Partida Rol por web

Tras el deber cumplido de proteger al rebaño de pulgones el grupo de soldados parte camino a la colonia.

El extenso bosque de tallos va quedando atrás, y la colonia cada vez está más cerca. Gracias a Vaganti seguís sin problemas las huellas de los cientos de pulgones, seguramente sin Vaganti también lo haríais pues no son nada cautelosos.

Caminando, caminando, vamos siguiendo a los pulgones. La verdad es que no me extraña quee hubiese cundido el pánico antes, fuimos una panda de inútiles en nuestra pelea contra el pedazo de bicho que nos salió al encuentro. Pero bueno, a lo hecho, pecho. A ver si ahora logramos llegar a nuestro destino y alcanzar a los pulgones sin más incidentes. Yo por si acaso, sigo echando un vistazo a todas partes, no vaya a ser que me encuentre con algo igual de malo (o peor) que la araña de jardín de antes.

Vaya, pues si que corren esos pulgones. Espero que no haya mas problemas, ya ha sido bastante malo perder a un camarada como Antunito de forma tan brusca, si algo mas nos ataca no se si lograríamos salir enteros. Ha quedado claro que estamos todavía muy verdes, además me preocupa Bop, ha sido muy duro para el no haber podido ayudar en la lucha. Tal vez debería haberle dicho algo, tratar de animarlo o algo por el estilo...bueno quizá mas tarde. Mejor que imite a Vaganti y me mantenga alerta, no quiero sorpresas.

La marcha del grupo continúa hasta llegar a una avanzadilla de la colonia, allí se encontraban los pulgones y los pastores, entre ellos Cleo.

¡Oh, gracias a Patagotchi que estáis bien! - dice Cleo al veros, aunque rápidamente se arrepiente de sus palabras al ver que falta uno, aunque por otro lado es el pan de cada día. -

Antes de que podáis decir nada llega otro pastor corriendo por detrás de Cleo.

¡Señor, señor! - le grita a Cleo que es el pastor jefe. - Hemos perdido un pulgón por el camino.

Otto cierra la mandíbula con fuerza de pura frustración. había perdido a un hombre. Quizá no el mejor. Quizá ni siquiera bueno salvo como fertilizante de hongos, pero un soldado, al fin y al cabo. Y ahora un maldito pulgón. Hace las matemáticas pronto. Se acerca a Cleo y se pone a su altura.

-Es una pena que la araña se tragara un pulgón antes de acabar con el difunto Difumito. ¡Verdad!

El tono es casual, uno que nunca emplea, pero sus ojos están cargados de furia y en sus mandíbulas abiertas hay una promesa de castigo si le dicen que no. Termina con ese tono inflexible que recuerda a una campana que llama a la batalla o a los difuntos.

El pobre Cleo parece haber quedado totalmente paralizado ante el cabo Otto. Pero no ha sido únicamente él quien se ha quedado inmóvil, también el resto de pastores e incluso algún pulgón.

Me mantengo a la cola, mirando hacia a los lados por si acaso, aunque total, para lo que he conseguido hacer, de poco me serviría "ver" algo si voy a volver a quedarme paralizado... Siento la muerte del soldado Antunito como si la hubiera hecho yo mismo, con mis patitas de hormiga scout.

Levanto la cabeza y miro al Jefe Otto al oir su voz, extrañamente calmada y nada chillona. "Lo dice por mi, es obvio que lo dice por mi, si es que nunca tenía que haberme apuntado para esto, debería haberme quedado en Talleres, eso se me da bien, hacer "cosas", no matar bichos gigantes... Si ya lo decían mis hermanos, Bop tu no vales para soldado, eres obrero, no soldaaaado. Pero yo cabezón tuve que tirar para soldado...". Suspiro. Sigo mirando al Jefe Otto. Está a punto de estallar esta hormiga. De nuevo. Al menos estando aquí atrás de todo, hay suficiente distancia para que no me de en el hocico...

Me rasco la cabeza, pensativo. ¿La araña se comió a un pulgón? ¿Así había sido? La verdad es que no lo sé. Al menos no sucedió desde el momento en que yo llegué. Debió ser antes de que los alcanzase, porque de otro modo, supongo q me habría dado cuenta. Digamos q lo de tragarse a Antunito no fue "discreto".

Pero si Otto lo dice, será cierto... Supongo.

Únicamente los ruidos que generaban los pulgones rompían el silencio que había, y es que tras las palabras de Otto han pasado muchos segundos y nadie ha dicho ni mu.

¿Seguro que no se ha escapado el pulgón? No recuerdo que se lo comiera, pero bueno, también llegué tarde- le digo a Otto- ¿Qué hacemos, capitán? ¿seguimos adelante, o nos quedamos aquí todos en silencio? Habrá que devolver los restos de Antunito cuanto antes.

Además, yo tengo ya ganas de echarme un buen siestorro, que tantas emociones me agotan sobremanera.

Me quedo mirando al jefe, esperando sus órdenes, y con la cabeza pensando ya en reposar en mi cómodo lugar del hormiguero.

"Un pulgón se ha escapado? que raro... aunque claro, con el caos generado por aquella monstruosa araña tampoco es tan sorprendente, se habrá asustadp y habrá salido corriendo despavorida... Hasta los pulgones tienen más capacidad de movimiento que yo, maldita sea!".

-Quizás simplemente haya salido corriendo asustada, tal vez no esté muy lejos, podríamos ir a buscarla...- propongo, aunque sé que me va a caer la de la termita por soltar semejante misión y más teniendo en cuenta mi "gran" aportación y la muerte de Antunito...

Otto había comenzado a caminar y la falta de iniciativa en seguirle le irrita. Pero es la intervención de Bop la que le saca de sus casillas. Deja la cabeza de la monstruosidad en el suelo y se encara a la hormiga.

-¡Qué ha dicho, soldado! ¡Acaso está cuestionando mi informe! ¡Acaso cuestiona mi autoridad! ¡Si sabe lo que le conviene, lidere la marcha!

Desenvaina la espada (pues hace tiempo que ha perdido la vara) y apunta con ella en dirección a la colonia.

Suspiro resignado. Me encojo de junturas de mis patitas y me pongo en marcha, para situarme el primero.

-Como usted diga Jefe Otto -y empiezo a andar, delante de todo.

Todo el grupo se pone en marcha, incluidos los pulgones y los pastores. La colonia estaba a unos pocos minutos de allí.

El paso es sobre todo silencioso, los pastores ni si quiera cuchichean entre ellos como tenían costumbre a hacer.

Otto vuelve a recoger la cabeza y se pone a vigilar el cogote de Bop y el denso follaje de alrededor. No dirá nada a no ser que escuche cuchicheos o cuestionen sus aseveraciones.

Me froto las patitas nervioso. Ejem...si el cabo dice que la araña se tragó al pulgón entonces la araña se lo ha comido...supongo. Pobre pulgoncito. Y pobre Bop, creo que el cabo lo tiene cruzado, le van a dar un buen tirón de antenas cuando lleguemos al cuartel.

- Venga Vaganti, vamos a casa. Nos hemos ganado un descansito.- Digo dandole un golpecito en el casco antes de ajustar mi propio casco y acelerar el paso para seguir a Otto, Bop y los pastores.