Partida Rol por web

Cuando los demás llegan a donde me encuentro, me ven allí, parada. Esperándoles con una mirada acerada... Podríais intentar hacer menos ruido, no? Susurro mirando fijamente a Lómion. Que salgas llamando a gritos a Isabella, lo único que conseguirás es que todas las criaturas de alrededor sepan de nuestra presencia, joder.

Un suspiro sale de lo mas hondo de mi alma. La preocupación se puede ver reflejada en mi rostro. Intento dibujar una sonrisa, aunque ésta me sale cansada. Sé que todos estamos de los nervios, cansados de la actitud de esa cría malcriada y estúpida. Aunque por mi cabeza pasen pensamientos siniestros, intento no hacerles partícipe de mis temores mas oscuros... Chicos no he encontrado a Isabella, pero al escuchar que veníais por detrás me detuve. diez ojos ven más que dos... Sigamos por allí. Digo señalando por el camino principal, el que creo que habrá seguido la otra paladina para poder llegar al monasterio.

El primer chillido me hace cerrar los ojos y despues les miro con frialdad mientras mis dedos se crispan un segundo antes de saltar al combate. Un rapido paso lateral y despues lanzo mi ataque yun rapido giro con mi espada hacia el primero de los que hay a mi lado, de uno en uno mientras me preparo para lo peor.

- Siendo Isabella podría haber ido por cualquier sitio,... sin embargo no acabo de fiarme, espera un segundo. - Alek se pone a buscar algun indicio que le diga por donde puede haber ido Isabella. Siendo la paladina tan convencida, y llendo a la velocidad a la que iba, seguro que no se ha preocupado por no dejar rastros. Luego Alek no sería capaz de seguirlo, pero al menos sabría en que dirección se había marchado. Mientras busca dice: - Siempre es mejor perder dos segundos que ir en cualquier dirección y despues de un rato darse cuenta de que te has confundido.

-Oh, por favor Alek, esta claro que Isabella se ha ido por ...

Por un momento, iba a decir monasterio, pero de repente me vi con un problema muy gordo a la hora de aplicar mi inteligencia bardica sobre pisadas y demas rastros, era la primera vez que lo usaba desde hara años en un terreno muy similar al de la querra, y ahora que los recuerdos me acechaban de nuevo, empezaba a recordar que los rastreadores lento normalmente eran emboscados por hordas de no-muertos dispuestos a arrancar los cinco sentidos y el sexto, de haberlo, de cualquier humanoide.

-Esto me va llevar su tiempo.- Confese avergonzado y apresurado.-¿Podria alguien vigilar el alrededor en caso de ataque, mientras intento recordar que talla de pie tenia isabella?

Lómion se detuvo mientras sus compañeros decidian la estrategia, seguía enfadado con Isabella por su actitud y porque en aquellos momentos se tenían que dedicar a buscarla en vez de centrarse en lo que habían ido a hacer allí, aquella era la última vez que salía tras la paladina, de eso estaba seguro.
 

Karla tenía razón, no debía haber gritado momentos antes, pero la furia había hecho que por un momento le dieran igual las precauciones. Mientras pensaba en todo aquello adoptabó una posición de guardia cubriendo a los demás a pocos metros de distancia, concentrado en ver alguna clase de peligro que pudiera acecharlos aprovechando la espesa niebla que se extendía por todas partes

Tu espada cercena por la mitad al desgraciado aullador que ataca en primer lugar, manchando su espada de sus sangre corrupta y de sus visceras que son esparcidas por el suelo por el poderoso golpe. Pero los aulladores envalentonados por su numero mayor, deciden utilizar sus ventajas de pegar grandes saltos para acercarse a ti al cuerpo a cuerpo, y los de arriba intentan derribarte al suelo cayendose encima tuyo...

Más tus reflejos te permiten esquivar a uno de los que te atacan por la espalda, hacer que prueben la tierra los que se han lanzado sobre tí desde las alturas, uno quedandose grogui, por un golpe en la cabeza, al apoyar mal su pata. El que ataca por enfrente es repelido por tu espada, y se queda a corta distancia esperando su oportunidad. Pero no eres capaz de defenderte del 5 aullador que te abre una brecha en tu espalda, haciendo que tu sangre manche el suelo y que los aulladores, deseen probar tu carne...

Os quedais varios minutos buscando un rastro que os lleve a la pista de Isabella, cuando ya ibais a dar por perdido el mismo, y dejar a la suerte la busqueda de la paladina(Quizás vuestra senda os llevaria a cruzaros en el camino). Alek encuentra un pequeñó rastro   evidentemente reciente, gracias dais de que la sombra haya permitido dejar las huellas más remarcadas, por encima de las que han producido los allegados de Konrad, de los que todavía podeis oir sus gritos, que parecen estar imponiendose a los aulladores, por lo menos en está zona.

Aunque todavia debeis seguir el rastro para alcanzar a la paladina, y rezar por que sea facil para no perderlo de vista. De repente ois pasos viniendo a vuestras posiciones... son humanos sin duda, sus conversaciones groseras en el idioma de la gente del desierto os suena demasiado familiar, recordandoos los dias donde luchabais codo a codo con Ismael, llevan armaduras que rechinan a cada paso.

Estais a unos pasos de las ruinas del poblado, pero tendríais que buscar una puerta o esconderos en un rincón de las callejuelas. Otra alternativa seria subir arriba en la cuesta, aunque lo más seguro que os pillaran a mitad, y os tocara enfrentaros a ellos. O avanzar en dirección contraria de donde proviene el sonido, la huellas de Isabella iban hacia esa dirección, quizás no se haya internado en el poblado.

Ha dolido, no voy a negarlo, pero eso me hace ser incluso mas fuerte. En un unico pensamiento mi arma comienza a arder y la luz de la pureza la invade. El que me ha herido, es casi instantaneo, una reaccion, giro para golpearle. Suave y conciso, solo eso un arco que lanza contra su torso para si no partirlo en dos si para hacerle lo suficiente para que se repliege.

Lómión siguió al resto del grupo sin dejar nunca de vigilar entre la niebla, habían oido voces y no era momento de bajar la guardia. Con pasos cautelosos y casi continuamente girado iba cubriendo la retaguardia mientras seguían los pasos de Isabella, con la espada en la mano y el escudo embrazado, preparado para hacerle frente a cualquier cosa que los asaltara durante su avance.

Tu golpe lleva la muerte a otro aullador cercenando su horrible testa. Mientrás las demás criaturas pretenden lanzarse sobre ti para despedazarte. Puedes oir los gritos de una batalla cercana en la que al parecer solo hay seres humanos en liza. Puede que sea que los guerreros de Konrad esten luchando entre ellos, o que tus compañeros esten en serio peligro.

Todos las criaturas atacan a la vez, pero tus reflejos y tu armadura te protegen de sus fieras garras... Permitiendote volver a coger tu espada para terminar con estas aberraciones.

Sonrio mientras vuelvo a atacar a otro de los que quedan, se acabo. Hay pelea, eso significa que tambien estan en problemas. Eso si, si son hombres de Konrad no les gustara verme enfadada.

Vuelvo a trazar otro arco contra otro de los seres esperando que acabe tan pronto como empezo, mientras el fuego quiere cobrarse otra victima. Bien saben que estoy enfadada, conmigo misma sobre todo por haber sido tan estupida.

Atraviesas la cabeza de otra de las bestias, que termina cayendo con su rostro partida en dos haciendo que la sangre salpique cubriendo tu armadura de su corrupción. Las dos bestias sobrantes atacan en su locura, poco más que marionetas y perros de caza de la libidinosa hermana de Ismael... Una de ellas lanza su zarpazo buscando tu sangre, pero tu armadura te protege de sus intentos. En cambio la otra hiere tu pierna izquierda, haciendo que sientas un terrible dolor.

Dos regueros de sangre, uno en la pierna y otro en el brazo. Un nuevo golpe a la que me ha herido, sonrio mientras traza, marionetas, esto no tiene ningun placer en el combate.

Un nuevo arco, un fuego que cruza el cielo y una nueva cabeza al suelo.

Otro golpe certero por parte de la paladina que termina atravesando la gran cabeza de otro de los aulladores. El último que queda decide huir para buscar una presa más facil, permitiendo que la paladina tenga una oportunidad de acabar con la miserable vida del ser. Al parecer no son rivales para ti esos malditos aulladores, aunque quizás no tendrías que encontrarte con más de estás patrullas antes de llegar al monasterio, so pena de que quedes demasiado diezmada para enfrentarte a la maldad que en el mora.

Dejo que se vaya mientras me apoyo en mi espada, miro por encima de mi hombro, he sido algo tonta, pero al menos tendremos menoss problemas con algunos de esos seres. Cierro los ojos y pongo mi mano sobre mi pecho, respiro hondo mientras sopeso algo, saco la varita de mi bolsa al final y la uso para curarme, dependere de mis dones mas adelante en combate.

Espero unos segundos antes de mitigar un poco el resplandor de mi arma y de comenzar a caminar hacia mi destino, si el resto quiere segiur jugando a las casitas yo no les esperare con tantas vidas en juego.

Pronto podeis  al escuchar las conversaciones soeces de los tipejos, no intentan ocultarse son guerreros despiadados, que disfrutan de la sangre y la lucha.Todo el grupo, decide seguir el rastro,  sin intentar esconderse del grupo de soldados. Pronto os dais cuenta de que sino haceis algo, tendreis que enfrentaros con los guerrilleros, pues su ruta es pasando por delante vuestra, y si seguis el rastro lentamente, os alcanzaran. Unos aullidos suenan en las cercanias, y los gritos guturales de los hombres se convierten en amenazas en su propio idioma. Aunque con la maldita niebla no sabeis por donde va a venir el ataque y puede que os pille entre dos fuegos. Los esbirros del hermano y los monstruos de la hermana...

Siguiendo por el perimetro del pueblo, finalmente llegas a la rampa que lleva al monasterio, donde descansa el arma que os puede ayudar. Durante unos segundos piensas que Ismael tendría que haberte pedido ayuda antes, siempre fue así desinteresado en la batalla, dispuesto a arriesgarse por un batallon de esclavos a los que no debía nada. Y a una niña que había perdido todo, hasta que le encontró...

Pero tu cabeza se despeja, al oir otro aullido, esto no es una zona segura para recordar el pasado. Echas un vistazo a la rampa y está vacia, al parecer se estan matando entre ellos y no están esperando intrusos. Cuando subes por ella puedes ver la mole que es el monasterio, hay cascotes de edificio a tu alrededor. No sabes que pasaria hace años, pero lo que hubo tuvo que ser dantesco...

En el frente está la puerta doble del monasterio, que parece haber resistido a las embestidas del tiempo, aunque podrías adentrarte por cualquiera de las aberturas que hay en el edificio, en una de ellas se puede ver el patio del monasterio. O quizás podrías esperar a tus compañeros, a pesar de tu enfado siguen siendo tu responsabilidad...

Solo un segundo de introspeccion me permito antes de seguir por la rampa hasta el monasterio, me paro delante de las puertas, me paro y miro lo que han resistido y como han conseguido mantenerse en pie.
Si, hay huecos por los muros, pero un caballero entra por la puerta no usa las habilidades de un vulgar ladron.

Cierro los ojos y estiro el brazo poniendo la mano sobre la puerta para abrirla, empujando levemente, el resto seguro que ya viene en camino para decirme que deberia haberles esperado,
Les esperare dentro, debo serenarme y debo ...me paro y miro al interior, un destello en mi mirada. Una sonrisa leve en mi rostro, hora de acabar con todo, ese arma nos sera util

Alek tiene una idea en la cabeza y la va a llevar a cabo. No se pueden retrasar, pero ésto debería de ser suficiente. Al menos eso cree.

Siempre ha usado la cabeza para salir bien parado de las situaciones extrañas, quizás por eso aún sigue vivo. Sin decir nada a sus compañeros, para que no pierdan el rastro, arranca un hilo de la ropa de Lomión, se gira y da unos pasos hacia el lugar de dónde proviene el sonido. Se mete el dedo en la oreja, veis que sale de un cierto modo amarillo.

- SSSSSSesonicus al´khamel - dice, y de pronto sus manos comienzan a brillar en cierto modo.

Delante nuestra hay una tropa de guerrilleros sedientos de sangre en nuestro camino, y Alek parece que esta echando uso de uno de sus trucos de magia para hacer algo, aunque seria incapaz de reconocer lo que esta haciendo en especifico. Confio en Alek, y se que seria dificil que la pifiara con la magia, pero aun asi saco el arco y preparo una flecha, en el caso de que uno de los guerrilleros se vea atraido a la magia del hechicero, o peor, que una de las bestias nos alcanze por la retaguardia y empieze a usarnos de festin.

Entre lo peor del ser humano y de la bestia, no cabia mi corazon en deseo de largarnos de ahi, antes de que no vieramos metidos de lleno en la guerra infernal de este lugar, y sufrieramos el destino del cual nos salvo el hermano artista y ahora difunto por lo que habia sido informado y sido testigo.