Partida Rol por web

- Quizás fueran otros heimin de la compañía de teatro. La maga de sangre y su protector han muerto. Yo iré a ver a los delegados. Más tarde podemos seguir el rastro de la carreta si lo estimáis oportuno. – expresó Takao su parecer.

-Estoy lo bien que puedo estar gracias a tus esfuerzos y los de la mayoría de los demás, Hochiu-san. Dudo que me hubiese ido demasiado bien si el Ronin acortaba distancia conmigo.

Echó un vistazo alrededor.

-Al inicio de esta contienda algunos heimin salieron huyendo. No sé que tanto valga la pena perseguirlos, pero cuánto menos podemos dar aviso para que se les busque. Por lo demás...quienes no puedan caminar o estén demasiado heridos deberían tomar algo de tiempo para tratar sus heridas. ¿Tenemos a alguien versado en medicina entre los presentes? Si no es así, creo que no será difícil justificar ausencia por la gravedad de heridas.

Mientras el resto registraba las posesiones de la compañía, removió la cuerda del arco y lo colgó en la espalda nuevamente, guardando lo demás, carraspeó ligeramente más alto de lo que debería, con intención de atraer la atención del shugenja Isawa. Había un gesto visiblemente irritado con su pasividad, y su sonrisa paso de natural a algo forzada al dirigirse a él. Probablemente fuese lo más abiertamente molesta que había estado hasta ahora en su estancia en la aldea.

-¿Quizá tu, Rokumaru-san? ¿O necesitas algo de tiempo adicional para recuperarte? Lamentablemente, la sangre fluyendo no puede esperar. Afortunadamente más temprano mencionaste sobre comportarse con el aplomo de un adulto a alguien más. -su mirada se tornó incisiva, solo un momento- Siéntete libre de comenzar a mostrarlo.

Quiza, se decía, ese gemmpuku particular había sido muy pronto.

El heimin que había llegado a avisarles se levantó con expresión ansiosa en el rostro, cuando Hochiu había interrumpido a los demás para investigar el asunto del número de ponys se había asustado. Sin duda, le habían pedido que llevara a los samuráis con toda la prontitud, y temía no poder cumplir, ya que aunque no estaba en su mano meterles prisa, sin duda sería castigado si se retrasaban. Cuando los nobles empezaron a moverse, soltó un apreciable suspiro de alivio. 

La pulla velada que Nadeshiko soltó a Rokumaru consiguió lo que no habían conseguido la escaramuza que se había desarrollado delante de él, el muchacho enrojeció notablemente, y con la cabeza gacha, se dispuso a seguir al grupo. Pero a ninguno le pasó por alto que el shugenja fénix tenía muy mala cara, y transpiraba fuertemente. Parecía que había enfermado.

El heimin mensajero informó a los samuráis: - Señores, los delegados esperan en la posada donde se albergaban, al recuperarse lo suficiente para moverse pidieron que les transportaran en rickshaw hasta sus habitaciones, no deseando permanecer en la residencia del difunto señor.

Justo cuando el grupo empezó a alejarse de la zona hacía la posada, llegó el heimin al que habían mandado a buscar eta, acompañado de tres de los parias, que arrastraban una carretilla de madera con paja, que seguramente usarían en su impura tarea de mover cuerpos.