Partida Rol por web

En la calle veo como mis enemigos ni siquiera pueden saltar hasta donde yo estoy, sin poder contenerme me pongo a reirme, esas bestias absurdas ni siquiera saben nada, me han destrozado mi acuerdo con los Cyberseres pero eso no es importante a llegado lo hora de que acabe con ellos, los aplastare como gusanos los destruire hasta que no quede de ellos ni el mas minimo rastro.

entre risas y gritos de demencia su cuerpo empieza a trasnformarse en el de una maquina que cuando termine mide mas de 7 metros.

Salto sin pensármelo dos veces y cuando aterrizo, sin sorprenderme por el tamaño de la máquina lo ataco con mi espada en el tobillo.

Monto en Sindaliel y salgo de la habitacion sobrevolando a la criatura, tenemos que destrozar a esa monstruo de ser antes de que aga que todos en esta ciudad acaben torturados o muertos con los soldados metalicos

La espada de bellis rebota contra la armadura de la criatura en la que se a combertido ahora el alcalde quien lanza un puñeta simple contra el suelo

La espada rebota y yo me tambaleo y doy dos pasos atrás, si sequía pegando en la plancha no podría ganar nunca, tenía que atacar en otro lado, en ese momento me fijé en una junta que había en su pierna derecha, quizás ahí si que el ataque tendría éxito, lancé un corte con todas mis fuerzas a la junta en la parte trasera de su rodilla, la espada brilló reflejándo su objetivo en su pulcra superficie de un metal desconocido -No me vencerás, hoy vas a morir-

Puse toda mi experiencia y mi fuerza en ese golpe, esperaba que funcionara, porque si no, ya no sabía que más intentar, mi esperanza estaba en que ese golpe surtiera efecto.

Aquella escoria queria golpearme con su espada de juguete, pensando que era siquiera rival para mi esa bestia no es nada ni siquiera podria recivir el nombre de enemigo era una cucaracha pero si pensaba que le dejaria atacarme estaba muy equivocado di un salto y lo esquive dejandome caer despues para aplastarlo como a un insecto.

Veo como aquella eberracion metalica salta y no puedo hacer nada pero no pienso dejar que aplaste a bellis, no es mas que un monton de metal y se merece la muerte- MUERE- Mi grito de furia hace que mi mente se sincronice a la perfecion con la de sindaliel, siento en mi propio cuerpo como el fuego sale de su cuerpo como recorre desde su estomago hasta la garganta para luego salir en una potente llamarada dirigida directamente a la cabeza de aquel ser metalico, el fuego contiene toda mi ira y la de el para darle la maxima fuerza de la que dispongamos Sindaliel y yo.

Me aparto corriendo hacia delante para intentar esquivar la gran mole que intentaba aplastarme y poder quedar otra vez detrás de él e intentar utilizar mi desventaja de tamaño, como una ventaja, a la par que intentaba por tercera vez consecutiva atacar a su pierna, donde estaba la junta, ya me estaba desesperando, en ese tiempo habría matado a veinte hombres normales y a esta criatura no era capaz de hhacerle un rasguño -Vamos Ignis demuestra lo que vales-

Consigues esquivarle sin problemas y tu espada le da un gran corte en su pierna metalica mientras lin le abrazas la cabeza con sindaliel

No puedo evitarlo y recivo la llamarada de aquella lagartija voladora que me da en ola cara, no lo habia tenido en cuenta aquella miserable alimaña ni siquiera contaba en mis pensamientos y ahroa me estaba intentando quemar, notaba como mi cara me ardia por su culpa, justo despues me cai al suelo habiendo olvidado a la otra alimaña que me golpe con su jugute y me rasgo mi nuevo cuerp, aquellos inseptos habian conseguido molestarme, cargando con fuerza di una voltereta para librarme de ellos, y haciendo con los impulsores de mis brazos se movieran a maxima potencia le lance un puñetazo con toda la potencia de que disponia al estupido insepto que cargaba con la espada

Al ver que ese ataque era inbloqueable me lanzo hacia la derecha para esquivar su puño, mientras corro incansable hasta la pierna para volver a golpear en su junta e intentar que no se pueda mover más, si seguíamos así llevaríamos las de perder, esta vez en vez de dar un tajo clavo la espada en la junta introduciéndola lo más profundo que puedo.

Vamos, quedate cojo de una vez, ser del inframundo.

El engendro metalico consigue esquivarme y alejarse del fuego de sindaliel, pero eso significa que le estaba fectando y eso me dava una ventaja me acaaba de decir que el fuego le hacia daño y que con el podriamos conseguir algo, habia llegado el momento de darlo todo, sindaliel y yo tendriamos que conseguir usar la maxima fuera que tenia nuestra raza y enseñarle el verdadero poder que podia desatar un dragon, aquel poder solo podia usarlo nuestro rey, pero ya no podia seguir acultando mucho mas las cosas y con un pco de suerte nadie reconoceria jamas aquel poder y solo lo atribuirian a una fuerza descominal del dragon.

- A llegado el momento amigo mio , se que te jure que no usariamos eso nunca pero este hombre merece un castigo-

Fusiono mi mente con la de Sindaliel hasta el punto de que nuestras existencias aprecen dejar de existir y solo somos aprte uno del otro, se que mi cuerpo ahora ya no es mas que una estension de el de sindaiel y veo noto el cambio que le sucede, noto como de mi espalda surgen 2 alas que rasgan mi piel para salir, noto el viendo que se agita entre ellas, noto una cola que se estiende tambien rasgando la piel de mi coxis, estendiendo los bastagos de bertebra que hay alli hasta formar una perfecta cola, mis manos se transforma igual siendo ahora unas garras como las de sindaliel, se que ahora el que me vea pensara que no soy mas que una bestia, todo mi cuerpo se trnasforma y dejan ver una criatura entre humana y dragon.

Si mi ciudad me viera todo el mundo me odiaria pro usar ese poder, pero no puedo hacer otra cosa ahora mismo, me separo de sindaliel y ambos volanmos, noto los muscoles de mis nuevas alas en cada movimiento de estas, noto su fuerza la sensacion de libertad que se siente al volar, mi mente ya no puedo controlarla mas, ahora solo soy parte de una menten conjunta en la que la de Sindaliel tiene todo el control.

Nos situamos uno delante y otro detras no se quien es quien pero noto la orde de atacar, noto como el fuego surge de mi estomago y atraviesa mi garganta un fuego que es capaz de quemarme hasta mi, 2 llamas salen dirigidas hacia la aberracia, una le golpeara en su espalda otra le golpeara en su cabeza.

Lo que veo me deja boquiabierto, Lin era más fuerte de lo que parecía, era increible, sacudo la cabeza con lo que consigo que el pelo se quede pegado al sudor de mi cara y me lanzo a por la otra pierna, aunque pensaba que ya era inútil de todas formas apreté la empuñadura de mi espada, Ignis con fuerza, lo que consiguió que los nudillos se me volvieran blancos a causa de la falta de riego de sangre.

Me lancé a por la otra pierna, clavándo la espada con ambas manos en una junta, el metal de la espada brillaba con un placer bélico, esa espada era la perfecta compañera para alguien como yo, noté como el metal cedía bajo la presión de la punta de mie espada, y tensando los notábles músculos de mis brazos intenté introducirla hasta la empuñadura, para después retorcerla en su interior.

-Vamos Lin, ya lo tenemos, un poco más, está acabado-La espada no me fallaría, lo sabía, lo sentía, aunque el escudo ya me pesaba en el brazo izquierdo pero no cedía en mis intentos.

No puedo creermelo cuando veo aquella lagartija y esa cucaracha hacer algo tan horrible, deformar la carne humana para crear algo tedioso como aquello, me daban asco solo de pensarlo, era algo horrible, merecian que los matase, pero pensar consas hizo que esas bestias pudieran atacarme, me cubrieron con su fuego, me ardia todo el cuerpo, notaba mi nuevo metal funciendose, no podia quedarme quieto o aquellos estupidos seres podrian llegar incluso a hacerme daño, intente dar una volvereta pero entonces note mi piernas nueva, sedesgarraba su precioso metal caia, cedia ante un juguete como el del otro insecto, cai al suelo sin poder evitarlo por culpa de esa herida pero almenos asi consegui eitar que el fuego siguiera golpeandome.

Me acerco corriendo a la cabeza de la máquina, y miro con un profundo odio al alcalde poniéndo la punta de la espada en su frente, mi abdomen subía y bajaba a un ritmo demasiado acelerado, apenas podía llevar oxígeno a mis pulmones, pero iva a acabar con la vida de aquel miserable, lo iva a matar, clave mi espada con fuerza en su frente, y después le pegué una patada a la empuñadura de Ignis, empujándola con todas las fuerzas que me daba mi pierna, cada músculo de ella, cada fibra.

Muerete malnacido-Grito con ojos de loco mientras, el sdor se desprendía de mi frente y el pelo se me apartaba de la cara. Clavé las uñas de mis dedos en la palma de mi mano con tanta furia que la palma empezó a sangrar por cuatro puntos, las gotas de mi sangre caían sobre mi espada que luchaba por introducirse en su cabeza.

Vemos como esa abominacion cae al suelo derribado, piensa escapar de nosotros, pero no pensamos permitirselo, arancaremos capa a capa cualquier trozo de metal que tengo hasta encontrar su carne y devoraremos su corazon, calcinaremos todo su ser, desintegraremos hasta la ultima celula de su cuerpo y devoraremos a su familia como castigo por sus pecados.

Aterrizamos en el suelo cada uno a un lado, situandonos sobre cada brazo de la bestia, no podemos contenernos y empezamos a embestir, le clavamos nuestras garras, desgarrando el firo metal, mordemos con toda la fuerza de la que somos capaces, algunas fallamas de fuego salen incluso de mis dientes que estan ansiosos por alcanzar su carne y devorarlo