Partida Rol por web

Un nuevo amanecer

De compras

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29/03/2008, 15:39
Master Indio

Las calles ya bullían en plena actividad cuando Nadine y Kane salieron del interior del refugio donde hasta ahora se habían resguardado, mostrando que la vida seguía con su rutina habitual pese a que ellos se encontraban inmersos en lo que se les antojaba un mundo paralelo, donde una situación tan típica como ir a trabajar, o ir al cine, o lo que fuera, se presentaba como un lujo extraño destinado a personas sin problemas.

Cómo cambiaba la percepción de las cosas...un día algo te puede parecer un problema, pero a la vista de los sucesos, lo cambiarías todo por ser partícipe de las mundanales situaciones que hasta el momento te parecían anodinas....lo que siempre has dado por hecho se derrumba, mostrándote lo fino que es el hilo que te sujeta a una realidad, dejándote ver lo endeble que es el suelo donde siempre has apoyado con firmeza tus pies.

Incluso el cielo, que el día anterior se había mostrado repleto de nubes dispuestas a dejar caer su húmeda carga, hoy se presentaba limpio, con un azul intenso propio de un día de primavera.
Los transeuntes disfrutaban con la caricia del sol sobre su piel, con la promesa de un día en el cual podrían incluso dar relajantes paseos por el parque....promesas que no estaban destinadas a todos, pues algunos caminarían con una sombra acompañando sus pasos.

Notas de juego

Post de iniciación a la escena.

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30/03/2008, 15:54
Nadine Corbett

La luz le acribilló las pupilas con cientos de alfileres, pero no se quejó, ni le pareció traicionero. Sintió como si la despertaran de un sueño. Mientras esperaba a Kane y como si de una planta se tratase, Nadine se apoyó contra la pared del edificio, flexionando una de sus rodillas, plantando la suela de uno de sus zapatos en ella y girando su rostro hacia la luz. Le resultó gratificante y sintió algo nuevo e increíble en sus circunstancias, ganas de vivir. Eso fue lo que generó en ella la calidez del sol sobre su piel. Algo que a más de uno podría parecerle absurdo en su situación.

Hay algo hermoso en el hecho de no querer morir, pero no importarte entregar tu vida por algo, que algo sea tan imperioso y primordial que te lleve a arriesgar lo único que te queda. Existe un sentimiento primario en esa entrega sin límites. Cuando ya no te queda nada, en realidad no pierdes nada, y, a pesar de que ella había pensado que no le quedaba nada y que ciertamente no perdía nada, siempre quedaba algo en el tintero, algo que uno nunca valoraba apropiadamente, la propia existencia. Esta sensación que la invadía, no le restaba determinación a los actos que iban a realizar, sino que hacía que las cuentas le cuadrasen. Sencillamente la reafirmaba, si perdía la vida en el intento de destruir a Leonard, para ella merecería la pena el mero hecho de probar, de aportar su grano de arena, sin más. Curiosa moraleja vital.

Se quedó allí en silencio, observando a madres con hijos, a parejas, a grupos de amigos y a ancianos, pasando por delante de ella, reflejando una realidad que para ella había dejado de existir, destellos de aquello que para los demás era vida y para ella una verdad a medias, un engaño. Había atravesado el espejo, y ahora veía todo aquel devenir desde el otro lado, mientras que sin poder evitarlo le asaltaba una pregunta inquietante, ¿qué sería de esa “realidad” si “su realidad” tomase posesión de ella? Y pese a la luz, el calor y el confort, un escalofrío le recorrió la espalda. Observó de nuevo a aquellos transeúntes que vivían felices bajo la inconsciencia, ese manto acariciador exento de responsabilidad y de toma de decisiones. Se alegró por ellos, pero sorprendentemente no se entristeció por ella misma, no.

Vivir realmente no implicaba alcanzar ninguna meta, parecía más similar al hecho en sí mismo de viajar. Cada uno con su billete, en el medio de transporte que hubiera escogido, con equipaje o sin él, de largo recorrido o directo, durante un espacio de tiempo menor o mayor. Lo mirases por donde los mirases, un viaje, no dejaba de ser eso precisamente, solo que en ocasiones por propia determinación o por las circunstancias, jamás se alcanzaba el destino que figuraba en el billete.

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31/03/2008, 10:12
Kane

Rodó del mundo subreal de la casa, de la muerte, de la cárcel que representaba todo aquel asunto, al exterior, a la vida, a poder volver a dar un paseo, sin prisa pero sin pausa por una ciudad. Al salir al exterior, voloró la situación como cuando viajó por primera vez a Oxford y se levanto aquella mañana y paseo por la ciudad con un desconocimiento total de las calles, de las gentes y donde todo parecía maravilloso, incluso el tiempo, con una leve capa de llubia que parecía que no hacía nada, pero que jodia enormemente. Todo era hermoso.

Esa sensación se repetía. Estaba en otra ciudad, dispuesta a acoger sus pasos, dispuesta a ocultarlo de todos los ojos. Si, de todos los ojos. Y valoró la situación, valoró el salir corriendo y huir ahora que sólo estaba con Nadine y que podía acabar con ella de un sólo disparo. Sí. Huir de toda esta mierda. Podría escaparse en ese mismo momento.

Pero era adsurdo, él no estaba allí retenido, él estaba allí por su propia voluntad. Además, lo andaban buscando y lo meterían en la cárcel. No, no era bueno huir.

Respiró el aire contaminado de la ciudad lo máximo posible para volver a soltarlo lentamente. Luego giró su cara hacia Nadine.

Vamos. Nos espera una mañana de compras entretenida.

Y sonrió. Había sonreido en os últimos cinco minutos más veces que en los ultimos cinco días.

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31/03/2008, 15:38
Master Indio

Las calles se abrían ante ellos con la promesa de una simulación de cotidianeidad, como una pareja de turistas que las recorren en su afán por desentrañar sus misterios antes de continuar el tour hacia otra ciudad, queriendo absorber en el menor tiempo posible una historia de centenares de años.....transcurso del tiempo plasmado en el verdor que recubría las broncíneas estatuas que salpican diversos lugares de la capital austriaca.

Ninguno de los transeúntes con los que se cruzaban les miraba con excesiva atención, sólo algún que otro giro de cabeza, que podía ser achacado a un repentino interés por la figura de Nadine....o quizá por el pálido rostro de Kane....pero nada que fuera excesivamente preocupante para ellos.
Por suerte, incluso las grandes pantallas televisivas que sembraban los lugares altos de la ciudad, no emitían en ese instante ninguna noticia respecto a ellos.....puede que otras noticias hubieran desbancado al reguero de cadáveres, aparentemente asesinados por el mismo criminal, y este fuese quedando en el olvido.

Pero una cadena de televisión, y más como EyeVision Channel, no deja de lado una historia tan morbosa durante demasiado tiempo, no mientras pueda sacarle el jugo hasta dejarlo seco.....simplemente era una pausa para que el televidente mantuviera la expectación, que no llegase nunca a acostumbrarse y se perdiera el morbo que habían conseguido darle hasta el momento.

A los pocos minutos de estar caminando por las calles, muchas de ella empedradas con baldosines, llegaron al edificio que albergara años atrás la ópera de Viena, hasta que un noble adinerado había decidido adquirirla para sus fiestas privadas.....tanta historia en manos privadas....tantas costumbres perdidas, como aquella en la que coincidiendo con el solsticio de otoño, se realizaba un baile en el cual jóvenes adolescentes vestían ropas de gala en un simbólico abandono de la niñez para alcanzar a madurez....todo perdido ahora en un mundo en el cual todo estaba a la venta.

Mientras tanto, los comercios llenaban las calles por las que iban caminando, pero ninguna se ajustaba a los intereses que les habían llevado a salir del refugio....sin embargo, John les había indicado que su objetivo no andaba lejos, y finalmente, al girar una esquina, allí estaba.
Era un comercio con dos grandes ventanales, ubicados uno a cada lado de la puerta, y en los que había gran cantidad de sus artículos expuestos.
El ventanal de la derecha se reservaba para productos estrictamente estéticos, mostrando la gran variedad de que disponían.
En cuanto al otro ventanal, presentaba una visión un tanto macabra, con una colección de cabezas de piel gris que observaban sin ver al posible cliente, recubiertas todas ellas de distintas pelucas de gran colorido y distintos peinados.

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31/03/2008, 23:12
Nadine Corbett

Pues sí… asintió, al menos aquí se respira aire fresco, aunque sea cargado de polución…, sonrió también mientras caminaba junto a él y, a pesar de no conocerle mucho, no se sintió incómoda, no sabía muy bien si por el deseo de no parecer tensa entre la multitud y tratar de pasar desapercibida o porque de repente al salir de aquel agujero, momentáneamente había dejado de ser un mero ratón de laboratorio y así le resultaba menos complicado relacionarse con el entorno, incluido Kane. Bueno, a ver que encontramos primero…

De momento su humor había mejorado y eso se notaba. No es que su familia hubiera desaparecido de su mente, o el dolor la hubiera abandonado, es que al menos se estaban aireando todos juntos y eso era para echar las campanas al vuelo. Había habido algún momento en que había pensado que perdería el sentido allí dentro, engullida en plena explosión emocional y rodeada de desconocidos.

A pesar de todo, Nadine procuraba no mirar de frente a los transeúntes, no se fiaba de que en cualquier momento pudiesen aparecer los rostros de ambos a bombo y platillo en las pantallas de cualquier establecimiento. Según John… todo estaba cerca… claro que tampoco es que haya sido muy explícito… De repente se topó con la tienda de cosmética, vaya… pues aquí está… Miró a Kane de frente y le dijo: ¿Tú te encargas de los cosméticos… y yo voy pillando las pelucas?… Va… echó un vistazo a la tienda de arriba abajo desde fuera, observando si había alguna cámara de seguridad, o televisión y a las personas que se hallaban en ella. Todo le pareció dentro de la normalidad. Entró.

Se encaminó a la zona de las pelucas y les echó un vistazo. Era un poco raro comprar unas pelucas sin ni siquiera probárselas antes, de manera que comenzó a hacer el paripé delante del espejo que había en esa zona y se acabó quedando con varias que parecían las más naturales, como el precio no importaba, ese detalle lo tendrían que pagar.

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01/04/2008, 09:03
Kane

Kane comenzó a andar al lado de Nadine. Sonreía e incluso tenía la imprudencia de mirar a la gente que caminaba de un lado a otro. Siempre le resultaba gracioso observar a los "extrangeros", parecían todos iguales, tan metidos a lo suyo, como si ellos fueran los únicos que tenían vida. Nadine era una persona de pocas palabras, cosa que agradeció Kane, pues a él le gustaba hablar más bien poco y sin mediar muchas palabras, llegaron hasta la tienda de cosmeticos.

La verdad es que Kane no se iba fijando en las tiendas ni nada, él iba con su mirada fijándose en los monumentos, en los edificios, en la gente, en las calles, siempre le gustaba apreciar todo lo que rodeaba cada nueva ciudad que visitaba, menos mal que Nadine estaba atenta y le avisó de la tienda.

Unos segundos parados delante del escaparado para observar lo que allí mostraban y Kane asintió.

Me parece bien. Yo iré a por los cosmeticos, necesito un par de cosillas con urgencia.

Nadine parecía con prisas, incómoda o algo, porque además de no hablar durante el camino, apenas esperó respuesta por parte de Kane y ya estaba probándose las pelucas dentro de la tienda. ¿Que le pasaba? ¿Porque tanta prisa? Ahora Kane no sentía ese peligro que sentía allí dentro, sino todo lo contrario, ahora, se sentía a salvo. Y no tenía ni la más mínima prisa por volver a aquella casa, asi que dejo pasar unos segundos con suspiros de alivio delante del escaparate y paso a la tienda.

Él sabía moverse por aquellos lugares y fue a por lo que necesitaba, delineador de cejas de máxima precisión; Polvos sueltos ligeros, perfectos para todo tipo de piel, asi que no se complicaría mucho en ese tema; Una barra de labios ultra cremosa de acabado brillante, para las chicas por supuesto, debían de estar guapas para ir allí; Colorete en polvo de tres tonos, sufuciente para hacer un maquillaje disimulado; Corrector que difumina las líneas y arrugas para Janika, con tono irónico, y soltó una risita, desgraciadamente, a su edada, ya las estaba usando y curiosamente nadie se daba cuenta de ese pequeño detalle; Sombras de ojos cremosas de color intenso de dos colores; Bálsamo labial intensamente hidratante sin color, sus labios necesitaban hidratarse; Base para maquillaje para... para pieles secas, no tenía ni idea de como necesitarían los demás esas cosas, pero para él mejor era ese, tenía la piel muy seca; Maquillaje en seis tonos en polvo bastante ligero y para pieles secas, perfecto; Lápiz delineador de ojos de textura cremosa, perfecto para las prisas, perfecto para Kane, perfecto para sus ojos (una sonrisa); Máscara Termo-Sensible de Larga Duración para las pestañas.

Estubo paseandose, cogiendo cosas y disfrutando de aquel, su momento, durante bastante tiempo, pensando sobretodo en lo que necesitaba él.

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01/04/2008, 19:19
Nadine Corbett

Al lado de las pelucas, Nadine vio un expositor de gafas, se probó varias, iban a entrar de noche, pero… ¿quién sabe las vueltas que da la vida? A ella últimamente se la habían puesto boca abajo sin preguntárselo, sin previo aviso y con alevosía. Se probó también algunas, la mayor parte eran de marca, pero no de mucho renombre, de manera que tras un rato de observación de cara al espejo, escogió alguna sin pasarse.

De camino hacia donde supuso que se encontraría Kane, se paró en los coleteros, horquillas y demás artilugios de sujeción, meditó durante un segundo y arrampló con lo que le pareció. Un, dos, tres… para el cesto. Ehhh… para… un segundo… el mundo de las gorras, gorros, viseras y demás decoraciones similares apareció ante sus ojos como por arte de magia, estaban en el pasillo contiguo a las pelucas y aquí sí que perdió un poco el tiempo, la verdad. Una vez hubo terminado, se acercó al lugar en el que se hallaba Kane y… no pudo por menos que sonreír.

Parecía una persona totalmente distinta, el verde de sus ojos tenía un brillo especial y estaba disfrutando de aquellos instantes, sin miramientos. De manera que no iba a ser ella la que le quitase su momento de gloria, total quizás estuvieran muertos hoy o mañana, de manera que pasaba. Allí en pie, la figura de un Kane entretenido en algo de su agrado y encantado, era digna de dejarla en paz y ella no pensaba apagarle la tele y mandarlo a la cama, como se hace con un niño chico a una hora prudencial.

Se quedó a su lado y para no aburrirse mientras él acababa, se dedicó a darse crema hidratante, algo de rímel, pintalabios… tomándolo todo de los probadores destinados al público, al fin y al cabo, para eso estaban. ¿Sabes que me apetece?... Un helado… murmuró casi inconscientemente mientras presionaba levemente un labio contra otro y se observaba en el espejo. Allí parada, después del sol, del corto paseo hasta alcanzar la tienda, se sentía como si fuera su última oportunidad de ser normal. Todavía les quedaba por encontrar la ropa, pero en ese instante le fue imposible retener aquel pensamiento estrictamente mundano y fuera de lugar y, aunque toda aquella semi normalidad pudiera derrumbarse como un castillo de naipes en cualquier momento, o a lo mejor precisamente por eso, lo deseó.

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01/04/2008, 22:06
Dependienta

Aquella tienda en la que ambos se encontraban era una de las más completas y con uno de los surtidos más variados de toda Viena, y las dependientas estaban acostumbradas a lidiar con clientes exigentes o a tener que afrontar grandes volúmenes de clientes que parecían ponerse de acuerdo para llegar todos a la vez....cosa que no pasaba a una hora tan temprana, pues prácticamente habían terminado de abrir cuando entraron aquella pareja que, por sus gestos corporales, disfrutaban en su expedición por todas las secciones de las que disponían...sobretodo la mujer, pues el hombre había llegado a la zona de cosmética y aún no había salido de ella.

Una de las dependientas se encontraba cerca, observándoles con disimulo....y fué más la curiosidad que otra cosa la que la llevó a acercarse, emitiendo una pregunta que no necesitaba respuesta, pues saltaba a la vista que se apañaban bastante bien - ¿Puedo ayudarles?

Mientras preguntaba, sus ojos repasaron cada uno de los artículos que Nadine había ido depositando en la cesta que había recogido a la entrada, encontrándose que había prácticamente de todos los tipos de productos que vendían.

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02/04/2008, 09:01
Kane

Ken no se había percatado de la presencia de Nadine cerca de él, hasta que oyo su voz deseando irse a tomar un helado.

Si

Kane contesto como quien contesta a una loca. No le había prestado atención a lo que había dicho, estaba absorto dentro del mundo de la cosmetica y no quería salir de ella, hasta que la dependienta lo trajo de vuelta a la tienda. Levantó la mirada y la observó.

No, yo creo que está todo.

Pero recordó de repente algo fundamental y que si se lo entregaba, no tendría que buscarlo, siempre pasaba igual, se le olvidaba algo.

Necesitaría un jabón para pieles secas, para la cara, y colonia Coum, si es posible que venga con su estuche, con el after y un gel de baño.

Si, había visto esos estuches, y suponía que aquí también los podía encontrar, esa colonia era su preferída, olía bastante bien y ya que se iba a maquillar y preparar, necesitaba esa colonia para darle el toque final y estar perfecto.

Se giro hacia Nadine.

¿Ya has terminado de coger todo lo necesario?

De pronto, al levantar la mirada hacia Nadine, se sintió incomodo, aquella mujer se había pintado los labios y tenía otro color de piel, otro brillo, otra alegría, y ¡joder! era bastante hermosa. Sintió una punzada en sus partes bajas y un instinto animal le sobrevino sin poder apartar la mirada de ella.

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02/04/2008, 15:49
Dependienta

La dependienta puso un gesto algo extraño cuando Kane le pidió la marca Coum, pues en ese momento no le sonaba de nada, y eso era extraño porque ya llevaba un año trabajando en aquella tienda, así que después de tres o cuatro inventarios, sin duda tendría que sonarle el nombre....por mucho que fuese una marca que no se vendiera de forma excesiva.

Iré a mirar si nos queda alguno de esos estuches – respondió con una sonrisa antes de girarse y encaminarse hacia el almacén, donde, de camino, se encontraba su compañera que llevaba allí bastante más tiempo que ella....si Coum existía sin duda tendría que saberlo.

Al cabo de unos minutos, la dependienta apareció de nuevo, con un estuche en la mano izquierda y un bote de tamaño mediano en la otra.

Es el último que nos quedaba – le indicó a Kane mientras le tendía el estuche que este había solicitado....finalmente sí que existía esa marca, pero era muy raro encontrar a alguien que la pidiera – y aquí tiene un jabón como el que quería.

Extendió su mano para hacerle entrega de un bote mediano con aplicador – El jabón cara y cuerpo manteca de karité y vainilla de Druide forma parte de la gama de productos "Karité, protección extrema". Este jabón es ideal para la higiene de la cara y el cuerpo, y conviene a todos los tipos de piel seca. Es biológico y su fórmula se basa en ingredientes activos: el cacao como emoliente, el té verde como antioxidante, y el vetiver como relajante. Este jabón de Druide es rico en manteca de karité y en cacao, ofreciendo un equilibrio y una hidratación máximas a la piel seca.

Se notaba que la mujer se desenvolvía perfectamente en el mundo del comercio, y que tenía dotes para la venta......normal, en cierto modo, cuando se trabaja a comisión por las ventas.

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02/04/2008, 19:44
Nadine Corbett

Kane acababa de pedir colonia, clarísimamente para él además, su último capricho, y a Nadine le entró la risa. Sí, se rió y en ello no hubo ninguna mala intención, ni ningún segundo sentido, fue algo natural y totalmente espontáneo. Era la primera vez que se reía desde que se había muerto todo el mundo al que amaba y se sintió extraña. Había sido tal la intensidad de las últimas horas que lo percibió como si hubieran transcurrido siglos. Por ella, que pidiese lo que le diera la gana y si no, que no los hubieran mandado a ellos a comprar. Sólo esperaba que oliese bien, porque fijo que se la ponía a la primera de cambio.

La dependienta se esfumó y Kane le preguntó sobre lo que había cogido. La verdad es que la pregunta en sí misma le resultó un poco retórica, sonaba más a un: “¿está todo ya?” que a otra cosa, pero la aprovechó para repasar lo que llevaba en la cesta, pues he cogido un poco de todo… desde gorros, viseras, coleteros, redecillas, horquillas, pasando por pelucas e incluso gafas de sol… echó un vistazo a lo que llevaba Kane, ya veo que tú también… aún sonreía sin poder evitarlo y con ganas, si se te ocurre algo más… se encogió de hombros, mientras lo miraba de frente y tuvo una sensación extraña, como si tuviera sus dos ojos clavados en ella.

En ese momento llegó la dependienta, haciendo alarde de toda su sabiduría mercantil, más allá de los límites soportables para Nadine, que casi sintió ganas de comerse el jabón, de lo bien que lo describió, no siga… nos lo llevamos… se lo arrebató de las manos sin faltarle al respeto, tampoco era eso, y se aproximó a la caja para pagar los productos que se llevaban de allí. Deploraba cómo la hacía sentir aquel tipo de empleado, para el cual tú no tenías ni repajolera idea de lo que buscabas, ni de lo que comprabas, hasta que ellos te lo decían, y bueno… pues puede ser que a veces llevasen razón, pero no era el caso de Kane y aún así no podía evitar sentir ganas de meterles los productos en la boca.

Todavía estaba rememorando las múltiples cualidades del jabón Karité, cuando reparó en un expositor de lentillas de colores, que había en la zona de pago para que los clientes picaran en el último momento y, siguiendo el reclamo conscientemente, escogió algunas de diversas tonalidades, no tenía muy claro lo que se iba hacer al final, de manera que mejor la variedad. Cuando no te preocupa el dinero porque llevas de sobra, las cosas se ven de una manera totalmente distinta a la habitual. Mientras esperaba a que su compañero se acercara a dejar los productos sobre el mostrador, se colocó una de las gorras una vez cargada ya en la cuenta, una moderna de color oscuro, de un tejido blando agradable al tacto, sin visera y de un estilo algo extraño, pero curioso.

Respiró hondo, se sentía mejor. Comenzaba a ser ella misma otra vez, aunque no tenía muy claro cuánto le iba a durar.

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03/04/2008, 08:53
Kane

Nadine describió todos los árticulos mientras Kane la observaba detenidamente, sin prestar mucha atención a lo que ella estaba hablando. Si, bueno, está bien, la verdad es que estás perdiendo facultades, antes te fijabas más en las tias, pero llebas un tiempo que tienes la cabeza ocupada en otras cosas...

La dependienta volvió a irrumpir su descanso y comenzó a venderle un jabón de una manera que a Kane le sacaba de los nervios, y justo cuando iba a saltar, Nadine ya tenía el producto en la mano, Kane sonrió y se encogió de hombros. Vaya, había sonreido, al igual que lo estaba haciendo Nadine. Esto le hise sentirse mejor, el paseo en busca de cosmeticos había sido una gran idea, estaba recuperando las fuerzas por luchar, estaba recuperando la esperanza y se estaba viendo libre en un futuro.

Llegó detrás de Nadine sin perder contacto visual con sus caderas y situó lo que tenía en su cesta en el mostrador para que fuera cobrado, y vio como su compañera estaba cogiendo algunas lentillas.

Muy buena idea, aunque yo no consentiré ponerme ninguna. Eso de tocarme los ojos no va conmigo, no lo soporte, y cuando os la pongais vosotros, recordarme no estar delante. Un escalofrío recorrió su cuerpo.

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04/04/2008, 01:35
Nadine Corbett

Pagó a la dependienta, mientras hablaba con Kane, no tienes porque ponértelas… aquí hay de todo… estaba echando un vistazo a las bolsas que llevaban, y tanto… Se despidió, salió fuera del local, en el que habían campado a sus anchas, y le esperó. Se observó en el cristal del escaparate y, al verse en conjunto, sintió que podía pasar desapercibida, cuando su compañero llegó a su altura, le miró y añadió: Te pones lo que te apetezca… quizás sea lo último que te pongas… por supuesto, esto último tan sólo lo pensó. Vamos, a ver que encontramos antes la ropa o la heladería… bromeó.

Echó un vistazo a la calle de arriba abajo, necesitaban ropa que pareciese de trabajo y, de ser posible, no tres tallas más grande o más pequeña, como era el caso de lo que llevaban ahora. Poder cambiarse de bragas tampoco estaría mal, digamos que Roster no había profundizado mucho, más bien parecía haber cogido la ropa al peso. Claro que por otra parte, tampoco era cuestión de quejarse.

Comenzó a avanzar junto a Kane por la calle, mientras que escuchaba retazos de las conversaciones de la gente que se cruzaba con ellos, sintiéndose como en una pecera, aislada en una pequeña burbuja, que le permitía vivir en su micro mundo. De pronto, aquella comparación la sorprendió y se preguntó quién era en realidad el pez, quién vivía en una pecera, ella o los transeúntes. ¿Sabes?... me alegro de haber salido de ahí… no hacía más que darle vueltas a lo mismo todo el tiempo...

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04/04/2008, 09:01
Kane

Evidentemente... no se las pondría y eso lo tenía más que claro, asi que se ahorro una nueva respuesta. Espero a que Nadine pagara y salio detrás de ella para observar como se miraba en el espejo. ¡Que ganas tenía él de poder entrar al servicio de algún bar de mala muerte, coger las pinturas y retocarse un poco para volver a ser el de siempre! Pero bueno, podría esperar, no cabía dudas de que podía esperar, o al menos no había otra opción.

Camió junto a Nadine por la calle con las manos en los bolsillos y encorbado levemente hacia adealnte, pensando, pensando en el último libro que se le quedo colgado en su despacho. ¿Como acabaría la historia? Se había quedado justo cuando el asesino de prostitutas bajo la preción de la lengua afilada del ricachón minusvalido se iba a tomar la Amanita y morir precipitadamente. ¿Moriría de verdad? Suponía que sí, ese autor le gustaba ese tipo de textos.

Pensar en otra cosa que no fuera la misión le estaba ayudando a poder mantenerse en pie.... ¿¡Heladeria!? la frace de Nadine le había sacado de sus pensamientos. Y miro extrañado a su compañera. Heladería. Pues no resultaba una mala idea después de todo. Le apetecía, la verdad y la sonrisa complice de ella le confirmaba que a ella le hacía ilución.

La verdad es que pararnos en algún sitio a tomarnos un helado nos vendría bastante bien. Ademas, me apetece.

Si, un helado con nata por encima y sirope de chocolate. ¿Y porque no dos helados? ¡Que mas da! Si ella tenía el dinero suficiente y él el apetito necesario para comerse dos o más helados.

Nadine volvio a hablar, y dijo justo lo que Kane estaba sintiendo, salir de aquella cárcel le estaba sentando realmente bien. Incluso el había abierto el apetito.

Sí, a mi tambien me había venido bien. Por cierto, lo de tomar el helado vendría de lujo, podría ir un momento al servicio y maquillarme. Lo necesito de verás.

¿Para que negarlo?

Por cierto si, Nadine le estaba callendo bien y a él siempre le había dado morbo preguntar esas cosas ¿que opinas de los demás?

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04/04/2008, 23:12
Master Indio

Si no fuese por todo lo que les había rodeado durante los últimos días, y por aquel futuro incierto que les aguardaba, ambos parecerían simples turistas que han salido de compras en una ciudad desconocida....de hecho, al resto de transeuntes es lo que les parecía, dos personas cualquiera dando un paseo por unas calles que no eran las suyas, pues eso se detectaba por la forma en que ambos miraban de un lado para otro, como si estuvieran enfrascados en una búsqueda continua, o quizá en la admiración de todo lo que les rodeaba.

Pero al menos, ese comportamiento les llevó a dar con la mitad de lo que buscaban, pues aunque lo más normal hubiese sido que hayaran una tienda de ropa, que son mucho más frecuentes, el azar quiso que una heladería se cruzara en su camino, con una pequeña terraza de tan sólo cuatro mesas frente a la puerta.
Todas las mesas tenían sombrilla, aunque a estas horas de la mañana, y siendo primavera, aún se encontraban cerradas, dejando que el sol calentase la piel de los clientes que quisieran disfrutar de un helado en el exterior.
Por otro lado, a través del escaparate, se podía ver que también disponían de una larga barra con asientos de barra sin respaldo, justo a continuación de un pequeño mostrador acristalado donde se exhibían todos los sabores que estaban disponibles.

Tras la barra, una pizarra mostraba la lista de precios junto a las posibles peticiones que se ofrecían...una bola...dos bolas...medio litro de helado....la copa especial...en definitiva todo lo que estaba a la venta, incluído cafés y todo tipo de refrescos.

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05/04/2008, 10:24
Nadine Corbett

Nadine se paró frente a Kane mirándole directamente a los ojos, podría mentir y decirle que no se había ido forjando una opinión de todo el resto, pero eso era un engaño y no tenía la más mínima intención de mentirle, era aquello que uno decía cuando no quería implicarse, cuando pasaba de “mojarse”. No iba con ella, para eso era mejor callarse y acabar la conversación, lo cual no le apetecía en absoluto.

¿Qué impresión tengo de Kane?… sonrió. Creo que tú y yo no empezamos con buen pie… esto era totalmente cierto. Dices lo que piensas y lo que sientes… tal y como te viene a la cabeza… hizo una pausa, y eso es terrible… se rió, o quizá no… ladeó la cabeza, contemplándole en su totalidad, como si sopesase algo, ya estoy harta de lameculos y de hipócritas… le observó detenidamente, das la impresión de ser un tío raro… estaba siendo totalmente sincera, pero eres algo inusual hoy en día: diferente… volvió a sonreír, claro que eso no lo hubiera descubierto de no ser por este paseo… o me hubiera costado mucho más…

Se giró y continuó avanzando y hablando en un tono confidencial, cuando llegué a la cueva, me parecisteis de hielo… se refería al grupo en su totalidad, pero eso es culpa de cómo soy yo… no vuestra… respiró hondo. Janika es compleja, a veces inestable, pero necesaria y muy válida… el ruso da la impresión de tener algo con ella, que ella no parece corresponder… frunció algo las cejas, como analizando sus últimas palabras, con el viejo tengo la sensación de que es un cabrón, al que lo único que le importa es su objetivo… a veces había sentido como si fueran marionetas en sus manos, John navega en un mar de presión emocional, cosa que no es de extrañar… Nadine no entendía como ella mísma seguía en pie, a Gabriele seguramente le pasa lo que a mi… que todavía estamos intentando digerir un jodido día de mierda que no entendemos, ni queremos entender… voldió a mirar a su acompañante, pero que nadie se rinda… despuntaremos… asintió con la cabeza levemente, Fred, está aquí de rebote, pero sorprendentemente se adapta bien… y Eban es una pena que no vaya a entrar con nosotros, porque parece un tío equilibrado y coherente… terminó por encogerse de hombros y añadir: pero qué sé yo… si no hace ni un día que os conozco… en ningún momento juzgó a nadie, tampoco iba con ella. Describió lo que en realidad era una primera impresión.

Se paró de golpe, ahí estaba uno de los locales que andaban buscando y, de hecho, habían tenido suerte, era la heladería. No sabía si lo que tenía era un bajón de azúcar espectacular o un antojo de primera, el caso es que sin más alzó ambas cejas y se metió dentro. Síííííííí… un gesto de verdadero placer se dibujó en su rostro, destacando en sus rasgos de una manera especial.

Delante del mostrador, no pudo evitar rememorar su infancia, una nariz pegada al expositor de diferentes sabores de la tienda de helados del barrio cada domingo primaveral o veraniego por la mañana. Un mundo de sensaciones para un paladar infantil deseoso de alcanzar conocimiento, que irremediablemente con el tiempo acabó por decantarse con alguna que otra preferencia, manteniéndose en sus trece obstinadamente ante algún sabor. Yo me tomo la copa especial… le miró de refilón sonriendo, aunque luego me salga el helado por las orejas…

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05/04/2008, 10:55
Kane

Mientras Nadine hablaba con él y comentaba lo que le había parecido él mismo, estubo pendiente de sus labios pintados, eran bonitos sí, quizás no era una chica guapa, pero en momentos de escases y sobretodo cuando le picaba mucho, se saltaba a la torera las estadísticas y le parecían guapas todas las tías.

Vaya, parece que le caigo bien y sonrio levemente hasta que ella se giro y siguio hacia adelante, hablando ahora de los demás, que evidentemente no habló mucho de ninguno, sólo pequeños detalles sin importancia y que no decían nada. Bueno, quizás en otro momento lo volviese a intentar, le daba morbo el saber lo que piensan unos de otros y seguro que tiene más oportunidades para hacerlo.

Caminó detrás de ella, con la boca sellada y la mirada perdida, hasta que ella grito. Se sobresalto y descubrió la heladería, el apetito se le disparó con fuerza y las ganas de un enorme helado le sobrevino. Y caminó detrás de Nadine hasta la heladería.

Mola... consiguió decir mientras observaba todos los sabores que había.

Levantó la mirada y vio en la pared las distintas fotos de distintas copas que hacían allí, no entendía el nombre, pero si entendía la foto, así que las observó todas y cada una de ellas con el tiempo suficiente que se merecen, hasta que por fín se decidió por una.

Notas de juego

Raitslin, antes has interpretado a la dependienta, dejo el post aquí, por si quieres interpretar a la heladera, sino, pues dimelo y paso a pedir el helado en este mismo post.

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05/04/2008, 20:44
Heladero

Un hombre se afanaba tras el mostrador, ultimando los preparativos para recibir a la clientela...se notaba que no podía hacer demasiado tiempo que sus puertas estaban abiertas para el público, pues pese a dispensar café, no era el lugar acostumbrado donde la gente fuera a desayunar a primera hora de la mañana.

Tal vez por eso alzó la ceja un tanto sorprendido al ver entrar a dos clientes de manera tan temprana, y más aún cuando lo que estaban mirando era la variedad de helados que ofrecía el establecimiento....resultaba extraño tan pronto, pero esas cosas no se cuestionan, así que simplemente se acercó hasta colocarse frente a ellos - ¿Qué desean?

Su voz se entremezcló con la de un comentarista de televisión, aunque la pantalla no se veía por ningún lado, así que era de suponer que se trataba de un monitor pequeño colocado bajo el mostrador, el cual había estado observando el heladero antes de la entrada de Kane y Nadine en el local.

Notas de juego

Pues esta vez toca heladero, y no heladera, jejeje

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06/04/2008, 00:18
Nadine Corbett

Buenos días… Nadine saludó al heladero, mientras que con una celeridad pasmosa se hacía con una carta de helados y la repasaba, sin perder de vista las fotografías que acompañaban a la descripción de los productos. La cosa estaba difícil, había un par de ellos que la llamaban con insistencia, desde aquellas páginas plastificadas y ajadas por el uso, reclamando su atención: cómeme… cómeme… pero al final consiguió decantarse por una copa tricolor, que contenía bolas de helado de fresa, almendra y chocolate, con nata montada y rociado con salsa de fresa y chocolate, con un nombre un tanto extraño que prefirió no pronunciar.

Le indicó al heladero su elección y le sugirió a Kane, ¿nos lo comemos en las mesas de afuera?... Bajo la tibia luz del sol, a aquellas primeras horas de la jornada, se sentiría mucho mejor que allí dentro apoyada en un simple mostrador. Tampoco tenía ganas de quedarse tan próxima al pequeño monitor de la televisión bajo la barra, que de salir su rostro en él, aquel tipo la tuviera tan sumamente cerca que la reconociese.

Salió al exterior y se sentó de cara a los transeúntes, el sol le dañaba unos ojos especialmente sensibles, debido al cansancio. Rebuscó en una de las bolsas unas de las gafas opacas de sol, que se había estado probando en la tienda anterior y se las puso. Se apoyó en el respaldo de la silla y por alguna razón indecente y falta de criterio, le vinieron a la mente un montón de canciones infantiles y de juegos de la infancia, sazonadas con recuerdos intrascendentes de escenas familiares carentes de importancia, pero sublimes en realidad.

Inhaló aire con fuerza y sus pensamientos se perdieron en vídeos caseros de anécdotas infantiles, que ahora resultaban un tanto siniestras por las circunstancias, pero que por primera vez desde los últimos acontecimientos no le causaron estupor, sino que le recordaron quién era sin perder la serenidad. Todo por culpa de un helado que esperaba llegase en breves instantes… ¿o por qué no decir gracias a él?

Notas de juego

Tanto hablar de helados...que me están entrando ganas de comerme uno, pero de verdad.

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07/04/2008, 10:24
Kane

Kane saludó con la mano al hombre, un hola moviendo ésta hacia los lados de forma poco energética. Y cuando Nadine acabo con la carta y señalo el helado que quería, él hiso lo própio, si, aquel helado con tres bolas de helado, chocolate, nata y platano, y una base de frutas, se podían diferenciar cláramente el platano, la naranja, cerezas quizás, y alguna más, nata montada por lo alto y sirope de chocolate envolviendo todo... se le hiso la boca agua y sonrió, si, ese era justamente el helado que estaba esperando y que quízás, si fuera sullo el dinero, no lo fuese comprado nunca, pero que ahora, como el dinero no era suyo, no le importaba lo más mínimo.

Kane miro el sitio que había dentro y observo el sol que daba claridad afuera, y asintió con la cabeza. Siempre me ha gustado sentarme fuera a tomarme un helado. y le sonrió a Nadine.

Ella se fue hacia la mesa que prefirió, y él se espero a que el heladero le diera los helados para llebarlos él a la mesa. Al menos, donde él vivía, no solían servir en las mesas las heladerías, y era uno propio quien tenía que transportarlos hasta su mesa. Por eso lo hiso de manera automática, sin pensarselo.

Mientras esperaba observaba como el heladero preparaba las copas de helado con interés, como siempre lo hacía cuando pedía algo, aunque fuera un simple cucurucho o una limonada. Era entretenido, hipnotizante, tranquilizador y le ayudaba a uno a escapar de todo lo que le rodea.