Partida Rol por web

Ok, a partir de ahora eres ALDEANO.

Liante, te toca a ti.

Igor abrió sus ojillos, se rascó el lugar donde la espalda pierde su nombre y de repente se sintió especial. Sus dedos se movieron como con vida propia... estaba nervioso... iba a liarla, y bien parda... o al menos esa era su intención. Pero antes de nada se obligó tomarse unos segundillos.

- Piensa... Igor, tienes que tener vista... ¿Quién puede liarla más a parte de tí? Uno... el Lorenzo, que de tonto tiene lo que tu de cura... dos el borracho Olebup... que quiere a la Beth para él sólo y eso no puede ser... o serrrr como diriía él.

Sigues siendo la insomne.

Ronda 4, la penúltima de la partida.

Las cosas están complicadas en el pueblo y parece que las miradas de odio y desconfianza se centran en una persona con fama de tonto. ¿Será realmente así de tonto o solo se lo hace? En cualquier caso, alguien debe morir durante el día de hoy. ¿Quien será?

Bueeno' días.

Dijo, con un tono algo más animado que días anteriores. Sentía su cabeza más despejada.

Trago saliva y me froto un poco la cabeza antes de darme cuenta de que estoy de nuevo en la plaza del pueblo.
Estos sueños repetitivos empiezan a preocuparme. La sensación de que ya hemos vivido este día más de una vez sólo me produce desasosiego.
Y más cuando miro al resto de los aldeanos y me doy cuenta de que no confían en mí. No confiaron en mí antes ni lo harán ahora.
No tiene sentido que siga siendo su alcalde. Y cuando se empieza a desconfiar de las personas equivocadas es cuando las bestias aprovechan.
No digo nada, simplemente busco un banco y me siento a esperar. Que resuelvan ellos sus problemas. Si las bestias han de venir a por mí, que vengan.

Esto parece que se va repitiendo, día tras día. Me dirijo a la plaza de pueblo como todas las mañana para ver si hay alguna cosa por ahí. Cuando llego, veo que el señor Alcalde esta sentado en un banco de la plaza.

- ¿Que le pasa señor Alcalde? - Le digo poniéndome de rodillas delante de él (Se me ve un poco la rajita de los melones pero eso no importa). ¿Le veo un poco apagado?

Olbeup el gran germano, aparecía con una azada en la mano y un tanto molesto, eso de tener sueños recurrentes no iba con él y menos con el pueblo entero, así que estaba un poco mas furioso que de costumbre.

-Buenas prueblo, pues supongo que esta comprrobado que intentarr entontrrarr a esos lobos no sirrven lo que soñamos, o como se diga en dialecto de listo, cada noche antes de desperrtarr.-Uso la azada para rascarse la espalda.-¿Entonces como lo hacemos? Parrece que hasta ahorra las ideas que tenemos o se supone hemos tenido no a serrvido de nada ¿Verrdad?-Se encogió de hombros un tanto derrotado y eso le obligo a mirar al arcalde siempre tan vivo como el único vivo del cementerio; Igor, estaba mas apagadete que lo que recordaba, en parte tal vez por su culpa así que no quiso meter cizaña, solo mirar con dureza, asi como siempre, con uno ojo muy abierto y otro medio cerrado al resto.

El guardia civil bostezo mientras se colocaba bien en tricornio. No os lo vais a creer, anoche soñé que unas fieras atacaban al pueblo y que mataban al alcalde de un azadazo en la cabe… Faustino considero no acabar la frase al ver la situación, el alcalde pálido como la cera y Olbeup con una azada en la mano.

¿Otra vez lobos? Ya sabéis que el Seprona ha prohibido que los cacemos porque están en peligro de extinción. Lo mejor será comprar un par de mastines leoneses, de esos que abultan tanto como una oveja. O que su cabeza son tan grande como los pechos de María. Mi tío Eufrasio que vive en la cabrera acaba de tener una camada.

Después de una semana ausente psicologicamente por los calmantes de caballo para no notar las quemaduras sufridas en la hoguera a las que cierto pueblo (de cuyo nombre no quiero acordarme) me ató, empiezo a recobrar la poca lucidez que tenia antes.

- Yeeeeeeeeeeeee, que ya he vuelto a la "normalidad" - digo en voz alta, quitandome alguna pulga que se me habia alojado en la piel, la cual seguia teniendo un color rojizo - ¿No sería más facil preguntar porqué motivo, o como pueden demostrar que no son bestias peludas? - miro a Olbeup y corrijo - me refiero a esas bestias que caminan a dos patas, con hocico y colmillos más largos de lo habitual.

Permanezco sentado ensimismado y perdido en mis pensamientos.

Ni siquiera el canalillo de María logra sacarme de mi ensoñación, y eso es preocupante.

Apenas escucho de fondo las palabras de la gente del pueblo que comienza a congregarse de nuevo en la plaza.

¿Será éste mi destino? Repetir el mismo día una y otra vez sin poder proteger a toda esta buena gente que me eligió como su alcalde... Incluso siendo vilipendiado y apaleado por ellos...

Igor comenzó a caminar por la plaza exhibiendo su cuerpo serrano con joroba incluida... esta vez en la izquierda... meditando sobre lo que estaba pasando, mientras farfullaba cosas, es que sino no pensaba bien. Miró a todos unos segundos y finalmente se dirigió hacia el alcalde aunque con esto de estar vizco se llevó un sobresalto al encontrarse con que su campo de visión se había vuelto entre blanco y rosita.

- Ah... coño, que son los melones... mis excusas señorita- se disculpó Igor retirándose del escote muy a su pesar- Señor alcalde, no se me deprima usted. Yo siempre le he apoyado... y creo que es un buen alcalde- le dió unas palmaditas en el hombro- es que el pueblo está muy nervioso, por lo de las gallinas ya sabe. Pero no se aflija usted que lo mismo ahora se nos enciende la bombilla y acertamos... Vamos a examinar los echos... como dicen en las peliculas de detectives. El Lorenzo no es tan tonto como nos pensabamos, pero ahora mismo parece que no tiene tendencias suicidas y hasta parece desparasitado... a Olebup le gusta la cerveza, eso es señal suficiente para que sea un tío de primera y de los demás... pues a mi me dán más grima los que se cayan como putillas que los que tratan de hacer algo por la patria y en este pueblo hay unos cuantos y no me gusta señalar- elevó las cejas varias veces dándose importancia.

Olbeup estaba un tanto nervioso, nervioso de tanto silencio.

-¡PUEBLO! ¿Perro que estamos haciendo? Vale que parrece que este dia nunca terrmina, que estamos hasta los #€~€@ de que no encontrremos esos mal nacidos de huevo de un lobo, perro callados no vamos a conseguirr nada. Esta clarro que pensarr en lo que crreemos recorrdarr no ayuda, que las soluciones que prroponemos tampoco. Perro callando es peorr porrque es como si ya hubierran ganado. ¡Se han zampado a Beth maldita sea! No podemos dejarrlos que terrminen con nosotrros.-Golpeo el suelo con la azada, atrás quedo el usarla como rascador.

-Crreo que lo mejorr es decirr las sospechas de cada uno, sin miedo y que luego elijamos entrre todos a uno de ellos. Porrque si no este pueblo esta perrdido.-Se acerco al arcalde y lo sarandeo "un poco".
-Rreaccioone senorr arrcalde, ponga orrden y ayudeme a que el rresto nos escuche.-Medidas desesperadas.

Me levanto de golpe, como un resorte... como si me hubiera percatado de algo.

- Lorenzo y Toi... - digo señalando a nuestros dos compadres. - Ellos ya han sido bestias y son a los que acuso. Si vuelven a serlo no podemos permitir que nos devoren. - Son mis sospechas.

Lo lamento, y Dios lo sabe, si estoy equivocado. Pero sin pruebas ni comportamientos sospechosos, sólo puedo sospechar de los que ya fueron bestias alguna vez.

  Yo que estaba comiendo algo por si acaso

  volvian a hacer una huelga de hambre,

  me giro ante tal a cusación y

  me dirijo lentamente hacia el alcalde.

- Señor alcalde, con todo mi respeto, creo que el lobombre es usted. - le digo con el tono más serio que mi rostro me deja, por que de serio tengo lo mismo que de millonario - Por lo que estamos viendo y a la vez sufriendo es que cada día que se repites el lobombre es una persona diferente, y su cambio de comportamiento implica que quiere dar lastima para que no sospechen de usted.

Dicho esto, cojo el pastelito que se me habia caido al suelo y sigo comiendo.

Lorenzo le estaba sorprendiendo, las conclusiones que estaba exponiendo eran dignas de los investigadores de CSI, parecía que la presión estaba haciendo que el cerebro del “tonto del pueblo” despertara. Si, esta vez Lorenzo tiene razón. Dijo mirando con suspicacia al alcalde. Esta mañana a estado muy callado, seguro que oculta algo. Pero luego miro a Lorenzo. ¿O esto es una estratagema de Lorenzo para que nos pelemos unos contra otros y así poder hacer el mal?

Igor tras las palabras del alcalde, el tonto que no lo era tanto, el guardia civil y Olebup. Se acercó al alcalde para mirarlo de hito en hito.

- Pues el tonto puede tener razón...- para después ponerse al lado de Olebup y acusar al resto del pueblo- así no sólo se nos van a comer a las gallinas... sino a nosotros también. Con lo de cotorras que hemos sido siempre y ahora es que nadie dice ni mu... NO DEJEMOS QUE EL SACRIFICIO DE LOS GALLINOS HAYA SIDO INUTIL...- los miró unos segundos y desencantado se volvió a Olebup- nos teníamos que haber mudado a Despeñachuchos... seguro que allí no nos habría pasado esto... pobre Beth... pobre de nosotros...- se sacó un pañuelo y se sonó los mocos compungido.

- ¿Que el TONTO puede tener razón? ¿Que puede tener qué...? - pregunto alzando la voz y levantándome repentinamente.

Esto ya pasa de castaño oscuro. Agarro un periódico y lo enrrollo de forma circular mientras me acerco primero al tonto, y luego al jorobado. Sin mediar más palabra la emprendo a cachiporrazos con el periódico, justo en el cogote del tonto.

- ¡Se acabaron las tonterías, Lorenzo! Ya me habéis ajusticiado una vez erróneamente y no lo vais a volver a hacer. ¡Leñe! - 

Tras azotarle unas cuantas veces me giro hacia Igor. Le señalo con el dedo de la mano libre... - Y tú... como me vengas con tonterías como las de este mendrugo... cojo el bastón de madera maciza de mi padre y te arreo con él. ¿Estamos? -

No tengo ni idea de quiénes serán las bestias, pero estoy planteándome en serio liarme a garrotazos con todos los habitantes del pueblo y quedarme sólo...