Partida Rol por web

  - ¿Tan pronto os retiráis, capitán?.- graznó Peter Pan, aún con la espada en la mano, intentando conservar a todo el público que pudiera en su valerosa actuación de héroe. Pero no había mucho público ya que lo escuchara - Los años os han vuelto cobarde, sin duda...

Guardándo la espada escuchó los comentarios de la multitud. Hasta que Garfio tomó las copas de whisky...

 ¡¿Cómo se atreve?! la rabia, un odio azul y helado, impropio de un joven de su edad, recorrió su cuerpo.

 Volando, cruzó la sala, poniéndose en medio del corrillo formado por Blancanieves, Garfio y Gretel, que acababa de presentarse.

 - No os lo bebáis, señora... Garfio lleva un veneno en el puño de su daga, es un veneno hecho con sus negras lágrimas de soledad... ¡y mata al instánte!.- intentó con un gesto rápido de su mano, lanzar la copa de Blancanieves al suelo - Yo os conseguiré algo más adecuado de beber, mi fría dama. ¿O no deseáis, por ventura, un baile? Escucho música viniendo del salón principal... la orquesta ha empezado a tocar...

  Dicho esto, Peter Pan atusó sus ropas, apenas unas mallas y unas hojas, como si fuera un atuendo de la realeza y le ofreció parsimoniosamente su brazo a Blancanieves para que se lo tomase. Era exagerado en sus modales, como un niño jugando a los principes y las princesas.

¡Malditasea, el mocoso otra vez! ¿Que hice en mi vida pasada para merecer semejante calvario? Con suerte soltará alguna gracieta y se irá rápidamente.

 - No os lo bebáis, señora... Garfio lleva un veneno en el puño de su daga, es un veneno hecho con sus negras lágrimas de soledad... ¡y mata al instánte!.

Al ver como la copa cae al suelo. Palidezco el mostacho se me exhalta y antes de que el crio se aleje volando le agarro de la pechera y acerco su rostro al mio, serio y enojado a mas no poder.

-¿Maldito niño, no tuviste suficiente con robarme mis tesoros, cortarme la mano, angañar a mis hombres y... arruinarme la vida, que ahora vienes a molestarme a esta fiesta? Ten por seguro que lo pagarás.-Digo en voz baja para que me oiga el solo. Luego le suelto- Pero por ahora, lo menos que puedes hacer es pedirle disculpas a la dama y traerle algo de beber, ya que no pareces fiarte de mi. ¿O es que acaso las hadas de nunca jamás no te enseñaron modales?

Luego me vuelvo a la joven y sonrio.

-Perdona, me temo que e sido un maleducado por partida doble. Lo siento mucho señorita.

Intento mantener la compostura y no turbarme, aunque las espadas no me gustan.

A Príncipe - Alteza, se hará como deseéis. Únicamente os ruego que vayamos a otra habitación Alicia y yo, y vos, si así lo queréis. Si hemos de averiguar la verdad, es conveniente que nadie más que nosotros escuche lo que tenga que decir Alicia.

A Alicia: - Entiendo perfectamente vuestra congoja, pero es necesario que hablemos. Me temo que vuestro acompañante deberá permanecer aquí.

A Hansel: - No temáis por la que, imagino, es vuestra amiga. Debo hablar con ella en privado unos instantes. No le sucederá nada malo. Después podrá volver con vos.

La situación se está descontrolando por momentos y Pinocho sigue aquí, sin que sepa a qué ha venido. Veremos que averigua Gato y que resulta de todo esto.

Me encogi de hombros ante la algarabia montada en un segundo entre un joven semidesnudo y garfio.Cuando el chico tiro la copa al suelo sopese que estaban todos realmente estresados y que muchos tenian antiguas rencillas como seguro que alguien las tendria con bella.

-No pasa nada- conteste a garfio- pero ¿No creeis que deberia ser blancanieves la que eligiera que quiere hacer y no vosotros con vuestra pelea?-

Me parecia absurda la galanteria para inflar egos masculinos.Mire hacia donde estaba la bestia, el era muy cercano a la bella o al menos lo parecia, ¿Como lo estaria pasando?

Desde mi columna preferida observo como se va Pepito con Alicia a otra habitación. Me alegré mucho de saber que Pepito trabajaba para la realeza como consejero. Era alguien muy sabio. Echo de menos todos los consejos que me daba, y de como me ayudó a escapara cuando me raptaron aquellos del circo. Sí, todavía soy un niño, pero la perdida de mi padre y el encontrarme con ese mosntruo me han hecho cambiar. Ahora me he vuelto un niño frío, ya no soy el niño alegre de antes y nunca sabré por qué Pepito me echó la culpa de todo.

La verdad que le había cogido cariño a esa columna. Desde ahí podía ver gran parte de los invitados, y me fijaba que de vez en cuando el gato me echaba una mirada de reojo. Supongo que deberé tener cuidado con el. La música que sonaba a través de la gran orquestra que contrataron animó mucho la fiesta, ya que muchos invitados se pusieron a bailar, sobretodo para así no pensar en la tragedia acontecida. Debía aprovechar para hacer mi movimiento.

Me acerco caminando hacia Hensel, que se quedó solo en la mesa algo entristecido, y le pregunto:¿Crees que Alicia vio al asesino?¿Qué opinas de la bestia?

Tick-tock-tick-tock-tick-tock-tick-tock...

- LA bestia es el culpable... Aunque muchos lo afirmen p-p-p-pocos lo saben.

Cada vez que aparecía me encontraba a varios pasos de la vez anterior. Quien fuera capaz de seguir mi movimiento parpadeante sin apartar la vista ni volverse loco podría adivinar el trazado de un círculo en plena sala.

- Jeje-je. Jaja-ja-tick-tock.

Todo parecía haberse calmado un poco cuando se llevaron el frágil cuerpo de Bella. La fiesta seguía, aunque se respiraba un ambiente tenso. Aunque había sido declarado inocente —al menos hasta demostrarse lo contrario, cosa que muchos esperaban—, podía escuchar como entre los grupos de invitados me acusaban y hablaban de Bella. "Oh, mi Bella... por qué ha tenido que pasar esto..."

Asiento a forma de agradecimiento a las palabras de Garfio y me vuelvo al apartado rincón en el que me había sentado antes de recibir aquella horrible noticia. Si antes desentonaba en aquella fiesta, ahora realmente estaba fuera de lugar, completamente solo. Busqué al conejo por toda la sala, y una vez lo encontré me acerqué a él. Esta vez no podría escapar de mi, aunque sabía que tenía que controlarme; cualquier acción violenta por mi parte haría que me cortaran la cabeza.

Mientras me dirigía hacia él pasé delante de la muchacha, Gretel. Ella sería la próxima con la que hablaría, tenía cosas que preguntarle, pero ahora estaba con Blancanieves, Garfio y Peter Pan, y prefería cogerla sola para tener una conversación algo más privada.

— Quiero hablar contigo. —dije, en tono muy serio e imperativo para darle a entender que no era una petición, sino una orden. Esta vez no iba a permitir escabullirse de mi

Cenicienta escuchó las campanadas. Miró amorosamente al príncipe mientras se alejaba y en vuelta en la capa de su prima, se sintió a gusto.

Cita:

-Eso y más-respondió ella orgullosa, sin dejar de observar a su perfecto príncipe entre la multitud. Tomó en su mano la copa de whisky que Caperucita le ofreció, y bebió un largo trago mientras escuchaba sus preguntas.

Cita:

Cenicienta negó levemente con la cabeza mientras echaba una visual a los presentes.
-No los conozco a todos.-Admitió. Y entonces balbuceó cuando quiso responder al resto de las preguntas.-Se suponía que era mi día...-musitó lamentándose.-Pero mi amiga, mi mejor amiga... ¡oh, mi pobre Bella! ¡Qué sino más cruel!-Exclamó para echarse a llorar contra el hombro de su prima. Y cuando consiguió parar de sollozar, respondió a su última cuestión, no sin antes dar otro sorbo a la copa.-Bestia.-Respondió dirigiendo una mirada culpable al susodicho.-Ni siquiera sintió ni un ápice de dolor cuando esa niña-dijo señalando a Alicia-gritó. Se apartó del resto, diciendo que no era el asesino. ¿Qué clase de conducta es esa para un inocente?-Observó mientras miraba a su perfecto príncipe.-Si me pasara a mí... me derrumbaría. -La voz le tembló, sintió un nudo en la garganta y los ojos se le inundaros de lágrimas.-Correría hasta la más alta de las más altas torres y me echaría al vacío. ¡No podría soportar vivir sin él!-Secó las lágrimas, dio un largo trago a la copa, acabando con el contenido de su copa y entonces contempló a Bestia.-Pero ahí lo tienes, muy sereno.-Hizo una leve pausa.-Demasiado sereno.

Roja no estaba de acuerdo con Cenicienta, pero no dijo nada al respecto, la acunó, la mimó y dejó que llorara tranquilamente.

Entonces se le ocurrió una idea que tal vez pudiera ayudarla, ¿Quieres que le interrogue a ver si averiguo algo? dijo seriamente, no podrá resistirse a una joven hermosa... al parecer es lo que le va, ¿no? comentó mientras acariciaba el sedoso pelo de su prima.

Levanto la vista y observo con una media sonrisa al capitán mientras se acerca con mi copa.

-Me temo que e sido muy rudo, aun no me e presentado. Soy el capitán Garfio, Capitán para los amigos, Garfio para vos-

-No os preocupéis, Garfio, su reputación es conocida en todos los reinos tanto como su nombre-. Respondo con amabilidad al caballeroso capitán.

Recibo la copa y hago un asentimiento en señal de gratitud. En ese instante voy a llevarme la copa a los labios, cuando el molesto niño rompe-cosas hace su aparición,

- No os lo bebáis, señora... Garfio lleva un veneno en el puño de su daga, es un veneno hecho con sus negras lágrimas de soledad... ¡y mata al instante!.-

Tira de mi copa dejándola caer al suelo, dónde se vacía todo su contenido. Mi mirada hace todo el recorrido del recipiente y al verlo hecho añicos en el suelo, no puedo evitar molestarme. Observo al pequeño Peter con desprecio, rabia. ¿Cómo te atreves?.

Yo os conseguiré algo más adecuado de beber, mi fría dama. ¿O no deseáis, por ventura, un baile? Escucho música viniendo del salón principal... la orquesta ha empezado a tocar..

Aprieto los dientes intentando ser educada y no ponerme a gritar, no deseo montar un escándalo en esta ya desdichada boda. El chiquillo intenta cogerme del brazo y lo retiro rápidamente.

-Respira hondo Blancanieves, respira hondo-

-No te molestes, ¿Peter pan te llamas, no es así?, agradezco tu "intento de salvarme la vida" pero no es necesario que seas tan maleducado, ¿Tus padres no te enseñaron modales?-

Al pronunciar mis últimas palabras clavo mi mirada tan fijamente en el muchacho que cualquiera diría que lo estaba perforando.

-¿Cómo osa interrumpirnos así al capitán y a mi?-

A continuación, Garfio le suelta otra reprimenda que yo no alcanzo a oír.

Miro alrededor y observo a Bestia en un rincón, ¿Debería ir a hablar con él?, Quizás más tarde. Tantos personajes tan variopintos y tantos que no conozco aún. Sigo observando alrededor con la esperanza de encontrar a alguien que me saque de aquella riña de gallos. En ese instante, mi mirada se centra en un pobre viejo demacrado y solo (Midas), que nos observa como si quisiera ser partícipe de nuestra conversación.

Observo a ambos caballeros y luego a la niña.

-Si me disculpáis por favor, no estoy hecha para discusiones, prefiero cambiar de aires un rato-.

Comienzo a caminar en dirección al abuelo, al pasar al lado de Garfio, mis labios se levantan en una ligera sonrisa. Continúo andando hasta arribar al lado del anciano que tanta curiosidad me daba. Sin vacilar, me acerco a él sonriendo y extiendo mi mano.

-Encantada señor, soy Blancanieves-

- No os lo bebáis, señora... Garfio lleva un veneno en el puño de su daga, es un veneno hecho con sus negras lágrimas de soledad... ¡y mata al instánte!. 

El Rey Midas quedó frío al escuchar las palabras de aquel niño y todas sus alarmas saltaron. Algo en su interior le empujaba  a actuar, a lanzarse sobre Su Reina si era necesario para salvarla del destino que el capitán le había reservado a la Dama. La copa cayó y el Rey Maldito suspiró aliviado para sus adentros, el peligro había pasado.

-Yo os conseguiré algo más adecuado de beber, mi fría dama. ¿O no deseáis, por ventura, un baile? Escucho música viniendo del salón principal... la orquesta ha empezado a tocar...

Una mirada asesina se dibujó en el rostro del anciano que bien podría ser más mortífera que su toque de haber sido su maldición diferente. Apretó los puños y su mandíbula se tensó presa de los terribles pensamientos que recorrían su mente, ideas enfermizas de un hombre cargado con la amargura de años de soledad.

"!Es MI Reina!!MÍA!!De NADIE más! TODOS conspiraban contra MI quieren que esté solo...!Bastardos!!Malnacidos!Si...estoy seguro...!Seguro que ellos saboteaban mis esfuerzos de buscar una cura!!Los mataré!!Los mataré a TODOS!"-rugian sus pensamientos

En un impulso de su locura Midas se llevó la mano a uno de sus dedos agarrando la tela de sus elegantes guantes. La locura aullaba en su cabeza y clamaba por dar dorada muerte a los malvados que deseaban poner sus garras en SU Reina.

-Encantada señor, soy Blancanieves-

El rostro del anciano mutó del más absoluto desprecio a una agradable sonrisa, bueno, todo lo agradable que podía ser la sonrisa de alguien maldito por su avaricia. Se ajustó el guante de nuevo mientras los instintos homicidas disminuían con la presencia de Su Reina. La Dama extendió su mano pero el Rey no la tomó temeroso de convertir lo único que quería en oro, como a su hija...

-Ya...ya os conozco...habéis venido a visitarme a mi palacio, tal vez no me recordáis porque no iba tan engalanado aunque el Rey Midas es rey no suele ir como uno.-el anciano sonriente agitó su capa con un ademán suave- Vos estáis más bella de lo que recuerdo...-el anciano titubeó-...que no quiero decir que antes estuvierais fea...sino...qué...esto...vuestro vestido y...esto...ehm...-el Rey maldito se metió en un jardín mental- Que estáis muy bella

El anciano esbozó una sonrisilla nerviosa en presencia de Su Reina que debía creer que era un idiota. "!Debo pensar algo!, "!algo ingenioso!...que no se crea que soy idiota...!Ya está le ofreceré oro!!Mucho oro!!Todo el oro que quiera!"

Cita:

-¡No!-Casi rugió Cenicienta mientras agarraba a Caperucita por la muñeca con demasiada firmeza. Pero al instante la soltó y sonrío suavemente.-Perdóname, mi querida prima. Tengo los nervios de punta.-Se disculpó mientras volvía a dirigir la mano de ella a sus cabellos para siguiera con su caricias.-No deberías de ir-murmuró distraída.-Tengo más de una teoría para lo sucedido.-En la simple cabecita de Cenicienta todo eran tramas, especulaciones y mares de ideas que le hacían que le doliese la cabeza. Se llevó los dedos a las sienes para darse un leve masaje mientras cerraba los ojos. Cesó en su vano intento de relajarse para abrir los ojos y mirar intensamente a la mujer de la capa roja.-Incluso,-comenzó a decir-diría que ese pobre infeliz no es consciente de lo que ha hecho.-Se volvió para mirar cara a cara a la joven.-¿Nunca te has enfadado con alguien a quien querías? ¿Nunca te ha cegado la ira y llevado a hacer algo de lo que te arrepentirías más tarde? Y si, ¿fue eso lo que ocurrió? Y el pobre diablo, ni siquiera sabe que ha hecho, negándose a la realidad que más dolor del que está sufriendo le causaría.-Alzó su mano y acarició la mejilla de su prima con vehemencia mientras sonreía con dulzura.-No quiero que te haga daño-susurró mirando sus labios.-Pero hay que vigilarlo de cerca, nunca se sabe cuando podría volver a estallar.-Concluyó apartando la mano de la fina tez de su prima.-No por nada se llama Bestia ¿no crees?-Preguntó enigmática mientras volvía la vista hacia los presentes.

Me rei ante la escena, tal y como habia previsto, a Blancaneves la pelea de gallos no le habia gustado nada y habia sentido la necesidad de alejarse para conocer a otro de los enigmaticos invitados que tambien parecía ponerle ojitos .Aunque claramente de este enfrentamiento habia salido vencedor el garfio.

-Bueno señores, sera mejor que desistan y traten de disfrutar del tiempo antes de que se casen o se encuentre al asesino de la chica-

Me rei cogiendo un trocito de carne seca de las bandejas que pasaban los camareros y entonces algo me hizo levantar la mirada , la bestia paso junto a mi y me miro fijamente, su mirada me produjo una sensacion reactiva y me quede con el trozo de carne cerca de mi boca pero paralizada.Cuando retiro su mirada, baje mi brazo sin comerme la carne.

El anciano rechaza mi mano y continúa hablando. Lo observo perpleja ante su afirmación. Levanto mi rostro y miro a nuestro alrededor mientras lo escucho titubear.

-Ya...ya os conozco...habéis venido a visitarme a mi palacio, tal vez no me recordáis porque no iba tan engalanado aunque el Rey Midas es rey no suele ir como uno.-el anciano sonriente agitó su capa con un ademán suave- Vos estáis más bella de lo que recuerdo...-el anciano titubeó-...que no quiero decir que antes estuvierais fea...sino...qué...esto...vuestro vestido y...esto...ehm...-el Rey maldito se metió en un jardín mental- Que estáis muy bella

-Juraría que recordaría a un rey, señor Midas, pero no se preocupe, desde que mi madrastra intentó envenenarme he pasado por mucho y no recuerdo la mitad de las cosas-. 

Sonrío brevemente. Pero una fuerte punzada en la cabeza me pone serie de repente.

Necesito despejar mi mente, lo acontecido con la muerta, las acusaciones a su amante peludo -¿Lo habrá hecho realmente él?- y la pelea entre Peter -niño malcriado- y Garfio me han dejado un poco turbada. -¿Garfio intentó envenenarme realmente?, ¿por qué? ¿El muchacho tiene razón al desconfiar de él o son celos simplemente? Garfio defendió a la bestia ¿Sabe acaso él, quién es el verdadero asesino?¿Será él?.- Por no mencionar la ausencia de la voz que me trajo hasta aquí, -¿Quién será?, ¿Por qué quería que asistiera a esta boda? ¿Intentarán acabar con todos nosotros?-. Permanezco con la mirada perdida unos segundos mientras los pensamientos se agolpan en mi cabeza. Confusa, vuelvo a mirar al Rey.

-He oído que usted es el tío del novio ¿Es eso cierto?.-

Vuelvo a observar a mi alrededor, me acerco un poco más al viejo y le susurro al oído.

-Verá señor, usted parece el más maduro y tranquilo de los presentes, necesito pensar, tomar el aire, despejarme un poco o voy a desfallecer como anteriormente lo hizo la pequeña Gretel. ¿Me concedería el honor de hacerme compañía?, no nos aconsejan salir solos y con lo que acaba de pasar tampoco se me ocurriría-

Sí, claro, no hay límites de posts al día, pregúntaselo cuando quieras.

No entiendo qué es lo quieres hacer. Lo tienes frente a frente, así que no tienes que seguirlo a ningún sitio. Por otro lado, no ves a ningún conejo blanco en la sala.

Lo puse porque la bestia se ha ido detras del conejo y le ha gritado que quiere irse a hablar con él, y supongo que se habran ido no? por prioridad de acciones, ahora si puede entrometerme antes pues lo hago.

Tarde...

Unos segundos pasaron.

Tarde...

Tick-tock-tick-tock.

Pronto...

Transcurrieron unos instantes pero nada pudo oírse. El silencio se hizo presente dejando atrás conversaciones pasadas para dar luego a nuevos hechos futuros. Todo acontecimiento lo marcaba el sonido inquietante de mi reloj. De nuevo sonó la misma voz.

- ¿Llego pronto? ¿Llego tarde? Tarde, tarde, tarde, tarde, buenas sean, pronto, pronto, pronto hay que decirlo.

Con torpeza aparecí saltando a la pata coja. Con las prisas me había tropezado con una de las sillas del banquete y mi pequeño piececillo izquierdo me dolía tanto que apenas podía ponerlo en el suelo. Pero no podía parar a descansar ni a reponerme. En realidad jamás podía parar.

- Aquí e-e-estoy su M-m-majestad y veo que no esta solo. B-b-bella dama. Aunque no tan bella como la que ha mu-muerto no obstante ya está muerta por lo tanto ya no es bella. Un cadáver más bien. - con cierta sutileza comencé a apoyar la otra pata pero de vez en cuando la levantaba involuntariamente - No-no-no-no-no, su dama desprende otro ti-t-tipo de belleza, una más sombría pero extremadamente resplandeciente. - paré por un momento y pestañee de manera continua - N-n-n-o me extraña que vos, ante su presencia, también tartamudeéis como yo aunque lo cierto es que yo lo hago como vos. - hice una agraciada reverencia teniendo en cuenta de que era un conejo - ¿Alguna vez se ha preguntado qué es lo que soy mi alteza? A-a-además de una b-b-b-ola de pelo blanca. S-s-soy parte de usted. Soy sus ansias, sus anhelos, sus dudas... Es cierto que algunos ven a un conejo blanco pero no soy yo puesto que yo soy parte de vos. Serán otros conejos diferentes con distintas preocupaciones. Y como p-pa-parte de su M-m-majestad le digo que estoy muy indignado por este banquete y esta celebración. Todo estos festejos deberían estar dirigidos a mi señor y a su bella dama, n-n-n-no a esos dos papanatas. - di un brinco hacia atrás - A-a-aunque eso todavía puede arreglarse mi lord ya que el convite no ha acabado sino que acaba de empezar y con una muerte. Ya sabe lo que dicen, que una sola nunca es suficiente y es probable que sea verdad - susurré - Si me permite, imagine la muerte de uno de los dos prometidos... ¡qué tragedia! demasiada comida desperdiciada y tantas vestimentas sin lucir... ¡¡Y EL TIEMPO!! t-t-t-ti-tiempo que nunca vuelve. No-no-no-no. - ladeaba mi cabeza - pero nadie será tan valiente ¿o sí?... Pero lo ideal no siempre sale bien... - dije terminando la frase en el aire - Imagine que Cenicienta muere, ¿cree que el pobre Príncipe llorará largo y tendido por su pérdida? ¿O que mas bien intentará rescatar su reputación casándose con otra bella dama? Habiendo tantas reunidas... pero no, no todas son tan bellas como Blancanieves, ¿cierto? - se escuchaba el ruido del reloj - Ahora imagine al Príncipe muerto...

Pegué un salto para colocarme detrás de Blancanieves. Doblé mis orejas para formar un corazón. Y levanté mi reloj para desaparecer por un instante.