Partida Rol por web

El tiroteo para acabas con esos canallas que apoyan a Freygan continúa, y no puedo hacer otra cosa que no sea unirme, asomándome por el saliente, con cara de muy pocos amigos y mi escopeta en la mano, para abrir fuego contra los que quedan en éste lugar. 

Tras el estruendo provocado por la escopeta de Collins asomo el morro y disparo.

Me siento ligeramente impotente al ver cómo casi todo mi grupo tiene potencia de fuego, pero en cierto modo me tranquiliza... pues parece que llevamos la voz cantante en este tiroteo.

Creo que lo mejor será que me quede a cubierto un rato más hasta ver cómo evoluciona la cosa, pero por si acaso mantendré los ojos abiertos. No quiero que nos intenten rodear o dar alguna sorpresa.

Testigo de Dios Johnson también dispara su rifle, enfervorizado por haber castigado a Satanás en el manicomio.

El fuego baila sobre el guarda de Freygan. Las balas y perdigones de Olmer, Johnson y Collins lo convierten en un fiambre sanguinolento y completamente destrozado, que se desploma como una marioneta cuyo titiritero hubiera sufrido un infarto en medio de la actuación. El humo cubre vuestra visión.

—¡Alto el fuego! ¡Alto el fuego! ¡Me rindo! ¡Tiro el arma, pero dejen de disparar! ¡Oh, mierda, ¿pero qué han hecho?! Othbesheth y Bezaleel eran buena gente. Joder, están hechos una mierda. ¡Paren, paren! ¡Carniceros!

—¡Arriba! ¡Y con las manos en alto! ¡Quiero ver esas manitas de princesa! ¡Como se te ocurra un solo movimiento en falso te lleno de plomo!

—¡No puedo levantarme, madero, estoy herido!

- ¡Tira el arma hacia nosotros! - grito a Knegin. - Y levanta las manos, que se vean bien. Aunque no puedas levantarte puedes levantar los brazos, que nos estabas disparando. - añado.

Hago una señal de asentimiento a White y espero a que Knegin cumpla con lo que le he ordenado. Si lo hace recogeré su arma del suelo, comprobaré que está cargada y avanzaré con cuidado. Ese tío es un sociópata y no dudará en guardarse otro arma para acabar con alguno de nosotros. No podemos fiarnos de su palabra.

Con bastante flema y a regañadientes, Bristol se deja ver y le pasa el arma a Kellemport, deslizándola por el suelo. El revólver está cargado, sólo le falta una bala. El celador está vendado, y el movimiento de tirarse al suelo antes del tiroteo ha provocado que las vendas se mojen de sangre.

—¿Ven? Colaboro, colaboro. No disparen. Estoy desarmado —tose con la intensidad de un tísico.

Aferro el arma con experiencia y hago un gesto al resto de mis compañeros armados para que avancen algunos conmigo y otros nos cubran. Poco a poco y siempre que puedo a cubierto, avanzo hasta la posición de Knegin y compruebo si hay más de los hombres de Freygan en las cercanías.

Al menor movimiento inesperado dispararé sin pensármelo.

Según avanzas, observas que los ojos de Bristol miran de forma velada hacia la recortada del compañero caído. Está lejos de él, pero podría moverse un poco y alargar la mano para agarrarla. Parece que se lo está pensando, sopesando posibilidades.

Me acerco a Bristol lentamente, mientras recargo la escopeta, y sin fiarme de lo que pueda tener en mente éste psicópata. Sólo los locos se aliarían con algo como Freygan, así que toda precaución con él era poca. 

Knegin termina de pensarse cuál será su próximo movimiento. Demasiada gente como para agarrar la recortada de su camarada y salir vivo de ahí, no en su estado.

Se coloca de rodillas y levanta las manos y mientras mantiene su desfigurada sonrisa burlona dice lo siguiente:

—Tranquilícense muchachos, están tan tensos que si me tirara un pedo saltarían tres metros. ¿Ven? Manos limpias. Soy un buen chico. ¿No harán daño a un hombre indefenso, verdad?

Había estado agazapado durante los pocos segundos que duró aquello. Se levantó despacio y al ver al ser despreciable tirado en el suelo, le dieron ganas de patearle el trasero pero se contuvo, era un caballero y por muy en Shock que estuviese, no perdería las formas. De modo que se limitó a meter cizaña

- Te mereces lo peor y más. Eres un ignorante, mala persona, ¡Baboso! Si no fuera un caballero... a este hombre hay que encerrarle y aplicarle la pena más severa.