Partida Rol por web

Videshee se movía de manera tan sigilosa que si no mirabas, parecía que no estaba allí. Templario pensó que se guardaba el ruido para cuando se ponía a cantar como una loca. Pero lo cierto es que les guió por el puerto hasta el lugar con una habilidad tremenda, esquivando todas las patrullas. 

En el borde de los muelles pudieron ver varios accesos submarinos. Había unos guardias, pero si empezaban a matarlos ya, seguro que venían más. Estúpidos guardias que iban a su muerte. 

—Yo me encargo, seguro que hay un acceso por abajo. 

Templario se metió en el agua. Cualquiera pensaría que su armadura era estanca, pero no era cierto ¿Cómo hacías una armadura de metal sin rendijas que se pudiera mover? Eso sí, te dejaba nadar con ella...

Hasta que comenzó a llenarse de agua dentro del casco. 

Hmmm, mierda, con esto no contaban los diseñadores. Que pena  que los maté a todos, debería volverles a matar...

Conteniendo el aliento, Templario localizó una de las entradas, que parecía no guardada y la abrió. La presión del aire o algún campo magnético alienígena impedía que el agua entrase dentro. 

Por aquí podremos infiltrarnos sin problema. 

El supervillano volvió con calma, después de respirar dentro, y asomó la cabeza. 

—Venga, meteros en el agua y yo os llevo con mis propulsores hasta la entrada. Es pan comido y os llevaré en un instante. 

Sí, el supervillano era suficientemente ágil para llevarlos, de uno en uno o de varios, hasta entrar ya en las instalaciones. Rusita les había encontrado un buen punto de infiltración en los muelles y él podía acercarles dentro por más que estuviera sumergido. 

El un alarde de sentido común, los Omegas prefirieron ser más sutiles y evitar el conflicto directo con los guardias. Lo cual implicaba mojarse un poco, pero gracias a Templario no fue más que eso.
Cuando estaban nadando bajo el agua pudieron observar como efectivamente había otras tres instalaciones sumergidas conectadas a las dos que estaban en la superficie.
El Omega acorazado les llevó a una esclusa desierta por la que pudieron entrar todos. Las alarmas no habían sonado todavía, pero era bastante obvio que una vez dentro sería más complicado pasar desapercibidos.

Destrucción les había dicho en qué laboratorio estaría trabajando el traidor, y aunque todavía tenían tiempo tenían que avanzar por toda una base llena de alienígenas. Por lo que tendrían que elegir entre ser sutiles o audaces.

Después de una bronca en la que prácticamente no había oído nada de lo que Destrucción le había dicho, Roxanne cogió lo que le resultó útil para la misión y marchó junto al resto hacia el puerto.  La misión que tenían por delante era para ella una porquería, porque aunque le gustaba eso de colarse en sitio, ser sigilosa y pelear, no le hacía tanta gracia tener que llevarse un rehén que “debía vivir” como si fuese más importante que ellos.

Gracias a Videshe lograron adentrarse por los alrededores del puerto, comprobando que no estaban solos.  La siguiente idea la tuvo Templario, a quien no le pareció mal la idea de tener que meterse en el agua para entrar en las instalaciones, algo que a él le parecía totalmente lógico y a ella una asquerosidad porque iba a tener que hacer una misión empapada.

-Ese plan es una mierda.

No obstante, Roxanne obedeció. Cada uno de ellos fue empujado gracias al tipo de hojalata y se adentraron por una de las esclusas.  La guerrera aprovechó para recogerse el pelo y que no le molestase durante el resto de la misión.  Ahora que ya estaban dentro, lo siguiente era avanzar con la idea de encontrarse a cualquier ser viviente que tuvieran delante. Esperemos no confundirnos y matar a quien no debemos.

-Iré delante. He estado entrenando últimamente  tengo ganas de darme alguna que otra hostia en caso de ser necesario.

Y vaya si lo fue. Roxanne había optado por ir caminando por las paredes, en primer lugar, aprovechando la oscuridad para ir por el techo hasta que dio con un grupo de guardias. Sin pensárselo la mujer cayó con destreza sobre los cuerpos y, con poco esfuerzo, logró empezar sus garras para cortar los cuellos de sus enemigos antes de que pudieran dar la voz de alarma.  La mujer había estado entrenando eso de golpear con ambas garras y parecía que, por fin, el esfuerzo había dado sus frutos.

Les hizo un gesto con la cabeza a sus compañeros para que apartasen los cuerpos del pasillo y siguió caminando agazapada por el techo. –Si tienen walkies, cogedlos. Mejor si nos enteramos de qué está pasando.  

Todos estaban contribuyendo al plan 

—¿Una mierda? Pero si el plan es perfecto, Videshee lo ha hecho genial y yo encontré la entrada sumergida —mejor no les digo lo de la que había al lado seca, están muy guapas con los trajes pegados— y los trajes de faena os quedan genial. Es culpa vuestra por no traeros los bikinis que os regalé, ahora estaríais como en la playa. 

Luego Garritas pintó las paredes con los cuerpos de los enemigos. 

—Fantástico, te tengo que contratar de decoradora de mi guarida secreta —en cuanto me haga una. 

Los Omegas habían aguantado bastante bien la tentación de la violencia, al menos hasta aquel momento. Habían pasado inadvertidos sin llamar la atención, pero una vez dentro de las instalaciones V'Sori la cosa se complicaba.
Entrar en el sistema para anular cámaras de seguridad no era ninguna opción para ninguno de ellos, pues estaba más allá de sus capacidades. Por un momento trataron de moverse sigilosamente, pero llegado a un punto era imposible no encontrarse con alguno de los guardias. Y por supuesto, eso fue lo que pasó. Cosa que a Roxanne le pareció estupendo, claro está.

La pelea, si se le podía llamar pelea a aquello, apenas duro. Pero era imposible ocultar toda aquella matanza, antes o después la descubrirían, seguramente antes. Ahora tendrían que darse aún más prisa para llegar al laboratorio del docto, que afortunadamente no estaba lejo.

Estaban cerca de su objetivo, o así lo presentían. Habían logrado llegar tan lejos gracias a las habilidades de sus compañeros, lo cual demostraba que ser villano no significaba ser malo. Ya no le quedaban dudas acerca de porqué el Dr. Destrucción los había elegido, sobre todo después de ver de lo que era capaz Roxanne.

Tenían que recorrer los últimos metros y varios túneles patrullados por enemigos hasta llegar a su destino, además de lograr despistar a varias cámaras que con un movimiento giratorio escaneaban los pasillos. Eso no iba a ser fácil.

Worm miró a sus compañeros, esperando ver quién de ellos iba a animarse a llevarlos hasta su meta sin ser descubiertos, pero el resto de Omegas le devolvió la mirada con un gesto que dejaba bien claro, que le tocaba a él. Suspiró, hizo crujir sus nudillos y avanzó lentamente, atendiendo en todo momento a su entorno, sintiendo las minúsculas perturbaciones que el suelo transmitía cuando algún grupo de guardias se acercaba. De esa forma logró llevar a los supervillanos hasta el lugar, donde deberían de buscar a aquel doctorcito.

Llegar al puerto había resultado fácil, más que nada, porque aquella zona ya me la conocía hasta el aburrimiento, había estado allí demasiadas veces. Eso sí, también me trajo malos recuerdos, porque fue allí donde me capturaron y eso que yo, sólo estaba allí en calidad de traductora. 

- Malditos cabrones lanzadardos en mallas. - Fijaos si eran cobardes que para poder capturarme habían tenido que venir dos tíos con superpoderes. - Menudos blandos y acojonados. 

Templario encontró por donde podíamos entrar, aunque claro, lo de meterse en el agua no era algo que nos apeteciera demasiado. De todas maneras, era eso o liarse a palos desde ya, lo cual, en aquel momento, parecía una idea realmente horrible. 

Ya habiendo entrado por la esclusa en cuestión fueron Roxanne y Worm los que tomaron la iniciativa, así que yo simplemente los seguí en silencio, chorreando, pero tratando de hacer el menos ruido posible. 

Después del pequeño encuentro con unos desafortunados guardias V'Sori, nadie habría dicho que se podría llegar hasta el laboratorio del Dr. Arden sin ser vistos. Pero las indicaciones de Worm fueron de lo más acertadas y precisas, y siguiendo su estela pudieron llegar sin ningún contratiempo hasta allí. Y aunque tuvieron que ir despacio lograron llegar a la hora además. Precisión quirurgica como los buenos profesionales que eran.

Aún así, habían podido comprobar que la seguridad en aquel lugar era muy fuerte. Muchas patrullas de Drones y Esferas de guerra, que por el hecho de que no les detectaran no significaba que no estuvieran allí y fueran potencialmente peligrosas. Seguramente salir de las instalaciones no iba a ser tan fácil como entrar.
Pero como eso no era una preocupación por el momento, el grupo de Omegas se preparó para entrar. Abrieron la puerta, que era tan fácil como apretar un panel en un lateral, y entraron al laboratorio. Un laboratorio un poco más concurrido de lo que esperaban la verdad.

En el laboratorio había cinco V'Soris con el equivalente a unas batas médicas (o científicas, vaya uno a saber), un guardia V'Sori (justo al lado de la entrada) y dos guardias humanos (un poco apartados en el lateral). Todos se giraron al escuchar abrirse la puerta.

Ya estaba allí. El científico sería uno de ellos. Templario miró a todos los allí presentes mientras tomaba su nuevo rifle. 

—A ver... ¡Aquí hay alguien que ha fallado al Supremo Líder y debe ser ejecutado! —supongo que tendrán un Lider Supremo o algo— Todos, declaren su nombre y posición. No queremos liquidar al tipo equivocado. 

Sí, que digan quiénes son y así no nos cargamos al que no es...

Nada más entrar en la sala hasta la que los había llevado Worm, descubrieron que empezaban los problemas de verdad. Había cinco científicos donde elegir y solo uno era el correcto. ¿Cuál de ellos sería el que habían ido a buscar?

Templario decidió buscar la respuesta al dilema preguntando directamente. Worm pensó que la mejor forma de ayudarle en su búsqueda de la verdad sería acabar rápidamente con los guardias de seguridad que había en la habitación y demostrar que iban en serio. Además de que el hombre gusano estaba deseando descargar la tensión que había acumulado durante el viaje hasta y por esas instalaciones.

– ¡Vamoooooos! Que mi amigo os ha hecho una pregunta. ¿A que esperáis para responderle antes de que se ponga nervioso?

Antes de que nadie pudiera respirar siquiera, Worm le voló la cabeza a los dos guardias humanos. Para consternación, asombro y desagrado de los científicos. Que cada vez miraban con más terror al grupo de energúmenos que había entrado en el laboratorio.

El soldado V'Sori estaba todavía reaccionando a todo lo que pasaba para que pudiera hacer nada.

La llegada de los villanos fue espectacular, tal y como Rox había visto en películas de espionaje. Habían tenido que esquivar guardias, colarse por el agua, acabar con villanos y volver a recorrer con sigilo pasillos llenos de guardias como si eso se tratara de una misión imposible. Además de eso, Templario entró dando una instrucción clara y precisa y Wormy lo apoyó reventándole la cabeza a dos soldados humanos que se encontraban allí.

Ella, por su parte, decidió que no iba a quedarse sin fiesta, por lo que nada más adentrarse por la puerta lanzó dos garrazos al V’Sori que allí se encontraba con una potencia que sus compañeros no habían visto hasta la fecha. O bien estaba con la regla y era mejor no tocarle la moral, o había tenido una suerte increíble, pero la imagen que dejó tras su ataque mortal fue bastante clara: allí mandaban ellos.

-Queremos nombres. Ya- gruñó, girándose hacia los científicos mientras movía las manos para quitar la sangre de sus garras. Solo se preguntaba quién sería el siguiente. Y como no os portéis bien moriréis todos.  Así que esas manos donde podamos verlas. Oh, sí, echaba de menos intimidar a inútiles.

Si los disparos de Worm no habían hecho sudar a los científicos, que sí lo habían hecho, la demostración de Roxanne los acojonó lo indecible. Levantaron las manos casi de forma simultanea, y las gotas de sudor delaban su estado de ánimo. Desde luego no se iban a hacer los héroes.
Uno de ellos carraspeó un poco y luego habló en inglés.

-Estoo. Mmmm. Soy el especialista, lo que ustedes llamarían doctor. Alphex Ardeen.

Otro de ellos, el que estaba más alejado del que acababa de hablar, también se presentó.

+Yo soy Epsil Ardeen.

Los demás parecían animarse pese a lo asustados que estaban, y se fueron presentando de izquierda a derecha desde el primero que habló al segundo.

*Me llamo Bethen Ardeen.

#Yo Delt Ardeen.

^Y yo Gamia Ardeen.

Se quedaron muy callados esperando la reacción de los Omegas.

La situación en lugar de relajarse después de haberse cargado a los seguratas, se empezaba a complicar por la falta de colaboración de los científicos. ¿Por qué coño tenían que tener unos nombres tan raros? ¿Es que no podían llamarse García, por ejemplo?

Fuera como fuese, aquellos tipos con bata parecían todos iguales y además eran todos hijos de su misma puta madre y puto padre.

Worm se rascó un momento la cabeza, pensando como podrían seguir.

– A ver, capullos. Uno de vosotros se va a venir con nosotros y los demás podéis seguir jugando a las cocinas o a lo que sea que hacéis aquí.

Se le había ocurrido una posible forma de encontrar al doctorcito, a quien habían venido a buscar. Pero, si no funcionaba, no descartaba meterles un tiro en su jodida cabezota a todos menos a uno y dejarse de chorradas. Al final, Dr. Destrucción les había dicho que le llevaran a un tal Ardeen, ¿no? Pues tenían donde elegir y cualquiera valdría.

– Os vais a poner en fila india y os acercáis de uno en uno hasta aquí–Señaló con el dedo a un lugar en el suelo a apenas un paso de donde se encontraban los Omegas–. Los que nos sepáis decir el nombre de nuestro jefe, os ahorraréis el tratamiento de mi amiga de aquí.

Todos ellos habían podido ver de lo que era capaz Roxanne, así que la amenaza debería de ser suficientemente convincente hasta para los deteriorados cerebros de unos pardillos que se pasaban todo el día metiendo la nariz en productos químicos.

– Y, si queréis ahorraros una buena ración de mutilación y dolor, mejor será que venga primero el tipo al que buscamos y así acabamos cuanto antes.

No era tan difícil, ¿no? Luego, cuando tuvieran a su rehén, ya se cargarían a los demás. Y si no… Si no siempre podían hacerles jugar al juego de las sillas e irse cargando a aquellos que se quedaran sin asiento, hasta que solo quedara uno. Sería al menos un método justo.

Templario asintió al plan de Gusanito. Pero le susurró también: 

—Buen plan. Pero no hagamos nada hasta que hablen todos, igual alguno tiene suerte y suma dos más dos. A ver cuantos aciertan. 

Los cinco doctores Ardeen se miraron entre ellos un tanto nerviosos, parecía bastante claro que no tenían ni idea de qué les estaba hablando Worm. Alguno de ellos incluso sudaba de la tensíon. Y desde luego todos estaban acojonados hasta la médula.
Uno de ellos, el que se llamaba Delt, aventuró algo.

Emmm. Supongo que son algún tipo de grupo de terroristas en contra de la pacificación de su planeta. Así que el Overlord no será la respuesta. Pero sinceramente no sabemos de qué hablan. Así que si nos van a matar para placar sus oscuros deseos haganlo ya.

Pero antes de que cualquiera de los Omegas hiciese algo, la puerta de acceso del laboratorio se volvió a abrir. En el umbral había otro V'Sori como los que tenían delante (en realidad todos se parecían) con una especie de tablet en la mano, aunque la bata de este último era azul en lugar de la verde que tenían los cinco Ardeen.

Oh. Vaya. Veo que han llegado pronto.

Al llegar a aquella sala nos dimos cuenta de que allí había demasiada gente y bueno, estaba el problema añadido de que aquellos aliens eran como los chinos, todos parecían iguales. 

- La hostia, qué problema... - Pensé cuando vi que al menos había cinco aliens con bata. 

La próxima vez debíamos decir a Destrucción que el médico en cuestión llevara un distintivo, como cuando uno va a una cita a ciegas y dice que va a llevar una rosa en la solapa del traje. Este podía decir que llevaba en el bolsillo de la bata un rotulador verde o algo así ¿no? 

Templario estuvo hábil con su pregunta y Worm la secundó enseguida, por lo que yo simplemente observé las reacciones de los allí presentes, con mi defensa activada y dispuesta a hacer volar al primero que intentara atacarnos, lo cual sucedería en breve. 

Tras un par de "hostilidades" por nuestra parte, no tardaron en cantan su nombre, pero aquello parecía un chiste. 

- Todos son Ardeen... - No me reí porque no era el momento, pero aquello podía dar para muchos chistes. - ¿Una familia numerosa de científicos? ¿Todos? 

La puerta se abrió y estuve a punto de estampársela al recién llegado en las narices cuando dijo aquello. 

- Vale, ya lo hemos encontrado, pero ahora tenemos el problema de que si vamos a matar al resto de médicos que sin su familia es bastante probable que luego no colabore con Destrucción. 

Venga ya. Tócate los cojones- pensó Roxanne al escuchar todos esos nombres. Si ya de por sí le había costado recordar el apellido, que ahora todos tuvieran el mismo tenía que ser una broma. Apretó el puño y contuvo las ganas de cargarse a otro, por si acaso tenía la mala suerte de cargarse al indicado.  Wormy expresó perfectamente lo que ella misma estaba pensando, aunque en vez de jugar a las cocinas iban a acabar destrozados o en llamas.

Como había dicho Templario, debían esperar a que todos hablasen. Cuando uno de ellos habló de una forma que a Roxanne la pareció una falta de respeto –vamos, que se atrevieran a mirarla ya lo era- la mujer tensó la mandíbula y dio un paso adelante, pero entonces apareció alguien más, alguien que en principio parecía el tío que estaban tratando de llevarse con ellos. ¿Y ahora qué hacían?

-Por fin. ¿Tienes que coger algo o podemos ponernos ya a lo nuestro?- preguntó la mujer, apretando los puños. Si ese tío quería desertar debía tener claro que los demás iban a tener que ser silenciados de un modo u otro. Lo que no se esperaba es que dijera que había que salvar a todos esos capullos o se iba a echar a reír allí mismo.

Templario escuchó la diatriba del alien. 

—¿Terroristas nosotros? ¿Quién ha bombardeado ciudades? Vale que yo alguna vez puse una bomba que otra contra objetivos concretos y aceptables. Y a veces até una bomba al presidente de un banco y lo tiré por el balcón y otra vez... ¡Al grano! Vosotros sois los malos, habéis bombardeado todas nuestras ciudades en nombre de esa "pacificación" y vuestro Tontolord. 

La explicación era clara.

—Por tanto, los terroristas sois vosotros, y nos habéis provocado una terrible angustia interior, que expresaremos de forma destructiva. Psicología básica. 

Miró al que parecía que les esperaba —¿Pronto? ¿Son colegas o familia tuya? —preguntó, señalando al resto. 

Las repuestas de los alienígenas solo lograron cabrear a Worm aún más. No se lo estaban tomando en serio y así era muy difícil decidir a quienes reventar la cabeza y a quienes no. Estaba claro que aún no estaban dispuestos a colaborar, así que el villano avanzó con la pistola en la mano hasta llegar donde estaba el que les había dado aquella respuesta y apretó la boca del arma contra la dura cabeza del científico. Iba a enseñarles a hacerles caso cargándose al listillo aquel.

Pudo ver como unas gotas de un liquido que en un humando debería ser sudor resbalaba por la frente azul del V´Sori. Que asquerosos eran los tíos.

Entonces, cuando el dedo meñique empezaba a apretar el gatillo, la puerta se abrió y todo pareció aclararse. Ahí estaba el tipo al que habían venido a buscar.

Worm bajó la pistola. Pensaba cargárselos a todos, pero a su debido tiempo. No necesitaban ahora a un grupo de profesores gritando de terror y llamando la atención a alguna posible patrulla.

– ¿Veis que sencillo era? ¡Hala! ¡Todo aclarado! Ya podéis volver a jugar a las cocinas o a lo que sea que hagáis con esos hornillos. ¡Venga! Todos tan amigos, ¿eh?

Y dio unas palmadas en el hombro del V´Sori al que había estado a punto de volar la cabeza. Completó las palabras de Roxanne.

– Vámonos ya, que tampoco es cuestión de perder el tiempo con presentaciones. Por cierto, señor doctor, ¿tiene usted algún miembro que apenas use? Uno que no le importe dejar atrás y eso.