Partida Rol por web

Al poco de haber sido espectadores de la brutal muerte de Nikolai, fuisteis retirándoos a vuestras habitaciones, en parte para alejaros de lo que parecía que iba a ser la rutina de cada anochecer mientras siguiérais allí, en parte porque un extraño sopor os estaba afectando a todos por igual...

Aparentemente. 

Un nuevo día se alzaba ante vuestras miras, y aunque el cielo era gris, para vosotros el amanecer seguía siendo el mismo que hasta ahora. Las cortinas echadas os no dejaban cuan diferente era la realidad del exterior.

Joyce fue el primero en despertar aquella mañana. Él mismo se había encargado de trasladar el cadáver de Nikolai al mismo cuarto donde se encontraba Rebecca. Trasladó el órgano de esencias hacia aquella habitación, pues ciertamente, empezaba a oler a descomposición. Por suerte, gracias a aquel aparato consiguió disimular con éxito el hedor que comenzaba a desprender el cuerpo muerto.

Después de haber limpiado el rastro de sangre de la moqueta del salón, aguardó pacientemente a que empezarais a despertar de vuestro sueño. 

Poco a poco, aparecéis en la sala de estar, temerosos de encontrar una nueva víctima. No obstante, os reunís con aparente calma - dentro de las circunstancias - pues no se han escuchado gritos provenientes de ninguna de las habitaciones. 

Sin embargo, constatáis que aún faltan por aparecer algunas personas. Algunas pasan fácilmente desapercibidas, pues habían estado durante los dos días que llevabais encerrados apagados, distantes. Pero hubo una persona cuya ausencia fue fácilmente detectable. 

Miradas se cruzaban entre vosotros, desesperadas, tratando de encontrar a Charlotte en la sala de estar; como si se os hubiera pasado por alto su presencia. Pero no, definitivamente no estaba allí. 

Joyce se aventuró hacia la habitación de la muchacha. 

Temblando y acurrucada en una esquina de su habitación, Charlotte se mecía hacia adelante y hacia atrás, con la cabeza escondida entre las piernas. 

Garden fue el primero en acercarse; Charlotte lo recibió abrazándose aún más si cabe, sollozando más fuerte. 

El anfitrión posó primero un brazo sobre el hombro de la muchacha; ésta levantó levemente la vista, y al ver que era Joyce, se relajó un poco, pero no abandonó su postura hasta pasado un buen rato. 

Mientras, vuestras miradas ansiosas escrutaban la escena desde una posición bastante discreta, en la entrada de la puerta. Charlotte parecía estar diciéndole algo a Joyce, aunque no pudisteis escuchar qué era, hasta que Garden salió al salón acompañado de una temerosa Charlotte.

- Bien, parece que han intentado acabar con Charlotte esta noche - sentencia Joyce, con la mirada tranquila. - Según me ha dicho - continúa, asintiendo en dirección a la joven- alguien entró en la habitación bien entrada la noche. No le pudo ver la cara, pero afirma que la intentaron asfixiar con la almohada...

Charlotte interrumpe la explicación de Joyce con un sonoro sollozo. Éste intenta consolarla, frotando con sus manos el hombro de la chica. 

- Fue astuta: reconoce haber fingido su muerte, ayudada con unas pastillas que se trajo del laboratorio de Incubación. Parece que están en desarrollo... Y los efectos no los tengo muy claro; creo haber entendido que paralizan el cuerpo de la persona que las ingiere durante un periodo de tiempo relativamente corto - unas cuatro horas -, haciendo que las funciones vitales lleguen a unos mínimos... - Garden agita los blisters de pastillas que Charlotte le había dado en la habitación. Se encogió de hombros al descubrir ante vosotros que ya no quedaban más comprimidos.

- Se la dio por muerta erróneamente, según parece.

Torpemente, Charlotte empieza a hablar. Os dice extrañada que, de las 20 pastillas que había traído consigo, ella sólo usó dos, por lo que el resto tuvo que haberlas robado alguien. 

Vuestras miradas parecen entender el motivo de que haya tantos ausentes durante la mañana. Joyce, que parece haberlo entendido también, se apresura a buscar habitación por habitación. 

Monica, Erik Mawson y Charles Winston se encuentran totalmente rígidos; la respiración es muy leve, y el pulso apenas perceptible. Cualquiera podría haberlos dado por muertos, de no haber sido por la aclaración previa de Charlotte. 

Ésta, comprendiendo también la situación, os informa de que una sobredosis de aquel medicamento podría deprimir al organismo de tal manera que la parálisis fuese algo irreversible.

La muerte era uno de los efectos secundarios. 

Joder... dijo para si Sasha mientras se alejaba unos pasos de la multitud de gente.Ya no los iban cogiendo de 1 en uno.. han intentado borrar del mapa a 4 personas en una noche! Esto es una locura.. si se prosigue con las votaciones y estos ataques vuelve a sucediendo   el grupo no durara vivo mas 3 noches...

Bueno no era momento de lamentaciones, se dirigió a Charlotte y le pregunto- ¿hay alguna forma de desvanecer los efectos de las pastillas y de hacer que vuelvan en si?.-

La impresión por los hechos ocurridos durante la noche la habían mantenido distanciada y en silencio tras la intervención de Joyce. Todo lo sucedido el día anterior había supuesto un reto a su entereza, algo que se veía capaz de superar, sin embargo sentir tan cerca de ella el peligro había mermado la fortaleza que le quedaba.

El mareo había remitido pero el cuello le dolía terriblemente. Desde la esquina en la que se encontraba no dejaba de mirar a todos los presentes: entre ellos estaba el responsable, entre ellos estaba la persona que había intentado asesinarla. Se sentía vulnerable y expuesta ante la mirada de todos ellos y empezaba a temer que volvería a echarse a llorar en cualquier momento cuando Sasha se dirige a ella. 

- Lo lamento... las pastillas están aún en desarrollo y ni siquiera nosotros sabemos los efectos adversos que un consumo elevado podría desencadenar. En nuestros últimos experimentos habíamos aumentado la dosis a dos comprimidos, por eso sabía que los efectos serían pasajeros en mi caso... pero con ellos... - siente como las palabras se agolpan en su garganta, temerosa de pronunciarlas - no tenemos ningún tipo de referencia, quizás vuelvan a despertar o... quizás no... 

Phil suspiró cuando Charlotte habló al fin. Qué poco había faltado...

-Joder. ¡Joder! Hemos tenido suerte -miró a Charlotte- : me alegro de que estés bien... Por poco no contamos contigo.

Se dirigió entonces al resto.

-Otra vez. ¡Otro intento de asesinato! Esta vez la fortuna ha estado de nuestro lado, pero, ¿cuánto tiempo aguantaremos así? ¡No podemos seguir cayendo como moscas! -Phil se sentía frustrado, pues poco estaba en su mano más allá de emitir un voto- El día anterior... Me negué a votar, me negué a participar en la muerte de una persona. Pero no nos queda otro remedio... Debemos poner fin a esto antes de que otra persona vuelva a ser atacada. Joyce, lo haremos a tu manera. Pero si acaba muriendo otro inocente... Deberemos encontrar otra forma de hacer esto.

-Si no votamos no hay forma de detener las víctimas... pero si lo hacemos a lo tonto como ayer solo van a morir inocentes.

Vincent no pudo hacer otra cosa que aceptar la realidad, les gustara o no debían hacer algo. Algo que no era para nada bonito.

-¿Alguien sabe algo, por qué han atacado a Charlotte?- miró a la chica en cuestión- ¿tú viste quien te atacó o saber algo de ellos?

Si la muerte de Nikolai resultó espantosa para todos, máxime al conocer su inocencia, el ataque a Charlotte y el estado de coma de tres compañeros más elevó la tensión en el grupo hasta cotas antes desconocidas.

Arthur tardó en asimilar lo ocurrido esta vez, sobrepasado por los acontecimientos. Pasó la noche en una duermevela nerviosa, dando vueltas sin cesar en su colchón, pero ni las más funestas imágenes que se le vinieron a la mente durante las largas horas de vigilia le prepararon para lo que se encontró, cansado, al levantarse por la mañana.

La vieja retahíla acudió con fuerza a su memoria condicionada: "medio gramo para una de asueto, un gramo para fin de semana, dos gramos para viaje al bello Oriente, tres para una oscura eternidad en la Luna". ¿Cuántos gramos iba a necesitar para sobrellevar todo aquello?

Arthur se acercó a Charlotte lentamente. Las conversaciones del día anterior parecían tan lejanas en ese momento...

- Me alegro de que estés...bien - la chica parecía exhausta y nerviosa, pero al menos estaba con ellos todavía. Arthur sonrió cálidamente a la joven y después se giró al resto del grupo.

- Lo ocurrido esta noche es terrible, pero pienso que debe darnos esperanza. Esos asesinos, sean quienes sean, no son infalibles, han empezado a cometer errores y si permanecemos firmes los descubriremos... - Glyver asintió a las palabras de Vincent. Aquel Delta era tan poco hablador como certero en sus análisis, y eso Arthur lo agradecía en momentos como aquel, aunque le resultara sorprendente.

- Sí...¿porqué ella? -meneó la cabeza pensativo, como si de ese modo las ideas fluyeran en su mente con mayor rapidez, pero no respondió su propia pregunta, pues no hallaba una respuesta por el momento.

Cuando Vincent le pregunta se queda absorta, intentando evocar como había ido ocurriendo todo.

- Fue todo muy confuso en realidad... Cuando me fui a la cama, después de todo lo ocurrido con las votaciones, me sentía muy inquieta. Recordé que aun tenía las pastillas en el bolso y las saqué, mi idea era tomar solo una para relajarme y dormirme inmediatamente; no es el uso que se le tiene previsto, pero en estas condiciones... Cuando la saqué otro comprimido cayó en la cama, no le dí mas importancia y simplemente me acosté. Luego todo ocurrió demasiado rápido, noté que me agarraban del cuello pero no podía reaccionar de forma normal debido al efecto de la pastilla. Todo estaba demasiado oscuro, no pude reconocer a nadie... Por suerte, intentando safarme, dí con la otra pastilla, sabía que era mi única salida... y el efecto fue inmediato. Lo siguiente que recuerdo con más o menos claridad es que me desperté sobresaltada... 

Jim levantó ambas cejas al escuchar el relato de Charlotte -Sin duda, ¿Que es mejor?¿La suerte o la astucia? Has tenido un poco de las dos, me sorprende que hayan fallado, pero me alegro Charlotte, al menos ya sabemos que eres inocente y eras una miembro activa, ayudabas mucho y ahora lo harás mas seguramente, dime, ¿Pudiste ver algo?... lo que fuera, un anillo, un traje... cualquier cosa que pueda ayudarnos a encontrar a ésos asesinos...- Se mantuvo callado, esperando la respuesta de ésta pero no recibió ninguna, "La cogieron por sorpresa y éso nos ha evitado cualquier pista posible..."

Los chillidos de Phil estaban causando estragos en Jim y le empezaba a alterar -¡Phil! Cálmate de una vez joder... ¿No te das cuenta que así no nos ayudas? NO hay otra manera, éste hombre(Joyce) nos ha reunido aquí a todos, es decir, ¿Crees que no habrá pensado todas las posibles formas?... Las votaciones es la única manera de que no acabemos todos acuchillandonos con los cuchillos de la cocina, o con las tijeras de encima de la mesa... enserio, deja de darle vueltas, piensa quien puede ser un asesino y vótale... no hay mas- Cuando éste se calló Jim empezó a pensar en todos los que estaban en esa sala "Vincent, el amable y gordito Delta, parece completamente inocente... ¿Pero lo és?, Akira, la china de las narices que se puso como una fiera ayer por un maldito comentario, se sobresaltó de una manera un tanto extraña, demasiado para haber hablado solo en ese momento... Los Arthur, ambos líderes y a la vez rivales, ¿Quizás una estratégia de acólitos?Ni idea... Phil, no se si es útil o no, sea como fuere, que bajo ese maldito volumen, luego están Conall, John o Charles o Michelle que casi no han hablado... y luego está Dolores, que para una vez que habla le sale el eructo... finalmente la que me votó Sasha... ¿Me votó? ¿Por que?" Sus pensamientos se interrumpieron en cuando llegó a Sasha -Oye- Dijo dirigiendose a ésta -¿Se puede saber por que me votaste? Entiendo lo de la llorona ¿Pero tu?-

Aquella sucesión de hechos terribles, sin un solo momento de descanso parecía que iba a acabar con toda su resilencia, aunque era una facultad no enseñada en el condicionamiento, se presuponía que los alfas debían tenerla. Primero Nikolai, y ahora, quizás, más personas. Y Charlotte casi muere. Eso quería decir que ella no era uno de los asesinos... 

-Ahora ellos tienen las pastillas, ¿no? -tembló con nerviosismo. Podían dártelas mientras dormías o colártelas sutilmente en cualquier comida o bebida.- ¿Qué podemos hacer? ¿No hay ninguna forma de identificarlas? Podríamos revisar los equipajes de todos y ver si las pastillas están ahí. Si alguno las tiene, debe ser él el que lo ha robado.

La situación podía con Lola. No estaba preparada para una situación de tanto estrés. Se acercó a la barra tomó un vaso de agua y se sentó en el sillón que había junto a la mesa. Entonces empezaron a venirle ideas a la cabeza, ideas sobre un mundo exterior que jamás había previsto volver a tomar, un mundo que jamás vería si las cosas allí dentro seguían igual. Dolores quería escapar de aquel lugar solo pensaba en volver a aquella casa de campo con la que muchas veces había soñado, un lugar que de corazón puediera llamar "hogar".

Arthur se levanto con la ultima afirmación de Victor en la cabeza. -"Pero era inocente, después de todo, no hemos echo otra cosa que ayudar a los que nos diezman"- Ese era el único pensamiento que tuvo hasta que se durmió y el primero al despertarse, pero decírselo no cambiaría nada por lo que solo podía continuar como el resto, discurrir y descubrir, aunque lo segundo, sin conocer a nadie de antemano, era casi tarea imposible. Lo primero que hizo fue lavarse la cara y hechar de menos una dosis de soma, estaba empezando a estar confuso e incomodo, algo que no solía experimentar a menudo a pesar de llevar tiempo sin tomar su dosis diaria. Hoy no necesitaría arreglarse la barba, un alivio para borrachos que no entendían sus acciones, pero él si debía entender las suyas. Poco después estaba listo para lidiar otro día pero no para descubrir 4 ataques. Se llevo los dedos a la sien y recapacito. -Muy bien... Entonces, ¿Tenemos alguna duda de que Charlotte Roux sea una de ellos? Yo por mi parte no tengo duda, al menos en esta noche, no les hace falta fingir un ataque a uno de los suyos cuando estamos tan dispersos en nuestras votaciones, por lo que ella seguramente sea inocente al 100%. Por otra parte... Señorita.-Le preguntaba a la propia Charlotte.-Estas tres personas que están con sobredosis por su medicamento, presupongo que al menos les han dado mas de 3 pastillas, si usted con 2 aun esta en pie. eso hace 9 pastillas menos mas las dos que a tomas 11 ¿Por lo que pueden tener en su poder aun otras 9 pastillas? O ha necesitado gastar todas ellas.- Era importante saber esto, si eran capaces de atacar a otra persona y poner en coma a otros tres estaban en clara desventaja - Y por ultimo, ¿Mójese sin miedo, de quien desconfía? Puede que sea la razón de que buscaran su muerte ayer noche.-Callo a la espera de respuestas.

-Lo único que intento -contestó a Jim- es que no muera más gente inocente, como Nikolai. Joder, ya van dos víctimas, casi tres, aunque por suerte Charlotte ha sido más lista que ellos y ha sabido "defenderse"... ¿Es que no has pensado que matando de esta forma podríamos acabar con todos los inocentes? ¿Facilitarles el trabajo a los que quieren acabar con nosotros?

Ya sé que parece el único modo, y desde luego colaboraré con lo que diga la mayoría. Lo único que digo es que la sangre sólo llama a más sangre, y que si encontrásemos otra forma de solucionar esto... No dudaría un segundo en apoyarla.

Con respecto a Charlotte, creo que la pobre ya ha sufrido suficiente y nos ha contado todo lo que recuerda... No debemos seguir acosándola con preguntas, debemos empezar a lanzar las preguntas en otra dirección. Creo en su inocencia, pero no en la de muchos otros.

Sasha alzo la cabeza y fue  servirse un vaso de agua mientas tanto fue contestándole -Buenos días Donovan... si te soy sincera  las votaciones han estado cargadas de tensión, todos hemos estado alterados por  no saber a quien votar y con el miedo de matar a un inocente. Hasta ahora  eras el que por tu actitud menos confianza me dabas y junto al ambiente tenso  que se respiraba le di mi voto.- le pego un sorbo al vaso- Pero parece que e dado en hueso roto y puede que tengas un poquito de alma-  jugueteo un poco con vaso, se dio la vuelta y fue paseando por la estancia.

- El número de pastillas que pueden quedar es una incógnita para mí. Como comenté las pruebas solo habían alcanzado a los dos comprimidos... confiar en que ha sido usado un número concreto de ellos sería demasiado arriesgado en estas circunstancias. - dice con pesar, al no poder ser de ayuda ante las dudas que plantea Arthur - De todas formas creo que podemos estar tranquilos en ese aspecto: son conscientes de que ahora que sabemos lo ocurrido estaremos mucho más atentos a lo que suceda. 

Cuando Arthur le pregunta por sus sospechas medita con cuidado sus palabras antes de contestar. Nada más despertarse por la mañana todo a su alrededor había supuesto una amenaza pero ahora, que empezaba a recuperar la compostura y la fuerza, no tenía las cosas tan claras.

- Ni confío ni desconfío de nadie, Arthur. Mis impresiones son demasiado subjetivas y no harían más que exponer a un posible inocente. Mientras no haya alguna prueba significativa solo puedo observar e intentar deducir quien puede estar implicado.

Escucha el resto de opiniones y hace un leve asentimiento a Phil tras sus últimas palabras. 

- Entiendo que la existencia de las pastillas suponen una amenaza y que, por tanto, algunos se sientan desorientados. Intentaré ayudar en todo lo posible, aunque como podéis ver no hay mucho más que pueda aportar al respecto. De todas formas estoy de acuerdo contigo, el asunto de las pastillas no deben desviarnos del verdadero problema.

Estaba de acuerdo con Arthur en al menos una cosa - Yo también opino que Charlotte es inocente, alguien ha ido tras ella y ha tenido la suerte de aparentar estar muerta para que la dejaran.

Por desgracia, no se podía decir lo mismo de los demás, Vincent no sabía en quien confiar y en quien no.

- Supongo que  han ido a por ella porque no votó a nadie ayer y así no recaen las sospechas sobre nadie, porque por desgracia no se puede deducir mucho más de por qué la eligieron a ella.

Estaba claro que los que atacaron por la noche no querían ser señalados, y lo mejor era no llamar la atención ni ganarse la enemistad de nadie.

Sumidos en la conversación como estábais, no sois consciente de que unos pasos torpes se acercan hacia vosotros desde una de las habitaciones. El suelo enmoquetado ayuda a enmascarar unas pisadas que, poco a poco, van perdiendo cada vez más el compás de las mismas. 

No es hasta que Monica Gillian cae, para vuestro asombro, a un palmo de vosotros, que os dais cuenta de que está allí. 

Vuestras miradas de perplejidad reflejan vuestra total incomprensión acerca de lo sucedido. Al menos, tenéis la certeza de que ninguno sabe más que el otro sobre lo que está pasando, ni porqué Monica ha sido la única en escapar de las terribles consecuencias que provocan una sobredosis de aquellas misteriosas pastillas. 

Al ver que la mujer se revuelve, intentando levantarse -sin éxito-, algunos corren a socorrerla tan pronto como pueden. 

Me dirigí a Charlotte, en cuanto ésta se hubo recuperado un poco y la felicité por su rápida, valiente e inspirada reacción, interesándome también por su salud.

Al menos, la noche ha supuesto un pequeño fracaso para los asesinos que quieren acabar con nosotros, y nos deja la certeza de que ella es uno de los inocentes. Lo malo es que aún disponemos de muy poca información para poder hacer elecciones coherentes.

De repente, y sin que apenas nos hayamos dado cuenta, se oye el ruido de un cuerpo desplomándose. Ante nuestros ojos atónitos está una de las chicas que dábamos por muertas, una de las que apenas había dicho nada hasta ahora.

Me acerco rápidamente a ella y la agarro de los hombros, sacudiéndola suavemente, intentando que no pierda esa consciencia que ha recuperado y que da la sensación de que puede volver a perder en cualquier momento.

- ¿Hola? ¿Me escuchas? -la muchacha mira con ojos ausentes y parece no tener apenas fuerzas más que para agarrarse tenazmente a la vida - Intenta no dormirte de nuevo. -nuevas sacudidas- ¿Hay algún médico aquí, entre nosotros? -pregunto mirando a los demás, por si hay alguien mejor capacitado para socorrerla que yo.

Todo había sido tan confuso desde la llegada de Monica a ese apartamento que se había mantenido temerosa, apartada del resto. No sabía por qué se había quedado allí al ver que había tanta gente, pero las palabras de Joyce habían sido tan alentadoras, expresando exactamente lo que ella sentía, que la curiosidad por ver qué sucedía al día siguiente había sido demasiado fuerte. - Siempre podré irme después. - Se había dicho a sí misma al escoger un habitáculo individual. 

Y sin embargo, los sucesos del día siguiente todavía estaban impresos en sus retinas. Monica había sido incapaz de votar por nadie, había pasado el día sola, apartada de todos con un vaso de agua en la mano. Había ignorado el hambre, las discusiones, las provocaciones por su silencio y los gritos de los demás. La certeza de haber sido descubierta en una reunión que como mínimo era ilegal la tenía atenazada por el terror. Quizá si no se movía, si no hacía ningún ruido, nadie se fijaría en ella y en algún momento podría largarse. Al fin y al cabo nadie sabía su nombre todavía... Volvió a meterse en el habitáculo individual como la noche anterior, moviéndose más por instinto que por un impulso racional, prometiéndose a sí misma que trataría de escapar como fuese...

Y después todo fue oscuridad. Una oscuridad densa y larga en la que estuvo perdida muchas horas. Demasiadas. 

Cuando recuperó la consciencia parpadeó varias veces. Se sentía muy débil y su mente estaba todavía llena de un sopor dulce que se pegaba a sus párpados. Le resultaba difícil mantenerse despierta y empezó a sentir miedo al no saber qué le había pasado. Fuera de la habitación podía escuchar voces mientras sus ojos luchaban por volver a cerrarse y perderse de nuevo en la oscuridad. 

Inspiró profundamente antes de sacar las piernas por el lateral de la cama, haciendo un esfuerzo enorme por incorporarse lentamente. No quería volver a dormir por mucho que todo su cuerpo se lo pedía a gritos, no comprendía por qué tenía tanto sueño y le daba miedo no ser capaz de despertar una vez más.

Caminó hacia las voces despacio, con pasos suaves, tratando de despertarse un poco más con cada movimiento que hacía, obligándose a sí misma a despejar su mente. Y cuando tan sólo estaba a un par de metros del grupo de gente sus piernas fallaron y cayó al suelo. 

Sintió un brazo ayudándola a levantarse y alzó sus ojos oscuros hacia el hombre que la sostenía con agradecimiento. Asintió a sus palabras y luchó con más fuerza contra el sueño, intuyendo que él tenía razón y no debía volver a dormirse. Tomó aire con fuerza y trató de mantenerse sentada, apoyándose en él. - Gracias. Muchas gracias. - Consiguió decir con la voz ronca y rasposa, tanto por el sueño como por las horas pasadas sin hablar, con la garganta apretada por el miedo. - Me llamo Monica. - Era consciente de que decir su nombre a esas personas le daba una nueva dimensión a todo. Si esos infiltrados de los que habían estado hablando el día anterior aún no sabían todo sobre todos y cada uno de ellos, ahora ya podrían saber quién era ella.

Monica no creía que fuese posible que no lo supieran, pero la pequeña esperanza de escapar sin repercusiones que había guardado en su interior se desvaneció con ese gesto. Había tratado de pasar desapercibida y había sido envenenada o algo así. Era evidente que no iba a poder esconderse. Nadie podía esconderse del Gobierno. En realidad la pregunta que subyacía mucho más profundamente era por qué iba a querer alguien hacerlo. En ese momento creyó comprender por qué no los habían enviado a la isla sin más. Para que lo que sucediese en este departamento fuese un correctivo. Para enseñar lo que sucedía con las personas que trataban de salirse del molde. La imagen del cráneo abierto de la joven del día anterior volvió a su mente con fuerza y Monica se revolvió, haciendo un esfuerzo por levantarse.

Poco a poco se iba sintiendo más despierta. Se sentía débil, pero se sentía capaz de mantenerse en pie, o al menos de llegar hasta sentarse en una silla. - ¿Qué me ha pasado? - Preguntó, mirando primero al hombre que había acudido a socorrerla, y después al resto de los reunidos allí. - No podía despertarme... - Allí estaba la urna del día anterior, la que ella no había querido usar. Pero no volvería a cometer ese error, estaba claro que esto era una lucha por la supervivencia. Un extraño instinto por salvar su propia vida surgía en su mente condicionada. Y se aferró a él con fuerza. 

Javier Gonzales no entendía muy bien lo que pasaba,otra noche,y de nuevo,un nuevo muerto,ademas la actitud de ese tal Joyce era muy sospechosa,pero,¿en quien podía realmente confiar?,ninguno le parecía muy ¨confiable¨,así que decidió ir por lo que decía su intuición y se acerco a una de las mujeres del grupo. -Disculpe creo que usted se llama Zarina ¿cierto?,necesitaría hablar con usted un momento,¿me permitiría hablar con usted unos momentos? Espero la respuesta de la mujer.