Partida Rol por web

-"Cierto, son más de las dos de la madrugada"
Recordando las palabras del señor Phil pienso que la charla con el director sería mejor tenerla mañana, a unas horas más prudentes. Incluso podríamos aprovechar y hablar con el Profesor Armitage.
-"¿Vigilar el cuerpo?¿A dónde se cree que va a ir?"
Mirando el cuerpo inerte me dirijo hacia uno de los grandes ventanales, el que está roto.
Observo los cristales; si están dentro o por fuera, si hay alguna huella, como por ejemplo alguna pisada de agua o algo más. Me asomo por el roto ventanal y miro a ver si aprecio alguna huella.
-"¿Ha descubierto algo señor Phil?"

-Entendido señor... McReel-. Añadió tras un instante en que hizo memoria. -Vamos a ver qué más podemos ver, la policía está en camino. -Anunció. -Al final usted va a tener una noticia bastante diferente de lo esperado. Cuando lleguen mis compañeros conviene que estés más al margen pues no les gustará un chupatintas estorbando por ahí.

El agente creyó conveniente la aclaración. Por su parte no había ningún problema al tratarse de otro testigo como él. Pero era consciente que la mayoría de los chupatintas enredaban y en muchas ocasiones contaminaban las pruebas buscando la exclusiva.

- ¿Chupatintas? - es lo único que se arranca a decir Phil al escuchar las palabras del detective. Visiblemente molesto por la manera en la que se ha referido a él, Phil se gira y vuelve a la sala donde dejó al profesor Diehl.  

¿Chupatintas? Llevo toda la edición cultural de un semanario más todas las noticias diarias desde hace 10 años. ¿Y se refiere a mi como un chupatintas? ¿Quién se cree que es? Un detectivucho de tres al cuarto que por ahora no ha descubierto más que la manera de llamar por teléfono a la oficina de policía...

Sí, pero un detectivucho que te ha comprendido Phileas y te ha leído como lo que eres: Un chupatintas mediocre de un pequeño pueblo.

Apenas unos segundos después de que Robert colgara el teléfono y escuchara las últimas revelaciones de Phil, la puerta se abrió de golpe dando paso a un enfurecido Stone.

-¡Maldita sea Robert! Te dejo sólo unas horas vigilando un maldito museo cerrado ¿y acabas con un muerto en la sala principal?- preguntó.

-El jefe está que trina, Robert. Está realmente cabreado. Cuéntamelo todo, la información que nos ha dado ese guarda ha sido bastante confusa-.

-Pues verá cuando escuche las ideas del periodista- Pensó John ante el último comentario de Charles Stone.

En cuanto al detective Graves, John creía que se había pasado un poco con el periodista. Vale que normalmente lo único que hacen es entorpecer las investigaciones y aportar más bien poco a los casos, pero decírselo tan claramente no había sido nada diplomático teniendo en cuenta que Phil se encontraba allí por hacernos un favor y prestarnos su cámara.

-Phil, ¿Qué le parece si volvemos a la sala y me cuenta sus recientes "descubrimientos" sobre el terreno? Propuso al periodista porque en su interior, esas ideas no le sonaban nada descabelladas.

El detective agradeció la intervención de John, la verdad es que la presencia de aquel grupo dispar no ayudaría a su informe.

-Te cuento Charles. Esto es raro de cojones. -Comenzó a voz de susurro mientras se lo llevaba a una esquina. -Estábamos echando un vistazo a esto, y me encontré al guarda. Tonto no, lo siguiente y me cuenta que lo del allanamiento le pilló en medio de una cagalera y fue un asunto de oídas. Todo esto parecía de coña -Confesó en un alarde de honestidad.

-Y justo nos encontramos un cuerpo. Estaba debajo de un cuadro totalmente empapado. El desgraciado olía a mar. Ya habrás visto el resto, ventanas rotas y ningún rastro de cómo lo llevaron. Mis sospechas me llevaron a este. -Indicó señalando con discrección al director. -Contrata la investigación, monta un homicidio y tenemos publicidad en el museo. Además con la coña del agua marina que puede haberlo hecho a posteriori, tenemos a cualquier subnormal o rarito de las conspiraciones hablando de las leyendas del cuadro. El primero: el periodista que me dice que si el cadáver salió del cuadro. 

-En serio, joder. ¿De dónde has sacado a esta gente?

Lo cierto es que la situación era un tanto pintoresca, si no hubiera un fiambre pudriéndose a unas decenas de metros de allí hasta le haría gracia.

-Aún no he visto el cadáver, he venido directamente aquí. Estaba volviendo de otra escena del crimen cuando han pasado el aviso por radio de que un tarado ha llamado fuera de sí a la comisaría vociferando que había un muerto mojado el museo...- le contó Charles a Robert.

-El jefe en persona ha hablado conmigo por un canal privado. No se explica como se ha enterado de lo del cadáver a través de un deficiente mental y no mediante uno de sus hombres que, para más inri, se encuentra en el maldito edificio. Quiere que soluciones esto, y lo quiere para ayer. Vamos a ver al pobre desgraciado-.

-Jo..der. -Aquel tarado... Estaba cansándose de todo aquello... -Llamé a comisaría, supongo que tarde...

-Vamos allá. -Resolvió.

El cada vez más numeroso grupo compuesto por los detectives Graves, Stone y por extensión Finder, Phil y el propio profesor Oubrey, se encaminaron de nuevo hacia la sala principal.

Sus rostros denotaban distintas emociones que iban desde la ira más absoluta a la angustia recalcitrante, pero ninguno de ellos abrió la boca durante su trayecto entre las luces y sombras que se extendían a lo largo de los silenciosos pasillos del museo.

Cuando el grupo alcanzó su destino se encontraron al profesor Charles Diehl inspeccionando la zona mientras vigilaba el cadáver. Casi al mismo tiempo aparecía el bueno de Billy, que acudía al sonido de los pasos.

Lo primero que hizo Stone fue dirigirse al cadáver que reposaba ya medio seco bajo el cuadro que a Phil tanto parecía incomodar. Tras una breve inspección pudo confirmar que la identidad del susodicho finado era Bobby, un sicario de Red Bannon.

El director aprovechó la aglomeración de gente para acertarse al periodista y susurrarle:

-Mire, se que usted sabe "algo" de ese cuadro. No me diga que es, no quiero saberlo...- dijo con terror en su mirada. -Como le dije este cuadro y su autor están envueltos en una oscura leyenda. Al hablar del tal Bannon me vino a la mente un amigo de Henrichs llamado Reidar Bannon, puede que sea la misma persona, no lo sé... Esto es tan... extraño...- la cara del profesor se iba volviendo cada vez más pálida.

-Deberían hablar con el profesor Armitage de la biblioteca de la Universidad de Miskatonic-.

Y sin añadir más volvió a alejarse de Phil, deambulando como el resto por la sala.

Al ver llegar al resto del improvisado grupo de investigadores giro mi cabeza y los miro con cierta incredulidad por lo que está pasando.
-"¿Alguien podría decirme quien es ese Red Bannon?" les pregunto.

Phil permaneció mudo desde el momento en el que apareció la policía en la sala. Tomó unas cuantas fotos del cadáver, de la ventana y del cuadro que le obsesionaba. 

El chupatintas no va a molestar a nadie, no se preocupen....

Cuando acabó de tomar las fotos, se retiró a una esquina de la sala y fue cuando el señor Oubrey comenzó a hablarle en petit comité. 

_{Esto cada vez es más extraño...} - dijo acercándose al señor Finder. 

- Señor Finder, disculpe. Usted antes pareció reconocer al fallecido ¿verdad?. Ese tal Red Bannon... el "jefe" de este pobre desgraciado... ¿responde al nombre de Raider Bannon?

-Reidar- dijo de pronto el detective -Reidar Bannon, ¿de dónde ha sacado usted ese nombre señor... Era McReel, ¿verdad?- preguntaba mientras se acercaba al periodista.

- Eh..... - Phil estaba nervioso porque no pretendía que su pregunta llegase a otros oídos que los del señor Finder.

Eres un patán Phileas, no sabes ni ser discreto. Ahora te volverán a acusar de chupatintas entrometido, que es lo que eres. 

- Eh.... sí. Phil McReel - contesta tendiendole la mano firme - Hace unas horas estuve charlando con el director del museo, el señor Oubrey, sobre la obra que puede ver usted ahí - señala a "Un paraje junto al mar". Sobre su autor, el señor Lawrence Watkins Henrichs, casi contemporaneo nuestro. El caso es que la vida de el pintor parece fue realmente azarosa hasta que desapareció hace ahora unos 20 años. Y es curioso que entre las amistades del señor Henrichs por lo visto se encontraba un tal Raider Bannon. Simplemente me resultó curiosa la coincidencia de nombre, más estando este cuadro coronando el.... bueno... el incidente que nos ocupa.

Al parecer, el don de palabra de Phil sosegó los ánimos crispados de Stone.

-Yo no sé nada de cuadros ni de pintores, no son mi especialidad. Desconozco si el autor de ese cuadro era amigo de Bannon o si era su primo, a mi lo que me importa es el bacalao en salazón que está ahí tirado- continuó más tranquilo pero igualmente serio, ese ni siquiera era su caso...

-Maldita sea...- susurraba mientras se pasaba los dedos entre el pelo.

-Robert, ven un momento- dijo dirigiéndose al detective Graves.

-Oye, habla con ese tipo, el periodista, sabe más de lo que dice, lo presiento. Oubrey le ha dicho algo... Yo me ocupo del fiambre, pero soluciona este maldito lío ésta noche - le dijo en un aparte.

El detective se alejó de su compañero y se aproximó al periodista.

-Vaya día de locos la verdad. -Maldijo en un suspiro

-Joder le has impresionado a mi compañero con esa dedución. Tienes madera-. Confesó. -Y eso que no escuchó lo que dijiste la primera vez de cuadro. ¿Por qué lo dijiste? Sé que algo os ha tenido nerviosos con la pinturita de marras.

Ahora viene a hablar con el chupatintas....

- Mire señor Graves, tenga claro cuán incómodo me resulta hablar de esto. Porque sé que si yo estuviera desde el lado de la persona al que le cuentan esto pensaría que el que me lo cuenta esta loco. Pero sé lo que vi. Y tengo la certeza de que el señor Finder vio lo mismo que yo. 
Cuando estabamos observando el cuadro, me sentí terriblemente atraido por los trazos que dibujan la luz del faro. Son de una viveza inusual. Es más complejo que el sinuoso realismo de luces de Van Gogh... es diferente. Creo que el señor Finder sintió lo mismo que yo, era algo más allá del amor por el arte. Una atracción primitiva que nos hizo fijar la atención en ese punto hasta que lo vimos. Vimos como una silueta humana atravesó la luz... dentro del cuadro. 

Phil dejó un segundo para asegurarse de que el señor Graves había comprendido lo que le estaba diciendo. 

- Esa es la razón por la que sospeché que el agua que mojaba el cadáver fuera.... fuera marina. 

Estás loco, y quieres volver loco a los que te rodean para considerarte normal Phileas. Bien jugado...

Ojiplático. Así se hallaba el detective mientras trataba de recomponerse.

-¿Me dices ... Me estás diciendo que el cuadro está vivo?-. No tardó en postrar su atención en el cuadro esperando encontrar algo de sus palabras, no lo hacía sin cierto escepticismo.

-¿Dónde tengo que mirar?