mejor podía aguantar los golpes. Si sus armas comenzaran a disparar como hacían siempre...

Los Omegas no estaban seguros de cómo se habían destruido los vehículos, pero desde luego sus armas no parecían hacer mucha mella en ellos.
Templario y Roxy se habían apartado, y el acorazado y Worm disparaban a los restos como si no hubiera un mañana, pero no lograban hacerlos explotar. Y eso que en las películas siempre que se disparaba a un coche o algo parecido explotaban a la mínima. No era justo.

Al menos Videshee aguantaba sin problemas el peso.

Templario siguió disparando al vechículo. Sabía que tenía que haber allí una célula de combustible y podía explotar. 

—¡Vamos, gusanito, reventemos ese vehículo!

Había comenzado la fiesta y era hora de los fuegos artificiales. Roxanne, de manera muy cabal, vio lo que se le echaba encima y decidió ver la pirotecnia desde una distancia prudencial.

Tanto Templario como Worm fueron incapaces de hacer explotar los depósitos de gasolina con sus disparos iniciales, pero ¡que joder! No pensaban darse por vencidos tan fácilmente. Y siguieron disparando a los trozos de coche que Videshee mantenía al lado del coloso, con la concentración de quien dispara a los blancos de una barraca de feria para ganar el peluche gigante y poder regalárselo a su novia.

Y ¡PUM! Filthy Worm pudo ver con claridad el agujero que una de las balas hacía en la chapa de uno de los restos de coche, allá donde debía de estar el depósito de la gasolina.

No es que el villano fuera especialmente religioso (solía creer en Dios únicamente porque le gustaba pensar que algún día lo tendría delante durante su juicio final y podría meterle un balazo entre los ojos a ese hijo de puta), pero en esta ocasión rezó para que hubiera algo del explosivo liquido en el tanque.

Los vehículos de los V'Sori parecían especialmente duros. Era material alienígena así que podía ser cualquier cosa, desde berolita hasta pedrusconio. Pero vamos, que muy resistente a los disparos. De hecho en condiciones normales las armas de Worm no le habrían si no rascado la pintura, pero gracias a los impactos producidos por las armas de Templario, el blindaje había sido reducido a su mínima expresión.
Así que los blasters de Worm pudieron hacer su trabajo. Y sí, había combustible, fuese el que fuese que usasen, que explotaba de maravilla.

La criatura no pudo evitar la explosión y los miles de escarabajos que la constituían ardieron casi al instante. Fue una buena explosión. Tan buena que alcanzó a los Omegas pese a haberse alejado. Y tan fuerte que podría despertar a los muerto. Como mínimo avisar a los vivos que patrullaban la ciudad hundida de que algo había pasado en aquella zona.

El templo en cambio parecía intacto a todo lo que había pasado pese a haber sucedido en sus escaleras.

Templario dio poder a sus propulsores para dar una pirueta y tumbarse en el suelo justo cuando el vehículo explotaba. ¡Joder cómo lo hacía!

Había funcionado. La idea de la rusita había dado resultados. O al menos eso parecía. Pero…

– ¡Me cago en la puta!

Maldecir y saltar a un lado fue todo uno. Un muro de fuego se acercaba a él con la rapidez de un tren de alta velocidad. Aunque logró superar lo peor, la onda expansiva y las llamas hicieron efecto sobre el supervillano, como si lo hubieran sacudido con una maza de fuego. Se levantó palpando las distintas partes de su cuerpo, para asegurarse de que estaba entero. Pero, pese a que al parecer no le había pasado nada grave, Worm se encontraba algo fuera de si.

Me había intentado alejar sabiendo que aquello de las explosiones podía ser un poco perjudicial para mi salud, pero... muy a mi pesar parecía que no me había alejado tanto como yo quería. 

Al ver la explosión y cómo parecía surtir efecto sonreí, pero claro, eso sólo fue hasta que noté en cuestión de segundos, como aumentaba el calor demasiado para mi gusto. 

Sí, a mi parte rusa el hecho de que subiera así la temperatura no le gustaba en absoluto y bueno, qué demonios, a la estadounidense tampoco. 

- ¡Jooooder! 

Fue todo lo que conseguí decir antes de moverme tratando de no quedarme carbonizada en el intento. 

Roxanne se había alejado lo suficiente, así que cuando llegó la onda expansiva y el calor sólo tuvo que cubrirse en uno de los restos que había cerca para que pasara de largo. Eso sí, estuvo a punto de tropezar con un brazo de lo que parecía un V'Sori a medio morder. Pero se recuperó en seguida.

Con eso el único integrante de los Omegas que sufrió un poco por lo sucedido fue Worm, pero nada grave tampoco. Tan solo tuvo que recuperar el aliento ya que el calor le había sofocado al alcanzarle todo aquello.

Mientras el pistolero se reponía los demás pudieron ver como los escarabajos que no se habían achicharrado, que no era mucho, se volvían a las paredes de donde salieron para volver a convertirse en pictogramas. El camino parecia desierto, lo mismo que la zona donde se encontraban, pero sabían que después del jaleo que habían montado aquello no iba a durar demasiado.

—Hemos llamado la atención mucho, pero no había otra manera de hacerlo —confirmó Templario en cuanto vio que todos estaban bien— Ellos debieron intentar hacer lo mismo sin conseguir entrar. Si nos damos prisa igual conseguimos el objeto antes de que vengan. 

Enseguida, se dirigió otra vez dentro del templo. Eso sí, sin dejar de buscar por otras trampas. Aunque si eran criaturas que salían de jeroglíficos poco podría hacer para prevenir su aparición. Al menos iría primero con su armadura y pararía posibles golpes. 

Lo primero que hice fue llevarme las manos a la cabeza para ver si se me había quemado el pelo o las cejas. ¿Te imaginas volver sin cejas o sin pestañas de una misión? Casi automáticamente puse los ojos en blanco al pensar en aquello. 

- ¡Uff! Casi nos freímos nosotros mismos... - Había sido difícil calcular hasta dónde iba a llegar aquella explosión. 

Asentí cuando Templario dijo que habíamos llamado la atención. 

- Ya, pero es que no parecía haber otra forma. Había pensado en rayos de energía pero ninguno tenemos esa habilidad y no los podíamos sacar de ninguna parte. 

Estaba claro que ideas tenía muchas, unas menos estúpidas que las otras, pero por ideas no iba a ser. 

Templario comenzó a caminar hacia la entrada del templo y yo, le seguí. 

- A ver qué nos depara esto, que viendo lo que hay, miedo me da. 

Worm se levantó de un salto mientras se palpaba el cuerpo para asegurarse de que estaba entero. Aquello había sido un pedazo de explosión, si señor. Y bien podía habérselos llevado también a ellos al hoyo. Pero había salido bien y los escarabajos se habían retirado.

El tipo de hojalata le sacó de sus pensamientos, animándolos a continuar antes de que llegara otro comité de bienvenida. No le faltaba razón. Con el puto silencio que reinaba en aquella ruinosa ciudad, un bombazo así tenía que haber sido oído en varios kilómetros a la redonda por cualquiera que tuviera orejas. Tocaba adentrarse en el templo y dejarse de subterfugios.

El hombre gusano siguió a Videshee con curiosidad por saber que les esperaba allí dentro.