Partida Rol por web

Darla cayó con un golpe sordo en el suelo. Por suerte no se había hecho mucho daño. Sus años como animadora hicieron que cayera lo mejor posible.

¡Maldita zorra! ¡No me vas a volver a tocar! Se levantó con rabia y se lanzó contra la vampiresa, intentando clavar la estaca... Pero volvió a fallar.

Rodé por el suelo, me levanté sacudiendo el polvo de mis ropas, ¿una maldita vampiresa había conseguido hacerme eso? En otra época había acabado con ella en un segundo, en otra época ni siquiera se hubiera atrevido a tratarme así, pero en ese cuerpo debilucho de humana, no era nadie. La vampiresa se alejó de mi, fue hacia donde estaba la cazadora, ella si era fuerte, era una humana, pero era fuerte, pero la necesitaba, el maestro estaba allí, necesitaba que la cazadora se encargara de él. Agarré la estaca y corrí hacia la vampiresa, esperando acabar con ella de una vez por todas

Por haberse metido con el Maestro, Mel había bajado un poco la guardia. Aquello le acarreó que la vampiresa, que se había quitado de encima a sus oponentes, se encarara con ella y le asestara un buen golpe a traición.

-Perra! pelea limpio, cobarde!- aunque la chica intentara disfrazar su tono de rabia, en sus palabras también se evidenciaba el dolor. Aunque el golpe no había sido todo lo fuerte que había podido, le había hecho daño y, lo que era peor, la había desestabilizado lo suficiente para que no pudiera contraatacar.

  Mientras el vampiro está distraído con mis compis, trato de acercarme por detrás de clavarle una estaca por la espalda...

                Primeramente atacó Darla pero se resbaló y terminó clavando su estaca en el suelo. La morena estaba que hervía, ella era una porrista, y no resbalaba… excepto ahora, claro está... debía ser una de esas "Leyes de Murphy" que tanto había oído nombrar. Anya intentó acabar con la vampiresa justo cuando se abalanzaba contra Melissa. La Cazadora quiso hacer lo propio pero falló… le iban a dar un buen golpe. Entonces una estaca voló hacia la espalda de la mujer y se le clavó en un hombro, era Gabriel.

                La misma fue removida con facilidad porque apenas había penetrado pero la vampiresa echaba humo. Ese punto de distracción le dio la oportunidad a Melissa de evadir el golpe, justo a último momento. Y... en ese último instante, Anya, se desquició. Tomó una de sus estacas y se acercó caminando a la mujer como si fuera de shopping y estuviera viendo vidrieras… y así, con un certero golpe al corazón que a todos dejó boquiabiertos, la insertó en su corazón.

                Fue un segundo de adrenalina pura que dejó a la ex demonio agotada, pero valió la pena. La mujer se evaporó como si su cuerpo fuese un montón de cenizas.

                El Maestro no podía creer sus ojos. Así que comenzó a gritar, llamando a sus discípulos. La puerta comenzó a recibir golpes cada vez más fuertes del otro lado. Era la hora indicada, era el momento del ritual que le diera a la Cazadora la chance de aniquilar este mal de raíz de Sunnydale para siempre…

 Me apresuré a recuperar mi estaca y a continuación corrí a ponerme en mi posición y prepararme para el ritual:

 - Hora de la magia, damas y caballeros...

Darla, a pesar de haber tropezado, de un salto se levantó muy digna. Se echó el cabello hacia atrás y salió corriendo, evitando y esquivando todo lo que había caído al suelo para llegar a su posición.

¡Preparada! gritó, colocándose en su lugar para lanzar el conjuro, esperando que los demás hicieran lo mismo.

Sonreí satisfecha cuando la vampiresa desaparecio al clavarle la estaca en el corazón. Estaba cansada, pero no quería que se me notase, miré el polvo donde antes estaba la vampiresa y me sentí poderosa, lo había logrado, pero no era el momento de enorgullecerme, había una misión que hacer.

Miré a la puerta, pues parecía que esos egendros venidos del infierno iban a echarla abajo en cualquier momento, por eso mismo me puse en mi posición, para hacer el ritual y acabar con el Maestro de una vez por todas

- ¡Cuando queráis!

Cordelia salió volando y acabó chocando contra la pared, lo que la dejó medio mareada, pero se recuperó justo a tiempo como para ver a Anya clavarle una estaca en el corazón con estilo, tal y como todos querían haberlo hecho.

Se levantó, y, evitando las miradas de sus compañeros se tocó el trasero, un poco dolorido, y siguió adelante, recogió su estaca y fue hacia el maestro.

Vamos a acabar con esta pasarela de monstruos de una vez.- dijo realmente cabreada.

Sacó el encendedor de la mochila, y se miró las manos, esperando que bastaran como la parte de "humanidad" y se preparó- Ya estoy colocada, Darla, ya puedes cerrar el pentagrama de sal.

A Darla se le había olvidado lo de la sal. Entre tanto vampiro se le iba la cabeza. Buscó entre sus pertenencias hasta que encontró el salero. Lo levantó a modo de triunfo y empezó a dibujar con velocidad el pentagrama, siempre teniendo un ojo puesto en el maestro, por si iba corriendo a por ella. ¡Era algo que no podía permitir!

-Gracias chicos... -la acción conjunta de Anya y Gabriel la habían salvado de recibir un buen golpe, algo que ella no podía permitirse. Necesitaba estar entera para enfrentarse al Maestro y por su inexperiencia casi lo había arruinado. Por suerte, eran un equipo y eso les daba ventaja.

Mientras los demás se preparaban para hacer la magia, Mel se quedó en alerta, vigilando que los candelabros resistieran lo suficiente para que el heechizo pudiera ser recitado sin interrupciones. Como cazadora, era su deber proteger a sus compañeros mientras ellos debilitaban al Maestro antes de que le tocara combatirlo.

      Darla dibujó el pentagrama con ayuda del salero. Llevó unos minutos pues el perímetro a rodear era significativo, contando que debían intentar no entrar a la zona del Maestro, sino bordearla. Pero finalmente alcanzó para hacer la estrella. Gabriel se colocó en una punta y la morena en el extremo opuesto. Cordy sacó su mechero y se miró las manos. Esperaba que ella fuese ese ingrediente de humanidad que faltaba. Anya tomó otro lugar en el pentagrama y Andrew hizo lo mismo. Las cinco puntas estaban completas...

     Mientras Mel observaba la puerta para ver que resistiera el embate de los vampiros. Cada vez los golpes eran más intensos...

      ¿Acaso creéis que podéis vencerme? Unos niñatos de secundaria, unas hormigas ante un ser que ha vivido muchísimo tiempo... Voy a veros morir, y vais a sufrir realmente mi ira.

     El Maestro se acercó al borde de la zona segura pero no podía salir de su pileta de agua. Sus ojos se enrojecían con frustración.

Sacad el agua y la tierra y estará todo ¿no?-preguntó Cordelia mirando a Andrew que era el que creía que tenía la tierra.

- ¿A quien llamas niñata?- dije molesta, tenía mucho más añós que esos chicos de allí, había vivido muchas cosas y había tenido más poder que todos ellos juntos, en otra época, parcía como si fuera en otra vida...- Cazadora, disparale con la ballesta, no te acerques a él- Me acerqué hasta el borde del agua, toque con el pie el agua, para ver si solo el maestro estaba recruido allí o nosotros sí podíamos entrar, mi espada estaba en la mano, preparada para golpearlo, mirando a veces la puerta temiendo que los vampiros consiguieran echarla abajo

 - Ignorarlo, solo nos entretiene para que no realicemos el ritual a tiempo. Acabemos de una vez con él... - Dije a mis compañeros.

Mel asintió a las palabras de Anya y preparó su arma. Dispuso dos virotes a mano, para disparar con celeridad cuando él estuviera debilitado y dejó una estaca cerca por si debía combatirlo cuerpo a cuerpo. Con aquel ser, todas las precauciones eran pocas.

Pentagrama hecho dijo, evitando escuchar al maestro. Le daba asco y grima, así que era mejor ignorarlo.

¡Dadme algo! Si hay que colocar cada elemento en una punta, yo sólo tenía la sal. dijo a sus compañeros, ya que no recordaba qué tenía cada uno.

 - Toma... - Le ofrecí a Darla la botella llena de agua, uno de los componentes del ritual.